ECONOMÍA DEL ARROZ: VARIEDADES Y MEJORA
Josep Maria Franquet Bernis
Cinta Borràs Pàmies
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Situación actual de los mercados internacionales
Como ya se ha dicho, el comercio internacional del arroz es muy escaso comparado con la producción mundial. Entre 1990 y 1994, la producción mundial de arroz blanco se situó en torno a los 350 millones de toneladas, de las cuales sólo unos 14 ó 15 millones, es decir, el 4% de las mismas fueron objeto de transacciones comerciales internacionales. En cambio, el comercio mundial de trigo, como ya se ha dicho, representa aproximadamente el 18% de la producción. También es de notar que el 87%, aproximadamente, del comercio mundial de arroz, lo constituye la subespecie Índica, frente al sólo 13% de la Japónica.
Este escaso porcentaje de comercialización provoca una mayor facilidad en la variación de los precios internacionales del grano según las diferentes cosechas. Los últimos años de malas cosechas y los incrementos en la demanda han provocado, además de estos vaivenes, el tener que recurrir a las reservas acumuladas, con lo que éstas han ido decreciendo de año en año. Según los datos de la FAO, las reservas mundiales de arroz blanco, en el año 1994 eran de 63’2 millones de toneladas, en el 95 pasaron a 54 millones de toneladas y en el 96 se estimó que caerían hasta 53’3 millones de toneladas. Las previsiones apuntaban que en el 97 las reservas decrecerían nuevamente hasta los 49’2 millones de toneladas, y lo mismo sucedió en los años sucesivos.
En cuanto a la producción, los últimos datos muestran un incremento de ésta con respecto al 1995 de 4’5 millones de toneladas, situándose actualmente en torno a los 557 millones de toneladas.
Ahora bien, el aumento de la producción ha venido acompañado de un aumento paralelo de la demanda. El consumo de arroz ha ido creciendo en las últimas décadas, provocando en principio una ampliación de la superficie de cultivo y, en los últimos años, una búsqueda algo descontrolada de rendimientos a través de la utilización intensiva de productos agroquímicos diversos (abonos, acaricidas, fungicidas, herbicidas, hormonas, insecticidas, nematocidas, mojantes, etc.). Este incremento de superficie ha sido notorio en nuestro país, lo que ha supuesto incurrir en penalizaciones importantes por parte de la UE en las subvenciones de la PAC para los cultivos herbáceos, que ahora se pretenden corregir mediante la regionalización de las ayudas y producciones.
Así, según la FAO, durante los próximos 15 años, si bien se prevé que el crecimiento de la demanda global de arroz, en el período comprendido entre 1990 y 2030, decrecerá algo con respecto al decenio de 1980, para satisfacer la demanda será necesario aumentar los rendimientos por hectárea, puesto que el incremento de la superficie de cultivo es limitado por las restricciones edafoclimáticas y la disponibilidad de agua de riego. Hasta el año 2010 se prevé un aumento de la superficie sembrada de arroz de 11 millones de hectáreas netas. De ellas, la mayoría serán el resultado de la adición de tierras de regadío, mientras que las tierras altas propensas a la sequía descenderán en 5 millones de hectáreas y la presión sobre los bosques disminuirá con el aumento de la concienciación medioambiental.
Una segunda característica importante del mercado mundial del arroz es que los principales productores no son, precisamente, los mayores exportadores de esta gramínea. Como ya hemos apuntado, los grandes productores, como China y la India (donde vive más de la tercera parte de la población mundial), que representan juntos el 60% aproximadamente de la producción de nuestro planeta, exportan menos del 1% de su producción: prácticamente todo el arroz que producen lo destinan para el consumo interior y, con frecuencia, no resulta apropiado para la exportación debido a su baja calidad. En cambio, en 1994-1995, la producción conjunta de Thailandia, Estados Unidos, Vietnam y Paquistán, que ascendió únicamente al 11% de la producción mundial, representó el 70% del comercio mundial de esta apreciada gramínea.
Ahora bien, teniendo en cuenta que el comercio internacional es relativamente escaso, las variaciones experimentadas algunos años por la producción influyen considerablemente en las cantidades de arroz disponibles para la exportación y, consecuentemente, en el precio de este producto en el mercado mundial. Por ejemplo, el precio del arroz blanco de grano largo “Thai”, de la subespecie Índica, sin vaporizar (cif Rotterdam en sacos de 100 kg), durante el período comprendido entre 1991 y 1994, osciló entre 181 ecus/Tm (1991) y 376 ecus/Tm (1993); el precio medio durante este período fue de unos 250 ecus/Tm.
Actualmente, los precios del mercado mundial se mantienen firmes ya que, dos grandes productores como China e Indonesia presentan déficits internos de 1,5 millones de toneladas cada uno.
Por lo que se refiere a la evolución de la producción, superficies y rendimientos del arroz en los diversos países del orbe, pueden verse las siguientes tablas ilustrativas.