DINERO - LA AUTODESTRUCCIÓN DEL SER HUMANO
Antonio Morales Berruecos y Edmundo Galindo González
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Auge y caída de Enron
Wall Street es el nombre de una calle en la ciudad de Nueva York distinguida por albergar la bolsa de valores más poderosa y grande del mundo capitalista - NYSE New York Stock Exchange- aparte de otras muchas instituciones bancarias financieras y de seguros igualmente distinguidas por su poder y riqueza que apoyan y resguardan los intereses de millones de inversionistas de todo el globo que invierten ya sea en acciones de empresas registradas en la bolsa o en diversas opciones de inversión a cual mas sofisticadas y competitivas en productividad y rendimientos. Maneja inmensos volúmenes de dinero que se mantienen en perpetuo movimiento alrededor del mundo. NYSE es una de las más colosales instituciones creadas por el imperialismo económico norteamericano-con más de 200 años de antigüedad-, orgullo y base del crecimiento espectacular de la economía de los Estados Unidos a través de muchos años.
Mantiene los ideales del capitalismo sustentado en sólidos valores tales como: confianza, confidencialidad, orden, legalidad, honradez, puntualidad, pulcritud, modernidad, comunicación oportuna y confiable, y escuela de incontables operadores, gerentes, presidentes etc. relacionados con el fascinante mundo bursátil.
En el NYSE están registradas 2,800 compañías valuadas en $18 trillones de dólares de las cuales 470 no son norteamericanas cuyas inversiones tienen un valor de $6 trillones. Maneja un promedio de 1.5 billones de acciones diariamente con un valor de $47.4 billones.
Esta bolsa de valores no es más que un mercado igual a otras 107 bolsas que operan en 53 países del mundo capitalista. Los productos que mercadean son acciones de empresas colocadoras que son compradas y vendidas diariamente y cuyos precios fluctúan de acuerdo a la oferta y la demanda así como del comportamiento de las compañías siendo sus clientes el público en general indiscriminadamente de su estatus social. Una “acción” es una pequeña parte del capital de las compañías que las emiten como IBM, General Motors, Ford Motor, Wal-Mart y otras miles, los compradores son los dueños de una enorme empresa con los mismos derechos legales de los grandes inversionistas. El objetivo es que su inversión crezca en valor junto con el esperado crecimiento de las compañías y así algunos especulan con ellas y otros invierten para el futuro o sea, ahorran con las acciones.
Todo comienza cuando una compañía nueva o en operación necesita capital fresco para iniciar operaciones, para ampliar las ya existentes, para pagar pasivos, para comprar otra compañía etc. En lugar de acudir a un banco para financiarse accede a éste mercado colocando sus acciones por un monto predeterminado de dinero sin tener que pagar los tradicionales intereses y demás costos y gastos bancarios, siendo por lo tanto el capital más económico del mundo del financiamiento empresarial.
Sin embargo, para el mal no hay fronteras infranqueables. Frente a los valores se manifiesta agresivamente la corrupción representada por la avaricia, la insaciable sed de poder y riqueza en dinero, la ambición desmedida por poseer más que el vecino o competidor, la necesidad compulsiva de anular o aniquilar al contrario o competidor, la ceguera por alcanzar el clímax de una carrera mortal por necesidad pues en realidad esta les impide ver que éste clímax “no existe”, lo que si existe y tampoco lo ven es el “abismo” inventado por ellos mismos y al cual caerán sin remedio.
La corrupción se apersonó en la forma del engaño y la mentira. Se mintió a los accionistas, inversionistas, bancos, empleados, operadores externos, corredores, consejeros, asesores, gobierno americano, gobiernos extranjeros y público en general sobre los resultados financieros de varias grandes compañías, mediante el uso inteligente de estratagemas contables fraudulentas que les permitieron aumentar los ingresos y utilidades, bajar sus deudas, aumentar sus activos, abrillantar su imagen, reportar un crecimiento espectacular y sobre todo aumentar el valor de las acciones para luego – una vez descubierto el pastel - registrar bajas demoledoras en el valor de los papeles, con consecuencias fatales para millones de accionistas defraudados por estas empresas y otras con vínculos muy cercanos, como las subsidiarias y las empresas satélites que normalmente viven y crecen aparejadas a las grandes corporaciones, así como bancos, y compañías de seguros, aunado a todo esto la pérdida masiva de empleos, fondos de ahorros, fondos de pensiones y seguros de vida en todas direcciones y locaciones en el mundo.
Este mercado se caracteriza por su alta volatilidad y sensibilidad en donde escándalos financieros tienen efectos arrolladores en cuestión de minutos de gran alcance cuyas “oleadas devastadoras” perduran mucho tiempo después de ocurridos.
Fueron los propios presidentes y directores del primer nivel corporativo de las compañías quienes diseñaron, planearon y ejecutaron a sangre fría y por largo tiempo unas verdaderas obras maestras de ingeniería contable con el propósito de lograr para ellos mismos enormes ganancias para acumularlas a sus ya de por si enormes salarios, bonos, y otros cuantiosos beneficios dada sus muy altas posiciones dentro de las compañías; sin importarles llevarse a sus propias compañías enteras al descrédito, a la deshonra, a la persecución e investigación de autoridades, a juicios interminables; en pocas palabras a la ruina moral y material que conlleva cárcel para estos nuevos criminales de cuello blanco incluyendo a sus parientes y amigos involucrados.
De ésta lamentable historia, lo mas insólito e increíble es el hecho de que prestigiadas firmas de auditores mundiales como Arthur Andersen responsables precisamente de la vigilancia de los buenos manejos financieros y contables participaran directamente en los fraudes a sabiendas de su existencia lo que en el caso de ésta firma le costó su desaparición total, cárcel para algunos de sus altos ejecutivos, y desempleo para 7,500 empleados en Estados Unidos y 1,500 en UK.
Las compañías envueltas en estos escándalos financieros son entre otras las siguientes:
BCCI, Barings, Daiwa, Enron, Sumitomo, Credit Lyonnais, Bre-X, Lloyds, NASDAQ, Savings and Loan, WorldCom, Parmalat, Adelphia, Xerox, Tyco, Global Crossing, Merrill Linch, Etc.
De ésta lista hemos escogido a Enron Corporation para ilustrar el caso de una compañía muy joven, que en cuestión de quince años, pasó de ser una pequeña empresa de gas en Texas, a ser el sétimo grupo empresarial de mayor valor en Estados Unidos, según la Revista Fortune a mediados del 2001. Que revolucionó y deslumbró al mundo de los negocios y bursátil al crecer espectacularmente para luego caer estrepitosamente en un tiempo record, en el centro mismo del complejo básico y de dimensiones colosales que es el sector de la energía.
“Es como la historia de un hijo ejemplar que de pronto pierde el camino y se corrompe”.
El colapso del gigante de la energía Enron, es la más grande quiebra y el más escandalizador fracaso en la historia de las corporaciones en Estados Unidos. En solo 15 años, Enron creció hasta ser la séptima compañía más grande de los EU con 21,000 empleados en 40 países. Abarcaba nuevas tecnologías, estableció nuevos métodos de mercadear energía y parecía ser un brillante ejemplo de exitosa corporación Americana. Pero, el éxito de la compañía estaba cimentado sobre infladas y artificiales ganancias, dudosas prácticas contables, y fraude.
Enron nació en Julio de 1985 y Kenneth Lay, un economista en energía quien tuvo posiciones académicas y en el gobierno a través de su carrera, se convirtió en presidente y ejecutivo en jefe. El quería ver una revolución en el mercadeo de energía y poner a Enron en el corazón de la misma. Para el año 2001 parecía estar teniendo éxito en alcanzar su meta, habiendo creado una compañía multinacional dando empleo a miles con una rotación de billones de dólares.
Pero de pronto, como salido de ninguna parte, la compañía se desenmaraña y se colapsa. ¿Como pudo una compañía con valor de billones estrellarse, destruyendo las vidas de miles?
En los años 80, las corporaciones de energía buscaban en Washington la desregulación de estos negocios.
Compañías incluida Enron decían que la competencia extra beneficiaría a ambas partes, a las compañías y a los consumidores. Washington empezó a levantar controles sobre quienes podrían producir energía y como sería vendida. Nuevos proveedores llegaron al mercado y la competencia aumentó. Pero el precio de la energía se hizo más volátil en el mercado libre. Enron vio su oportunidad de hacer dinero derivado de éstas fluctuaciones. Decidió a actuar como intermediario garantizando precios estables- tomándose su parte en el proceso.
Jeff Skilling, un ambicioso pensador de la famosa firma de consultoría McKinsey, ofreció un camino para lograrlo. En 1997 Skilliing se convirtió en presidente y jefe ejecutivo de operaciones. Skilling creyó que Enron podría ganar mercadeando futuros con contratos de gas entre los proveedores y los consumidores- apostando efectivamente contra movimientos a futuro del precio del gas generador de energía. Compradores y vendedores usaban mercados a futuro para obtener lo que esperaban sería un mejor trato en los precios de los artículos de consumo que lo que lograrían en el mercado abierto. Enron ofreció hacer lo mismo con el gas mediante compras y ventas del gas de mañana a un precio fijo del día de hoy.
En unos pocos y cortos años, Enron se convirtió en un masivo jugador en el mercado de energía de los Estados Unidos, controlando a su altura una cuarta parte de todo el negocio del gas. Enron empezó a ofrecer a compañías la oportunidad de apalancarse contra el riesgo de movimientos de precios adversos en el rango de los artículos de consumo incluyendo el acero y el carbón. Para el final de la década se había expandido su arma de mercadeo para incluir apalancamiento contra factores externos como riesgos climatológicos.
Enron poseía plantas de energía, compañías del agua, distribuidoras de gas y otras unidades dedicadas a la entrega de servicios a consumidores y a negocios. Fue la primera en darse cuenta que la energía y el agua podían ser compradas y vendidas como si fueran acciones y bonos.
Sin embargo, una pregunta que ya se venia haciendo (1989-2001) antes del quebranto de Enron era: cuanta influencia tenía en Capitol Hill? Enron no era la única compañía que estuviese buscando la desregulación de la energía, pero al aprobarse la desregulación esto benefició a Enron para establecer los mercados que se convirtieron en su núcleo de negocios. Directores de la empresa crearon relaciones con ambos: los Demócratas y los Republicanos. Kenneth Lay en persona tenia fuertes ataduras personales con dos presidentes republicanos, George Bush Sr y con su hijo George W. Bush. Conforme Enron se expandía, había poco escrutinio de cómo estaba siendo manejada la expansión. Pero cuando se empezó a aclarar, las preguntas comenzaron a fluir. Los donativos políticos de Enron fueron de $530,493 para los senadores y de $603,488 para los diputados en el periodo 1989-2001.
Enron empezó el año 2000 con un plan para ingresar en Internet con dot.com. Las dinámicas ideas de Enron, sumadas a su estable viejo antecedente de economía de energía, apetecía a inversores y así el precio de la acción subió. Fue una de las primeras compañías de energía que empezaron a mercadear a través de Internet mediante sofisticados artilugios comerciales teniendo una gran cantidad de clientes..Pero mientras Enron alardeaba acerca del valor de los productos que compraba y vendía en el Internet una cifra de $880 billones en solo dos años, la compañía se mantenía en silencio acerca de si estas transacciones estaban realmente produciendo dinero. En estas épocas, se cree que Enron empezó a usar técnicas contables sofisticadas para mantener el valor de su acción alta, aumentó inversión contra sus propios activos y capital y mantuvo la impresión de ser una compañía altamente exitosa. Igualmente, el dinero que fluía a Enron proveniente de nuevas sociedades terminaban en los libros como utilidades, a pesar de que estaban ligadas a negocios específicos que aun no estaban levantados y operando. Una de estas sociedades fue la distribución de videos Blockbuster por conexiones de banda ancha. El plan se cayó, pero Enron ya había registrado $110 millones de capital de riesgo como utilidad.
Para el verano (2002), las acciones de Enron habían alcanzado el valor más alto de todo el tiempo de más de $90.00 Dlls. Enron reportó en el año 2000 ingresos globales de $100 billones. La utilidad había crecido 40% en tres años. En realidad, los ingresos reales hubieran sido bastante más bajos de no haber sido por los beneficios reportados por las sociedades especiales establecidas por el jefe de las finanzas Andrew Fastow. El crecimiento de Enron estaba dependiendo mayormente de estas herramientas contables.
Mientras tanto, Enron mantenía su política de donativos políticos. El jefe entre los donadores individuales era Kenneth Lay en persona. Enron y Kenneth Lay donaron cada uno $100,000 al fondo del comité inaugural del presidente entrante Bush a principios del 2001. Los donativos a los republicanos fueron de centenares de miles de dólares El presidente entrante invitó al Sr. Lay a hacerse consejero en su equipo de transición. De particular interés para Enron era la revisión que el nuevo presidente haría de la política de energía, encabezada por el Vicepresidente Dick Cheney. El Sr. Lay y otros directores de Enron se reunieron con el Sr. Cheney y otros, un mes antes que este último publicase sus conclusiones el 17 de Mayo 2001. La revisión como se había previsto, fue favorable para la industria de la energía. Se abocaba por más estaciones de poder, más exploración y una red nacional. Aunque no contenía todos los deseos de Enron, eran sin embargo, buenas noticias.
El 14 de Agosto del 2001, sorpresivamente, Jeff Skilling renunció como jefe ejecutivo, diciendo que quería tiempo para disfrutar de la vida. Kenneth Lay se convirtió en jefe ejecutivo una vez más. El acontecimiento fue un shock para los inversionistas quienes de pronto empezaron a temer que no todo estaba bien en Houston. Los inversionistas vendieron millones de acciones, bajándo a $4.00 el precio para el fin de semana. Al bajar el valor de la acción a menos $40.00 el Sr. Lay insistía en que no había problemas, en mayo de ése año, Clifford Baxter ejecutivo de Enron dejó la empresa, aparentemente en circunstancias controversiales. Pero hubo rumores entre ejecutivos de que el Sr. Baxter- antes de convertirse en trágica figura cuando cometió suicidio- se había confrontado con Jeff Skilling sobre lo inapropiado de algunas transacciones con las sociedades formadas por Andrew Fastow. Cuando el Sr. Skilling renunció, un ejecutivo que sabia de las preocupaciones del Sr. Baxter decidió actuar, y advirtió al Sr. Lay que Enron estaba a punto de “sufrir un violento colapso interno.”
Mientras tanto, para el 12 de Octubre la profundidad de los problemas de Enron empezaron a recaer en Arthur Andersen una de las siete más grandes y prestigiosas firmas de auditores del mundo. Debido a que Enron se había apalancado con sus propias acciones, nunca podría recuperar sus pérdidas cuando el precio de las acciones estaba cayendo. Andersen le dijo a Enron que no tenía ninguna alternativa sino cambiar el método que estaba usando para contabilizar sus sociedades especiales. Ese mismo día, un abogado de Andersen se puso en contacto con un alto socio en Houston para recordarle que la política de la compañía era de no retener documentos que ya no eran necesitados. En algún momento después de esto, personal de Andersen en Houston empezó delictuosamente a destruir documentos relacionados con los vínculos entre las dos compañías. Al mismo tiempo, los abogados internos de Enron después de examinar lo concerniente a Sherron Watkins concluyeron que las sociedades con Raptor y Cóndor, habían sido aprobadas por Andersen.
Entre el 1 y el 9 de Noviembre 2001, Kenneth Lay logró encontrar todavía a dos bancos dispuestos a extender créditos. Pero la peor de las revelaciones estaba por venir. El 8 de Noviembre, la compañía adoptó la muy inusual actitud de reexpresar sus resultados financieros de los cuatro últimos años. De hecho aceptó que había inflado sus utilidades en los últimos cuatro años mediante la ocultación de deudas en los complicados mecanismos de las negociaciones con las sociedades de Andrew Fastow.
Al día siguiente, la humillación de Enron apareció completa ante el público al tiempo de que entraba en negociaciones para ser absorbida por la muy pequeña compañía rival, Dynegy.
Además de inflar las utilidades en millones de dólares, Enron disminuía fraudulentamente sus deudas y otra parte hacia aparecer su capital mayor de lo que realmente era.
