Empezaré esta sección, indagando las recomendaciones de Gregory Mankiw acerca de los “Diez Principios de la Economía” usando como referente su obra “Principles of Economics”, en su sexta edición y que sirve de base para la enseñanza de la Economía en muchas universidades del planeta. Para empezar, Mankiw asume que hay sólo un modelo económico que reflejaría el sumun mismo del capitalismo. Sobre esta percepción deformada de la realidad, Mankiw dice:
…la Economía es “el estudio de las maneras en que la sociedad dispone de los recursos escasos de que dispone”
Eso incluiría el estudio de las formas que “la gente” toma decisiones: cuánto de su tiempo dedicarán al trabajo, qué es lo que van a comprar, invertir y ahorrar; por ejemplo, dice
…la multitud de compradores y vendedores juntos determinan el precio de un bien. Finalmente, “los economistas analizan las fuerzas y tendencias de la economía como un todo, incluyendo el crecimiento del ingreso promedio, la fracción de la gente que no puede encontrar trabajo y la tasa a la que suben los precios
Es en virtud de todo eso que el capítulo primero de su obra analizará lo que él llama los “Diez Principios de la Economía”
Cómo decide la gente, según los marginalistas actuales
Para los representantes de la economía marginalista, “la gente” es el individuo aislado, el que toma decisiones en actos solitarios; pero, al más puro estilo de los existencialistas, también dice que lo que hace un individuo lo hace en nombre de todos. Con esta percepción, el individuo queda homogeneizado, indiferenciado, sin personalidad propia y sólo como un robot convertido en el homo economicus, el que supuestamente actúa por medio de análisis de costo-beneficio individual. Por otro lado, podemos darnos cuenta de que los marginalistas empiezan sus alegatos acerca de las formas en que “la gente” toma decisiones en el proceso de elegir, es decir, asume que el verdadero problema económico, el de lograr el ingreso para subsistir, ya ha sido solucionado por “la sociedad” y “la gente” sólo se preocuparía de cómo habrá de elegir entre la compra de un CD o una Coca-Cola o si habrá de invertir en bonos del gobierno o en la producción de un bien. Tal como ya lo dijimos, el marginalismo actual toma como punto de partida, precisamente, aquél al que La Economía Vital quiere llegar: poner a disposición del Individuo opciones factibles entre las que pueda elegir según su capacidad y destrezas. Adicionalmente, en el primer párrafo del subtítulo, Mankiw ya hace explícito lo que aún era sólo implícito: “la gente” es el individuo y debido a que “el comportamiento de una economía refleja el comportamiento de los individuos quienes la conforman” empezará el “estudio de la Economía” con cuatro principios de la toma de decisiones individual.
Principio Marginalista 1
“La gente” renuncia a algo para lograr otro algo.
Los marginalistas tienen la visión de las abejas: blanco o negro; nada en el medio. De esta manera, supongamos que Mr. Morgan debe decidir entre dos opciones: comprar una isla caribeña para pasar sus vacaciones o comprarla en la Polinesia. Si se decide por la caribeña, tendrá que “renunciar” a la isla de la Polinesia, porque así y no de otro modo lo disponen “las sagradas leyes de la Economía” que serían imperativamente válidas en todo tiempo-espacio (El Capitalismo es Único y el Marginalismo, su profeta.)
La Economía Vital
Hay una gran diferencia cualitativa entre una persona que tiene sus necesidades básicas satisfechas, por ejemplo, el millonario que “renuncia” a la posesión de una isla para comprar otra, y el ciudadano pobre de un país pobre. Esto es, hay una deformación ideológica al pretender comparar las renuncias de los dos como si estuvieran en igualdad de condiciones. Para los marginalistas, la renuncia de Mr. Morgan en nada se diferencia de la del campesino sin empleo en un país subdesarrollado, el que tiene que elegir entre morir de hambre él y su familia o matarlos y suicidarse luego. Para los “científicos”, ambos eligen lo que creen que es mejor; ambos “tienen la libertad de elegir”. Esto es horroroso.
Principio Marginalista 2
Lo que “la gente” debe dar a cambio de algo que desea conseguir
No existe un almuerzo gratis, dice Mankiw, al iniciar la exposición de este principio. Es la misma frase que acuñó Milton Friedman en su momento. Para lograr algo hay que ceder algo. Consideren, dice, un estudiante que debe decidir cómo habrá de gastar su tiempo. El estudiante puede dedicar todo su tiempo estudiando economía o sicología, pasear en bicicleta, mirando TV…
La Economía Vital
La inmensa mayoría de los jóvenes en un país subdesarrollado no tiene la ventaja de elegir entre ver TV o estudiar economía. Ese joven tiene que dedicar su tiempo a la tarea de buscar alguna ocupación por lo menos temporal como la de lustrar zapatos en el día y cuidar automóviles en la noche hasta la madrugada. Sin embargo, para los marginalistas, ambos jóvenes, están eligiendo “como disponer de su tiempo”. “El Elogio a la Locura” de Erasmo, bien podría aplicarse a todos los principios marginalistas.
Principio Marginalista 3
La Gente Racional Piensa en el Margen
La “gente racional”, dice, realiza pequeños ajustes a un plan existente de acción y que compara costos marginales con beneficios marginales. Un avión cuyo costo medio por asiento es $500, ante la alternativa de volar con 10 asientos vacíos, aceptará que los primeros diez pasajeros en lista ocupen los asientos vacíos, aunque paguen solo $300 cada uno en vez de los $500. Complementa su ejemplo explicando que a pesar de que el costo medio por asiento es $500, el costo marginal es solamente el costo de un paquete de maní y una lata de refresco extra que el pasajero habrá de consumir. Mientras el pasajero en la lista de espera pague más del costo marginal, vender un pasaje produce beneficio.
La Economía Vital
Los ciudadanos de los países pobres no piensan en unidades infinitesimales, debido a que la pobreza y el hambre son concretas. Su mentalidad percibe los bienes como unidades discretas. Por otra parte, el ejemplo del avión que pone Mankiw es un ataque mortal a la teoría que luego, como buen marginalista, querrá defender; esto es, la empresa de aviación está funcionando en una escala en la que el costo marginal es menor que el costo medio. Ahora bien, este ejemplo tiene connotaciones teóricas que contradicen el modelo que los marginalistas usan. En virtud de que los marginalistas afirman que la curva del costo marginal intersecta la curva del costo medio en su punto mínimo (de la curva del costo medio) la empresa de aviación está operando, como debe ser, en el segmento descendente de su curva de costo medio y no en el ascendente, tal como afirman a rajatabla los marginalistas de todo cuño. Precisamente, uno de los postulados de La Economía Vital es que el empresario de verdad opera en el segmento descendente de la curva del costo medio, no en el ascendente, como peroran los marginalistas, tal como lo veremos en el capítulo respectivo.
Después de este pequeño lapsus, Mankiw, sin haber perdido la compostura dice que el mercado en el que se mueven los personajes de la Economía marginalista es el de Competencia perfecta:
Sólo existe un mercado: el de Competencia Perfecta
“Todos los ofertantes pueden vender la cantidad de bienes que deseen pues el precio está dado por el mercado. Nadie vendería a un precio mayor que el dado por el mercado, pues, como existe plena información la gente no le compraría ni una sola unidad. Por otra parte, un empresario racional no vendería a un precio menor debido a que eso sería irracional
La Economía Vital
Aquí hay una tremenda contradicción con el ejemplo que Mankiw puso sobre el avión; lo traigo para analizarlo otra vez: Mankiw, en la página anterior dice:
…. a pesar de que el costo medio por asiento es $500, el costo marginal es solamente el costo de un paquete de maní y una lata de refresco extra que el pasajero habrá de consumir. Mientras el pasajero en la lista de espera pague más del costo marginal, vender un pasaje produce beneficio
Ahora bien, si la empresa puede obtener beneficios aun vendiendo boletos cuyo costo marginal es menor que el costo medio, esto quiere decir que está operando en algún rango del segmento descendente de su curva de costo medio. Tal como veremos luego, en la realidad, ya se trate de un mercado de Competencia Perfecta (espurio) ya de uno de competencia imperfecta, la afirmación de Mankiw borra la premisa principal del modelo que él mismo defiende, esto es, que el empresario logra beneficios sólo cuando se encuentra en el segmento ascendente de su curva de Costo Medio y Marginal.
En el ejemplo del avión, si la empresa produjera de acuerdo con los cánones del marginalismo no podría ofrecer ni un solo asiento a un precio menor a su costo medio y, al mismo tiempo lograr un beneficio, sobre todo si sólo le falta diez asientos para tener el vuelo completo. Luego veremos que la tesis marginalista asume que la curva del costo marginal, en su segmento ascendente, a partir del punto de cierre, es la Curva de Oferta del Empresario en el escenario en el que se desenvuelve la supuesta Competencia Perfecta, de tal manera, según su teoría, que la próxima unidad a producir siempre tendrá un costo mayor que la anterior. En otras palabras, Mankiw, sin sospecharlo, está avalando la propuesta que hace La Economía Vital: como regla, el empresario produce en el rango descendente de su curva de costo medio y encuentra que no sería racional operar en el segmento ascendente la curva.
