OCIO Y VIAJES EN LA HISTORIA: ANTIGÜEDAD Y MEDIOEVO
Mauro Beltrami
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“(…) Una de las costumbres de su memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí. Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura”.
Jorge Luis Borges, El Sur.
La turismología no puede prescindir de la historia para conocer y estudiar las raíces del turismo, a partir de comprender el papel que han jugado los viajes y los viajeros dentro de un período histórico particular, y el modo en que estos han ido evolucionando. Conocer al turismo desde la perspectiva histórica representa un hecho fundamental para lograr la comprensión de este fenómeno social: sin un recorrido histórico por la evolución de los viajes -y de la concepción del viaje en las sociedades occidentales-, no puede obtenerse ni un análisis completo ni una visión global del turismo de masas.
Efectuar un acercamiento histórico al turismo es algo habitual dentro de trabajos e investigaciones en la materia. Son numerosos los teóricos e investigadores han intentado acercarse a este tipo de estudio. No obstante, en la mayoría de los trabajos que plantean el acercamiento histórico, éste es realizado como una evolución de hechos turísticos-históricos abstraídos de determinada sociedad.
Observar al turismo en el tiempo no consiste únicamente en un recorrido por los viajes realizados a lo largo de la historia; sino también en reconocer aquellos marcos históricos en que se acusan rasgos distintivos, característicos y únicos. Precisamente, una de las características del turismo -común a todos los fenómenos sociales-, es su localización dentro de un marco social, que va convirtiéndose en histórico al mismo tiempo que los fenómenos sociales se vuelven históricos.
El acercamiento al estudio histórico del turismo plantea, desde un primer momento, varios inconvenientes metodológicos al investigador. Desde que se decide comenzar en el estudio de la historia del turismo, aparecen inmediatamente cuestiones a resolver, siendo dos las principales: la determinación del objeto de estudio de la historia del turismo, y la determinación del momento histórico que marca la aparición del turismo dentro de las sociedades.
Acerca de la primera cuestión, antes que nada, debe realizarse un marco conceptual en el que se expliciten aquellas premisas y definiciones que serán tomadas como base para el análisis. Teniendo en cuenta la ambigüedad de términos como “turismo” o “turista”, de los que existen muchísimas definiciones -casi tantas como autores-, es vital, a efectos de un trabajo de éste tipo, trazar un marco teórico adecuado y claro, que permita la comprensión de la obra en sí. Para ello, debe mostrarse el modo en que se han conceptualizado los conceptos sobre los que se ha trabajado. La turismología identifica específicamente como objeto de estudio histórico a los flujos turísticos y al turista, incluidos en los viajes en general. Pero estas dos cuestiones son inseparables de su contexto, dentro del cual aparecen las condiciones sociales para que se produzca el viaje turístico. Los movimientos de viajeros deben mostrarse según la cosmovisión presente en su correspondiente período histórico, la cual debe permitir la comprensión de las motivaciones turísticas, de la significación del viaje y de los comportamientos sociales (causas y consecuencias) en lo referente a los flujos turísticos, tanto en las sociedades de acogida como en las sociedades emisoras de viajeros. Asimismo, el escenario turístico y la concepción del ocio son inseparables del estudio turístico. Para sintetizar lo mencionado aquí, podemos afirmar que no pueden abstraerse los hechos turísticos de las sociedades históricas en las cuales se encuentran enmarcados.
Respecto a la aparición del turismo, resulta erróneo marcar con precisión un cierto hecho en particular, o una determinada fecha histórica, que marque el nacimiento del turismo dentro de las sociedades. Sin embargo, pueden realizarse aproximaciones históricas a partir de múltiples factores que evolucionaron para dar nacimiento al turismo. En el presente trabajo, se considera que recién a partir de la segunda mitad del siglo XIX puede hablarse de turismo, apareciendo este como un fenómeno propio de las sociedades occidentales capitalistas. La Revolución Industrial y la Revolución Francesa fueron los procesos que marcaron directamente las transformaciones sociales y económicas que permitieron la aparición de flujos turísticos en la segunda mitad del siglo XIX. Es también hacia fines del siglo XIX cuando comienzan a aparecer los primeros documentos con el turismo como objeto de estudio, con el fin de que el conocimiento sobre este nuevo fenómeno pudiera ayudar al desarrollo socioeconómico de las sociedades.
El presente trabajo se ocupa del estudio del viaje preturístico durante la Antigüedad y el Medievo europeo-occidental, entendiéndolo a éste como aquel tipo de viaje que se produjo con anterioridad al siglo XIX, que presenta una serie de parentescos lejanos con los viajes turísticos. La metodología de análisis de los hechos históricos se realiza mediante una interpretación de la historia desde la turismología. El turismo descansa sobre antecedentes históricos profundos; por lo tanto, estos viajes permiten ver los antecedentes a analizar en otras sociedades históricas.