EL PALIMPSESTO DE LA CIUDAD:
CIUDAD EDUCADORA
Jahir Rodríguez Rodríguez
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La ciudad Barroca.
El urbanismo barroco se caracterizó por un sentido teatral y espectacular, visible en el proyecto de Gian Lorenzo Bernini, diseñado para la Plaza de San Pedro en el Vaticano y en el París del Siglo XVII; reformado por Enrique IV y Luis XIV con un nuevo sentido de amplitud en sus grandes plazas reales y en el anillo de "boulevards" o vías anchas para la circulación de los carruajes de la época y paseo de los viandantes. Hoy en día sus réplicas son un lujo estético y comportan elementos de comodidad para las ciudades y sus habitantes.
Pero también hay que decir que existe en la llamada ciudad barroca una fuerte relación entre urbanismo, política y economía como lo anota Mumford:
"Por tanto, cesó la multiplicación de las ciudades. No se construían ciudades para una clase creciente de pequeños artesanos y mercaderes; la ciudad dejaba de ser un medio para conseguir la libertad y la seguridad. Era más bien un medio para consolidar el poder político en un solo centro directamente bajo la supervisión del rey e impedir todo desacato a la autoridad central desde lugares lejanos que por esa misma circunstancia era fácil gobernar. La época de las ciudades libres, con su cultura bastamente difundida y con formas de asociación relativamente democrática, cedió el lugar a una era de ciudades absolutas, centros que crecieron sin orden alguno y que dejaban a otras ciudades en la alternativa de aceptar el estancamiento o de imitar sin recompensa alguna a la capital todopoderosa. La ley, el orden y la uniformidad son productos esenciales de la capital barroca."(*)
* MUMFORD, Lewis. La cultura de las ciudades. Madrid. T.I. 1982. p.140.
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