Gracias al sistema de economía instintiva, los animales, a diferencia de las plantas, disponemos de un tiempo libre que no es necesario dedicar a la absorción o búsqueda de alimento. Los leones destinan ese tiempo extra del que disponen a la cría de sus hijos y a la holganza. Parece que no saben o no pueden hacer otra cosa. Los homínidos, en cambio, podemos hacer otra cosa durante ese tiempo extra: podemos manipular instrumentos, planificar nuestra actividad y transmitir parte de la información, parte de nuestro saber, a otros homínidos. Es cierto que los etólogos han descrito cómo algunos animales manipulan objetos como una piedra para abrir un huevo o una ramita para cazar hormigas. Parece que los lobos utilizan estrategias planificadas de alguna forma para rodear y cazar a sus presas. Los sociobiólogos han descubierto también la existencia de lenguajes sencillos que utilizan algunos animales para comunicarse informaciones entre ellos. Sin embargo, la capacidad de los homínidos para manipular instrumentos, planificar nuestra actividad y transmitir información es incomparablemente superior y nos convierte en un caso único entre los animales.
Los homínidos somos los únicos animales capaces de utilizar la información para transformar madera y piedra en instrumentos. Cuando golpeamos un trozo de sílex para, arrancándole lascas, convertirlo en la punta de una flecha, estamos utilizando nuestro saber, estamos reproduciendo en la piedra una imagen de parte del saber que tenemos en nuestro cerebro. Las informaciones que hemos recibido previamente, directamente por nuestra experiencia y por las comunicaciones de otros homínidos, nos permiten producir la flecha. El proceso de producción de la flecha tiene un coste, requiere que entreguemos tiempo, pero a cambio de ello conseguimos de nuevo una disminución del precio del tiempo. Si dispongo de flechas podré obtener en menos tiempo una cantidad mayor de alimento con el que podré mantenerme a mí y a mis crías más tiempo. La información necesaria para la transformación de objetos será aquí llamada tecnología.
Los homínidos somos los únicos animales capaces de planificar la actividad de varios individuos e instrumentos. Un grupo de cinco homínidos dotados de flechas, lanzas y otros instrumentos, podemos cazar, siguiendo un plan predeterminado, un mamut en tres horas, lo que permitirá que sobrevivan los treinta miembros de nuestra banda durante un par de semanas. La planificación de la caza tendrá un coste en tiempo, pero nos permitirá pagar un precio menor para satisfacer nuestras necesidades. Podremos conseguir aún más tiempo a cambio de menos tiempo. La información necesaria para la planificación de actividades y organización de desplazamientos de personas y objetos será aquí llamada logística.
Nuestro tiempo libre podremos destinarlo también a comunicarnos y a enseñar a otros la información necesaria para fabricar flechas, tecnología, y la información necesaria para cazar mamuts, logística. La articulación, la sistematización y preparación de esas informaciones de forma que puedan ser transmitidas a nuestros hijos o a otros miembros de nuestra banda requerirá tiempo. De nuevo será un tiempo que entregaremos para obtener más tiempo, tiempo para nosotros y para los demás homínidos. Aquí llamaremos conocimiento a las informaciones que han sido sistematizadas, articuladas y preparadas para ser transmitidas a otros.
Al igual que el saber nos diferencia a los animales de las plantas, la capacidad de convertir el saber en tecnología, logística y conocimiento es lo que nos diferencia a los homínidos de los animales.
Lo que enseñemos a nuestros hijos y compañeros, ellos podrán transmitírselo también a otros. El conjunto de informaciones que nos transmitimos los unos a los otros se llama tradición y engloba todos los sistemas que utilizamos para transformar objetos, planificar actividades y articular el conocimiento.
La economía tradicional es el sistema que utilizamos los homínidos para sobrevivir. Se diferencia de la economía instintiva en que los homínidos dedicamos tiempo para adquirir de otros homínidos tres tipos de informaciones, tecnología, logística y conocimiento, con lo que conseguimos obtener más informaciones, más saber, más energía y más tiempo. La economía tradicional es más eficiente que la economía instintiva ya que permite obtener más tiempo con menos tiempo.
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