Germán López Noreña
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El Discurso Expositivo es de carácter informativo, en él se presenta, describe y analiza un tema. Tiene a su favor el que el auditorio o el lector es conocedor del tema; su finalidad no es la de convencer, sino básicamente la de informar. En aras de una aprehensión conceptual sobre este discurso, veamos lo escrito por varios estudiosos sobre esta categoría en la tipología del discurso:
Ulloa et al, citando a Cervera (1999; Pág. 27), nos dice que:
Algunos autores como Cervera (1999) —que no diferencia entre texto y discurso— definen el discurso expositivo como aquel que explica, difunde e interpreta “objetivamente determinadas ideas”. Según él, lo expositivo se caracteriza por el tratamiento de un tema con base en un conocimiento de este, “una documentación amplia y apropiada, la ordenación clara de los datos obtenidos, su delimitación y alcance, la estructura lógica, deductiva o inductiva en el desarrollo del tema”.
MAPA CONCEPTUAL CONTENIDOS BÁSICOS DEL DISCURSO EXPOSITIVO
Slater y Graves (1990; Pág. 9), sostienen que: “la función primordial de un texto expositivo es presentar al lector información sobre teorías, predicciones, personajes, hechos, fechas, especificaciones, generalizaciones, limitaciones y conclusiones”.
Van Dijk en su obra La Ciencia el Texto, en la página 142, desde su perspectiva teórica del discurso, plantea que el discurso expositivo está determinado y caracterizado por la presencia de varias superestructuras, las que son esquemas de producción textual, con independencia de los contenidos.
Aspecto comentado por Ulloa y su grupo, quienes conceptúan sobre las superestructuras planteadas por el estudioso holandés, argumentando que:
Entre ellas, se reconocen las superestructuras problema-solución, causa-consecuencia o causa-efecto, conclusión-justificación, comparación y paralelismo, la descripción, la seriación o colección y la superestructura tesis-argumentos. Todas ellas pueden aparecer de manera individual o en diferentes combinaciones posibles. La presencia de la superestructura tesis-argumentos indica la orientación argumentativa de algunos textos expositivos. Asumiendo el punto de vista de Plantin, consideramos que la presencia de una controversia entre diversos autores dentro de un texto, alrededor de un tema, indica también su orientación argumentativa. Dicha controversia puede estar vinculada con cualquiera de las superestructuras mencionadas.
En aras de lograr el cometido informacional del Discurso Expositivo, el debe dar cumplimiento a los siguientes elementos:
1) Claridad: La exposición ha de ser clara ante todo el texto nos lo aclara el tópico alrededor del cual esta trabajando.
2) Concisión: El discurso ha de ser conciso, sintético, las ideas que refleje estén expresadas con exactitud en el menor número de frases.
3) Objetividad: Un texto expositivo no debe reflejar opiniones personales y, si lo hace, éstas han de estar enmascaradas tras una apariencia objetiva. Si escribimos para que nos aclaren una duda y nos contestan con frases como (Yo creo que), (Es posible que) nos podemos enfadar, con todo el derecho.
4) Fijación en el tema: Un cuento puede ser digresivo. Un texto expositivo no. Ha de atenerse al tema en todo momento y no desviarse. Cualquier idea que se salga del asunto del que estamos hablando, sin importar su genialidad, ha de rechazarse al instante.
5) La construcción del discurso expositivo debe estar precedida de un buen proceso de estructuración de la introducción que aclare el tema, la explicación propiamente dicha y un epílogo o resumen que recuerde al lector todas las ideas tratadas.
6) En cuanto a las estrategias discursivas, se podrán utilizar todos los tipos de asociaciones pero sobre todo las relaciones por analogía , causa , consecuencia, precedencia y sucesión. 3.2.4 El Discurso Expositivo Argumentativo
Esta categoría propuesta por el grupo Ulloa de la Universidad del Valle, en el marco del proyecto ya mencionado, es una categoría que trata de recoger la producción oral y escrita en el seno de las actividades académicas de una de las instituciones de la llamada Educación terciaria, La Universidad. Dejemos entonces, que sean ellos quienes nos ilustren al respecto:
Si bien en la vida académica y social se cruzan toda clase de textos posibles y se dan todas las formas de combinación (oral, escrito, audiovisual; así como textos narrativos, expositivos, argumentativos y hasta poéticos), consideramos que dentro de ese universo textual empíricamente dado prevalecen los textos de carácter expositivo-argumentativo, como los privilegiados para circular información y conocimientos en los ámbitos educativos, sin que se pueda siempre establecer una distinción nítida entre ambos. Aunque en ocasiones aparezcan en sus formas más “puras”, es frecuente encontrar una especie de híbrido textual que combina lo expositivo y lo argumentativo, como sucede en las prácticas pedagógicas en general. Por eso, además de verlos por separado, o en sus formas predominantes, hablaremos siempre del discurso expositivo-argumentativo en el que se integran la intención persuasiva, la presentación de un punto de vista frente a un tema, la argumentación en torno a ellos, la formulación explicativa y analítica y la descripción técnica.
El híbrido expositivo-argumentativo está basado en superestructuras del tipo problema-solución, tesis argumentos-conclusión o una combinación compleja de ambas. En lo fundamental, se construye gracias a las operaciones lógicas del pensamiento: definición, clasificación, inclusión, seriación, cuantificación, inducción, deducción y síntesis. Cuando predomina la argumentación se hacen más evidentes la interpretación y los juicios de valor como manifestaciones de un punto de vista o de una tesis que se propone para ser analizada y discutida.
Explicitación de este hibrido del discurso, ampliado por sus autores recurriendo a la postura teórica sobre esta cuestión de Van Dijk, quienes argumentan que “Los textos técnicos, científicos y académicos en general, en cuanto manifestaciones del híbrido expositivo-argumentativo, implican una permanente incorporación de las especificidades requeridas por un mundo velozmente cambiante. Como señala Van Dijk, “en los discursos científicos se presenta una variante especial de las superestructuras argumentativas”; la estructura básica del discurso científico “no sólo consiste en una conclusión y justificación sino también en el planteamiento de un problema y de una solución” (1996. p. 164). Por otro lado, aunque hay unos presupuestos implícitos, en el discurso científico es necesario que los conceptos se definan claramente, entre otras cosas para ponerlos en discusión como parte de las reglas de juego establecidas por la ciencia y la academia (las comunidades epistémicas), en cuanto instituciones sociales”.
Las manifestaciones y las formas del Discurso-Expositivo Argumentativo, tanto orales como escritas, al ser expresiones de la academia, de tipo científica, didáctica, periodistica o de otra índole deben ser en su estructura y presentación, claras, ordenadas y en lo posible de alto rigor científico. Son expresiones de este hibrido del discurso, en el campo de la academia los manuales pedagógicos, los tratados especializados, los artículos científicos, los de divulgación periodistica, ponencias, monografías, tesis, los ensayos, informes de tipo técnico y científicos.
Mención especial, aunque no está explicitado en la anterior tipología del discurso propuesto por los autores abordados, la constituye el llamado Discurso Científico, Definido como: (< latín discursus ['acción de correr de una parte a otra']) El discurso científico es la construcción textual que permite la comunicación de contenidos científicos, por medio de una lengua especializada en la que se caracterizan el léxico, la sintaxis y la configuración textual.
Batista Judith, Beatriz Arrieta y Rafael Meza (2005), escriben lo siguiente sobre la comunicación de los contenidos del Discurso Científico, aclarando el uso de un lenguaje especializado dentro del mismo lenguaje –llamado por los expertos el Metalenguaje disciplinar : El lenguaje como instrumento de comunicación permite romper las barreras del conocimiento y estar al tanto de los últimos acontecimientos científicos. La responsabilidad que asume el científico de validar, falsear o imponer nuevas teorías que sean capaces de crear nuevos conocimientos o corroborar los que ya existen, a través de su discurso, exige que el lenguaje utilizado para la transmisión de estos saberes pueda difundirse por toda la comunidad científica y extenderse por todo el mundo sin ningún tipo de interferencias para su fácil y adecuada aplicación. Todo esto es posible siempre que el código lingüístico utilizado tanto por el emisor como por el receptor sea el mismo.
Ya trasegadas las anteriores generalidades, las que de una u otra manera se relacionan con la Teoría de la Argumentación, exhorto a usted amigo lector para que en el capítulo II, nos introduzcamos en el análisis bibliográfico en una perspectiva historiográfica de la antigua retórica Grecolatina, y el nacimiento de la nueva retórica en el contexto contemporáneo de la Filosofía.