ECONOMÍA DEL ARROZ: VARIEDADES Y MEJORA
Josep Maria Franquet Bernis
Cinta Borràs Pàmies
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Morfología y desarrollo de la planta de arroz
Las raíces
La raíz primaria no desempeña una función nutritiva, sino esencialmente de anclaje mecánico en el terreno.
Las raíces embrionales degeneran rápidamente y son substituidas por coronas de raíces que, posteriormente, se forman en cada nudo situado en la base del tallo. Después y progresivamente, las raíces se desarrollan en cada tallo formado durante el ahijamiento y a menudo también en los nudos más elevados, como en el caso del transplante. Tal vez, en circunstancias particulares, también los nudos aéreos emiten raíces, cubiertas por las vainas foliares, principalmente como consecuencia de lesiones ocasionadas por el granizo o por otras causas mecánico-traumáticas.
El desarrollo máximo del sistema radicular se alcanza al término del ahijamiento, paralelamente con el máximo incremento porcentual del peso de la planta y de la absorción de nutrientes.
La extensión y densidad del aparato radicular están estrechamente correlacionadas con la forma de cultivo: aireación del suelo, altura de la capa de agua y sistema de riego, fertilización del suelo, etc. Durante la floración termina la formación y desarrollo de las raíces; la absorción de nutrientes cesa en la fase de maduración láctea, esto es, a los 10-15 días después de la floración.
Durante las primeras fases vegetativas las raíces se desarrollan junto a la superficie del suelo; después, en la fase de ahijamiento, también en profundidad: en función de la variedad y, en igualdad de condiciones, más o menos profundamente según que la modalidad de riego sea por turnos o con inundación continua. Balilla y Ribe, por ejemplo, extienden el sistema radicular más superficialmente que las variedades "Roma" y "Zenit". Normalmente, las variedades muy resistentes al encamado profundizan mucho más sus raíces que las sensibles.
La anatomía del aparato radicular del arroz, muy distinta de la de otros cereales, como por ejemplo el trigo, demuestra la gran adaptabilidad de la planta a las condiciones del cultivo bajo agua.
Las raíces consumen oxígeno, como las de las plantas cultivadas en suelo seco. Pero en el caso del arroz, el oxígeno no proviene de fuera de las raíces sino que se transporta desde las hojas y los tallos, tal y como pasa con las demás plantas acuáticas. En las raíces, tallos y hojas hay unos espacios intercelulares que se considera que forman un sistema de conducción y almacenaje de aire.
Desde el punto de vista fisiológico, el volumen y calidad de los exudados y desechos de la raíz desempeñan un importante papel, dependiendo de las condiciones de óxido-reducción del entorno, como sustrato para la microflora del terreno. Las raíces desprenden azúcares -glucosa en particular- y aminoácidos, en cantidad equivalente al 50% de aquellos y pequeñas cantidades de ácidos orgánicos; la exudación es mayor cuanto más desarrollada está la planta y, concretamente, las raíces, y más intensa es la respiración.