La fuerza está ligada a la lucha por la supervivencia, desde el primer proceso de trabajo. En este estadio, el grupo social es totalmente dependiente del Centro de alimentación. Los cambios en la Naturaleza conducen a afrontamientos violentos en la apropiación de los bienes alimenticios. Sin embargo, eran luchas ocasionales, las cuales actuaban como una fuerza exterior a la actividad socio-económica de cada grupo social.
Con la creación de las herramientas de trabajo, que servían también como instrumentos de guerra, la violencia exprimida en la defensa o en la conquista de los Centros de alimentación se acentúa. Pero esas luchas entre los grupos sociales, que tenían por objeto los bienes alimenticios, eran igualmente ocasionales.
En estos dos casos, la fuerza estaba animada por la supervivencia del grupo social. Se trataba de una lucha entre grupos sociales por la apropiación de los bienes alimenticios que ofrecían los Centros de alimentación. De donde podemos inferir que son los vaivenes de la Naturaleza que ponen frente a frente a los grupos sociales. Siempre en la preocupación de la supervivencia y con el solo propósito de la apropiación de una Canasta de alimentación para reproducir el grupo social-fuerza de trabajo.
En la actividad socio-económica 2pnp, la tierra cultivable deviene pieza principal en el desarrollo del grupo social, y su conquista o defensa resulta ser su preocupación mayor. En la segunda fase, la fuerza adquiere una doble dimensión. Hacia el exterior de la sociedad 2pnp cumple el rol de agente de la actividad socio-económica; y hacia el interior de la sociedad, contribuye al nacimiento de la Relación de dominación. Esta doble manifestación de la fuerza está condicionado por el proceso de trabajo 2pnp.
Entonces, la fuerza, en su segunda dimensión, es el elemento que transforma el grupo social en sociedad. La fuerza ha llegado a constituirse en un elemento de la actividad socio-económica de una sociedad. Ella sirve no solamente para transformar el modus vivendi de un grupo social, sino también para mantener la dominación de la clase social-ociosa sobre la clase social-fuerza de trabajo al interior de la sociedad.
Es ahí que encontramos la explicación, primero, de la importancia alcanzada por la violencia y, segundo, de su especialización. Un tipo de fuerza que se manifiesta en la guerra entre grupos sociales o sociedades, y otro, en el avasallamiento y la extorsión de una clase social, al interior de la sociedad. Esas dos grandes líneas de la fuerza, hacen de ella un sujeto de primer orden en la formación del Estado.
La fuerza ha terminado por introducirse en el tejido de la actividad socio-económica. Ella está permanentemente presente en la producción y en la repartición del Producto social. Aun cuando la fuerza no modifica el proceso de trabajo, ella encuentra el medio de reflejarse, de una manera decisiva, en la repartición del Producto social. La fuerza, sobre la base de la condición formal de la Relación de dominación, es el argumento principal en la repartición del Producto social.
Sobre la base de la condición formal de la Relación de dominación, la instalación de la fuerza, al servicio de una clase social dominante, da nacimiento a la Repartición Individualista, a la lucha de clases, así como al Estado. La lucha de clases aparece desde el momento en que hay extorsión del producto generado por la clase social-fuerza de trabajo. El Estado toma forma para velar cotidianamente ese “estado de derecho”. Este es una de las características principales del Estado, y de la fuerza de su Poder.
Esto es lo que René Girard nos muestra come “el rol de la violencia en las sociedades humanas” . En la ocurrencia, en actividades socio-económicas, bajo el imperio de la Relación de dominación, no se puede imaginar un Estado sin clases sociales. Aun cuando la propiedad privada de las tierras cultivables es el mecanismo cotidiano de extorsión, el Estado es la fuerza institucionalizada de una Relación de dominación, de una clase social-ociosa sobre una clase social-fuerza de trabajo.
“El Estado no es un poder impuesto del exterior de la sociedad; no es tampoco
‘la realidad de la idea moral’, ‘la imagen y la realidad de la razón’, como lo
pretende Hegel. Es sobre todo un producto de la sociedad en un estadio
determinado de su desarrollo,” afirma Friedrich Engels. Y agrega: “El Estado no
existe para siempre. Ha habido sociedades que han sabido conducirse sin él, que
no tenían ninguna idea del Estado o del poder del Estado. En un cierto estadio
de desarrollo económico, que estaba necesariamente ligado a la división de la
sociedad en clases, esta división hizo del Estado una necesidad.” El Estado nace
como un instrumento de dominación, al servicio de la clase social dominante.
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