Dr. Francisco Blanco Calderón
C. Peniley Ramírez Fernández
Universidad Veracruzana
Facultad de Ciencias de la Comunicación
Resúmen:
Es importante considerar que en nuestro país, así como en el resto de
Latinoamérica se están viviendo tiempos de cambio. La participación de la
sociedad civil organizada cada vez es mas efectiva y eficiente, en los terrenos
de la educación, de la salud, de la protección al medio ambiente, de la política
y en general de la sociedad. Sin distinción del origen, motivo o tipo de
organización: civil, religiosa, empresarial, partidista, sindical o social, las
ONGs cada día tienen un papel importante. El Estado Nación – Gobierno y Empresa-
que determinó la toma de decisiones importantes para la comunidad ha dado paso a
un nuevo actor social: la sociedad civil. Misma que reclama cada día
participación activa en el proceso de decisiones que afectan – positiva o
negativamente- a la población entera. El papel de Educación Superior,
principalmente la educación pública, tiene la responsabilidad de analizar,
estudiar los diversos escenarios que se construyen día a día en nuestros países
para explicar, ofrecer alternativas de solución e intervenir activamente en la
transformación de la sociedad. El papel de la comunicación en la sociedad
moderna – cambiante, crítica, participativa- requiere ser analizado en forma
exhaustiva por investigadores, académicos, administrativos y estudiantes de esta
disciplina de las ciencias sociales.
Palabras Clave:
GESTIÓN DE LA COMUNICACIÓN; BIEN COMÚN; ECONOMÍA MORAL; CAPITAL SOCIAL;
SOCIEDAD CIVIL; ROL DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Este texto fue presentado como ponencia al
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La comunicación al interior de las universidades -vistas ellas como entidades no
sólo participantes sino protagonistas de la vida social- es un aspecto que ha
sido tomado muchas veces como secundario siendo todo él de una importancia
vital. Las casas de estudios superiores, como la misma historia lo ha marcado,
han sido ya muchas veces promotoras de movimientos sociales e impulsoras básicas
de los futuros de las naciones, siendo esto perfectamente justificado por el
simple hecho de que en ella se forman a los miembros de la vida profesional,
participante definitorio al menos en cuanto a toma de decisiones e impulso de la
ciencia en la vida de un país. Es por ello que se convierte la excelencia
educativa -como ya ha sido tomado en cuenta por varias instituciones entre ellas
la Universidad Veracruzana- en un aspecto altamente necesitado de renovación en
el mundo actual. Para ello se ha llevado a cabo ya en la Universidad Veracruzana
el conocido Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF) el cual, basado
precisamente en la necesidad inminente de forjar profesionales independientes,
autodidáctas y críticos, ha transformado las prácticas estudiantiles otorgando
un porcentaje mucho mayor al estudiante de búsqueda y gestión de su propio
conocimiento. Tomando en cuenta estos aspectos ya conocidos y con una amplia
gama de motivos válidos para sustentarlos en la vida social de la actualidad, se
avista la comunicación universitaria como un ancla vital en el entramado de
formas nuevas que hagan de la universidad un espacio que cubra realmente con las
exigencias del mundo exterior a ella.
El presente texto pretende abordar desde la experiencia de las universidades de
Pinar del Río y La Habana en Cuba, dos estrategias que se han llevado a cabo
teniendo como premisas los aportes del proyecto de investigación que presentamos
por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana,
con recursos de PROMEP durante el periodo del 1º de Enero al 31 de Diciembre del
2004 “ Estrategias comunicacionales en instituciones de educación superior:
Costa Rica, Cuba y México”. Éstas son: la gestión en comunicación y la
elaboración de promociones de bien público tomando como activo participante al
receptor de los mensajes. Para ello serán tomados como premisas dos textos de
los comunicólogos cubanos Irene Trélles y Jorge Moreno Aragón , publicados en el
número 259 de la Revista Universidad de la Habana, impresa en Cuba en el año
2004.
