BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

 

VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y REVOLUCIÓN

Edgardo González Medina

 

Esta página muestra parte del texto pero sin formato, gráficos, tablas ni notas.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (320 páginas, 1809 Kb) pulsando aquí


La crisis de abril del 2.002

A finales del año 2.001 se había concentrado una gran crisis política y económica. Las organizaciones partidistas tradicionales habían sido golpeadas sistemáticamente desde el poder del Estado, pero los partidos afectos al régimen no pasaron a representar una alternativa de las mayorías populares, por lo cual grupos de ultraderecha hacen planes para abalanzarse sobre el poder, ofreciéndose en alianza a partidos y organizaciones tradicionales. Pero dos actores principales –Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela- conciben un diseño de acción política destinada a lograr la renuncia del Presidente Hugo Chávez. En su base teórica, consideran que los partidos políticos tradicionales carecen de fuerza y legitimidad para enfrentar al régimen de Chavez, dado el desprestigio al que han estado sometidos durante los últimos diez años. Diseñan una alianza de inspiración presuntuosa, basada en la significación de los sectores productivos: Capital y Trabajo.

Esta base teórica suponía el reconocimiento de la clases antagónicas en la sociedad, y su común oposición específica al Estado en la coyuntura histórica determinada, lo cual en realidad no es una elaboración teórica aceptada por gran parte de esa dirigencia. En realidad debía suponerse, además, que se concebía una clase trabajadora “en y para el capitalismo”, sin reparar adecuadamente en la gran cuota de trabajadores al servicio del propio Estado, y mas aún, en la significación tanto objetiva como subjetiva del Estado en la vida del venezolano y las proyecciones de los viejos y nuevos programas partidistas de control del Estado por las clases trabajadoras.

Como mínimo objetivo se establece forzar la renuncia del Presidente. Entre los visibles acuerdos de ambas organizaciones no figura realmente un golpe militar. En los grupos que motorizan el movimiento táctico, se encuentran jóvenes empresarios y profesionales que nacieron y crecieron en los últimos cuarenta años bajo el régimen democrático representativo y participan de una formación ideológica heterodoxa, donde por igual coexisten fundamentos liberaloides tradicionales como aquellos mejor elaborados y orientados hacia la tecnocracia o la tecnoestructura capitalista. En el trasfondo de su participación, estos jóvenes en su mayoría desconocidos para el público general, se evidencia el impulso de la idiosincracia venezolana en lo que respecta al protagonismo político, con su carga de aventurerismo, arrojo, y valentía personal. Después se sabría que junto a los dirigentes obreros y empresariales, se sentaban jóvenes empresarios, abogados, periodistas, líderes sindicales incipientes, militares, etc. La estrategia consistía en intensificar la presión social mediante concentraciones de masas que pedían la renuncia del Presidente, en medio de una paralización progresiva de la producción de bienes y servicios, concertada entre sindicalistas y patrones, la cual finalmente dio resultados.

En efecto, en diciembre del 2.001 se convoca el paro cívico por Fedecámaras y la CTV, y durante los meses de enero, febrero y marzo del 2.002 aumenta el número y concentración de las manifestaciones públicas. Comenzando el mes de abril, la CTV encabezada por su Presidente Carlos Ortega, emite ultimatum al Presidente de la República para que renuncie, mientras el gobierno por boca de su Vicepresidente Diosdado Cabello se manifiesta dispuesto a resistir el paro y la presión de masas.

En la trastienda, sin embargo, se tejen tácticas menos notorias, una de las cuales es el autogolpe del gobierno, diseñado para develar los actores que dentro de la Fuerza Armada estuviesen dispuestos al alzamiento armado y que a esas alturas ya han hecho contacto con las organizaciones civiles que vienen pidiendo la renuncia del Presidente Chavez.

En los dos días previos al once de abril del 2.002, es convocada una gran marcha que debia llegar hasta la sede presidencial de Miraflores, y aunque a última hora dicho propósito fue revocado por los dirigentes, existía como consigna generalizada imposible de regresar. Y asi fue como luego de un pequeño trayecto por el este de la ciudad, decenas de voces incontroladas se alzaron en tarimas improvisadas para llamar a continuar la marcha hasta el palacio presidencial de Miraflores. Una masa humana superior a las acostumbradas se dirigió a pedir la renuncia del Presidente. El trayecto suponía unas dos horas de camino, durante las cuales fueron organizados grupos armados que a pocas cuadras de la sede presidencial emboscaron y dispararon contra la masa de personas, con un saldo trágico de muertes y lesiones, lo cual agudizó mucho mas a una crisis terminal.

Chavez llegó a un momento extremo de debilidad y se entregó a los representantes de la Fuerza Armada que se suponía debian tomar el control finalmente para evitar el desbordamiento popular y el enfrentamiento entre facciones civiles.

La estrategia de los polìticos habia dado sus frutos, pero sin embargo las acciones siguientes dejan por fuera una gran parte de los actores que venían dirigiéndola, entre ellos la CTV.

El Presidente de la CTV, Carlos Ortega, dirigente sindical petrolero, venia enfrentando con éxito al Presidente Chavez, ya que habia derrotado sus presiones y las maniobras que buscaban controlar o eliminar el movimiento sindical. Habia convocado un paro petrolero por la firma del contrato colectivo, y habia convocado con éxito el paro general, a lo que se sumó el paro de la fase final iniciado por los propios gerentes medios y trabajadores de la empresa estatal PDVSA. Sin embargo, el Presidente de Fedecámaras habia sido seleccionado por el Alto Mando militar para encabezar un gobierno de transición ajeno a las disposiciones constitucionales. Se habia planteado que el Presidente Chavez renunciaría, destituyendo al VicePresidente, y en tal situación debía ser convocada la Asamblea Nacional para que proveyese un Presidente provisional, como solución constitucional a la que ya estaban dispuestos la mayoría de los diputados incluyendo una numerosa facción del gobierno dirigida por Luis Miquilena. El Presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona, no alcanza a controlar este cambio pacífico, y por el contrario, a su lado actúa un grupo de jóvenes dispuestos a tomar el poder de una vez. Alli se ve destacar entre otros, a Isaac Perez Recao, jóven empresario que proviene de familias reconocidas en el campo de la producción y de la política, descendiente en línea directa o colateral de personajes como Juan Pablo Perez Alfonso, fundador de la OPEP, y de la familia Alfonso Rivas, dueña de un importante monopolio del sector de alimentos. Actúan militares de mediana edad de alta graduación, Actúan juristas reconocidos como Allan Brewer Carias, miembro de la Academia de Ciencias Políticas, y jóvenes abogados como Daniel Romero, quien asiste Carmona en su acto de autojuramentación. Y actúan hasta personajes de la televisión, como el actor Orlando Urdaneta.

En versiones periodísticas posteriores se relatan reuniones entre el Presidente de la CTV Carlos Ortega, el Presidente de Fedecámaras Pedro Carmona, y Perez Recao, realizadas en las semanas previas al once de abril del 2.002, y aunque es muy pronto para hacer juicios históricos de esos hechos, no es menos cierto que el mito y la magia de la historia política venezolana -que ha consagrado la audacia, el arrojo, y la valentía personal, como elemento clave del acceso al poder- aparecen en toda su dimensión con la intervención de estos personajes que al igual que otros en diferentes tiempos, como los del 18 de octubre de 1945, como los jóvenes revolucionarios de los años sesenta, y como los militares medios que en 1992 encabezó el propio Hugo Chavez, intentaron asaltar el poder. Fue un Impulso pequeñoburgués de intelectuales, empresarios, militares, que en diferentes tiempos pudieron estar o no equivocados, pero muy característico de la historia política venezolana. De estos actiores polìticos que se asomaron a la historia en esos días del 2.002, incluso hoy poco se conoce, sobre todo en sus perfiles personales e ideológicos, y el tiempo nos dirá si la historia les permitirá aparecer nuevamente.

Ni en documentos o versiones previas ni en las pocas horas transcurridas al frente del gobierno, se evidencia un programa político determinado. La rebelión civil encabezada por la CTV, se habia convertido en un golpe de Estado contra ella. El gobierno transitorio de Pedro Carmona “suspende” la Constitución Nacional, lo cual no debió pasar de la declaratoria de un estado de excepción sin desconocerse como se hizo, su vigencia formal. La CTV le retiró su apoyo a Carmona y seguidamente lo hicieron el comandante del ejército General Vázquez y el Inspector de la Guardia Nacional, General Carlos Alfonzo Martinez. Los demás Generales del golpe en su mayoría eran militares sin mando ni ubicación que habian sido inmovilizados de distintas formas por el Presidente Chavez meses antes. Ello dio fuerza a la intervención en el contragolpe del General Isaías Baduel, y el General Garcia Carneiro, comandantes de las principales brigadas del ejército en Caracas y la zona central del país.

