VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y
REVOLUCIÓN
Edgardo González Medina
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Sin embargo, el desmonte del modelo Estado-Petróleo-Industrial no resulta ni de
cerca la solución al problema principal del capitalismo, que es la dependencia
del petróleo. Los cultores teóricos del sistema capitalista venían lidiando con
una dependencia que había sido vista hipócritamente como correspondiente al
control estatal que algunos paises productores de petróleo tenían de las
Reservas, de la Explotación o el Comercio de los hidrocarburos. Pero el
resultado de la privatización de las empresas petroleras ex-soviéticas demostró
que el carácter privado de estos nuevos grandes monopolios no conllevó sino a un
nuevo factor desestabilizante de la estructura económica mundial, principalmente
por la lucha ya iniciada entre éstos neomonopolios y las Grandes del petróleo,
que a su vez creían haber solucionado sus problemas fusionándose: Entre otras,
British Petroleum-ANOCO-ARCO, Chevron-Texaco, y Exxon-Móbil, éstas últimas como
reunificación de la vieja Standard que habia sido dividida, y Royal
Duchts-Shell, todas las que ahora se les llama las cuatro hermanas, en recuerdo
de aquellas siete hermanas de la postguerra (las siete compañías integrantes del
cartel, conocidas como las Siete Hermanas, eran la Esso (Standard Oil de New
Jersey), Mobil (Standard Oil de New York), Gulf Oil, Texaco, Chevron (Standard
de California), y las dos compañías inglesas Royal Dutch-Shell y la Anglo
Iranian Oil Co., (más tarde British Petroleum, o BP). Y a las cuatro hermanas
debe sumársele la fusión Total-EIF. El desmonte del Estado Soviético habia sido celebrado como un resultado exitoso
de la luna de miel entre los líderes de Rusia y EE.UU. Pero a estas alturas ya
se sabe que el llamado mundo occidental no puede contar con el petróleo ruso mas
de lo que puede contar con el del Medio Oriente, por muchos confictos que aquí
existan. El modelo petrolero responde a una reproducción constante de relaciones
capitalistas cuya evolución tiene el signo general de la progresiva
concentración de la producción y el comercio ya prevista por Lenin, Rosa
Luxemburgo, Trosky, y otros. La solución sistémica del capitalismo ante sus
crisis de acumulación es apropiarse de mayores tajadas cada vez del excedente
económico, lo cual significa al propio tiempo incrementar la crisis de
desapropiación de la sociedad, como el condenado que hila la soga con la cual
será ahorcado. El siglo de las dos Guerras Mundiales habia sido el escenario de la creciente
utilización del petróleo como fuente energética, como todos sabemos. El
desarrollo de la explotación del recurso impuso una estructura tecnica global.
Mientras en el año 1917 en Venezuela las transnacionales se apoderaban de los
yacimientos, en la misma época Lenin nacionalizaba los pozos petroleros en
Rusia. La primera fase de la lucha entre los monopolios y las naciones fue por
el control de las reservas, de los yacimientos. En diversos paises se dieron
formas jurídicas de propiedad privada de las reservas, tales como en EE.UU y
Arabia, pero no en Venezuela, debido a la vieja doctrina del Derecho Real de
España sobre los recursos naturales del subsuelo, que fue confirmado asi mismo
por Simón Bolívar en la Constitución de Angostura y en la Constitución de
Bolivia. De manera que Venezuela nunca hizo a los monopolios propietarios
formales de los yacimientos, aunque en la práctica las transnacionales se
comportaron como tales. La lucha por los yacimientos implicaba la lucha territorial, y en efecto todo el
siglo XX fue testigo de guerras de ocupación y ocupaciones concertadas con los
sectores dominantes internos de cada paìs petrolero. Es obvio y ya determinado
que la explotación del petróleo vino a fortalecer esos sectores dominantes
internos de los paises petroleros, en detrimento de la mayorìa trabajadora. Pero
también el modelo petrolero impuso una estructura económico-social desigual y
conflictiva en todo el mundo, porque la menor o mayor disponibilidad de la
energía determinó el grado de desarrollo de las fuerzas productivas en cada
región y en cada nación. De suerte que el modelo petrolero significó la base del
modelo imperialista en general, pero en cada nación particular se puede
describir un modelo diferente de imperialismo en sus especificidades concretas
de carácter económico, social, polìtico y técnico. En este sentido es posible
afirmar que el modelo petroimperialista operaba desde el interior de formaciones
sociales diferentes, y hasta contrapuestas, como sería el caso de la URSS, la
que no obstante su resistencia a ciertos cambios técnicos generalizados de la
sociedad de consumo capitalista, terminaba asimilando esa estructura técnica del
modelo petroimperialista y también contribuyendo a ella con adelantos y
descubrimientos tecno-científicos. Desde el interior de la URSS y el mundo
socialista operó el modelo petroimperislista, que devino de esta manera en
modelo protoimperialista, término que puede ser usado para designar en general
aquellos procesos que desmontan los mecanismos del Estado Nacionalista o
aquellas estructuras atrasadas cuya inserción en el modelo global está en
proceso. La principal contradicción al modelo petroimperialista, por tanto, no se originó
en el mundo socialista, como sería posible creer, sino en los nacionalismos de
los paises petroleros. Ello va a explicar ciertas deficiencias del resultado de
estas luchas nacionales, de la agresiva respuesta contra esos países, y las
características de lo que ya se ha identificado como la derrota general de las
clases trabajadoras en el siglo XX. Como sabemos, la explotación petrolera transcurrió con un predominio bastante
expedito de las transnacionales hasta mediados de los años sesenta e inicio de
los setenta, cuando llegan a concretarse los objetivos de movimientos
nacionalistas en los paises productores de petróleo. Desde la perspectiva de nuestro tiempo, se identifica como punto de inflexión de
este fenómeno, el nacionalismo petrolero venezolano, con una primera
manifestación alcanzada en el trienio de gobierno de 1945-48, donde por primera
vez se impone a las transnacionales una cuota de reparto del beneficio de la
explotación, llamada fyfty-fyfty (mitad y mitad) y se decreta la Política de No
Concesiones Petrolera ni Mineras, que significaba una especie de nacionalizaciòn
a futuro, típico de la estrategia evolucionista de la socialdemocracia
reformista; y una segunda manifestación mas importante aún, que fue el impulso
dado junto con los nacionalistas árabes a la fundación de la OPEP en los inicios
de los años sesenta. El fifty-fifty fue también aplicado por Arabia Saudita en
1950, con la influencia de los venezolanos. Ciertamente, la medida venezolana estuvo precedida por otro hito fundamental que
fue la nacionalización petrolera de las transnacionales en México, en 1936,
hecha por Lázaro Cárdenas, que implicó no solo la reividicación de los
yacimientos sino asi mismo la expropiación de las inversiones de los monopolios. Sin embargo, frente a la estrategia nacionalista de largo plazo de las
tendencias reformistas, y a la par de las nacionalización frustrada de Mossadeg
en Irán en 1951, y la nacionalización de Indonesia en 1965, es en la década de
los años setenta que el nacionalismo petrolero pasa a ser la bandera común de
democracias, de monarquias, y grupos bonapartistas, en los principales paises
petroleros. Para ilustrar el desarrollo de éstos, hemos escogido los siguientes
casos:
¿Se puede desmontar el Modelo Petroimperio?
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