ENCUENTROS ACADÉMICOS INTERNACIONALES
organizados y realizados íntegramente a través de Internet



La polémica en torno a la ley del valor y su manifestación en el pensamiento económico cubano.
 

Mcs Teresa Machado Hernández.

Resumen El tema de la ley del valor es un tema recurrente en la teoría económica mundial, no existe en la actualidad una escuela del pensamiento económico que no estudie la ley del valor y no se pronuncie en torno a la a la relación entre el plan y el mercado. En la actualidad en condiciones del dominio pensamiento y la practicas neoliberales en la economía, este debate se ha revalorizado.

En el pensamiento marxista el tratamiento de este problema ha sido permanente y Cuba se recuerda la polémica económica donde participaron economistas de la talla de Ernst Mandel, Charles Bettelheim, Carlos R. Rodríguez y Ernesto Guevara, figura que se conoce más por su pensamiento y acción política, que por sus contribuciones a la teoría económica.

Ideas claves Polémica, teoría económica, planificación , ley del valor , mercado ,modelos económicos, transición.

Este texto fue presentado como ponencia al
PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL SOBRE
Historia y teoría económica
celebrado del 6 al 24 de abril de 2006

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Introducción
antes de comenzar el tratamiento del tema es menester tener en cuenta algunas consideraciones preliminares :

En Cuba existe un pensamiento marxista prerrevolucionario muy rico que se gesta a inicios del siglo XX, con el surgimiento de las primeras organizaciones marxistas: el Club de Propaganda Socialista hasta el Partido Socialista de Cuba con el protagonismo de Carlos Baliño y de Agustín Martín Veloz (Martinillo), acompañadas con pasos importantes en la organización del proletariado y sus luchas entre 1902 y 1914 en que se produce el primer Congreso Obrero. Este pensamiento marxista cubano de la primera mitad del siglo XX se nutre, por una parte de toda una tradición de pensamiento revolucionario, progresista y liberador que data desde Félix Varela y por otra, del marxismo leninismo original que comienza a divulgarse, recibiendo una influencia importante del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre. Momento decisivo para el desarrollo del pensamiento marxista es la fundación de el Primer Partido Comunista de Cuba en el año 1925, por Carlos Baliño , Julio A Mella , entre otros. Durante la época neocolonial, la mayoría de los gobiernos títeres y aliados al imperialismo desarrollaron una brutal represión contra los comunistas y sus publicaciones, e incluso por etapas paso a la ilegalidad el partido comunista lo que hacia difícil el desarrollo teórico del marxismo y su difusión,

Al producirse en el 1959 el triunfo de la revolución cubana, este pensamiento encontró una posibilidad real de desarrollo y difusión, antes y después de la declaración del carácter socialista de la revolución en el 1961“…la presencia hegemónica del marxismo se introduce de manera progresiva, aunque vertiginosa dentro de los primeros años que siguen la victoria.”

Las principales vías de difusión del marxismo fueron : la partidista, la vía FAR, la académica y la científica. La vía partidista comienza a implementarse a partir de los 60 con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y la URSS y la firma del primer tratado comercial cubano soviético. La declaración del carácter socialista de la Revolución le imprimió un nuevo impulso. No obstante el vehículo más importante y el más amplio de difusión del marxismo soviético lo fueron las Escuelas de Instrucción Revolucionaria nacional, provincial y básicas. Díaz Sosa establece que la influencia de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria (EIR), en la difusión del marxismo soviético, estuvo determinado por tres factores fundamentales: la amplitud del área de influencia de estas instituciones, los programas, métodos, y materiales utilizados, así como por la influencia que estas ejercen en las demás vías.

Las Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria (EBIR) se extendieron por todo el país, impartiéndose diferentes tipos de cursos; en el caso de la teoría económica en particular, se estudiaba la Economía Política a un nivel muy elemental. En el caso de las de las escuelas nacionales y provinciales se incluía el estudio de los clásicos; para esto se preveía el uso sistemático del conocido manual de la Academia de Ciencias de la URSS que tanto criticaría el Che por su carácter dogmático, y consultas sobre El Capital de Carlos Marx, así como la obra de Lenin Imperialismo, fase Superior del Capitalismo”, entre otras. Teniendo en cuenta eso, podemos decir que la Economía Política como parte integrante del marxismo, comenzó un proceso de divulgación acelerada durante la primera mitad de la década del 60.

A esto se le une la apertura en el año 1964 de la Escuela de Especialización en Economía Política y Filosofía Marxista: “Marx, Engels y Lenin”. El objetivo de la misma era formar cuadros de las EIR, y en ella se amplió y profundizó en las obras de los clásicos del marxismo leninismo. Paralelamente, otros cuadros fueron seleccionados para estudiar en la Escuela Superior del PCUS, entre ellos Humberto Pérez y Eduardo del Llano . Este conjunto de elementos, reunidos aquí sucintamente, muestran la orientación teórica de las EIR hacia el marxismo ruso y, al mismo tiempo permite afirmar que en la mayoría de los casos en la preparación teórica de los cuadros, predominaba el marxismo soviético; elemento que hay que tener en consideración posteriormente, para explicar las semejanzas y las diferencias entre el debate cubano y el debate que por esta misma época se realizaba en la URSS, y la influencia de una de las posiciones del debate ruso en la posición cubana a favor de la autogestión financiera y el impacto de la formación por los manuales rusos en la polémica en cuestión.