Ya sin poder lidiar con sus deudas, Enron se declaró en bancarrota bajo la protección relativa de las cortes de Nueva York el día 2 de diciembre de 2001, simultáneamente lanzando una acción legal contra Dynegy por haberse salido de la fusión. En tres meses Enron, fue una compañía que con activos valuados en casi 62 billones de Euros cayó en bancarrota. El valor de su acción se colapsó de $ 95.00 a menos $1.00
Entre el 9-10 de Enero del 2002, mientras América sufría los efectos de la quiebra y los empleados de Enron pasados y presentes, recobraban lo que había quedado, el Departamento de Justicia anunciaba una investigación criminal. El Procurador General John Ashcroft, quien recibió fondos de campaña de la compañía en 2000, se excluyó a si mismo de la investigación junto con los 100 investigadores federales en Houston. Al día siguiente, Andersen, cuyo papel protagónico y no ético aumentaba a la luz pública, admitió que empleados suyos habían dispuesto de documentos de Enron. La Casa Blanca también confirmó que Kenneth Lay apelo ante miembros del gobierno por ayuda.
Las olas del choque de un crash corporativo son siempre agudamente sentidas pero pocos fracasos han llevado a la severa clase de investigaciones que Enron Febrero 2002 se inició con la publicación de las investigaciones hechas por el propio Enron que llevaron a la compañía al desastre. William Powers, el académico que compartió el reporte, no se detuvo en nada para culpar firmemente a ejecutivos que se beneficiaron personalmente de las sociedades al tenor de millones de dólares. “Existía una fundamental falta de liderazgo y de gerencia” dijo. “Nosotros encontramos una sistemática y perversa intención de la gerencia de Enron para disfrazar las condiciones financieras de la compañía” Las audiencias continuas del Congreso empezaron en Diciembre al tiempo que América y los inversionistas alrededor del mundo demandaban respuestas. Cuatro de los más elevados directores de Enron se acogieron a la quinta enmienda y se negaron a testificar: Andrew Faston, el oficial de riesgos Richard Buy, el ejecutivo de finanzas Michael Koper y el propio Kenneth Lay. Jeff Skilling si testificó pero insistió en que el no sabia nada de la compleja madeja de tratos Inter- Compañía que son casi imposible para los inversionistas ordinarios descifrar. El día de San Valentino, la mujer que originalmente lanzaba temores de una “implosión” subió al estrado. Sherron Watkins ex secretaria dijo que Ken Lay y el consejo habían sido “drogados” por el Sr. Fastow y por el Sr. Skilling. El Sr. Lay nunca realmente entendió la gravedad de la situación, dijo ella.
Enron dejó tras de si $15 billones en deudas, sus acciones sin ningún valor y a 20,000 empleados alrededor del mundo sin trabajo. Muchas reformas a las leyes y a la contabilidad se han puesto en vigor en los EU durante el impacto de las olas del colapso. Nuevas reglas prohíben que las compañías hagan préstamos a sus directores. Los ejecutivos de todas las compañías públicas Americanas tendrán que certificar por escrito que los resultados cumplen totalmente con las reglas y que presentan fielmente la condición financiera del grupo.
Más la historia de la caída del gigante Enron no termina con ésta corta narración, las investigaciones continúan, Lea la esposa de Andrew Faxtow, quien también trabajó en Enron ingresa a la cárcel acusada de fraude fiscal, Fastow pasará solamente 10 años en la cárcel a cambio de ayudar a las autoridades.
“Robamos, todos nos beneficiamos financieramente a costa de otros”, aseguró el ex director financiero de la compañía, Andrew Fastow, el principal testigo de cargo contra Lay y Skilling.
Los señores Ken Lay y Jeff Skilling anduvieron libres pero demandados Los empleados reclaman pago dado que ellos perdieron todos sus fondos de pensiones pues los tenían invertidos en acciones de Enron. Iracundos accionistas acusan de fraude a nueve reconocidos bancos de inversión de Wall Street. La Casa Blanca revela miles de paginas de documentos secretos detallando ligas entre la administración Bush y Enron los cuales están ahora disponibles para escrutinio.
Es hasta el 25 de Mayo de 2006 que un jurado condenó a Kenneth Lay y a Jeffrey Skilling por fraude, falsedad documental, conspiración y en el caso de Skilling, también por uso de información privilegiada, después de una investigación criminal iniciada por el Departamento de Justicia de EE. UU. En Enero de 2002 que desembocó a las sentencias contra estos dos caballeros.
Ese mismo año el Congreso promulgó la ley Sarbanes-Oxley, que fortaleció el gobierno corporativo y las normas contables. En Julio de 2002, el presidente George W. Bush creó un equipo encargado de fraudes empresariales. Desde entonces, el Departamento de Justicia dice que ha logrado más de 1,000 sentencias o declaraciones de culpabilidad por fraude corporativo.
