LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO A TRAVÉS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR

LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO A TRAVÉS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR

Hyagna Cabello Peña (CV)
Hermes Infante Miguel
(CV)
Universidad de Oriente

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1.2.1 Actos de habla asertivos.

El objeto ilocutivo del acto de habla asertivo debe definirse por la intención del hablante de convencer al oyente de que él (el emisor), cree sinceramente que la proposición expresada corresponde a un estado de cosas real. No hace falta que el hablante intente convencer al oyente de la verdad de la proposición, pues de procurar lograrlo, realizaría una determinada clase de acto asertivo, o sea, un acto argumentativo (Ibid: 116- 117).
Las afirmaciones hechas en un debate o discusión expresan una opinión personal del hablante o escritor; de modo que, en principio, pueden ser cuestionadas por el interlocutor. De ahí que el hablante no sólo deba ser capaz de motivar lo que sostiene, sino que, por razones tácticas, le convenga a menudo recurrir a estrategias mitigadoras para hacer su punto de vista más aceptable para el interlocutor. La cortesía asertiva, por consiguiente, consiste en atenuar, de distintas formas, el contenido proposicional o la fuerza ilocutiva de la aserción, para lo  cual se aplica una subestrategia de cortesía: la mitigación (Ibid: 121).
Los recursos de mitigación asertiva pueden realizar la modificación semántica de la proposición , que opera en el plano de la estructura informativa de la aserción y se centra en la especificación de un posible contra argumento con la oración concesiva como su manifestación lingüística preferente, o la modificación pragmática, la cual se divide en dos subcategorías: las locuciones performativas atenuadas, en las que el hablante muestra empatía por el interlocutor, anticipando disculpas por su comportamiento verbal con oraciones como: Tengo que aconsejarte que no le digas nada sobre lo ocurrido. Quiero invitarte a participar en el banquete; y las manipulaciones del valor veritativo, que se manifiestan en dos niveles diferentes: estrategias léxicas y deícticas (Apud. Bidot, .2007:74).
Las estrategias deícticas están compuestas concretamente por las coordenadas del centro deíctico de persona y tiempo (Idem). Según Fillmore, los tres tipos de deíxis – persona, lugar y tiempo – están orientados hacia el punto de referencia del hablante, que constituye el centro deíctico.
Al analizar el concepto de deíxis, Rauh pone de relieve que el centro de orientación de las locuciones lingüísticas, basado en el punto de vista del hablante, puede moverse en varias direcciones para comunicar significados diferentes (Haverkate, 1994: 30). En este trabajo nos interesa la categoría de deíxis personal, la cual se divide en dos subcategorías fundamentales: la fuente locutiva (el hablante) y el objeto locutivo (el oyente).
En nuestro trabajo resulta relevante la referencia no específica de la coordenada de persona del centro deíctico, que puede servir para despersonalizar la identidad de los participantes en la interacción verbal asertiva. Dicha estrategia se denomina desfocalización1 , y está definida como una táctica de distanciamiento manejada por el hablante para reducir o minimizar su propio papel o el del oyente en lo descrito (Ibid: 131-133).
H. Haverkate señala como manifestaciones en español de la referencia no específica el pronombre pseudorreflexivo “se” (denominado también se genérico), la segunda persona del singular del verbo y la primera persona del plural del verbo. De acuerdo con nuestra línea de investigación, nos quedamos con los dos primeros y con el indefinido uno que, a pesar de no haber sido incluido o advertido por Haverkate, también implica una desfocalización del centro deíctico personal.
En el siguiente capítulo contrastaremos estos tres usos en la función sujeto, que es donde realmente resultan homólogos o equifuncionales (Vid infra Capítulo 2, acápite 2.4); pero antes, en los próximos subacápites, abordaremos sus características generales tomando como referencia fundamentalmente lo expresado en la tesis doctoral de I. Bidot (2007), la Gramática Descriptiva de la Lengua Española (2000) y otros trabajos consultados2 .

1 Este término se opone al de focalización (Haverkate, 1984. Apud. 1994: 216). El foco sirve para realzar o enfatizar una parte del enunciado, haciendo que el receptor se fije en ella. Cuando un elemento de la oración está realzado decimos que está focalizado (Frías, 2001: 28).

2 Vid Arroyo (2000) y Pérez (2006).