Las formas de evaluación
La evaluación integral del aprendizaje se debería realizar durante la extensión del proceso de enseñanza, clasificándola en etapas atendiendo principalmente al nivel de información de los objetivos que pretende verificar, así, se pude fraccionar en:
Evaluación diagnóstica.
Evaluación sumativa.
Evaluación formativa
Evaluación diagnóstica.-
Es la que se pudiera realizar antes de iniciar una etapa de aprendizaje, con el objetivo de verificar el nivel de preparación, conocimiento y entendimiento que poseen los estudiantes para enfrentarse a las tareas que se espera sean capaces de realizar.
La evaluación diagnóstica se aplica generalmente al iniciar un curso y consiste en la aplicación de un examen consistente, generalmente, en una pregunta generadora o una actividad que permite iniciar un tema, observar y analizar cuanto sabe un alumno y también qué no sabe. Una evaluación diagnóstica permite verificar deficiencias, suficiencias y equilibrios, enterándonos a partir de que o cual contenido se inicia un ciclo de aprendizaje, su extensión y límites, mismo que puede abarcar un día, una semana, un mes, un curso o la vida misma del educando.
La decisión de evaluar diagnósticamente al principio del curso o antes de una o varias unidades, depende de la ubicación de la asignatura en el plan de estudios y de la relación que uno o varios temas tienen con cursos o niveles escolares anteriores. En todo caso, este tipo de evaluación debe referirse a los conocimientos o habilidades necesarios para enfrentar exitosamente los temas y tareas del nuevo curso. La evaluación diagnóstica no debe conducir a la modificación del programa, al menos en sus partes fundamentales, sino a la adecuación de las estrategias didácticas.
Los resultados de la evaluación diagnóstica no deben ser solo del conocimiento del profesor, sino que deben darse a conocer a los estudiantes, de modo que cada uno individualmente conozca su punto de partida y la situación en que se encuentra su conocimiento con respecto al grupo y a los objetivos del curso.
Dada las características y finalidades que persigue la evaluación diagnóstica, es obvio que no debe asignársele una calificación, ya sea cualitativa o cuantitativa, ni debe promediarse o afectar la calificación final del estudiante en el curso.
Evaluación sumativa.-
Es la que se realiza al término de una etapa de aprendizaje para verificar los resultados alcanzados. Este tipo de evaluación se enfoca a conocer el grado o nivel de satisfacción de los objetivos generales o fundamentales de un curso, es decir, a aquellos que implican el mayor grado de complejidad o de integración, es el reflejo del conocimiento adquirido en la currícula general del programa. No se refiere solo a los conocimientos que debe tener un estudiante, sino a lo que debe ser capaz de hacer con esos conocimientos, habilidades y actitudes.
La evaluación sumativa está directamente vinculada con la acreditación, cuyo resultado normalmente se expresará en una calificación. Utiliza instrumentos que permiten obtener información clara y acorde con los aprendizajes a evaluar. Esta evaluación debe de estar completamente enfocada al cumplimiento de los objetivos de aprendizaje.
La forma más usual en la evaluación sumativa es el examen escrito, pero también se puede evaluar con proyectos educativos, organizadores de ideas, exposiciones, investigaciones, escritos, etc.
La evaluación sumativa y la calificación.-
La evaluación sumativa se refiere a las evaluaciones realizadas al final de una unidad de enseñanza o curso de estudio, con el propósito de dar calificaciones o de certificar el aprovechamiento del estudiante. La evaluación sumativa y la calificación pudieran constituir una seria amenaza para los objetivos de aprendizaje declarados por la evaluación formativa, considerando lo que enseguida se expone.
Las prácticas de las calificaciones pueden minar el proceso de aprendizaje de varias maneras. Las pruebas y las tareas calificadas comunican lo que es importante aprender. Si estas mediciones divergen de las metas del aprendizaje que se valora, entonces los estudiantes concentran su atención y esfuerzo sólo en la porción calificada del currículo, ignorando, generalmente, partes fundamentales y torales de su formación.
El uso de calificaciones como premio o como castigo puede socavar la motivación intrínseca de aprender. A aquellos estudiantes para quienes los criterios de las calificaciones les parecen fuera de su alcance, pueden reducir su esfuerzo y su ulterior aprendizaje. La naturaleza comparativa de las prácticas tradicionales de calificación puede reducir la buena voluntad de los estudiantes de ayudar a otros o de aprender de los demás, dada, principalmente, la existencia de comparaciones involuntarias que demeritan sus esfuerzos personales.
Finalidades de las calificaciones.-
Para el estudiante, las calificaciones hablan a los demás acerca de los logros personales y llegan a desempeñar un papel muy importante en las interacciones del aprendizaje, sin dejar de mencionar el impacto que causan en la elevación de la autoestima. Las evaluaciones sumativas sirven para verificar la consecución de logros importantes en la adquisición de competencias, al igual que la evaluación formativa.
En el proceso biológico de enseñanza-aprendizaje y desarrollo cognoscitivo del individuo, las calificaciones deberían ser mucho menos importantes en la formación primaria, de lo que son para los estudiantes de secundaria y preparatoria. Cuando los estudiantes llegan a la secundaria, hay una expectativa mayor de que las calificaciones tengan significado para un público externo, dada la integración progresiva del estudiante en su entorno social. Así, una calificación alta en lengua y literatura debería implicar que el estudiante de preparatoria pudiera escribir una composición bien organizada y un promedio de calificaciones de nueve debe significar que está bien preparado para el trabajo universitario, todo en una línea y lógica de desarrollo del dominio y entendimiento del idioma.
Es mucho más difícil llevar a cabo evaluaciones formales de niños pequeños y mucho menos necesario. Las evaluaciones de niños pequeños deben basarse en la observación realizada durante las actividades ordinarias del aula, deben usarse con fines formativos y para comunicárselas a los padres. El método de presentar informes a los padres no debe depender de las calificaciones con letras o números sino información significativa y descriptiva. En los primeros años de estudio del alumno, desde la perspectiva paterna, hablar con el maestro es más valioso porque le da un conocimiento de primera mano de las fortalezas y debilidades específicas de su hijo en el contexto del currículo en el aula.
Con el pretexto de la finalidad de la evaluación se generan ambientes tanto democráticos como autoritarios en extremo que igualmente afectan de manera positiva o negativa la formación del estudiante, así tenemos que:
Los maestros tratan de ser justos con los estudiantes, lo que incluye, informarles sobre los componentes de una calificación.
Las mediciones de rendimiento o pruebas, son los componentes más importantes para las calificaciones
El esfuerzo y la capacidad también suelen tomarse en consideración para la calificación.
Los maestros de primaria utilizan evidencia y observación más informales.
En el nivel secundaria, las mediciones de rendimiento con pruebas de lápiz y papel y otras actividades escritas constituyen una porción mayor de la calificación.
Diferentes maestros perciben el significado y la finalidad de las calificaciones en forma diferente.
Los maestros se sirven de un conjunto variado de factores distintos al desempeño, lo que les ayuda a elevar las calificaciones de los estudiantes.
Los expertos dan argumentos en contra de considerar el esfuerzo, la capacidad y la actitud cuando se califica, porque minan la validez de las calificaciones como indicadores de desempeño.
La capacidad, la actitud y el esfuerzo no pueden medirse con precisión, crean desigualdades, invitan a los estudiantes a fingir y confunden a la mayoría o a todos los públicos acerca del significado de las calificaciones.
Los hábitos de trabajo están estrechamente relacionados con la retroalimentación que los estudiantes necesitan respecto de cómo mejorar
La participación es esencial para la relación del estudiante con el maestro como instructor.
Los maestros utilizan calificaciones de esfuerzo para controlar la conducta de los estudiantes, que no es lo mismo que crear un ambiente de aprendizaje que los motive.
Las notas recompensan el haber completado las tareas y la motivación para aprender, y no tanto lo que se sabe.