GESTIÓN EN COMUNICACIÓN
La autora citada menciona en su texto la necesidad de varios aspectos de la
comunicación al interior de los centros universitarios, recordando que <<hasta
mediados de los noventa los rasgos que tipifican a la comunicación universitaria
apuntan más a la topografía divulgativa que al resto de los perfiles>>.
Esto significa que hasta hace muy pocos años las universidades basaban su
estrategia de comunicación en la divulgación externa de sus trabajos y logros
-tal como lo hacían las empresas en esos años- más que las relaciones de
comunicación en el interior de la institución, ya que las teorías de publicidad
externa en las organizaciones se dan de forma muy similar a las universidades.
Para ello, menciona que es de suma relevancia para un centro de estudios
superiores manejar su imagen externa, tal como lo haría una empresa de productos
o servicios, así como los valores que mejoran las relaciones comunicativas al
interior de la entidad. Con respecto a los beneficios que traen consigo procesos
comunicativos eficientes, la doctora Trélles cita:
“Es necesario ubicar dos planos de análisis: el de los beneficios que se derivan
de su influencia en el mejor funcionamiento de los restantes actos o procesos, y
el plano de lo que se conoce en nuestros días como valores intangibles, que son
aquellos que singularizan servicios y productos tales como la identidad, la
cultura organizacional, la imagen y la comunicación propiamente dicha”.
También se destaca como argumento que la comunicación resulta mediadora de los
procesos de conducción y planificación de las acciones y funciones a llevarse a
cabo en la institución. Esto sucede ya que la comunicación de los objetivos,
metas, plan de acciones, etc. de cualquier estrategia o acción a realizar
necesita el consenso pero sobre todo el entendimiento por parte de un gran grupo
de trabajadores y alumnos de la universidad, lo cual puede lograrse solamente
con una buena comunicación de los aspectos. En este contexto resulta conveniente
la participación activa de los receptores de los mensajes porque ellos son
constructores de sentido, al considerar el proceso de recepción como uno
creativo de interpretación, donde cada receptor adecua el mensaje de acuerdo a
sus características sociohistóricas.
Sobre este punto cita Trélles a Habermas: Sólo hay comunicación genuina cuando
se toman decisiones conjuntamente. Esto significa que la comunicación efectiva
necesita entendimiento de los mensajes por parte de los receptores, eficiente
proceso de construcción de sentido y toma de decisiones en consenso de los
participantes del acto comunicativo.
Para definir la gestión en comunicación menciona la autora que se debe analizar
el tema desde una perspectiva sistémica, entendiendo la gestión como la búsqueda
de la integración en los procesos comunicativos de las organizaciones (debe
recordarse que la comunicación en las universidades tiene una estructura
equivalente a las empresas) , no apuntando a la homogeneidad entre los procesos
sino a partir de su coordinación y la eliminación o disminución al máximo
posible de la aleatoriedad, la improvisación y el espontaneísmo, en la
realización de actividades comunicativas.
Entre las acciones a tomar para mejorar la comunicación al interior de las
universidades propone:
- La creación de dirección de comunicación o grupos que funjan como tales, que
asuman la dirección de estos procesos y participen en su control y evaluación.
- La toma de conciencia de que los sistemas de comunicación son distintos a los
de información (creación de redes de información, Intranet, etc) y por tanto las
soluciones son distintas.
- La toma de decisiones con consenso de los receptores y emisores de los
mensajes, dándole participación activa a los receptores.
- La elección de soportes y dispositivos que respondan a necesidades específicas
y objetivas y no a impulsos aislados.
- Uso de canales y redes de comunicación tanto formales como informales.
- Aplicación de un enfoque sinérgico en todo tipo de acción comunicativa.
- Tomar como punto de partida para las demás acciones la conceptualización de
qué es comunicación en las organizaciones.
