VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y
REVOLUCIÓN
Edgardo González Medina
Esta página muestra parte del texto pero sin formato,
gráficos, tablas ni notas.
Puede bajarse el libro
completo en PDF comprimido ZIP (320 páginas, 1809 Kb) pulsando aquí
El capitalismo mundial, convertido en imperialismo en ascenso por el cual la concentración de poder económico, político y militar, se despliega en honda magnitud, profundiza en la solución de sus problemas sistémicos. La experiencia del año 29 vibra en la década de los 40 en la mente empresarial. La enorme crisis de realización mercantil amenaza siempre, pero ahora podría ser disminuida, impedida. La economía adopta las enseñanzas de la Teoría General de J. M. Keynes, y particularmente los EEUU apostarán hacia la postguerra por la recuperación del mercado mundial con un plan de reconstrucción de Europa para dar salida a los capitales y lograr la saturación de la demanda, aumentando el circuito de acumulación. El Imperio cuenta con una Latinoamérica sometida, proveedora de materias primas. Al evitarse la recesión compulsiva de la primera postguerra, el aparato industrial seguiría demandando recursos. La oferta de petróleo barato no solo impulsa el aumento de la extracción sino la progresiva intervención norteamericana en los asuntos internos. El pronóstico del capitalismo era optimista.
Confiando en la demanda segura con resultados controlados, los venezolanos se aventuran a negociar mejores condiciones con las empresas petroleras . Se legisla sobre la base de unificar toda la normativa anterior de hidrocarburos, con pequeñas mejoras en los niveles de participación fiscal, en lo cual se inscribe también una nueva Ley de Impuesto sobre la Renta, y una nueva Ley del Trabajo. En ésta se estipula la jornada de ocho horas y la semana de 48, la indemnización por despido y antigüedad, la participación en las utilidades, las vacaciones, la libertad de organización sindical, el seguro social, y la jurisdicción especial del trabajo, entre otras conquistas. Dice Luis Vallenilla:
"...Pese al carácter general que priva en toda ley, se ha dicho que la Ley del Trabajo de 1936 estuvo destinada principalmente a los obreros de las compañías petroleras. Eran mas de 12.000 personas las que trabajaban en ellas, remuneradas con bajos salarios, sin disfrute de prestaciones sociales, sin organizaciones sindicales, desasistidas de toda protección legal..." 26
Hay que anotar que en el ambiente de los trabajadores se denunciaba el intento de aislar a los obreros y empleados petroleros en una campana de cristal para impedir la resonancia en el resto de la fuerza laboral y convertir a aquellos en una especie de aristocracia laboral, no muy bien pagada por cierto. Pese a las pésimas condiciones de los obreros petroleros, la situación del resto de los trabajadores del país era tan paupérrima, que aquellos se veían en posición ventajosa.
La Tesis Petrolera del partido Acción Democrática expresaba: "...Las consecuencias económicas de la explotación petrolera se difundieron en todas las regiones del país, en forma favorable para algunos y negativas para otros. Los hombres que laboran en la industria reciben muy buena remuneración y sus condiciones de trabajo resultan excelentes si las comparamos con otras actividades económicas dentro del mismo país. Lo mismo ocurre con la mano ocupada en actividades que utilizan para su funcionamiento recursos emanados de la explotación petrolera. Pero ello beneficia a un escaso sector de la población. Sin entrar en ninguna clase de detalle acerca de la política que se lleva a cabo en la explotación de la industria, se puede observar que en sus años de vida, ha ocupado una población que escasamente llega a un 3% y que se beneficia relativamente poco si estimamos que su producción es elevada y su participación dentro de ella no es la mas justa. Aquí estamos viendo ya cómo la industria petrolera sirve en primer lugar a los grandes intereses extranjeros y luego, en pequeña escala, a un grupo de trabajadores...(...)...en lo concerniente al beneficio que el resto de la población recibe indirectamente, a través de los ingresos derivados del petróleo y que son utilizados para poner en marcha otras actividades, se puede afirmar, sin temor a errar, que las circunstancias no son lisonjeras como parecen. En efecto, se estima que un 40% de la población venezolana está ocupada en labores agrícolas..."
En 1942 se promulgó la primera Ley de Impuesto sobre la Renta, que entra en vigencia en 1943. La denominada renta petrolera de los años anteriores se originaba en impuestos especiales.27 La nueva ley conforma la fuente nueva de ingreso al fisco, directa, reforzando el desarrollo del Estado. Particularmente la renta petrolera pasaba a ocupar mayores proporciones en la renta nacional. Esta ley adquiere importancia en el tiempo, porque la consiguiente estrategia frente a las petroleras tendrá en lo adelante un instrumento contundente en las posibles reformas tributarias. La ley no estaba destinada específicamente al sector externo de la economía, era una normativa general e incuestionable, por tratarse de la institución impositiva presente en todo el mundo occidental, pero en el fondo del avance de la idea fiscalista y rentista del petróleo, se podía preveer el estancamiento de cualquier proyecto de desarrollo fundado en el aprovechamiento autónomo de esa riqueza.
Para 1943, en la mitad de la II Guerra Mundial, estaba completo el panorama petrolero para Venezuela, mucho más en tanto que las petroleras pidieron a cambio más concesiones, que sujetaron férreamente a Venezuela en el resto del siglo XX.
Volver al índice de VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y REVOLUCION
Volver a la BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales