BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

OCIO Y VIAJES EN LA HISTORIA: ANTIGÜEDAD Y MEDIOEVO

Mauro Beltrami




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (250 páginas, 730 kb) pulsando aquí

 

 

El cambio en las costumbres

El desarrollo del ocio y del entretenimiento experimentó un cambio radical a partir de la revolución espiritual y cultural del siglo II a. c. Los griegos ejercieron profundas influencias en la vida y sociedad romana, afirmándose que fueron artífices de la revolución espiritual que estaba experimentando la sociedad en aquel siglo. Fueron los contactos directos con la sociedad griega y el intervencionismo romano en los asuntos interiores de las ciudades y ligas, lo que promovió el conocimiento y la difusión de las costumbres griegas. Hay que destacar que una de las características propias del pueblo romano fue su maravillosa facultad de asimilación. El ocio y la utilización del tiempo libre experimentarían cambios de raíz, respecto a la concepción existente hasta aquel entonces. “Toda la actividad del romano era utilitaria; penosamente, gravemente, cumplía su deber de paterfamilias, de ciudadano y de soldado; sus goces eran graves y severos: los encontraba sobre todo en el deber cumplido y en el éxito material. Aprende a adornar la ida con goces. (…) Lo que era diversión –en el sentido cristiano de la palabra-, apartamiento del deber, ociosidad, se convierte en necesidad”.

Cambió el viejo ideal del hombre subordinando su vida a los asuntos del estado; a partir de entonces, fue legítimo comenzar otra vida tras la jornada laboral. Este cambio de mentalidad, que tuvo su influencia directa en el desarrollo de los viajes, se dio especialmente dentro de las clases sociales privilegiadas. Así, el hedonismo comenzó a manifestarse como una necesidad nueva, para la cual aparecieron distintos medios para satisfacerla, como por ejemplo, el viaje hacia las villas fuera de la ciudad. Además, puede mencionarse que por ésta época se populariza la pasión por lugares de goce como las tabernas.

La nueva separación que fue dándose en la vida cotidiana del romano, se observa hasta en la arquitectura. En ella, puede verse simbolizada la separación que iba produciéndose entre las actividades oficiales y el otium, entendido como el derecho de ser uno mismo. El lujo se convirtió durante el siglo I en corolario de los aristócratas. Cicerón, por ejemplo, bromeaba con un amigo suyo –el caballero Aticus- sobre su excesiva moderación. Salustio observaba críticamente la nueva valoración del lujo que se había generado en la sociedad, principalmente en la juventud aristocrática: “después que las riquezas comenzaron a suponerles un honor y que de ellas derivaba la gloria, el poder, el mando, la virtud comenzó a perder fuerza, la modesta fortuna a ser tenida por vil y el desinterés tomado juzgado como malevolencia. Así, pues, de las riquezas irrumpieron en la juventud la lujuria y la avaricia con la soberbia (…)”.

Los latifundistas eran poseedores de un gran número de fincas o villae de mediana extensión, a veces contiguos, pero quizá en otras tantas ocasiones distribuidas por la península itálica. Las villas eran uno de los símbolos de la ambición, el lujo y el ocio de las clases acomodadas: “de modo que se te dispone una segunda villa, pues este campo solo no te basta y te gustaría ensanchar sus lindes. Las tierras del vecino te parecen más vastas y más fértiles: se las comprarás con el bosque y el cerro canoso de apretados olivos. Pero si su dueño no cede a ningún precio, por la noche mandarás a sus espigas a lozanas tus bueyes magros y tus rocines famélicos de cuello fatigado, que no regresarán a tu casa sin antes haber hecho pasar sus panzas implacables sus trigales enteros”. Así, Juvenal satiriza la ostentación y el lujo que suponía la posesión de villas durante los siglos de apogeo del Imperio.

La ostentación y el lujo tuvieron como consecuencia el derroche y el endeudamiento. Consecuencia de ello, surgieron conflictos socio-políticos, como lo fue, por ejemplo, el levantamiento de Catilina. El propio Cicerón, quién fuese actor principal contra la conjura de aquel, no tenía una situación financiera cómoda- El análisis del patrimonio de Cicerón permite observar las condiciones económicas en que se encontraban las clases altas en aquella época. Cicerón poseía un patrimonio considerable que se componía de casas en Roma, de posesiones productivas y de ricas villas en Italia. Sin embargo, a pesar de sus posesiones, se encontraba aprisionado tras una red de deudas y créditos de la que no lograba salir. Muchos miembros de la alta sociedad romana se encontraron en una situación similar.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios