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TEOR�A AUSTRIACA Y EL PROBLEMA DEL CICLO ECON�MICO

Nicolas Cachanosky

 

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TEOR�A CUANTITATIVA DEL DINERO

�At least the �common man� has learned that increasing the quantity of dollars does not make America richer.�

Ludwig von Mises

Esta teor�a sostiene que existe una �nica moneda en la econom�a y que su cantidad puede conocerse contando las unidades de este circulante. Si en un territorio o pa�s existe m�s de una moneda o circulante con tipo de cambio libre, entonces la suma de todo el circulante s�lo puede derivarse del valor relativo de las monedas entre s�. La teor�a cuantitativa del dinero no es una expresi�n generalizada de la teor�a monetaria, s�lo se apega al caso particular de una �nica moneda en circulaci�n.

Su otro problema es que presupone una demanda estable de circulante, por lo que su �valor sumado� ser� relativamente constante. Sin embargo, en un mercado libre donde los individuos act�an seg�n sus propias y subjetivas preferencias, la demanda de moneda no ser� tan constante y estable, sino que ir� variando seg�n los individuos prefieran m�s o menos tenencia de efectivo.

Suele afirmarse que el concepto de velocidad de circulaci�n en la teor�a cuantitativa del dinero es similar al concepto de demanda de efectivo, sin embargo, las diferencias son importantes.

La demanda de liquidez se refiere a los deseos de tenencia de efectivo por parte de los individuos. La velocidad de circulaci�n es una magnitud de car�cter estad�stico, que puede ser relativamente constante en largos per�odos de tiempo, pero si queremos comprender el funcionamiento del mercado y su circulante debemos utilizar el concepto de la demanda de liquidez de los individuos en vez de una velocidad constante del dinero. Los problemas surgen cuando se sostiene que esta velocidad es constante y, por ende todo cambio en la cantidad de moneda afecta �nicamente el nivel de precios y en la misma proporci�n en que se modific� la cantidad de circulante. Es por esta raz�n que se considera perjudicial la emisi�n de dinero, un aumento de cierto porcentaje en la cantidad de circulante llevar� a un mismo crecimiento porcentual del �nivel de precios�.

Sin embargo, como ya vimos, estas teor�as confunden el problema de la inflaci�n. Si el aumento o disminuci�n de los precios fuesen de la misma proporci�n sin alterar sus valores relativos no habr�a problema alguno en la econom�a, ya que la informaci�n que brindan los precios relativos no se ver�a alterada. El verdadero problema es que un aumento en el circulante lleva a variaciones de los precios de forma escalonada y desordenada, alterando los precios en distinta magnitud, modificando sus valores relativos. Esta variaci�n de los precios relativos es justamente lo que la teor�a cuantitativa del dinero no llega a captar presuponiendo que los precios se modifican en el mismo momento sin alterar sus valores relativos y en exactamente la misma proporci�n que el aumento del circulante.

Podr�amos decir que la teor�a cuantitativa, si bien va por buen camino en el problema, ya que un aumento regular del circulante implica una tendencia a un aumento de precios, sus conclusiones se vuelven imprecisas al incorporar el concepto de velocidad del circulante y neutralidad del dinero. Por otro lado, al estar atada a una expresi�n o identidad matem�tica se ve forzada a igualar proporcionalmente el aumento de circulante con el aumento del nivel de precios, algo que no necesariamente debe ser as�.

El fin de la teor�a cuantitativa del dinero fue buscar una explicaci�n a la determinaci�n del poder adquisitivo del dinero, dando origen a las distintas canastas de bienes que ya hemos visto. De este modo, suponiendo su velocidad y la cantidad de bienes y servicios constantes se llega a la conclusi�n que el poder adquisitivo del dinero depende de la cantidad del mismo, o m�s directamente, del nivel de precios. Si los precios bajan, son m�s los bienes y servicios que podemos adquirir, mientras que si �stos suben ser�n menos. El problema surge al creer que el poder adquisitivo del dinero es la inversa o el rec�proco del nivel de precios, por lo que el estudio del poder adquisitivo ser�a el estudio del nivel de precios.

El nivel de precios, seg�n la ecuaci�n de la Teor�a Cuantitativa del Dinero, depende de la cantidad de circulante, su velocidad y el volumen total de bienes y servicios intercambiados en la econom�a. La famosa ecuaci�n dice:

Supongamos el siguiente caso. El campesino de Menger adquiere media docena de bolsas de trigo del almacenero del pueblo por 60 centavos, el campesino entrega 60 centavos de unidad monetaria y el almacenero entrega 6 de sus bolsas de trigo. Es en este paso, la transacci�n, donde la ecuaci�n cae en un primer error conceptual, econ�micamente hablando. De alguna manera, la ecuaci�n supone que estos 60 centavos eran equivalentes a las bolsas de trigo, es decir, 60 centavos = 6 bolsas de trigo. Sin embargo, esta equivalencia debe ser falsa. �Qui�n considera los 60 centavos equivalentes a las 6 bolsas? �El campesino, el almacenero o ambos? Es evidente que para el campesino de Menger, las 6 bolsas de trigo eran m�s importantes que los 60 centavos, as� como que para el almacenero los 60 centavos eran m�s importantes que las 6 bolsas de trigo. Justamente la raz�n por la que se llev� a cabo el intercambio es porque las partes valuaban los bienes de forma opuesta, lo que para uno era m�s importante no lo era para el otro y viceversa. La igualdad entre los 60 centavos y las 6 bolsas de trigo debe ser falsa, en realidad es una desigualdad para ambas partes con direcci�n opuesta. La idea de igualdad en el intercambio es tan antigua como Arist�teles, es una l�stima que la metodolog�a matem�tica haya hecho caer a una teor�a tan popular en tan antigua trampa. La �nica raz�n por la que los intercambios se llevan a cabo es porque las valuaciones subjetivas son distintas entre las partes, nunca iguales. El otro error anal�tico que se realiza junto con esto, es suponer que las 6 bolsas de trigo se intercambian por el mismo precio, sin embargo, nada impide que cada transacci�n posea precios distintos. Anal�ticamente hablando esta es una imprecisi�n, lamentablemente demasiado com�n.

Ahora bien, la ecuaci�n dice que hay una equidad entre el t�rmino monetario y el t�rmino de los bienes y servicios. El lado de la moneda es igual al lado de los bienes. El total del dinero pagado debe ser igual al total de los bienes y servicios adquiridos. Pero como ya sabemos, esta igualdad es una artificio, no existe tal cosa como el �lado del valor monetario� igualando el �lado del valor de los bienes�. �A qu� se debe tanta aceptaci�n por esta ecuaci�n que posee un error tan importante en su enunciado principal? El problema es que matem�ticamente, la ecuaci�n es un truismo indiscutible, es un t�pico ejemplo de un razonamiento l�gicamente correcto con falsas conclusiones y supuestos. Sin embargo, como ya vimos, lo que deber�a tenerse en cuenta es que una correcta expresi�n o desarrollo matem�tico no implica la certeza y mucho menos la verdad de sus enunciados.

Como vemos, esta ecuaci�n es evidentemente obvia, y evidentemente no nos agrega nada nuevo a nuestros conocimientos al respecto. Partiendo de la primera ecuaci�n, se pueden armar infinitas relaciones respetando la ecuaci�n que parecen ser ciertas a primera vista debido a su �evidente� igualdad. Por ejemplo:

Gracias a esta ecuaci�n podr�amos decir que el determinante de la cantidad de dinero son las 6 bolsas de trigo, la cantidad de dinero, el ingreso del lector, o cualquier cosa que deseemos poner en su lugar. Lo que realmente tenemos, son dos t�rminos monetarios, no uno de bienes y otro de circulante. Lo que tenemos es una identidad, no una ecuaci�n. Todo lo que esta identidad nos dice es que el total de dinero recibido en una transacci�n es igual al total de dinero entregado a cambio.

Volvamos al fin de la Teor�a Cuantitativa del Dinero, descubrir los determinantes de la formaci�n de precios. Las ecuaciones que acabamos de ver podemos expresarlas de la siguiente manera:

Ac� es donde se supone que la ecuaci�n plantea que el precio es determinado por la cantidad de dinero utilizado dividido los bienes y servicios adquiridos. As� llegamos que el nivel de precios de nuestro ejemplo es 10 centavos por bolsa de trigo, sin preguntarse si existe la posibilidad de que las 6 bolsas de trigo se hayan intercambiado a precios distintos. Sin embargo, esta expresi�n no nos dice nada en cuanto al proceso de formaci�n de precios. No s�lo eso, sino que igual que antes, podemos derivar una gran cantidad de relaciones �rid�culas� que seguir�an siendo matem�ticamente correctas. Por ejemplo:

Todas estas ecuaciones respetan la igualdad planteada al principio. Puede plantearse una gran cantidad m�s de ecuaciones sumamente m�s complejas de modo tal que sigan respetando la ecuaci�n en cuesti�n, sin embargo es dif�cil ver c�mo expresiones del tipo �(60 centavos/integral de ln altura del Monte Everestπ) * (integral de ln altura del Monte Everestπ/6 bolsas de trigo)� explican el proceso de formaci�n de precios, sin importar su desarrollo o complejidad matem�tica. Incluso si volvemos a la ecuaci�n original, podr�amos decir que dej� fuera de la formaci�n de precios al n�mero �e� elevado por los litros de whisky existentes en el mercado, o a la integral del logaritmo natural de la altura del Monte Everest elevada al n�mero pi. Es obvio que una ecuaci�n como esta no puede estar explicando el proceso de formaci�n de precios. En el fondo, la Teor�a Cuantitativa del Dinero parte de una falacia demasiado com�n al suponer la igualdad en los intercambios, lo que matem�ticamente le llev� a plantear esta ecuaci�n abierta a la imaginaci�n de cualquiera para explicar la formaci�n de precios. De este modo, el precio de las bolsas de trigo puede ser igual a una infinidad de truismos o identidades matem�ticamente consistentes pero econ�micamente rid�culas.

En la ecuaci�n original, lo que vemos es que son los bienes y la cantidad de dinero los determinantes del nivel de precios. Sin embargo, las cosas no pueden determinar precios. Las cosas, ya sean bolsas de trigo, litros de whisky, sensaciones t�rmicas, accidentes geogr�ficos o cualquier otra cosa no poseen vida propia y por lo tanto no pueden actuar, por lo tanto no pueden determinar precios en el mercado. Son los individuos, los que comprando y dejando de comprar indican cuales deben ser los precios sobre esos bienes, y no los bienes los que autodeterminan sus propios precios.

El hombre no se comporta de forma recurrente o repetitiva. Mientras el hombre act�a libremente, los objetos reaccionan ante las leyes de la naturaleza. Las personas act�an diferente ante las mismas circunstancias y son libres de alterar su comportamiento, los objetos no poseen esa libertad. Esta fundamental diferencia es la que permite aplicar instrumentos como la matem�tica sobre ciertas caracter�sticas de los objetos y no sobre las personas. Por este motivo, la ecuaci�n de Fisher no puede incorporar el acto humano y debe contentarse con los objetos. En la Teor�a Cuantitativa del Dinero, los individuos no forman parte de la formaci�n de precios, siendo en realidad los �nicos capaces de determinarlo. La ecuaci�n de Fisher es una identidad, y no hay ning�n motivo matem�tico por el cual deba ser considerada mejor que cualquier otra como las que nosotros hallamos.

Una vez inmerso en el error de creer que la ecuaci�n de Fisher se cumple para una persona, s�lo hay un paso para creer que se cumple para el total de la sociedad. Si tenemos un peque�o grupo de cuatro individuos, la ecuaci�n de esta peque�a sociedad debe ser la suma de las ecuaciones individuales en un mismo per�odo de tiempo. Supongamos que los individuos realizan las siguientes transacciones.

A-. 70 centavos por 10 gramos de az�car.

B-. 50 d�lares por un traje.

C-. 60 centavos por una botella de agua mineral

D-. 500 d�lares por un televisor (TV).

�Cu�l ser� entonces la ecuaci�n correspondiente a nuestra peque�a sociedad? No hay ning�n problema en sumar el �lado monetario�, $551,30. �Pero que hacemos con el otro lado? Si quisi�ramos expresarlo simple y llanamente, s�lo escribir�amos $551,30 d�lares del otro lado de la ecuaci�n, pero en este caso, el proceso no tendr�a ning�n sentido. Como lo que se busca es el determinante del nivel de precios, lo que se obtiene es lo siguiente:

Esto es lo que la ecuaci�n hace, sin embargo no deja de ser el mismo truismo o identidad de siempre, �cantidad de dinero gastado = cantidad de dinero gastado�. El resultado de operar esta identidad sigue siendo �$551,30 = $551,30�

Ahora bien, para determinar cu�l va a ser el nivel de precios, vimos que la ecuaci�n divid�a la cantidad de dinero utilizado sobre la cantidad de bienes adquiridos, es decir �P=M/T�. Pero si esta expresi�n es err�nea para un �nico individuo, tanto peor para la sumatoria de toda la sociedad. Por simplicidad, tomemos �nicamente a los dos primeros individuos de nuestro ejemplo.

