Le economía tradicional tiene algunos indicadores para estimar el grado de creci-miento de una economía en particular, entre ellas, las más importantes serán el PIB y el PIB per cápita.
Se define al PIB como el total de los bienes y servicios producidos en un país en un año y valuados a los precios respectivos de mercado. El PIB usualmente se mide en dólares americanos. Los neoliberales dicen que el problema de la pobreza y de la miseria se solucionará automáticamente a medida que se produzca más y el PIB crezca, pues “con una torta más grande mayor serán las porciones que le toque a cada uno”. Sobre la base de las estadísticas mundiales es imperativo rechazar esta visión encandilante. Tomemos un ejemplo, concreto. Según el Banco Mundial, el PIB per cápita en Bolivia es alrededor de $ 2500 anuales. Ahora bien, debido a que las estadísticas nacionales dicen que 70% de la población está en el cinturón de pobre-za, podemos tomar el 50% para decir que el ingreso percápita de este segmento de la población no llega a 400, mientras que el grupo que concentra el ingreso, es de-cir, el 10% de la población tendría un ingreso per cápita de alrededor de $30000 anuales. Supongamos ahora que se inicia y cumple un proceso de desarrollo del 5% netos acumulativo en los próximos 10 años (neto, en el sentido de que ya se ha descontado la tasa de crecimiento que cubre la inflación y el crecimiento de la población) Asumamos también que ese crecimiento se realizará con una distribución perfectamente equitativa del ingreso. En este caso, los que ahora reciben $30000 al cabo de 10 años recibirán $48866 anuales per cápita, mientras que los que ahora reciben $400 tendrán un ingreso per cápita de $ 651. El resultado es clarísimo: a pesar de haber acudido a suposiciones tan optimistas, como son las de un desarrollo sostenido del 5% netos anual durante 10 años y una distribución perfectamente equitativa del ingreso, algo que no sucede jamás, la brecha entre los que concentran el ingreso y los que sufren de pobreza no se habrá cerrado ni en un centavo. Pero, en la realidad, la distribución del ingreso estará muy lejos de ser equitativa; al contrario, a medida que aumenta el ingreso nacional la brecha se agranda más que proporcionalmente. Lo cierto es que el crecimiento económico sin las medidas previas de distribución del ingreso, no sólo es incapaz de frenar la pobreza, sino que se convierte en la principal causa del incremento de la pobreza.
Es el resultado de la división del PIB entre el número de habitantes que existen en un país (también se introduce una variable llamada Paridad del Poder Adquisitivo, pero por ahora podemos prescindir de ella para hacer más clara la comparación) En el año 2012, el país de mayor ingreso percápita fue Catar, con $ 106.284, aunque su PIB es de $184596 y ocupa el lugar 51 entre todos los países del mundo. EEUU tiene un ingerso percápita $ 49601 y ocupa el sexto lugar en el mundo, a pesar de que tiene el PIB más alto del planeta, $ 15.609.697 millones de millones de dólares. China, aunque tiene el segundo PIB más alto del mundo, $ 12.387.048 millones de millones, su ingreso percápita alcanza apenas a $9143 y ocupa el lugar 90 de un total de 206 países tomados en cuenta por el Fondo Monetario Internacional.
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