CREACIÓN DE PROMOCIONES DE BIEN PÚBLICO
El tema de la creación de mensajes del llamado Bien Público requiere primero una
conceptualización del término, ya que mediante ella se logrará encontrar la
relación de este tema con los anteriores abordados en el presente texto.
Bien Público se refiere <<al conjunto de fenómenos y procesos socioculturales de
la vida cotidiana con implicación positiva para la mayoría>>. El término tiene
la función de representar intereses comunes, basados en la voluntariedad y en el
carácter no lucrativo de las organizaciones.
Con ello, las organizaciones no lucrativas -como las universidades- tienen la
necesidad de una estrategia de comunicación basada en los mensajes de bien
público por ser éste parte importante de su sujeto social, tomando en cuenta que
las universidades son proveedoras directas de beneficios a la sociedad:
investigaciones, cantera de profesionales, cantera de ideas de renovación
política y social.
Es por eso que a las acciones de gestión en comunicación propuestas para las
universidades, se suma la comunicación de bien público. En cita del doctor
Moreno, este tema queda más claro:
“En la actualidad, la comunicación de bien público, por acentuar como nunca
antes aspectos del comportamiento humano vinculados con cuestiones de la
educación y la cultura, está demandando un estudio particular, cuyos gérmenes
bien pudieran estar ya en ese interés de los estudiosos dada la relación entre
la comunicación y lo público”.
Para estos estudios y más importante, para el plan de acciones que a partir de
ellos devendrá, es vital la participación activa de los destinatarios en la
creación de los mensajes de bien público, por varios motivos:
- El carácter social de la participación de los receptores en la creación del
contenido de los mensajes.
- Significa intervenir de manera general sobre la base de la interacción en base
a un conflicto
- Expresa la toma de partido.
- Permite establecer sentimientos de pertenencia, que llevan en si el
compromiso.
- Implica que los destinatarios deciden los contenidos temáticos del mensaje a
partir de una propuesta creativa.
Con ello, el sentido es construido a partir de creencias y necesidades
individuales, se pone en participación y se decide de esta forma en consenso las
necesidades y creencias comunes, mismas que determinan finalmente el contenido
del mensaje y garantizan así su eficacia como acto comunicativo.
En esta producción de sentido intervienen: los marcos de referencia adquiridos y
compartidos, la experiencia histórica compartida, la dinámica social
característica del grupo y las realidades concretas –también compartidas en sus
formas generales- que salen a la luz en las puestas en común. Esta práctica trae
consigo la toma de decisiones y mejor interacción de los participantes de los
procesos comunicativos, lo cual se complementa con los planes de gestión en
comunicación y da como resultado procesos eficaces y repletos en contenidos y
amplias perspectivas de éxito a corto, mediano y largo plazo, tanto en el
interior de las universidades como en su comunicación hacia el exterior.
Dos aportes de la economía a las ciencias sociales: Capital Social (Putnan) y
Economía Moral (Boltvinik)
Los factores en los que las formas de vida contemporánea se sustentan, y que a
su vez los vuelven pilares “cíclicos” de esta misma, se han hecho al pasar del
tiempo cada vez más evidentes.
La Faz bilateral por la que los sistemas y las estructuras sociales se
conformaban, es decir, el sector político y el empresarial, han sufrido una
sobreexplotación en el ámbito comunicacional que pone la visión de los
analistas, y particularmente de estos dos sectores a una tendencia hasta hace
poco ignorada: la visión de la sociedad civil.
La aparición de este fenómeno surge ante ideas básicas, que independientemente
de su alargamiento temporal en cuanto a presencia, responde a cuestionamientos
como la productividad de las empresas y sus responsabilidades morales para con
el propio entorno social, así como los ofrecimientos y el cumplimiento de las
normas políticas y gubernamentales.