Sin embargo, debe decirse que el golpe a la Constitución se entiende porque a pesar de que el Presidente Chavez renunció ante el Alto Mando militar con mediación de varios obispos de la Iglesia Católica, y que destituyó al VicePresidente, la gestión de la renuncia estuvo en manos de Generales que pugnaban unos con otros por el botín de una guerra donde los muertos los habia puesto la sociedad civil. Han desaparecido de la publicidad pruebas, como videos y grabaciones de audio hechas públicas en los días vecinos al 11 de abril, donde parece testimoniarse que el gobierno en trance de ser derrocado ofreció o dio altísimas sumas de dinero para distraer la renuncia y acceder a rehabilitar al Presidente Chavez en el poder. Las consecuencias que por demás han enfrentado los golpistas no fueron tan graves, ya que el juicio ante el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el gobierno, concluyó que dicha intervención no configuró delito de rebelión militar. Hoy día habría que deducir que no obstante el posible compromiso de algunos militares con un golpe, el grueso del Alto Mando militar y el Generalato intervino para obtener provecho de la situación y anular el movimiento de masas que no solo hizo renunciar al Presidente sino abandonarse a sus compañeros de armas en la sede del poder militar.

El contenido del Decreto que suspendió la Constitución Nacional, fue un grupo de medidas arbitrarias. Pero si se examina la raíz de ellas, podríamos arribar a conclusiones sorprendentes. Se disolvió la Asamblea Nacional, por ejemplo, y si nos preguntamos qué se disolvió, no podemos sino concluir, hoy día, que por otros medios –legales- habría que haber disuelto hace mucho tiempo aquella Asamblea donde la mayoría de diputados de gobierno y oposición demostraron ser funcionarios corruptos que han saqueado el erario público por medio de testaferros y prestanombres, al grado de que tanto gobierno como oposición convocaron la revocatoria de gestión de muchos parlamentarios, denunciándose mutuamente como corruptos, incompetentes, inmorales, etc. Se destituyó al Contralor General de la República, y el tiempo ha demostrado que dicho funcionario practicamente no ha existido en los últimos cuatro años, silenciado frente a miles de denuncias de corrupción administrativa. Se destituyó al Fiscal General de la República y al Defensor del Pueblo, ambos funcionarios que han demostrado el mas alto nivel de ineptitud para enfrentar los abundantes hechos de corrupción, delincuencia común, violación de derechos humanos y de la Constitución Nacional. Se destituyeron los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, y el tiempo solo ha demostró que el mismo régimen de Hugo Chavez llevó a la picota pública a muchos de esos miembros, tachándolos de inmorales, exhibiendo pruebas de su inmoralidad, procurando su destitución y finalmente designándoles magistrados adicionales para nulificarlos. Estas medidas, que fueron las mas arbitrarias del Decreto de Pedro Carmona, vistas desde la perspectiva actual, parecerían justificadas, por muy inconstitucionales que hayan sido en su momento. La diferencia es de procedimiento, pero la raíz es la misma: No otra que la inmoralidad vivida en los órganos del poder público.

El golpe de Estado dio paso al contragolpe iniciado por los mismos militares. Si el primer acto de la comedia fue protagonizada por Generales, el segundo acto fue protagonizado también por Generales. El régimen viene presentando como una epopeya griega la rehabilitación de Chávez en el poder, cuando en verdad, de la misma forma que el pueblo opositor, el pueblo afecto al régimen no tuvo una participación decisoria. Los Generales del golpe dieron paso a los Generales del contragolpe, para evitar confrontarse y matarse entre ellos. En todo fue clave la trastada de haber suspendido Pedro Carmona la Constitución Nacional, lo que ocasionó el desconocimiento de la comunidad internacional. Al final lo que quedó fue la evidencia inconstrastable de que en Venezuela el poder es un poder militar tradicional, no civil, por ahora.


Volver al índice de VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y REVOLUCION

Volver a la BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Economistas Diccionarios Presentaciones multimedia y vídeos Manual Economía
Biblioteca Virtual
Libros Gratis Tesis Doctorales Textos de autores clásicos y grandes economistas
Revistas
Contribuciones a la Economía, Revista Académica Virtual
Contribuciones a las Ciencias Sociales
Observatorio de la Economía Latinoamericana
Revista Caribeña de las Ciencias Sociales
Revista Atlante. Cuadernos de Educación
Otras revistas

Servicios
Publicar sus textos Tienda virtual del grupo Eumednet Congresos Académicos - Inscripción - Solicitar Actas - Organizar un Simposio Crear una revista Novedades - Suscribirse al Boletín de Novedades