Germán López Noreñá
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Ohmae en esta parte del libro plantea tajantemente la necesidad de cambios en la mentalidad de los gobernantes, en estos tiempos del paradigma de la economía Global. La dinámica de la globalización, según él, requiere de nuevas maneras de ejercer los gobiernos. Miremos que escribe Viloria en el artículo ya referenciado, citando al empresario y académico del sol naciente:
Ohmae plantea que no es posible escapar a la realidad d que en el escenario global el papel de los gobiernos debe ser completamente diferente. Tradicionalmente los gobiernos se han considerado a si mismos, dice Ohmae, como depositarios del poder, pero los gobiernos centrales encuentran que gran parte de su poder ha desaparecido en un mundo sin fronteras, y que un gobierno central fuerte y poderoso es cosa del pasado. Añade que los gobiernos que traten de aferrarse a las ilusiones persistentes del poder más impotentes se verán.
Se le abona al gestor del PEG, el hecho de ser certero en la apreciación concerniente a la dinámica de grandes velocidades en el proceso de integración de las regiones, en la misma medida también es verdad, su acentuada exageración apologética de las corporaciones. Léster thurow (1996), señala la existencia de un mundo global, pero no de la existencia de un único gobierno global.
En este sentido se erigen dos preguntas claves ¿Quién dirigirá el mundo? ¿Será el mundo corporativo? ¿Podrá las corporaciones de la Economía global dar solución a los problemas concomitantes y subyacentes a la globalización como la exclusión, la pobreza, la degradación ecológica,…?
Thurow (1994), se pregunta “ Quien dominará el siglo XXI?” y a la vez responde el ser posible que algunas potencias se le adelanten a otras, logrando grandes probabilidades de dominio quienes lo hagan; pero es enfático en afirmar “es probable que el siglo XXI se caracterice por la existencia de un líder económico definido, pero no por la existencia de un país que se imponga a todo el resto del mundo”.
A manera de critica podemos observar en el texto de Ohmae, la ausencia o casi nula presentación de aspectos argumentativos desde un enfoque critico de problemáticas del mundo actual, y con responsabilidad directa de los gobernantes de temas como: el crecimiento de la pobreza, las nuevas corrientes migratorias, el efecto invernadero, la decisión de los pueblos de preservar y reclamar sus costumbres, la de rescatar sus recursos naturales, el final de la energía a bajo costo, la altísima corrupción en los gobernantes y los entes corporativos, en fin.
Por lo tanto, reflexionemos y preguntémonos ¿será que los apologistas del paradigma de la economía global o comúnmente denominados “híper-globalizadores, no son parte integral de un todo, llamado tierra? Luego ¿no tendrán responsabilidades éticas y morales para con la conservación del planeta en la perspectiva de lo ecológico? concibiéndose ello como toda una totalidad. Estos cuestionamientos quedan sobre la mesa apreciado lector.