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El marco institucional del
Banco Central de Venezuela

CAPITULO IV

DESEMPEÑO DEL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA DESDE LA PERSPECTIVA DE LA TEORIA DEL ESTADO DE LA ECONOMIA NEOINSTITUCIONAL


4.2 Desempeño del Banco Central de Venezuela: Una visión neoinstitucionalista de la Teoría del Estado


4.2.2 Política Cambiaria y el papel del gobierno



En una economía abierta se requiere de una política monetaria efectiva y esta a su vez depende del grado de movilidad de capitales y del régimen cambiario. Sin embargo, cuando se tiene un contexto de riesgo e incertidumbre económica la efectividad de dicha política va a depender del régimen cambiario que se adopte (Barrios y Daza; 2.001; Pág.101).

Esta relación entre la política monetaria y cambiaria requiere de un Banco Central efectivamente autónomo y que éste tenga la capacidad de fijar el esquema cambiario para evitar que los variaciones sistemáticas en el tipo de cambio obstaculicen su principal objetivo: la estabilidad de precios. Ahora bien, la ley de 1.992 en su Art. 89 le confiere al BCV una autonomía limitada porque tiene que convenir con el Estado el sistema de cambio a adoptar, así como no establece las reglas para solventar los posibles conflictos que pueden generarse por el tipo de cambio establecido.

Dentro de éste orden de ideas, se puede explicar como el Ejecutivo Nacional en 1.994 decide unilateralmente fijar el régimen cambiario de su preferencia, coaccionando de forma arbitraria el derecho establecido en la ley del BCV de crear y mantener las condiciones cambiarias favorables a la estabilidad de precios, si se le adiciona la inconsistencia temporal de la política económica por medio de las devaluaciones del tipo de cambio, entonces esto es evidencia de las fallas que existen en el diseño institucional del BCV.

Como se sabe, Venezuela es un país exportador de petróleo. Esta condición origina incentivos selectivos para que el Estado por medio del Gobierno presione al BCV a devaluar la moneda con el único fin de obtener fuentes de ingresos adicionales que le permitan atender las deficiencias que se le presenten en los niveles de ingreso, sin considerar los costes en reducción de salario real que le genera a la sociedad. No obstante, el tipo de cambio como fuente de financiamiento será efectivo si en el largo plazo se generan efectos positivos reales en la economía, mediante inversiones productivas. A corto plazo, las devaluaciones mejoran las cuentas fiscales pero, en la medida en que la inflación se incrementa a causa de la expansión monetaria que origina el ajuste del tipo de cambio, las cuentas fiscales se deterioran y afectan los niveles de ingreso y gasto fiscal, generando déficit fiscal.

Tomando como base datos de la inflación y el tipo de cambio, el gráfico 9 muestra que las devaluaciones nominales en Venezuela son poco efectivas, pues al estar acompañadas de una tasa de inflación elevada el efecto real que tiene el tipo de cambio es relativamente bajo.


Grafico 9
Relación entre el Tipo de cambio y la inflaciónco


Esta situación se observó en el año 96 cuando se adoptó programas de ajuste macroeconómicos avalados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual tenía como fin disminuir de forma gradual la alta tasa de inflación, fortalecer el sector externo e impulsar el crecimiento de la economía. Asimismo, se implantaron sistema de bandas cambiarias y de precios que conllevaron a procesos inflacionarios más elevados, el objetivo de éste sistema era evitar las rigideces de los otros sistemas implementados y otorgarle al BCV un cierto margen de maniobra.

Dado la alta vulnerabilidad externa de Venezuela se creía en un principio que constituía un buen estabilizador de la economía. Sin embargo, para alcanzar el éxito con éste régimen cambiario es condición necesaria que el tipo de cambio fluctúe libremente dentro de la banda fijada, sin intervención intramarginales del BCV, el sólo hecho de que los consumidores esperen la intervención de dicha organización induce a desistir en la compra y venta de divisas porque origina incertidumbre sobre el mercado cambiario (Arreaza et al; 2.001). Ejemplo de ello, es la poca disponibilidad de información que ofrecía el BVC, ya que cuando se devaluó en 1.996, antes del sistema de bandas, el ministro de Hacienda Luis Raúl Matos Azocar poseía información imperfecta sobre el valor del bolívar con respecto al dólar evidencia la falta de asesoría por parte de la autoridad monetaria en algo que estaba considerado el rango de su competencia.