Ante el evidente vacío histórico que conlleva el haber dejado de lado la
importancia de la noción “sociedad civil” aunada a conceptos como “bien común”,
“capital social” o “economía moral”, independientemente de sus abstracciones
economistas, su aplicación ante sociedades cada vez más polarizadas presenta una
nueva oportunidad de sustento y acuerdos, que de haber tomado en cuenta tiempo
atrás, quizá habría sido aliciente a evitar gran parte de problemáticas
actuales.
Independientemente de los beneficios sociales que pueda conllevar la aparición
de este fenómeno, que dicho sea de paso genera una nueva clave para la obtención
de una “calidad de estado” superior y sustentable, debe verse ante los ojos de
los analistas de la comunicación, como una nueva oportunidad de desarrollo en la
gestión general entre los actores principales de este proceso, así como en el
desarrollo de nuevas formas efectivas de mediación entre estos.
Para la generación de esta novedosa red de pensamiento, es necesario analizar
cuestiones antes citadas que así mismo, se asocian entre si para dar paso a la
generación del “bien común”, sin dejar de lado los componentes que en el
fenómeno intervienen, como sus sectores, y términos tales como capital social y
economía moral, que aunados al objeto de estudio que sobresale en esta
propuesta, dan una visión prometedora y tangible de lo que pueden ser las
sociedades integrales que basen su funcionamiento ante el tridente que
representan los sectores políticos, empresariales y civiles que de forma
constante y marcada, toman el papel de actores principales en las situaciones
que estas mismas generan en correlación una con otra.
CAPITAL SOCIAL
Capital Social es el conjunto de normas y vínculos que permiten la acción social
colectiva. Capital Social no sólo es la suma de las instituciones que apuntalan
una sociedad, sino que es el pegamento que las mantiene juntas: BANCO MUNDIAL
Abocándonos a la definición del Banco Mundial, y tomando en cuenta los factores
intangibles que intervienen en el proceso de la construcción del capital social
de las “comunidades”, además de la nueva perspectiva que este genera, es
imposible dejar de lado las definiciones y las funciones del propio termino
dentro de los procesos que este conlleva.
La idea principal en la que se basa el Capital Social se funda en el valor
intrínseco de las comunidades. De una forma general, se refiere al valor
colectivo de estas comunidades y a las corrientes y motivaciones que surgen
dentro de estos grupos para apoyarse mutuamente, es decir, la construcción
significativa y positiva de estas comunidades para generar un orden y una
estabilidad que sustente el “buen existir” de estas mismas a través de valores,
confianza, construcción de redes y similitud en cultura.
El término Capital Social en antítesis al capital físico, no sólo hace alusión a
factores emotivos como sentimientos nobles y confianza entre los miembros de una
sociedad, sino que aborda una amplia variedad de beneficios que van desde la
reciprocidad e información, hasta la cooperación en comunidad. El Capital Social
genera principalmente valor tangible en intangible para la gente que está
asociada a él, y a veces también, para quienes están en el entorno del fenómeno.
Si bien las ideas estructuralistas hacen sutil alusión al término, el concepto
de capital social fue abordado por James Coleman para la descripción los
recursos de las sociedades para la obtención de lazos. Así también fue recurrido
y desarrollado por Pierre Bourdieu para hacer referencia a las ventajas que
conlleva el ser miembro de una comunidad.
Sin embargo, la noción de capital social fue popularizada por Robert Putnam a
partir de su investigación sobre el desempeño de las instituciones
gubernamentales en Italia, y citada como una nueva oportunidad de desarrollo
económico por medio de factores emotivos para conducir a una comunidad.
Putnam afirma que el capital social está comprendido por aquellos factores que
se encuentran dentro de una comunidad y que facilitan la coordinación y la
cooperación para obtener beneficios mutuos. Esto significa que si uno trabaja en
una comunidad donde hay confianza, valores, redes y aspectos similares, el
resultado será más efectivo que el trabajo realizado dentro de una comunidad
donde no existan estos factores.
