TEOR�A AUSTRIACA Y EL PROBLEMA DEL
CICLO ECON�MICO
Nicolas Cachanosky
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Una de las razones fundamentales por la que los gobiernos se interesan en mantener el monopolio del dinero, es porque desean tener el control de la oferta monetaria. Sin embargo, por m�s bancos centrales y pol�ticas monetarias que tengamos, siempre est�n los individuos actuando en el mercado, ya sea por ellos mismos como deudores, prestamistas, ahorristas o a trav�s de instituciones como las empresas o los bancos, pudiendo alterar los efectos de las pol�ticas monetarias.
En una econom�a sin bancos, la oferta monetaria corresponde a su base monetaria, es decir que la relaci�n entre oferta y base monetaria es igual a 1, la oferta es exactamente igual a la cantidad nominal de dinero en circulaci�n (base monetaria). Los bancos tienen un poder expansivo sobre la oferta monetaria al otorgar cr�ditos. Si el se�or A se dirige a su banco a depositar sus ahorros, el banco puede otorgar un cr�dito al se�or B con parte de este dep�sito. De este modo, tanto el se�or A como el se�or B pueden hacer uso del �mismo� dinero, ya que ambos pueden emitir cheques contra el mismo dep�sito. La oferta monetaria se ha expandido sin imprimir un solo billete.
Ahora bien, ante un sistema financiero, los individuos deben decidir que porcentaje de su dinero depositar y que porcentaje qued�rselo ellos mismos o consumirlo en bienes y servicios. Los bancos deben decidir que porcentaje o encaje de los dep�sitos no prestar�n a terceros para hacer frente a las necesidades de sus clientes. Este juego de decisiones hace que la oferta monetaria sea superior a la base monetaria, esta diferencia depende justamente de cu�nto se desee depositar y tomar prestado.
Si incorporamos un banco central con el monopolio de la emisi�n monetaria, la situaci�n no se altera sustancialmente. El banco central podr� alterar en cierta medida la oferta monetaria, pero nunca podr� controlarla totalmente porque no puede dominar el deseo de los individuos sobre cu�nto depositar versus la liquidez en billetes que desean, ni puede controlar el encaje voluntario que los bancos deseen mantener, de ser as� no existir�a la posibilidad de las �corridas bancarias�. El banco central podr� controlar la base monetaria, pero no la oferta. Corresponde a los individuos decidir que porcentaje desean en dep�sitos y que porcentaje en efectivo, sin importar la cantidad de billetes circulando.
Debemos poder diferenciar entre la base monetaria sobre la cual el banco central tiene pleno control y la oferta monetaria sobre la que no se tiene tanto poder, ya que en ella entran variables que escapan al control del banco emisor. El gobierno o banco central puede afectar la oferta monetaria, pero no controlarla a su voluntad. Ahora, si los bancos centrales tienen escaso control sobre la oferta monetaria, menos a�n sobre la demanda de dinero disponible por parte de los individuos. La autoridad monetaria puede predecir la direcci�n hacia donde se ver�n los efectos de una emisi�n monetaria, pero dif�cilmente podr� predecir sus efectos con exactitud siendo imposible controlar los efectos que culminan en ciclos econ�micos. Es esta falta de control sobre la oferta monetaria una de las razones por la cual las pol�ticas monetarias de los gobiernos no puedan tener los efectos buscados.