Principio marginalista 4
“La Gente” Responde a los Incentivos
Dice que un aumento del precio en el mercado incentiva a “la gente” a consumir menos y también incentiva a los empresarios a producir Es decir, mientras la gente tiende a demandar menos, el empresario encuentra que es rentable producir más. Y lo dice sin ninguna reserva, como si fuera natural que los dos personajes que deben llegar a un equilibrio espectral, estructurado en un escenario fantasma, tengan intereses tan opuestos unos de los otros.
La Economía Vital
No sólo hay una espantosa contradicción en estos preceptos, inscritos en un compendio ectoplasmático, sino que, otra vez nos encontramos con la manía generalizadora. La empresa que produce automóviles tales como Lamborginni o Jaguar, nunca va a disminuir el precio para que “la gente” compre más. No lo hará debido a que el precio que el consumidor paga por el automóvil es un signo de prestigio. Si los precios de esos bienes disminuirían “la gente” que los compra ya no los adquiriría más, pues perderían gran parte del prestigio que les ofrece la marca y el hecho de pagar esos precios artificialmente altos.
Principio Marginalista 5
El intercambio puede mejorar la situación de “la gente”
Sin duda alguna, la familia gana mucho de su habilidad para intercambiar bienes con otros. El intercambio permite que cada familia se especialice en actividades para las que tiene sus mejores destrezas, ya se trate de agricultura, o en la construcción… Cuando un miembro de la familia busca un empleo, compite con los miembros de otras familias, los que también están buscando un empleo.
La Economía Vital
Mankiw nos da una nueva sentencia episcopal: una familia no puede aislarse y producir todo lo que necesita; entonces se ve claramente que la familia gana de su habilidad para intercambiar con las otras familias. Así el intercambio sirve para que cada familia se especialice en las actividades que sabe hacer mejor. Con este ejemplo, Mankiw quiere retrotraernos a la época prehistórica del trueque, en la que las tribus intercambiaban bienes directamente. Pero hace muchos siglos ya, que “la gente” ha abandonado el trueque y compra directamente del mercado, utilizando para ello, el dinero.
La Economía Vital sostiene que nadie produce algo para intercambiarlo con algo. En el sistema capitalista actual, el que produce algo lo hace para venderlo en el mercado, no para intercambiarlo con lo que otro ha producido. Los marginalistas tienen que enterarse de que la “familia A” no necesita “especializarse en producir salchichas para intercambiarlas por mermeladas, en cuya producción se habría especializado “la familia B”, pues basta que uno de sus componentes tenga un trabajo y logre el ingreso necesario para comprar en el mercado lo que el poder adquisitivo de ese ingreso le permite de acuerdo con los gustos de la familia.
Principio marginalista 6
Los Mercados son una buena manera para organizar la Actividad Económica
Dice que en las economías de mercado, la planificación central está reemplazada por millones y millones de firmas y hogares.
La Economía Vital
Como sucede con todos los marginalistas actuales, Mankiw confunde el modelo de Competencia Perfecta, al que acude para “establecer las sagradas leyes de la Economía” con la realidad. La realidad es que en el mundo impera la competencia de los grandes oligopolistas, en cuyos mercados hay millones de hogares, sí; pero no hay millones de firmas compitiendo por el mismo producto. La esquizofrenia marginalista les obliga a confundir el modelo, trazado en el papel, con la realidad palpitante del mundo. Intentan, por todos los medios, de retrotraernos a la época en que el mercado era de libre competencia, allá en el siglo XVI-XVIII. En un mercado de libre competencia, el bien es homogéneo y la cantidad de oferentes de ese bien es tan grande que ninguno, por sí solo, podría cambiar el precio de ese bien. Pero en la actualidad, el mercado de competencia perfecta, en el que hay “millones de firmas que ofertan el bien” es una excepción, especialmente en el mercado internacional. Tomemos el mercado de computadoras, de automóviles o el de celulares. En cada uno hay una cantidad reducida de firmas corporativas que compiten entre sí para logra mayores segmentos de mercado de ese bien; v.g, computadoras. Las numerosas familias, “millones”, están sometidas a las decisiones de las corporaciones, tal como veremos cuando analicemos la alienación del consumidor al mercado, sometimiento y alienación que los marginalistas pretenden encubrir usando como escenario de análisis el mercado de competencia perfecta y no los de competencia imperfecta, en los que operan las corporaciones transnacionales.
Principio marginalista 7
El Gobierno puede, algunas veces, mejorar el mercado
Mankiw dice que el gobierno puede hacerlo protegiendo los derechos de propiedad de las empresas. Para los marginalistas, ésa es la única razón por la que el Estado podría intervenir en la economía. Con el objeto de mostrarnos en qué situaciones el gobierno puede intervenir, nos traslada a un pueblito en el que hay una sola fuente de agua y que, en tal caso, el gobierno tiene el deber de reglamentar el abuso. Por supuesto, en el pueblito, no en los negocios de las transnacionales.
