TEORÍA ECONÓMICA Y
ALGUNAS EXPERIENCIAS LATINOAMERICANAS RELATIVAS A LA AGROINDUSTRIA.
Francisco Javier López Macías
Pepe Castrillón
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En la década de los años cuarenta del siglo XX, se enfatiza en el concepto de empresa agroalimentaria y de transformación industrial, describiendo a las firmas que procesan materias primas agropecuarias, incluyendo la madera. El grado de procesamiento puede ser diferente dependiendo de la escala de planta; pudiendo ir a gran escala desde la limpieza, la clasificación del producto, la preparación rápida o instantánea de comidas y hasta la alteración química del producto, iniciando la incursión en mercados internacionales. Cuando son de menor escala, utilizan las técnicas de poscosecha, la selección, la clasificación, el almacenamiento, la conservación, la transformación, el empaque, el transporte y la comercialización, utilizando los mercados internos.
En el siglo XX, el mercado de bienes proveniente de la industria alimentaria y de otros sectores, se vio impulsada por los desarrollos tecnológicos presentados en los medios de transporte y en las comunicaciones.
El transporte ganó en rapidez, sobre todo con la irrupción de la aviación; el extraordinario avance y la gran versatilidad del transporte aéreo, lo convirtieron en uno de los medios más eficaces para apoyar los nuevos sistemas multimodales (que pueden combinar todos los medios existentes y por dinamizarse); es así, como se paso en poco tiempo del avión a propulsión al avión a reacción, viajando luego a velocidades supersónicas y llevando cada vez mayores cargas y pasajeros a los destinos más lejanos.
Ya avanzada la década de los cincuentas, empiezan a consolidarse las empresas multinacionales de base ya sea alimentaria o no alimentaria, para Castaño R. A . (1966).”La empresa multinacional, es el último grado de evolución de la empresa gigante, a lo largo de la era industrial, ha sido el de su internacionalización, merced al establecimiento de sucursales y filiales en muchos países lo cual les permite generar una producción internacional. Es decir, no controlada en su conjunto por ningún estado nacional y llevar a cabo transformaciones “internas” entre sucursales ubicadas en distintos países o entre estas y la casa matriz, tanto de materias primas, costos de administración, intereses y regalías por el uso de patentes, como de los bienes finales producidos”.
La debilidad del esquema consistió en que muchas firmas productoras y procesadoras de alimentos importaban las materias primas e insumos de sus casas matrices o países de origen y no utilizaban o fomentaban la producción, en las economías nacionales en donde operaban y por otra parte, no propiciaban procesos integrales y coordinados en las posteriormente denominadas cadenas productivas y sistemas productivos, que aplicaron las concepciones teóricas propuestas por L. Von. Bertalanffy (1901-1972), sobre sistemas abiertos.
La evolución de las empresas en tamaño, hasta constituir las actuales Corporaciones multinacionales o transnacionales de alimentos, requirió de procesos de integración horizontal y vertical de la industria Alimentaria y de la inserción en mercados internacionales más amplios y, luego, necesariamente globalizados. En la integración vertical, se requiere que el productor, proveedor o procesador, participe del negocio mediante la inversión directa en la empresa haciéndose socio de ella, comprando acciones es lo más usual; en la integración horizontal, la vinculación se hace a través de contratos de suministros de materias primas, capitales o servicios diversos; que en últimas tienen la función de sustentar y dinamizar el desarrollo capitalista en el sector.
En efecto, según BISHOP (1994), Analizando el caso de los Estados Unidos “Muchas de las industrias relacionadas directamente con la agricultura son también empresas relativamente grandes; por ejemplo, en 1954, las cuatro empacadoras de carne más grandes obtuvieron el 39 por ciento de las ventas de esta industria; en los molinos de cereales, el 40 por ciento de la producción correspondió a las cuatro empresas más grandes; y las cuatro empresas más grandes de tractores produjeron el 73 por ciento”.
Se entiende, en ese entonces, que el vínculo de la agricultura con la industria se da solamente por intermedio del mercado de materias primas y que la educación, la capacitación y la investigación, es la fuerza liberadora de la sociedad de su energía creativa y productiva, contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida.