TEORÍA AUSTRIACA Y EL PROBLEMA DEL
CICLO ECONÓMICO
Nicolas Cachanosky
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“No caiga en el error de creer que el mundo le debe a usted un medio de existencia. El muchacho que piensa que sus padres, o el gobierno, o cualquier otra persona, están obligados a proporcionarle un medio de vida, y que puede exigirlo sin esforzarse, despertará un día y se encontrará trabajando para otro muchacho que no tenía esa creencia.”
David Sarnoff
“La única fuente constante e infalible de progreso es la libertad, por cuanto hay tantos centros de mejoramiento como individuos existen.”
John Stuart Mill
Una persona puede incurrir en la desutilidad del trabajo por dos motivos, uno introversivo y otro extroversivo. El trabajo introversivo puede ser aquel motivado por fines religiosos o místicos, o la práctica deportiva sin fines de lucro o reconocimiento social. El individuo realiza este “trabajo” por lo que su labor significa. El trabajo extroversivo lo hace aquel que espera que lo recibido por el trabajo sea mayor a la desutilidad de realizarlo. El fin del alpinista no es solamente llegar a la cima, sino hacerlo escalando. Prefiere tomarse el trabajo de subir por sus propios medios y contratar un guía que tomar el menos costoso y más cómodo transporte hasta la cima. En el trabajo extroversivo, no dudaría un instante en disminuir su carga laboral si lo que recibe a cambio sigue siendo lo mismo. Si bien el trabajo introversivo tiene consecuencias económicas igual que cualquier acto humano, económicamente hablando, el concepto de “trabajo” corresponde al extroversivo, el alpinista y el deportista no se consideran empleados por tomarse todas esas molestias. En realidad, el trabajo introversivo, es un tipo de consumo.
El concepto de “trabajo” que nos interesa es un medio, no un fin en sí mismo, y se realiza por lo que se espera recibir a cambio. El trabajo ocupa un lugar único o particular debido a su “no particularidad”. Todos los bienes naturales que pueden llegar a utilizarse en procesos productivos poseen ciertas características particulares. El trabajo no posee estas virtudes específicas, sino que es adaptable a todos los procesos productivos, ya que todos necesitan de él.
Si bien uno se refiere al “trabajo” de forma general, debe tenerse cuidado de no suponerse que las habilidades laborales de los distintos individuos son todas iguales. No todos poseen la voz de un cantante de opera o el pulso de un cirujano. El trabajo que una persona puede realizar en ciertos procesos productivos puede ser muy fructífero, poco fructífero o totalmente inútil. No es el trabajo lo que se economiza, sino cierto tipo de trabajo, cada proceso productivo requiere de ciertas características puntuales, y no del trabajo en sí. Cuando decimos que el trabajo es no específico no estamos indicando que todos los trabajos son iguales o similares, sino que la actividad trabajo puede adaptarse a los requerimientos de los distintos procesos productivos dados ciertos límites amplios. Un productor puede obtener más empleados tomándolos de la competencia y capacitarlos si es necesario.
Esta no particularidad del trabajo también hace que sea el recurso productivo más escaso en la economía, la producción de cualquier bien o servicio requiere de él. A diferencia de los bienes naturales, el trabajo “no puede” quedar desempleado. En el mercado de trabajo, siempre habrá “compradores” dispuestos a adquirir más trabajo. Si hay demasiado trabajo en algún proceso productivo, su rendimiento marginal será bajo, por lo que su remuneración también lo será, por lo tanto otros productores con menor cantidad de trabajo (mayor rendimiento marginal) estarán dispuestos a tomarlos. La no particularidad del trabajo hace que sea el recurso más escaso y que a la vez pueda ir de un proceso productivo a otro, permaneciendo en pleno empleo. Si el trabajo aumenta, entonces, bienes naturales desempleados podrán sumarse a los procesos productivos. Esto también nos permite ver, que un aumento de los recursos productivos sólo implica un aumento en la producción si estos son más productivos que los anteriores. No tiene sentido utilizar el trabajo en los nuevos recursos si estos no poseen la misma capacidad productiva que los anteriores.
Teniendo en cuenta la no particularidad del trabajo, podemos ver que el único desempleo que puede haber en una economía libre debe ser voluntario, ya que todo aquel que desee trabajar encontrará empleo, y todo aquel que desee contratar trabajo encontrará a alguien que desee hacerlo. El llamado “desempleo friccional”, es una alegoría muy gráfica de un concepto físico pero que tiende a confundir el concepto de desempleo. El desempleo friccional no consiste en aquellas personas que buscan trabajo y no lo encuentran, sino en aquellas personas que buscan trabajo y no encuentran el trabajo que desean. No es que no puedan trabajar, sino que ante las posibilidades que tienen prefieren no hacerlo. De la misma manera que aquel que directamente no desea trabajar, este desempleado friccional lo es por voluntad propia. Sigue siendo desempleo voluntario. Cualquiera de estos individuos pasaría a ser “empleado” si ajustase sus pretensiones a su rendimiento marginal aceptando las ofertas laborales del mercado. Pero no es desempleado involuntariamente. En la economía libre, todo aquel que desee trabajar o que desee contratar trabajo lo encontrará si el rendimiento marginal del mismo se iguala con su remuneración.