La evaluación tradicional.-
Por otra parte, hay una palabra que, al menos en México, en las últimas dos décadas causa escozor, lo cual de entrada, ya es positivo, dado que, al parecer, se han despertado conciencias en el sector docente. Nos referimos a la llamada forma tradicional de enseñar, lo que conlleva aplicar una forma de evaluación, igualmente “tradicional”.
La evaluación tradicional, generalmente identificada con la evaluación sumativa, presenta dificultades como las que siguen:
Crea jerarquías de excelencia entre alumnos y maestros.
No genera responsabilidad de directivos y personal de apoyo en la calidad de la educación del centro educativo.
No atiente diferencias de nivel de aprendizaje de los alumnos y los evalúa con igualdad de circunstancias.
No promueve prácticas innovadoras en el proceso de enseñanza aprendizaje por parte del maestro.
Frena la autonomía del alumno.
No permite retroalimentación.
Evalúa solo productos o al término del periodo de aprendizaje.
Utiliza únicamente pruebas como instrumentos de evaluación.
No favorece la construcción de aprendizajes a nivel sustantivo.
Absorbe gran porcentaje del tiempo escolar, al separar evaluación de aprendizaje y enseñanza en momentos diferentes.
Limita, en el mejor de los casos, la participación de los padres, normalmente la excluye.
No considera las condiciones y el contexto del aprendizaje.
No considera los propósitos o proyectos personales del evaluado.
Teoría del aprendizaje y evaluación.-
Un modelo de aprendizaje sirve como un elemento unificador, un núcleo que da cohesión al currículo, la enseñanza y la evaluación. Para respaldar el aprendizaje del estudiante, las evaluaciones deben apoyarse en modelos compatibles con el mismo aprendizaje que la justifica y le da cohesión.
Los cambios en la teoría del aprendizaje son la fuerza motriz de los cambios en la forma en que se desarrolla la enseñanza y la evaluación. Las concepciones contemporáneas del aprendizaje han transformado la comprensión de cómo ocurre el aprendizaje, han alterado el concepto de aprendizaje, qué significa ser competente y cómo buscar evidencia de esa competencia.
De acuerdo con la teoría cognitiva, quienes aprenden construyen el conocimiento conectando nueva información a estructuras previas de conocimiento. Los esquemas mentales, sirven para organizar el conocimiento, para cuando se necesite lo recuperemos y utilicemos en situaciones problemáticas, éste proceso se le suele llamar aprendizaje meta cognición.
El proceso llamado meta cognición, permite monitorear y manejar la propia comprensión y aprendizaje de quien aprende. Los cognitivistas enfatizan en la comprensión conceptual y han demostrado que la transferencia o extrapolación o el uso del conocimiento en situaciones nuevas, se hace posible por la adquisición de principios generalizados y el uso de esquemas, gracias a los cuales se reconocen las similitudes en los distintos tipos de problemas y se encuentran soluciones similares en problemas parecidos.
Vygotsky y otros psicólogos rusos se ocuparon de la naturaleza social del aprendizaje y en la idea de que la competencia y la identidad de quienes aprenden se desarrollan por medio de la participación social del aprendizaje. Según esta teoría, un individuo aprende a pensar y a razonar gracias a una gran diversidad de apoyos proporcionados por adultos y pares más conocedores e informados. Este modelo de aprendizaje queda caracterizado como un proceso de inducción o como un modelo del aprendiz, mediante el cual se permite a los novatos participar y hacer contribuciones en un contexto de trabajo real, pero a los que se asignan tareas adaptadas a su nivel particular de competencia.
En la teoría sociocultural los productos del aprendizaje están integrados en las prácticas culturales del ambiente donde se desarrolla la actividad. De este modo, aprender conocer es volverse un adepto que participa en las maneras de hablar, las representaciones del conocimiento y el uso de herramientas asociadas con una comunidad de práctica específica.
Podemos usar la investigación socio-cultural para entender los procesos sociales que respaldan y definen el aprendizaje y la teoría cognitiva, con el fin de entender los procesos mentales subsecuentes y recurrentes del individuo, incluso el razonamiento y las reflexiones de una persona aparentemente privadas, están integradas socialmente, porque el individuo lleva consigo las formas de razonar, las expectativas, los criterios de su mundo social.