La Economía Vital
Esto es ingenuidad pura; la fuente de agua del pueblito no refleja los verdaderos abusos que las corporaciones transnacionales monopólicas y oligopólicas comenten en el mundo real. Su ejemplo del pueblito pretende hacernos creer que no hay monopolios ni oligopolios ni corporaciones transnacionales que expolian hasta la médula los recursos humanos y naturales de los países anfitriones. El intento de poner velos a esta clase de abusos, por medio de ejemplos tan ingenuos, es una muestra de la sólida lealtad con que los economistas del marginalismo pretenden velar los abusos de las corporaciones transnacionales. Por otro lado, dice que una economía de mercado recompensa a “la gente” de acuerdo con la habilidad para producir cosas que otras “gentes” están dispuestas a pagar por ellas. Otra vez pretende trasladarnos a las épocas pre-históricas en las que las tribus se especializaban en producir cosas que otras tribus deseaban y que ahora las personas o familias hacemos lo mismo.
También dice que la mano invisible no asegura que cada uno tenga lo suficiente para comer vestir y cuidar de su salud. Estas desigualdades, continúa, dependen de la filosofía política del gobierno que interviene. En la práctica muchas políticas públicas, tales como la economía del bienestar se orientan a lograr una distribución más igualitaria de los beneficios de le economía. Ante los abusos de las corporaciones trasnacionales en los países subdesarrollados , el Estado debe intervenir para limitar la expoliación que realizan, tanto de los recursos humanos como de los recursos naturales. Si el Estado no interviene, el país anfitrión estará a merced de los grandes depredadores del planeta y el mundo estará sufriendo los efectos de la depredación planetaria.
Principio marginalista 8
El nivel de vida de un país depende de su habilidad para producir bienes y servicios
La variación de los niveles de vida entre los países emerge de las diferencias en la productividad de cada trabajador. La tasa de crecimiento de la productividad de una nación, dice, determina la tasa de crecimiento de su ingreso medio. Por otro lado, continua, debemos relacionar los resultados de las políticas económicas del gobierno por la manera cómo influye sobre la habilidad para incrementar la productividad. Esto es innegable y no hay discusión al respecto.
La Economía Vital
No hay nada que objetar a ese principio; como veremos luego, la productividad del conocimiento aplicado al proceso de producción determina el nivel de vida de la población. Pero, quienes trabajen en condiciones adecuadas, en una atmósfera cómoda y un entorno acogedor, como el que se muestra arriba serán siempre mucho más productivos que los campesinos que se observa en la foto de abajo.
Principio Marginalista 9
Los precios suben cuando el gobierno imprime demasiado dinero.
La Economía Vital
El marginalista dice que en casi todos los casos, la causa fundamental de la inflación es el exceso de circulante y la reducción del circulante es la causa más importante de la reducción inflacionaria. El incremento de circulante está presente en los procesos inflacionarios, pero no toda inflación tiene como fuente el incremento del circulante. Sin embargo, esta percepción llevada al extremo por una variante del marginalismo, esto es, el Monetarismo, una de las variantes del marginalismo actual, afirma que la única causa de inflación es el exceso de circulante, lo que es completamente falso, pues hay otras causas de los procesos inflacionarios, tales como la inelasticidad de la agricultura, la inflación importada, la inflación estacional, la inflación de costos… la idea de percibir al exceso de circulante como la única fuente de la inflación, está consanguíneamente emparentada con la aversión que el marginalista siente por el papel fiscalizador del Estado, a quien culpa por las “malas políticas monetarias y fiscales”
Principio Marginalista 10
En el corto plazo, la Sociedad enfrenta un intercambio entre inflación y desempleo.
Eso se debería al hecho de que el aumento del circulante estimula el gasto en la economía y, con el gasto, la demanda. Ese aumento de demanda hace que las firmas aumentes sus precios y motiva la contratación de más trabajadores para expandir la producción. El mayor número de contrataciones implica menos desempleo.
La Economía Vital
En este punto, Mankiw se aleja del marginalismo de Milton Friedman y se acerca más al marginalismo de Keynes. Sin embargo, la Economía Vital apoya la visión de Friedman y su propuesta sobre la inadecuación de la Curva de Phillips en el corto plazo, el principio de la inflación esperada y, con ello, la coexistencia simultánea de altos índices de desempleo y de inflación. Este fenómeno, siendo relativamente reciente (fines de la década de 1960) en las economías desarrolladas, ha sido una constante en los países subdesarrollados.