VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y
REVOLUCIÓN
Edgardo González Medina
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COMPRENSIÓN CON PALABRAS DE JACQUES D´HONT
... El éxito presagia y prepara un fracaso. ¿ Un partido conquistó la victoria?. Lo demuestra, nos dice Hegel, el hecho de que se divide. Desde este punto de vista, el hegelianismo saborea un auténtico triunfo. ¡ Cómo que se ha fragmentado en mil pedazos!... (...) El pensamiento del pasado cambia tanto como cualquier otro, y es demasiado para adormecerse. Se alimenta de las desviaciones en cadena. ¿Estas imágenes, no imponen una visión histórica viva?. Para formular la exigencia y la dificultad de este problema en relación con Hegel, convendría trasponer y complicar las características que Kolakowski atribuye a la aprehensión del pasado en general:
...Dentro del conocimiento no existe distancia alguna que no sea idealmente adecuada a su objeto: lo ideal es solo confrontar constantemente las imágenes vistas desde diferentes distancias. Cuando se examinan los hechos históricos, según parece, importa sobre todo satisfacer dos exigencias contradictorias: identificarse con los hombres del pasado en cuestión, al extremo de poder apropiarse la imagen que se forjaban de su propia época; en otros términos, concebir su época como una perspectiva abierta. Pero al mismo tiempo liberarse totalmente de su perspectiva, y hallar para su conducta referencias que tengan sentido para el programa de su época según se ve desde la nuestra, es decir, contemplar su tiempo como una realidad cerrada. Estos dos criterios son INDISPENSABLES para comprender el pasado, pero sería imposible aplicarlos en un solo y mismo acto cognitivo... ... (...)...
...¿ Por consiguiente, recordar significa ver doble?. La confrontación supone, por lo menos, un encuentro: Un mismo acto de pensamiento debe apoderarse finalmente de imágenes desconectadas y sucesivas para convertirlas en los momentos activos de una comprensión actual. Pero la disyunción continúa siendo un momento previo. Así, comprender el hegelianismo supone apropiarse la obra de Hegel, o como él gustaba decir, reinteriorizar (er-innerung) el pensamiento que ella encierra, sin abandonar por eso el propio fundamento intelectual. No se parte, sino que apoyado en una base uno se aventura... (...)...
...Es imposible esquivar a Hegel. Existió y trabajó, se le ha leído y se insiste en leerlo. En este sentido, no se puede dejar de ser hegeliano. En este aspecto puede afirmarse de él lo mismo que de todos los demás. El olvido no sería suficiente para evitar su acción fecundante... (...)... De modo que podemos fragmentar a Hegel sin sentir remordimientos. La dialéctica brotará como un demonio de su caja despanzurrada...
(...)...Es imposible explicar a Marx únicamente remitiéndose a la influencia de Hegel, o incluso a la influencia de toda la herencia intelectual del género humano. Marx vive en un mundo nuevo, y su pensamiento es el que cuadra a ese mundo. De todos modos, en cuanto pensamiento, no representa un comienzo absoluto, y él mismo señaló que la dialéctica hegeliana se contaba entre sus fuentes más importantes...
(...)...Algunos se escandalizan ante el sacrilegio: ¡ La dialéctica hegeliana a la que se le amputó la idea absoluta, como un pato descabezado que a pesar de todo corre!. Pero quizá esta cirugía libera precisamente toda la cruel claridad de la dialéctica: Es un astro degollado. ¡ Acaban los descargos por la Idea Absoluta! Y al mismo tiempo desaparece todo lo que era resultado de su injerencia: Una historia a la que ella reducía su propio desarrollo personal...
....Esa es una de las aplicaciones de Hegel: El aprovechamiento del cuerpo todavía vivo del hegelianismo: Le otorgaremos otro corazón, o un alma distinta, y es evidente que, en esa confluencia, mudará profundamente. Podemos ilustrar la operación con imágenes menos sanguinarias. Cuanto explicaba a su madre inquieta que de las doctrinas de la época adoptaba solo aquello que parecía merecer, Heine las comparaba, serenamente, con naranjas:
...Con auténtico placer
me bebo el jugo azucarado
y deshecho la cáscara.......
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