Los evaluadores y el ambiente de evaluación.-
Para hacer una evaluación de calidad no basta con un maestro bien intencionado, se requiere de una visión amplia y prospectiva de aquello que se involucra dentro de los fenómenos educativos. Muchas evaluaciones efectuadas por personas inexpertas y sin formación generan interpretaciones falsas, mismas que tergiversan los hechos y conllevan al caos, sin dejar de apuntar el daño hecho a la estima del individuo y al proceso enseñanza-aprendizaje.
Los ambientes o contextos de evaluación, son cambiantes, y heterogéneos, se debe, además, prestar especial atención a los tiempos y formas de aplicar la evaluación. No es lo mismo evaluar el desempeño de docentes y alumnos inmediatamente después de finalizar un semestre escolar que tres o cuatro meses después de terminado éste, o cerca de la aplicación de los exámenes extraordinarios.
Para generar un buen ambiente de evaluación ecuánime y adecuado a las circunstancias especiales del estudiante se requiere considerar:
Que los objetivos de la evaluación sean conocidos por los estudiantes.
Que los evaluadores estén entrenados para tal fin, ya que se trata de un proceso ordenado y riguroso, nunca fortuito o intuitivo.
Considerar que toda evaluación genera una carga de tensión en los sujetos a evaluar.
Que la confidencialidad de los resultados debe ser requisito insoslayable.
Que una actitud inadecuada de los evaluadores puede derivar en violencia simbólica y caos psicológico.
Que ninguna evaluación debe ser condicionada o sus resultados inducidos.
Que se debe procurar la generación de zonas de confort al momento de aplicar la evaluación: tiempos, horarios, recintos.
Recomendaciones para el control de estrategias de evaluación.-
Considerar que los instrumentos deben estar orientados a medir o valorar.
Una vez seleccionados y tipificados los rasgos a evaluar, el siguiente paso consiste en establecer el grado de intensidad y la dirección con la cual se abordarán.
Todo ejercicio de evaluación parte de la selección de aquello que se quiere o necesita conocer.
Elegir es rechazar, un experto en educación podrá efectuar un mejor planteamiento y delimitación del fenómeno a partir de su mejor y mayor conocimiento de lo educativo.
Categorías, dimensiones, indicadores.-
Ningún instrumento de evaluación, llámese test, prueba, cuestionario, etc. puede medir completamente lo que pretende medir. El proceso se complica cuando la evaluación trasciende a la simple medición y se ubica en un plano más abstracto, atendiendo atributos y cualidades inherentes a los fenómenos educativos, emitiendo juicios de valor y contrastando los resultados con la realidad más mediata, de esta manera el proceso se puede descomponer de la siguiente manera:
Categorías:
Son los conceptos generales que permiten identificar las características o propiedades fundamentales del fenómeno a evaluar. Podemos citar algunas:
Profesionalismo del docente
Proceso enseñanza-aprendizaje
Rendimiento académico de alumnos
Formación de egresados
Liderazgo directivo
Calidad en el proceso administrativo
Entorno social, político y económico.
Dimensiones:
Son las formas en que se subdivide una categoría, de los que podemos citar:
Nivel de dominio cognitivo del alumno.
Nivel de inteligencia y creatividad de alumnos y maestros.
Nivel de habilidades del alumno y del maestro
Hábitos de estudio.
Nivel de capacidades.
Disposición para el aprendizaje
Motivación intrínseca del alumno y del maestro
Aprovechamiento de los recursos disponibles,
Nivel de empatía y organización productiva,
Compromiso institucional, Inteligencia emocional.
Indicadores:
Características distintivas que pueden identificarse y medirse a partir de las cuales se obtienen los datos para la evaluación. Éstos construyen o elaboran los instrumentos de medición.
Propuestas de procedimientos para realizar la evaluación del aprendizaje.-
La evaluación, constituye una parte integral de una enseñanza, con un consecuente aprendizaje dinámico e interactivo. La evaluación debe ser, por esencia, plural o multidimensional, para responder a la complejidad del proceso de desarrollo del lenguaje escrito y a la heterogeneidad de los alumnos. Esto implica la necesidad de ampliar el repertorio de procedimientos, técnicas e instrumentos tradicionalmente utilizados, logrando visualizar no sólo las distintas facetas de este proceso complejo, sino también la diversidad de estilos cognitivos y de marcas culturales, psicológicas o afectivas de los alumnos.
El procedimiento que se describe y se propone a continuación no pretende ser rígido ni universal, sino mas bien adaptativo, específico y optativo. Según las características del aprendizaje algunos pasos pueden resultar obvios, o por el contrario, descomponerse en varias actividades. La secuencia también podría variar y de hecho desarrollarse varios pasos simultáneamente. Los pasos que sugerimos son los siguientes:
Definición de lo que se va a evaluar, este es el paso esencial del proceso evaluativo. Es necesario establecer cuáles son los contenidos que se incluirán en la evaluación, con qué profundidad, y enfoques, en qué contexto; si se requiere el manejo de datos y de conceptos; qué tipo de habilidades o procesos deben ponerse en juego.
Determinación de procedimientos, a partir del primer paso se puede establecer la situación más propicia y el tipo de instrumentos que puede servir mejor para recoger información pertinente
Elaboración del instrumento, el instrumento debe desarrollarse junto con su clave o código de respuestas o su instructivo de aplicación. Cuando la evaluación va a efectuarse mediante la realización de un trabajo, se requiere de una cuidadosa explicación de lineamientos, indicaciones, requisitos, y las pautas para su desarrollo, los cuales deberán ser del conocimiento de los estudiantes.
Definición de parámetros, a partir del instrumento concreto o de la definición del trabajo que se solicitará puede establecerse cuál es el nivel mínimo aceptable, que ponderación se dará a cada una de sus partes y si existen requisitos indispensables cuya ausencia limitarían la acreditación de un curso.
Aplicación del instrumento, debe hacerse en las mejores condiciones para que el estudiante demuestre su capacidad real, dándole el tiempo suficiente y procurando un ambiente que permita el máximo de concentración y tranquilidad. El estudiante deberá saber de antemano si se permitirá o requerirá el uso de instrumentos, libros, apuntes, tablas, etc, de acuerdo a los contenidos que se van a evaluar y a las características particulares del instrumento.
Revisión, de acuerdo a la clave de calificación y a los lineamientos para un trabajo de carácter evaluativo, el profesor procederá a su revisión y a las asignación de la calificación, en el caso que la evaluación lo requiera.
La calificación, es el juicio con que culmina el análisis del logro de los objetivos propuestos para una etapa determinada del desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La calificación se expresa en categorías que permiten ordenar o clasificar el rendimiento del estudiante, el problema fundamental, que seguramente surgirá, reside en la necesidad de establecer criterios que ayuden a la objetividad del análisis. El factor subjetivo influye con frecuencia en la valoración del aprendizaje de los estudiantes, y la fundamentación de una evaluación exige orientarse hacia indicadores que sean comunes a todos los estudiantes, que permitan clasificar los resultados en algunas categorías evaluativas y que respondan a los objetivos previamente definidos para la enseñanza de la asignatura.
Este último aspecto es importante analizarlo, debido a que en ocasiones se manifiesta en la práctica docente, la deficiencia de comparar a los estudiantes entre sí en el momento de calificar un examen, sin considerar el carácter individual de la evaluación.
Calificar en condiciones heterogéneas
Calificar debe considerar criterios como:
Diferentes ritmos de aprendizaje.
Diferentes momentos de evaluación.
Identificación de metas intermedias y alcanzables.
andamiaje diferencial.
Si se toma con seriedad, el compromiso de que las calificaciones representen el desempeño se deben suprimir prácticas como:
otorgar puntos extra;
otorgar puntos por entregar fichas y borradores de trabajos;
otorgar puntos por entregar tareas que jamás se califican entre otros.