En un panorama general, se puede citar la construcción de redes como parte
fundamental del funcionamiento del capital social, sin embargo, así como
facilita el progreso de las comunidades, se cae en el riesgo de cerrar la
estructura a tal grado que no permita la participación de “nuevos actores” ante
la situación que esta presenta.
La construcción de valores intrínsecos e intangibles dentro de una sociedad,
haciéndolos la base del funcionamiento del engranaje principal, pueden
igualmente implicar exclusión.
Si los grupos sociales se establecen a partir de redes, esto significa que hay
personas externas a esta misma, que al no estar presentes en el inicio de la
construcción del sistema, harán difícil la integración a un sistema con un
avance en su funcionamiento.
No ser miembro de estas comunidades, de antemano valorizadas y conocidas por sus
participantes, por ende, pueden situar a algunos sectores nuevos o apartados de
la comunidad en desventaja. Aquellas comunidades que son más unidas serán
obviamente más difíciles de penetrar que aquellas que están abiertas a
influencias externas o que no tienen claramente definido su sistema de valores y
de capitales simbólicos.
Tomando en cuenta los factores emotivos que construyen el sistema, al ser
intangibles aumentan su dificultad de establecer y de hacer nuevos participes a
través de estos, sin embargo, este es otro motivo de investigación ante los
nuevos factores comunicacionales que vuelven, ante los analistas, más llamativa
esta nueva visión de sociedad.
ECONOMIA MORAL
La economía moral observa a las relaciones sociales como resultado de una red de
obligaciones éticas entre personas concretas (no como un resultado de leyes
sistémicas en la economía política). Las condiciones de la vida social son ante
todo un conjunto de contratos sobrentendidos o evidentes que aseguran a cada una
de las partes un status o una situación claramente identificable y estable, es
decir, la sociedad es tratada como una red de derechos adquiridos y de
obligaciones mutuas entre personas. Estos contratos son fuertemente dependientes
de quienes, cuando y como han hecho estos contratos.Las relaciones inter-personales
en dicha sociedad aparecen como un acervo o tradición hereditaria que no puede
ser abrogada sin amenazar la existencia misma de la solidaridad social. Es más,
cualquier esfuerzo por conseguir o por tolerar cambios no justificados por
alguna forma de consenso solidario; son vistos como violaciones éticas de la
confianza y de la obligación de mutua consideración.
Thompson trata de mostrar las diferencia existentes entre la economía política y
la economía moral a través del ejemplo de la actitud de las personas frente a
los precios. Para un moderno habitante de una sociedad capitalista, los precios
son entidades que fluctúan libremente de acuerdo a causas no intencionales. Son
datos externos a la solidaridad inter-personal. Los precios "cambian" o fluctúan
regidos por leyes "naturales", como cambia el clima o las estaciones. Nadie
puede ser responsabilizado en un mercado competitivo (y se supone que los
mercados lo son, hasta que se pruebe lo contrario), por un alza de precios.
Combatir un alza de precios es algo por sí mismo, difícil de concebir y
conseguir. De la misma manera que nadie es responsable por la caída de los
cuerpos, nadie puede ser hecho responsable por la subida de los precios Lo que
sí se puede hacer, es exigir a la autoridad que tome medidas eficaces para que
el nivel general de precios evolucione de una manera adecuada al logro de una
mayor eficiencia.
