VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y
REVOLUCIÓN
Edgardo González Medina
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El período 58-64 resulta, a pesar de las bajas inversiones, con el crecimiento más dinámico del Producto Interno Bruto per cápita dentro de la larga serie 1950-98. La elasticidad del producto industrial per cápita con respecto al PTB per cápita es prácticamente unitaria, lo cual es una situación mejor que las altas y bajas alternativas de los años siguientes a 1964. La tasa de disminución de las inversiones petroleras impulsan la tasa negativa de crecimiento de las inversiones, lo cual no podía tomarse como indicador negativo porque era el resultado de una política de enfrentamiento ideológicamente fundado contra las transnacionales petroleras. El crecimiento medio intercensal de la población casi no varía entre 1941 y 1961 (3,4% en el largo período), en tanto que el consumo final de los hogares en el lapso 58-64 aumenta a un ritmo medio anual de 3,7%, justificándose el relativo descenso ocurrido con respecto al ritmo medio del lapso 1950-57, de 6,9%, precisamente por el hecho de que al no crecer la población en una proporción mas alta, la tasa de incremento del consumo debía desacelerarse tarde o temprano, excepto que efectos inflacionarios imprimieran la deformación. Con todo, el promedio anual de consumo final de los hogares entre 1958 y 1964 fue de Bs. 14.197 millones, sustancialmente alta con respecto al promedio anual del lapso 1950-57, que fue de Bs. 8.975 millones. 101
Debe tomarse en consideración finalmente que la situación internacional encontraba a Venezuela en grandes extremos de ventajas y desventajas. Los EE.UU. habían tenido en 1955 un auge continuado en 1956. En 1957 una ligera recesión que se prolonga hasta mediados de 1958 tiene lugar en momentos de la reapertura del canal de Suez que normaliza la provisión de petróleo árabe en el mundo. Al generarse un exceso de oferta del crudo, la British Petroleum Co. bajó los precios del producto extraído de los pozos mesorientales, operados con mayor productividad, lo cual colocaba a los países árabes en mejor situación o pretendía manejarlo así la empresa - , debilitando las tendencias de unificación de precios que ya anunciaban la fundación de la OPEP. De nuevo, en 1958 la economía norteamericana se recupera fabulosamente y comienza a demandar más petróleo, a un ritmo superior al que descubrían oro negro en su propio territorio. A ello se une que la Texas Company símbolo nacionalista norteamericano produce un petróleo mucho más caro que el venezolano, y eleva sus presiones en el gobierno de los EE.UU. logrando imponer restricciones legales a las importaciones del petróleo venezolano.
En síntesis, si por una parte existían expectativas favorables en la demanda del producto extractivo, por otra no solo sufríamos la maniobra de la British Co., sino también las restricciones norteamericanas. Con las cartas tendidas, el gobierno asume sin timidez el gran juego y por una parte plantea a los árabes una estrategia única no basada en la productividad sino en la defensa mundial de los precios, en tanto la productividad era el argumento contra la Texas Co., cerrándose con una táctica de convencimiento a los factores industriales en los EE.UU., un mercado petrolero donde los árabes no tenían nada que buscar.
Para convencer a los países del Medio Oriente se expone una estrategia fiscal de elevación de impuestos ya experimentada en Venezuela a través del impuesto directo a la renta que percutía sobre empresas extranjeras exportadoras y cuya repercusión la soportaban en su propio país de origen. Por otra parte, ingresaba el petróleo venezolano a los EE.UU. sin afectar a los productores del Medio Oriente, aunque tocaba un poco a Arabia Saudita y a Kuwait, quienes ya proveían el 7,6% y el 12,8% de las importaciones norteamericanas, pudiendo ellos compensar las pérdidas por la vía de los precios.
Existió en Venezuela cierto planteamiento que apuntaba a la posibilidad de una relativa alianza con la Standard Oil Co. (Rockefeller) para enfrentar a la Texas Co. y otras empresas originarias de los EE.UU. El juego interior del cartel petrolero internacional no independizaba a Venezuela, pero había que jugarlo. Las petroleras estaban al acecho y la amistad que cultiva Betancourt con David Rockefeller se convierte en un asidero válido para la política de Estado, así como el enfrentamiento a la Revolución Cubana, las aperturas guerrilleras, el cerramiento del poder político: todo hay que entenderlo desde esta perspectiva de la defensa de la débil posición de la monoproducción petrolera. En el cartel existió brevemente una brecha, producto de la competencia entre monopolios, y Venezuela en esos momentos pudo desplazar ciertos éxitos.
Un segundo tema dominó por cierto tiempo el debate de las alas radicales y reformistas de la socialdemocracia: El tratado Comercial firmado con los EE.UU. en 1952. Para 1959 se desplegó la bandera. Dentro de AD era una consigna fundamental la denuncia del Tratado, y el futuro grupo MIR, representado por Domingo Alberto Rangel, clama a viva voz en el Congreso Nacional por la denuncia, haciendo causa común con Fabricio Ojeda, José Vicente Rangel y Luis Herrera Campins, dirigentes proyectados cada uno a su manera desde esos tiempos, en oposición a los líderes máximos de sus partidos: Betancourt, Jóvito Villalba, y Rafael Caldera.
No obstante, la publica protesta del Tratado por quienes constituían en AD la mitad de sus comandos, es dejada pasar por el Presidente Betancourt, ordenando a sus seguidores enfriar la discusión. La protesta efectuada en el parlamento en febrero de 1959, tiene una larga respuesta en junio del mismo año, en discurso de tinte académico de Betancourt ante una reunión de banqueros del país, que se resumía en una proposición con un elemento básico: No hay amenaza de Golpe de Estado. Al negar formalmente la denuncia del Tratado dice Betancourt:
...Esta ya resuelto, que un determinado número de productos que estamos en capacidad o en posibilidad de producir en el país van a ser excluidos de la lista No. 1 del Tratado Comercial suscrito entre Venezuela y los Estados Unidos. El Tratado no será denunciado. En una forma cordial y amistosa, porque mantenemos relaciones cordiales y amistosas con el gobierno de Estados Unidos, serán excluidos esos productos de la lista No. 1; y así, sucesivamente continuaremos excluyendo todos aquellos artículos que estamos en capacidad de producir dentro del país....
Estas fueron las frases de Betancourt, unas comas y puntos más, unas comas y puntos menos.102Los comandos adecos trinan, patalean y advocan su doctrina y programa en las sedes partidistas.
El proceso de formación de un partido de izquierda revolucionaria dentro de AD sigue su curso inevitable. Después de 1960 vienen enfrentamientos fundamentales. El MIR participará en la guerrilla contando con la total participación del Partido Comunista de Venezuela 103. De 1958 a 1964 el Estado potenciaría su poder político, lo que no había podido lograr Pérez Jiménez. La figura de Betancourt en medio del enfrentamiento político eclipsaba todo otro pivote personal del Estado. La concentración económica estatal sigue su curso, manifestándose en el fortalecimiento de las instituciones financieras oficiales y una mayor exacción en la industria petrolera.
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