Entre los ‘condenados figura el fundador de Adelphia Communications Corp., John Rigas, sentenciado a 15 años de prisión; Dennis Kozlowski, ex presidente ejecutivo de Tyco International Ltd., a 25 años; y el ex presidente ejecutivo de WorldCom Inc., Bernard Ebbers, a 25 años. Estos fallos eran inimaginables durante los escándalos de negociaciones con información privilegiada e instituciones de ahorros y préstamos de los años 80.
Los casos de fraude corporativo presentados por la fiscalía de EE.UU. desde Julio de 2002 y hasta Marzo de 2006 han producido condenas criminales a 82 Presidentes ejecutivos, a 85 Directores generales, a 102 Subdirectores, a 36 Directores financieros y a 14 Directores de operaciones.
Por otra parte, hasta Marzo de 2005 los castigos civiles y criminales han producido Restituciones por un valor de 2,200 millones de dólares, Rescates por 34,6 millones, Multas por 79,1 millones y Confiscaciones por 27,9 millones.
Pero lo más importante son las condenas de los ex ejecutivos de Enron que ayudarán a transformar el legado del auge de los mercados de los años 90. Inicialmente catalogada por los inversionistas como una época dorada en la que se produjo uno de los mayores mercados alcistas de la historia, los 90 podrían pasar a la historia como una década de codicia e irregularidades corporativas desenfrenadas.
Pero ahora, los defensores pueden utilizar tácticas agresivas para proteger a los accionistas y tienen razón para sentirse motivados: su postura fue secundada por un jurado de 12 ciudadanos comunes y corrientes en un juicio histórico. “Nuestra legislación criminal se aplicará con igual fuerza contra ejecutivos y contra criminales callejeros”, dijo el sub-fiscal general de Estados Unidos, Paul J. McNutty, después de que se anunciara la decisión. “Este veredicto nos estimula.....a continuar combatiendo la corrupción donde la encontremos”, agregó.
Los ahora culpables serán sentenciados el próximo mes de Julio de 2006 posiblemente a 30 años de cárcel cada uno.
Las condenas contra Lay y Skilling tal vez sean el fin de un caso que llegó a simbolizar la ola de escándalos corporativos, pero de ninguna manera es una señal del fin de los investigadores, dijo Arthur Jacoby, abogado defensor que trabajó para la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU.. (SEC).
Conclusión:
“El “clímax” ansiosamente buscado por éste grupo de hombres no fue alcanzado, lo que si alcanzaron fue “el abismo” que su ceguera provocada por su ambición y corrupción monetaria no les permitió ver.”
Esta es una historia muy resumida de corrupción de cuello blanco, cosa común y corriente hoy en día, especialmente en el imperio norteamericano que muestra como los brazos del mal alcanzan a hombres y mujeres que teniéndolo todo, según los estándares del capitalismo, buscan desesperadamente “un clímax” inexistente para encontrar “el abismo” que siempre está disponible y en el cual perecen sin remedio.
Con la Unión Mundial este tipo de desastrosos eventos no tendrán lugar alguno, dado que los ingredientes que los motivan y fomentan, ya no estarán en la escena financiera del mundo. Las bolsas de valores serán suprimidas junto con el mercado de papeles y con el dinero que se usa para la compra y venta de los mismos, asignándoles “valores” absurdos muy superiores o muy por abajo al valor real de las empresas que los colocan.
Los medios para crear nuevas empresas o para fortalecer las existentes estarán disponibles al ponerse en práctica las iniciativas que la Unión Mundial pondrá en marcha.
Las ganancias fáciles y vergonzosamente amañadas sin trabajar, dejarán de existir para mucha gente ociosa y de paso se les cerrarán para siempre los caminos para practicar la ingeniería financiera delictuosa para defraudar a millones de inocentes inversionistas.
Wall Street volverá a ser una calle mas de la ciudad de Nueva York!! El complejo de la ex Bolsa de Valores de NY será lugar obligado para grupos de turistas interesados en ver el lugar donde se cocinaron grandes fortunas, quiebras, quiebras fraudulentas, sueños, y básicamente éxitos y fracasos de millones de empresas y personas a través de muchos decenios.