Por el lado del dinero, ambas personas gastan $50,70. Pero para poder llegar a la expresi�n determinante del precio, se incorpora el concepto de nivel de precios ponderado �P�, y el total de bienes vendidos �T�, de modo tal que E sea igual al nivel de precios ponderado por el total de bienes vendidos (E = P*T).

Sin embargo, el paso de la identidad donde el total de dinero gastado era igual a la suma del dinero gastado por cada bien a la igualdad de E = P*T no puede darse tan f�cilmente. Incluso si quisi�ramos ser estrictos al intentar explicar la formaci�n de precios y el funcionamiento de la econom�a, ese paso no puede darse en absoluto. Para nuestro ejemplo, �que significa T? �C�mo podemos sumar 10 gramos de az�car con un traje, una botella de agua mineral y un televisor? Es evidente que una suma de estas caracter�sticas no puede realizarse, por lo que T pierde su significado invalidando la ecuaci�n.

Ahora bien, si T no tiene sentido, P (nivel de precios ponderado) tampoco puede tenerlo. Lo que realmente tenemos es un conjunto de precios para cada transacci�n, no un nivel de precios. Sin embargo, es en el nivel de precios ponderado donde suele persistir el error.

�Pero si en el nivel de precios todos los t�rminos est�n expresados en la misma moneda no se puede obtener un nivel ponderado del mismo? Para poder ponderar una serie de objetos, debemos primero poder sumarlos para luego poder obtener su ponderaci�n o participaci�n en el total. Estos objetos deben tener alg�n tipo de unidad de medida en com�n, s�lo bajo esta homogeneidad puede realizarse la suma. Sin embargo, los precios est�n expresados en ratios, no en moneda lisa y llanamente, por ejemplo, 7cvs/1g. az�car y 5000cvs/1 traje. �C�mo hacemos para sumar estos t�rminos? �Tiene sentido sumar 7cvs m�s 5000cvs, dividirlos por un ponderador y as� obtener un nivel de precios ponderado? La respuesta es no. Si quisi�ramos hallar el nivel de precios deber�amos proceder del siguiente modo:

Evidentemente, ni el numerador ni el divisor tienen sentido. No puede obtenerse un nivel de precios ponderados, porque los precios siempre hacen referencia a distintos bienes y servicios. Los precios son tantas unidades monetarias por tantas unidades del bien, y no simplemente unidades monetarias. Los precios son ratios, no valores absolutos.

Al no poder dar significado al nivel de precios ponderado (P) y al total de bienes adquiridos (T), la ecuaci�n E = P*T no tiene sentido, dej�ndonos nuevamente en la identidad E = E (cantidad de dinero utilizado = cantidad de dinero utilizado). En esta ecuaci�n, si E se duplica y suponemos que T se mantiene constante, deber�amos concluir que P tambi�n se duplica. Sin embargo, como estos t�rminos no tienen sentido, si suponemos que E se duplica, lo �nico que podemos decir es que E se duplica, lo cual no es decir demasiado.

Consideremos ahora el otro lado de la ecuaci�n. E = M*V, la cantidad ponderada de dinero multiplicada por su velocidad ponderada. En este lado, el t�rmino absurdo es V, velocidad del dinero. �Qu� es la velocidad en la transacci�n de un individuo? El problema es que la velocidad de circulaci�n est� definida independientemente del resto de las variables. Sin embargo, la Teor�a Cuantitativa del Dinero expresa la velocidad de circulaci�n como E/M (dinero gastado sobre dinero existente). Si gasto $50 en un traje y mi stock de dinero es de $200, entonces mi velocidad es igual a 1/5. El error en la ecuaci�n fue suponer que V es independiente de M, lo que permite decir que si M se duplica y V y T se mantienen constantes, P debe duplicarse. Pero como V se define como E/M, la velocidad del dinero deber�a caer a la mitad dejando sin efecto el aumento de circulante sobre el �nivel de precios�. Lo que tenemos es M*(E/M) = P*T, que es lo mismo que E = P*T, nada m�s ni nada menos que nuestra ecuaci�n original.

No importa que lado miremos, la ecuaci�n no puede dar una explicaci�n consistente de la formaci�n de precios.


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