Sonia Magdalena Solano Castillo1
Karla Kae Kral2
Universidad de Colima, Colima
Introducción
La inclusión de estudiantes transnacionales es un tema relevante hoy en día, porque las familias constantemente se mueven entre dos países con la finalidad de encontrar un futuro mejor para sus hijos/as, entonces están llegando a las escuelas alumnos/as con experiencia en otro sistema educativo, del cual se podría sacar provecho dentro de las aulas; pero poseen una desventaja, son diferentes a los demás, esta diferencia los hace vulnerables al rechazo y a las burlas.
Si bien, el estudio de éste tipo de población ya se ha hecho por diversos autores/as, pero no se ha analizado desde una perspectiva de género, que implica profundizar un poco más en cuanto a quiénes son excluidos/as o incluidos/as y quiénes son los/as que excluyen. El fenómeno de la migración visto desde el género permite visualizar si además de su condición migratoria, los/as estudiantes son discriminados/as por ser hombres o mujeres.
Dinámicas de inclusión-exclusión de estudiantes transnacionales desde una perspectiva de género
Los/as estudiantes transnacionales son una población minoritaria en las aulas. Al llegar a México debido a su binacionalidad son incluidos o excluidos por sus pares y docentes al igual que por el sistema educativo; la temática de los/as hijos/as de migrantes ya ha sido estudiada por otros/as autores/as (Siguan, 2003; Onoda y Rionda, 2007; Zúñiga, Hamann y Sánchez, 2008; entre otros/as) pero, no se ha encontrado un estudio desde una perspectiva de género, la cual consideramos es muy importante reflexionar desde la vivencia del ser alumno/a transnacional como hombre o mujer.
Lamas (2000:3) menciona que el “género se refiere al conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres” por otra parte, Hernández (2006:2) coincide al definir al género como; “una construcción simbólica e imaginaria que comporta los atributos asignados a las personas a partir de la interpretación cultural de su sexo…” así pues, el género está determinado a partir de las definiciones que cada cultura le otorga al ser hombre o mujer, asignándoles los roles que corresponde a cada cual.
Estas atribuciones a cada sexo implican la exclusión o inclusión de los hombres y mujeres dentro de las actividades (sociales, políticas, culturales, económicas, etc.) que se realizan en su contexto, pues determinan quiénes pueden participar y cuáles son sus limitantes.
En el aspecto formativo, educar desde la inclusión, es algo fundamental en las escuelas para el logro de una educación de calidad, pues contempla la restructuración del sistema educativo y la implementación de estrategias que contribuyan a la adaptación de todos/as los/as estudiantes que asisten a la escuela regular sin importar el género al que pertenezcan.
La inclusión educativa, según la UNESCO es:
El proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y modificaciones en contenidos, enfoques, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los niño/as del rango de edad apropiado y la convicción de que es la responsabilidad del sistema regular, educar a todos los niño/as (UNESCO, 2005: 13).
Si bien, la UNESCO nos habla de un sistema educativo flexible, que se adecua para satisfacer las necesidades de cada uno de los sujetos inscritos en las escuelas y que promueve la participación de todo el alumnado en el aprendizaje, incluyendo y aprovechando la diversidad cultural de los/as estudiantes, al mismo tiempo, compromete al sistema como responsable de la educación de toda la población en edad escolar. Sin embargo, la realidad nos muestra un sistema educativo rígido, dirigido a la cultura dominante en donde quedan excluidos/as aquellos grupos minoritarios que por diferencias sociales y culturales no están contemplados en el sistema, y que si bien son aceptados/as en las escuelas por su derecho a la educación, son invisibles en las aulas pues la enseñanza y lo que ésta implica (contenidos, estrategias, materiales didácticos, etc.) no se ajusta a las necesidades de la diversidad de alumnos/as matriculados/as.
Es así como la exclusión implica dejar a algunos
sujetos y colectivos fuera del logro de (…) [beneficios] materiales, personales y sociales, así como también de la preparación y la cultura que cualquier persona necesita para desenvolverse en un tipo de sociedad donde la información y el conocimiento son recursos crecientemente más indispensables y decisivos. (Escudero, 2006:2)
Con respecto a la relación entre dichos términos, la exclusión también tiene que ver con el género al que pertenezcas, pues quizás pensemos que se incluye al sexo masculino por ser socialmente considerado como el “más fuerte”, mientras se excluye al “más débil”; en el caso de los/as transnacionales no se ha visto de ésta manera pues en la investigación del Diagnóstico de Estudiantes Transnacionales en el Estado de Colima (ver Kral y Solano, 2011) tanto en la investigación en proceso de tesis de la autora Solano, se han encontrado hallazgos en los que se evidencian la exclusión de los pares frecuentemente hacía los varones pues son rechazados por su forma de hablar o de expresarse, mientras que las mujeres con experiencia migratoria sufren de exclusión por las personas de su mismo sexo.