Para suavizar las preocupaciones sobre las calificaciones, estarían permitidas las tareas o pruebas de reemplazo o descartar las calificaciones de exámenes cuando se verifica el aprendizaje mediante evaluaciones posteriores.
Evaluación del currículum.-
La evaluación curricular pretende analizar los procesos instructivos y la realidad desde la práctica, considerando una perspectiva que les dota contenido, estudiar el curriculum como territorio de intersección de prácticas y vertebra el discurso sobre una teoría educativa. Existen varios elementos en el currículum, sobresaliendo para efectos del estudio:
La línea de orientación filosófica y pedagógica.
El perfil de ingreso y de egreso.
El mapa curricular.
Las asignaturas.
La vinculación: servicio social, prácticas profesionales.
El perfil docente.
Los procesos académico administrativos.
La investigación educativa y disciplinar.
La evaluación es una vinculación entre el currículum y la realidad social, económico, política y cultural, por lo que la evaluación curricular debe articular los diferentes componentes del curriculum y confrontarlos con la realidad. Evaluar el curriculum es evaluar los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores implicados en el plan de estudios.
La evaluación debe de contener un proyecto en donde se especifiquen:
Los objetivos por alcanzar;
las actividades a desarrollar;
los contenidos a aprender;
la metodología a seguir;
la forma de valoración del aprendizaje;
la bibliografía e ideología que se va a distribuir;
Para evaluar curricularmente es necesario:
determinar la secuencia reticular de la materia asentado en los datos administrativos de la misma;
describir los objetivos generales a alcanzar en el estudio de la misma;
argumentar la importancia de la materia en el plan de estudios;
describir el contenido de la materia;
conocimientos, habilidades, valores y destrezas para el curso de la materia;
metodología u organización del curso;
secuencia de evaluación, regularización y desarrollo del curso;
bibliografía o fuentes bibliográficas o electrónicas de información para el curso.
Aspectos a evaluar en el desarrollo del curriculum:
Conocimientos: Los conocimientos de acuerdo a la composición del curriculum, conceptos con bases en el paradigma científico y en algunos casos lenguaje hermenéutico o simbólico, con lenguaje claro, con ejemplos y analogías e interpretaciones con enriquecimiento de conceptos de manera personal.
Habilidades:
Participar en discusiones grupales, exponer de manera segura, expresar ideas bien estructuradas, defender argumentos, utilizar técnicas de discusión e interrogatorios, el desarrollo de habilidades de análisis, síntesis, comparación, clasificación, identificación, creatividad, innovación, razonamiento, comprensión, manejo y utilización de técnicas, planificación, evaluación, comunicación, promoción, distribución, explicación, decisión y trabajo en equipo.
Actitudes:
Asumir valores y actitudes de autoestima, ética, honestidad, discreción, indagación, tolerancia, respeto, participación, interés, responsabilidad, superación y desarrollo personal.
Interés, tolerancia, pluralidad, colaboración, trabajo en equipo.
Relación profesor alumno:
Cordialidad, motivación a la lectura, técnicas de lectura y organización de ideas, subrayado, elaboración de productos de lectura y obtención de elementos e ideas para la discusión como parte fundamental de la formación personal y el aprendizaje.
Relación alumno-alumno:
Integración de equipos de trabajo de manera aleatoria y colaborativa.
Ambiente escolar:
Cordialidad y espíritu de trabajo individual y de equipo.
Las formas de evaluación pueden ser muy variadas, pero destacan tres momentos de evaluación: la diagnóstica o pre-evaluación y sucede al inicio de un tema o ciclo de aprendizaje, misma que se deriva en una abundancia de instrumentos y formas de adquirir información sobre el sujeto a evaluar. La evaluación formativa que implica evaluación de procesos en la conformación de nuevos aprendizajes y la evaluación sumativa, tan despreciada en tiempos actuales por algunos autores que indican que la calificación poco tiene que ver con el aprendizaje, pero que sin embargo cuenta en el medio social y cultural en el que nos desenvolvemos.
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