ESBOZO DE LA HISTORIA DE ISRAEL

ESBOZO DE LA HISTORIA DE ISRAEL

Carlos Ruz Saldívar (CV)
Universidad Veracruzana

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Capítulo V.- De la Diáspora al Israel contemporáneo.

La Sinagoga.

Con la caída del reino de Judá, el territorio quedo desolado pero no totalmente deshabitado, sin embargo la destrucción del templo había causado un impacto profundo en la fe judía, es probable que el judaísmo hubiera desaparecido de no haber existido un lugar donde pudieran preservar y lograr la cohesión en la religión y las costumbres del pueblo, y que además les permitiera preservarse en el tiempo, otros pueblos después de una destrucción de sus elementos de identidad desaparecieron y no se volvió a saber de ellos, pero el judaísmo no lo haría gracias a un lugar de estudio y adoración que hoy persiste todavía, la Sinagoga.
Es difícil señalar una fecha como origen de la sinagoga, las evidencias arqueológicas más fuertes las ubican en los primeros siglos de la era común, y podría hacer pensar que se establecieron después de la destrucción del templo en el año 70 e.c., pero si así hubiera sido, no podrían tener la fuerza suficiente para preservar el judaísmo ya que no gozarían de la raíz necesaria que la identificara con la gente y la encauzara, para André Chouraqui la sinagoga surge en los tiempos de la destrucción del templo de Salomón y el exilio babilónico (Chouraqui, 2008, pág. 38), igual sugerencia la aportan Eric Meyers y Sean Burt (Meyers & Burt, 2011, pág. 218), por lo que me sumo a la opinión de estos especialistas ya que como habíamos comentado (11), en el exilio babilónico la fuerza de la religión se manifiesta con mayor poder, el pueblo no perdió unidad sino por el contrario, adquirió con la religión un mayor sentido de identidad y de fe, ya que pensaron en un Di-os universal sin un espacio o representación en un edificio físico, de tal forma que ante la ausencia del templo para acudir a adorar, las características del monoteísmo judío empezó a tomar forma, de otra forma no podríamos entender el mantenimiento de la fe de Judá en tierras extranjeras.
Prácticamente todos los estudiosos reconocen que la sinagoga era una institución bien desarrollado al menos un siglo antes que los romanos destruyeran el Templo, ya que las sinagogas son mencionados por el filósofo judío Filón de Alejandría 1, el propio Josefo la menciona así como en la literatura rabínica, además de lo anterior las evidencias arqueológicas así lo demuestran, una prueba de ello la tenemos en las exploraciones realizadas entre 1913 – 1914 por el arqueólogo de origen francés Raymond Weill, quien exploró y encontró al sur del Monte del Templo, una antigua cisterna de agua con una inscripción en griego, la cual describe la vida de una comunidad de la sinagoga en Jerusalén, en la época cuando el templo aún no había sido destruido (Fine, Apr 1996). Por lo que en las fechas de la destrucción del templo, la sinagoga ya se encontraba bien consolidada y pudo ser el catalizador de la fe judía ante la falta de templo.
El templo de Jerusalén era esencialmente un lugar de culto, la sinagoga tenía una función diferente, puesto que su función era servir como un lugar de estudio, pero es probable que en la diáspora también fuera un lugar para la oración, esta situación nos permite entender que la destrucción del templo no significó el fin de la forma de vida que llamamos judaísmo, la sinagoga estaba lista desde antes para suplir esta ausencia. El Cohen sería reemplazado por el Rabino, el sacrificio, por oraciones, el estudio de la Torah y la observancia individual de los mandamientos. En este giro que sufre el judaísmo con la destrucción romana del año 70 e.c., parece que desvanece las diferencias internas y en la sinagoga se agruparon todos los judíos y se esforzaron por encontrar la unidad, los romanos lograron con la destrucción del templo los que los propios judíos no habían logrado, estar unidos, y es que saduceos, zelotes, sicarios y esenios desaparecieron o se sometieron a los mecanismos propuestos en la sinagoga, muy probablemente los fariseos fueron quienes las dirigieron (Chouraqui, 2008, pág. 34), en ello coincide Cohen al señalar que los rabinos fueron liderados por Rabán Gamaliel, miembro de una prominente familia farisea (Cohen, 2011, pág. 323).
La sinagoga salvaría al judaísmo tanto en Israel como en el resto de la Diáspora, ya que se convertiría en el centro de la práctica religiosa, el lugar de estudio y preservación de las costumbres, el único lazo que permitiría la cohesión de todos los judíos a lo ancho del mundo, por ello el servicio es homogéneo en todas partes no sin diferencias pero no son significativas, algo que debemos destacar es que estando Jerusalén prácticamente en ruinas, la capital ideológica del judaísmo se ubicaría en Babilonia, la cual se había multiplicado desde la deportación  ocurrida alrededor del 586 a.e.c., y que gracias a las casas de estudios no habían perdido su identidad, por lo que se convirtieron en el bastión del judaísmo. Gracias a la sinagoga y al estudio de la Torah, los judíos recibieron el apelativo del pueblo del libro, Chouraqui prefiere mencionarlos como el pueblo de la exégesis, ya que podría decirse que inventaron esta ciencia (Chouraqui, 2008, pág. 45), porque en efecto, el estudio de la Torah en el judaísmo requiere de un proceso de lectura y discusión, por lo que gracias a este proceso de estudio en las sinagogas y a pesar de casi dos mil años de ausencia de templo, el judaísmo se ha preservado hasta nuestros días.

1 Filón de Alejandría (c. 20 a.C.- 50 d.C.), filósofo judío heleno. Aunque está considerado como el filósofo judío más importante de su tiempo, Filón hizo tan suyas las doctrinas procedentes de la filosofía griega que debe ser considerado también como un filósofo heleno que combinó elementos tomados de distintos orígenes dentro de una unidad original. Fuente: Microsoft Encarta 2008.