Por ejemplo, en una escuela primaria de Colima (sujetos de investigación de la tesis de maestría de Solano) las diferencias de género entre la y el estudiante transnacional son evidenciadas por los comportamientos que tienen sus pares en el aula, principalmente los varones, mientras se burlan del niño por su forma de hablar o su manera de expresarse, a la niña frecuentemente, sus compañeros varones le acarician la cabeza como una forma de decir “me agradas” (Solano, notas de campo, 2012).
Así mismo, en otras actividades, los/as niños/as se ríen cuando él participa; por ejemplo, en la materia de Ciencias Naturales levanta la mano y menciona algo distinto a lo que la maestra está preguntando, aunque va relacionado con el tema pero no es la respuesta, uno de sus compañeros le dice “maestra que él ya no participe porque nomás nos hace reír” la profesora no responde y continua con el tema. No obstante, en otras clases el niño ha levantado frecuentemente la mano para participar, pero no se le ha dado la palabra (Solano, notas de campo, 2012).
“Una de las instituciones en que se manifiesta claramente la exclusión es la escuela, a través de las prácticas pedagógicas y los mecanismos con los que se apoyan: libros, materiales didácticos, infraestructura escolar, entre otras cuestiones” (Zúñiga, et. al., 2008: 50) quizás el motivo sea porque las instituciones educativas desconocen la presencia de estos/as alumnos/as, y por este desconocimiento carecen de estrategias didácticas dirigidas a este grupo de estudiantes.
Dentro del aula, se puede observar en las actividades didácticas la exclusión de los/as alumnos/as transnacionales pues, en la clase de Formación Cívica y Ética se habla sobre las diferencias y similitudes entre estudiantes, la maestra dice ‘también en el idioma son iguales verdad o qué idioma hablan’, a lo que varios/as niños/as responden ‘sí pero también hay niños que hablan inglés’, la maestra recalca, ‘estoy hablando del idioma español’, éste acontecimiento demuestra que no se aprovecha el recurso cultural de estos niños/as dentro de las dinámicas de clase, pues podrían ser sustanciosos en cuanto al reconocer sus experiencias en otra cultura (Solano, notas de campo, 2012).
Al respecto Zúñiga, Hamann y Sánchez (2008) hablan sobre la invisibilidad de estos/as alumnos/as en las escuelas pues “una parte importante de su experiencia y conocimiento esencialmente no es tomada en cuenta en términos de su praxis educativa” (128), la invisibilidad de los/as alumnos/as transnacionales en la escuela primaria se notó en la primera entrevista con la maestra encargada del grupo, pues a dos semanas de haber iniciado el ciclo escolar, ella desconocía su procedencia.
Otra forma de exclusión de los pares es cuando utilizan apodos para referirse a sus compañeros/as, dichos apodos se originan por burlarse de los/as demás por su aspecto físico, formas de hablar, por sus experiencias, etc. A éste hecho no escapa nadie, pues es común en México que se les pongan sobrenombres a las personas, que en ocasiones hasta llegan a olvidar su verdadero nombre; en el Diagnóstico de Estudiantes Transnacionales en el Estado de Colima, algunos/as de los/as estudiantes mencionaron que en México los/as alumnos/as son más groseros debido a que no respetan a sus maestros y etiquetan a los/as demás con sobrenombres relacionados con su aspecto físico, creencia y por su experiencia migrante, por ejemplo, algunos de los apodos con que llamaban a sus compañeros/as transnacionales son: ‘Washington’ ‘gringo pata rajada’ ‘atalaya’ ‘gordito’.
Este tipo de agresiones cuando son de nuevo ingreso pueden obstaculizar el proceso de adaptación del o la estudiante a su nueva escuela, en ocasiones pueden sentir que no encajan dentro de su grupo; estas emociones se expresan cuando no desean ir a la escuela, su promedio baja, así como su atención en clase, es más difícil para ellos/as hacer amistades; por el contrario, algunos/as no manifiestan molestia cuando les ponen sobrenombres por lo que los/as demás dejan de nombrarles de esa forma o comienzan a convivir más con ellos/as. En otras ocasiones su defensa ha sido contestarles con otro apodo, es el caso del adolescente al que le decían gringo, el respondía a esa agresión llamándoles ‘mexicanos frijoleros’ (Kral y Solano, 2011).
En el caso de la primaria, la niña y el niño transnacional observados/as también han experimentado situaciones de burlas, pero no sienten que se estén burlando de ellos/as; al niño le dicen ‘di azul’ el niño repite varias veces ‘ashul, ashul, ashul’ y todos/as se ríen, pero no sé da cuenta que se burlan de él porque no pronuncia bien la palabra, cuando cuenta chistes todos/as están atentos/as porque más que por el chiste, se ríen de las expresiones que hace y su manera en la que pronuncia las palabras ‘es que él lo cuenta bien chistoso’ (Solano, notas de campo, 2012).