Para la economía moral los precios, en cambio, son entidades por completo
diferentes en su naturaleza. Ellos expresan un "contrato" entre personas, y por
ello se los presume resultado del encuentro entre voluntades. Ellos expresan,
son signo y dependen de un trato entre voluntades (personas) concretas, y por
ello se les atribuye una sustancia moral. En el mundo de la economía moral los
precios pueden ser "morales" o "inmorales" (o sea, "justos" o "injustos"), cosa
por completo absurda en el mundo de la economía política, donde los precios a lo
más pueden ser "reales" o "irreales" (o sea, eficientes o ineficientes). Para el
sujeto inmerso en la economía moral, un precio es un trato con alguien, y
expresa una mutua obligación exigible. La alteración de un precio es una ruptura
de un trato, y por tanto un acto inmoral, un agravio o una violación, al margen
de los efectos utilitarios que esta alteración pueda tener. Las personas se
indignan y rebelan contra un aumento de precios, no tanto, ni tan solo porque
ello les haga la vida más onerosa, sino sobre todo porque se consideran
engañadas y estafadas: víctimas de una ruptura unilateral de un equilibrio
interpersonal tradicional. Alterar un precio es alterar un legado, que a su vez
es signo de un armisticio inter-personal entre las partes. Es como violar un
tratado, faltar a la palabra, y quebrantar un derecho adquirido.
Thompson ha hecho una excelente descripción de cómo operaba esta lógica en los
"motines del pan", que las clases consumidoras ponían en práctica en el mundo
occidental hasta la revolución industrial. Cuando los proveedores aumentaban el
precio de un bien básico -típicamente, el pan-, la comunidad afectada se sentía
en el derecho de sublevarse, incautar la harina en poder de los molineros, y
venderla al precio habitual. Los motines del pan eran actividades altamente
ritualizadas y sometidas a un conjunto de reglas consuetudinarias muy exactas.
Esta acción buscaba forzar a las autoridades a tomar cartas en el asunto e
intervenir a fin de restablecer de manera lo más fidedigna posible el "statu quo
ante". Con frecuencia estos movimientos obtenían al menos una parcial
satisfacción de sus demandas. De hecho, el motín popular era un procedimiento
casi legal que se repetía de acuerdo a un libreto preestablecido.
Incidentalmente, existe evidencia que en el Ecuador colonial más de una
insurrección contra las autoridades españolas fue alguna variante de este
sistema de acción colectiva. En todo caso, en el sistema de la economía moral,
las actividades económicas no son "variables", sino que son "relaciones"
humanas, y por tanto pasibles de juicio moral y de los correspondientes
sentimientos morales de las partes. En este contexto si tiene sentido rebelarse,
oponerse y resistirse a los cambios de precios, tal como tiene sentido resistir
una violación de derechos o una injusticia evitable.
UNA NUEVA PERSPECTIVA SOCIAL...
Independientemente de la visión que el fenómeno expuesto nos da como objeto de
estudio, es decir, ante los ojos de los especialistas de la comunicación, sería
irresponsable dejar pasar otros detalles que revisten de importancia los hechos
que convergen entre el bien común, capital social y economía moral. La
combinación de los elementos citados, independientemente de su aplicación ante
cada sociedad, puede generar un desarrollo comunitario en aspectos que para
sectores que toman solo en cuenta los sistemas políticos y empresariales como
única parte de su estructura podrían tomar como utópicos.
La perspectiva que ofrece hoy en día el tomar en cuenta a la sociedad civil
dentro de un sistema donde anteriormente no se abrían los ojos ante la notable
participación de esta, da motivo de análisis y de una nueva forma de gestión que
permita obtener un bien multilateral, y que no permita los centralismos que a
gran escala merman el desarrollo de sociedades en busca de crecimiento. En una
forma un tanto concreta, podemos expresar el hecho de una nueva oportunidad para
comenzar de ceros y con esto, buscar por medio de la unión de todos los
conceptos manejados, la elevación de la sociedad a niveles que, si como en
antaño se viera y se tomara en cuenta tan solo una parte de su organización para
lograr una progresión, seria dar un paso atrás en la búsqueda de la estabilidad
y de los desarrollos auto sustentables que, con esta oportunidad de gestión, su
alcance esta al servicio de una totalidad social, dando como resultado un
crecimiento benéfico ante todos sus componentes.
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