Por su parte, a la niña no le han puesto apodos, sí le han dicho ‘cabeza de pera’ pero ella se ríe, no considero que sea un apodo porque únicamente un niño lo ha hecho por dos ocasiones; aunque sí es una agresión de lo cual, ella se dio cuenta cuando les dieron una charla sobre el bulliyng y se quejó con la maestra.
Otras de las circunstancias en las que es excluida son en las dinámicas de clase, pues a ella le da vergüenza leer en voz alta porque teme a las burlas de sus pares, la profesora casi no la pone a leer; así mismo en los ejercicios siempre se atrasa porque cuando explica la maestra ella está distraída y a la hora de hacer las actividades no les entiende, está es una forma de exclusión del aprendizaje porque no se utilizan herramientas didácticas que capten la atención de la estudiante y faciliten su comprensión.
El género ha sido un factor importante en las relaciones interpersonales entre los/as transnacionales y sus compañeros/as, pues para ellos/as el niño es frágil por lo que se burlan de él, a veces lo excluyen de los juegos de “niños” como en el futbol, porque dicen que ‘de todo llora’ frecuentemente lo molestan, a lo que él expresa llorando ‘yo no tengo amigos, y no me importa, siempre me molestan’.
En contraste, la niña es aceptada por la mayoría, esto lo demuestran cuando le prestan o le piden material, cuando se acercan a platicar con ella o a la inversa y cuando le dan palmaditas en el hombro o le acarician la cabeza. No obstante, un dato curioso es que en el aula hay otra niña con la misma condición, llegó un par de meses antes que ella de los Estados Unidos, pero no se hablan, aunque cuando vivían allá se vieron en varias ocasiones porque sus madres son amigas, al estar aquí en la escuela mexicana la segunda niña se molesta con las otras que tratan de convivir con la recién llegada.
Como docentes solemos pensar que atendemos a todos/as por igual, pero hay algunos/as alumnos/as que necesitan más atención que otros/as ya sea por sus condiciones físicas, intelectuales, sociales, migratorias, etc. Pues “la verdadera inclusión va más allá del acceso, implica el máximo aprendizaje y desarrollo de las potencialidades de cada persona” (Blanco, 2008: 7).
A manera de conclusión
El género causa un impacto en las formas de exclusión de los/as demás, pues como ya se ha relatado, hombres y mujeres excluyen a otros varones, pero en particular los hombres tienen más consideración con el sexo opuesto. Sin embargo, entre el mismo sexo se agreden y rechazan, en el caso de las mujeres transnacionales han sido difícilmente aceptadas por otras debido a que piensan que son creídas por haber vivido en otro país, por traer una cultura distinta y dominar otro idioma, más que nada consideramos que esto se debe a la idea del “sueño americano” pues se tiene la idea de que al migrar a los Estados Unidos mejora el ingreso económico, siendo que esto no siempre es así.
La exclusión en las escuelas no solamente se da entre pares, sino también de docente a estudiante, pues cuando éste no contempla en su planeación, estrategias de acuerdo a las necesidades de sus alumnos/as les está obstaculizando el acceso al aprendizaje. Así mismo, el sistema pone barreras al diseñar un currículo dirigido a una hegemonía, dejando de lado la riqueza cultural que poseen otras personas y que deberían de ser aprovechadas dentro del aula, no solamente para que los/as demás comprendieran la diversidad de culturas, sino que también aprendan a convivir juntos, respetando sus diferencias.
Las escuelas tienen muchos retos para poder lograr la inclusión, empezando por la reformulación de los planes y programas de estudio de acuerdo a las necesidades de cada estudiante, la capacitación de docentes para atender a la diversidad, la sensibilidad de la población en general sobre el respeto a las diferencias, así como la participación activa de cada uno de los actores educativos (autoridades, directivos, docentes, sociedad, alumnado), pues cada uno es una pieza importante para la mejora de la educación.
El género y la inclusión son temas transversales que deberían ser contemplados en cualquier estudio de educación, pues van de la mano, ya que la lucha por el género femenino ha sido con la finalidad de ser incluidas en todos los aspectos de los que hemos sido excluidas o incluidas pero con limitaciones.
Pensamos que es interesante para el campo educativo, analizar ¿cómo se puede incluir a los estudiantes transnacionales en el plan educativo? ¿Qué estrategias didácticas son apropiadas para ésta población? ¿Por qué las diferencias de género obstaculizan la aceptación entre pares?
Bibliografía
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Zúñiga, V.; Hamann, E. y J. Sánchez, (2008) Educación básica sin fronteras: Alumnos transnacionales/Escuelas mexicanas frente a la globalización. México, SEP.
1 Estudiante de la Maestría en Pedagogía, Universidad de Colima, correo electrónico: maggi_2286@hotmail.com
2 Doctora en Antropología Sociocultural por la Universidad de Kansas.
Profesora-investigadora de tiempo completo en la Facultad de Pedagogía de la Universidad de Colima.Correo electrónico: drakarlita2004@yahoo.com.mx