Por otra parte, para los cuadros de los niveles superiores de la Revolución, se organizó el Círculo de estudios sobre El Capital de Carlos Marx, a cargo del profesor Anastasio Mansilla, debido a una petición de Cuba al Partido Soviético de un profesor, para impartir un seminario sobre Economía Política. Mansilla se desempeñaba como profesor de esa obra en la Universidad de Lomonosov, en la Unión Soviética. El primer seminario se realizó en el Ministerio de Industrias; el segundo en el Consejo de Ministros con la participación de Fidel, el Che, Regino Botti (Junta Central de Planificación), y Carlos Rafael Rodríguez, entre otros; el tercero se realizó en el Ministerio de Industrias y se extendió por un año, posteriormente, por iniciativa propia estudiaron a Eugenio Preobraszhenski y su obra “La nueva economía” (1926); el “Tratado de Economía Política Marxista” de Ernest Mandel y las obras originales de León Trotsky.

De aquí se deduce que dentro de todo este proceso de divulgación del marxismo en Cuba, se inicia una significativa difusión de la teoría económica de Carlos Marx, a diferentes niveles. Esto incluía, como ya se ha mencionado, un estudio pormenorizado de El Capital y otros textos originales de los clásicos del marxismo leninismo, además otras fuentes de literatura marxista occidental como Althuser, Marcuse, Mandel, Bettelheim, entre otros.
La vía científica de difusión del marxismo se produce de dos maneras básicas: a través de los procesos de docencia-investigación y por medio de las publicaciones. Entre los años 1963-1965 no se realizaron investigaciones organizadas relacionadas con la economía de la transición del capitalismo al socialismo, cosa que se explica por la juventud de la Revolución y la escasez, y preparación incipiente de sus profesionales e instituciones. En el caso de las publicaciones si proliferaron en los años sesenta, tanto en el caso de los libros, como en el de las revistas. Publicaron libros autores marxistas (con diferentes enfoques) y no marxistas. Los principales autores extranjeros que participaron en la difusión de diferentes versiones del marxismo, publicaron textos que si bien no entran directamente en la disputa, se refieren al tema y, por tanto, explican con más claridad y amplitud sus posiciones. Los cubanos imbuidos en la vorágine del trabajo y la lucha de los primeros años de Revolución, no se caracterizaron por la publicación de libros, pero sí dieron muestra de sus inquietudes científicas y teóricas utilizando un medio más flexible e inmediato, las publicaciones periódicas.

muy importante es el desarrollo de las editoriales favorecidas por el gobierno revolucionario, propiciándose el surgimiento de nuevas publicaciones (periódicas o no ), que coexistieron con las tradicionales y que también se convirtieron en difusoras del pensamiento marxista y revolucionario,

Dos publicaciones periódicas esencialmente recepcionaron la polémica: la Revista Cuba Socialista , surgida en el 1961, como órgano oficial de divulgación teórica del Partido, meses antes de la fundación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI); y la Revista Nuestra Económica. Esta revista es editada por el viceministerio de Industrias. Este caso sui generis de la edición de tres revistas Nuestra Industria (1961) y las revistas Nuestra Industria Económica (1963), y Nuestra Industria Tecnológica (1963), es explicable ya que las tres formaban parte de un sistema ideado por el Ché e implementado por el Viceministerio para propiciar la divulgación y la preparación de sus trabajadores, a tres niveles fundamentales, obreros, técnicos, técnico superior y universitario.

La revista constituyó un órgano teórico y académico orientado a la exposición teórica y abierta al debate. Su objetivo fundamental era:
“…hacer de la misma un órgano directo de divulgación de los problemas relacionados con la economía”

Causas y antecedentes de la polémica

Ante el fracaso de un primer intento de industrialización acelerada, el estado redefinió la estrategia de desarrollo económico, al formular los objetivos fundamentales del plan hasta 1965: el incremento de la producción agrícola, la expansión y diversificación de las exportaciones y la creación de las bases para la ulterior industrialización de país, que supuestamente debería producirse entre 1966 y 1970. El Estado tenía en sus manos los sectores claves de toda la economía nacional, condición que hacía posible la redefinición, a finales de 1963, de la estrategia de desarrollo económico. Al formularse los objetivos fundamentales del plan hasta 1965, se tomaron como prioridad el incremento de la producción agrícola, la expansión y diversificación de las exportaciones y la creación de las bases para la industrialización del país, que debería producirse, en lo fundamental, entre 1966 y 1970.

Paralelamente a los cambios en la estructura de la propiedad, comenzó a reinstitucionalizarse el país, creándose la JUCEPLAN, y algunos ministerios. El sistema de dirección económica funcionaba sobre bases experimentales hacia 1963 y se apoyaba, para su funcionamiento, en diversas formas de gestión.
En la agricultura en general, existían dos tipos de propiedad (privada y estatal), que daban lugar a tres formas de organización de la producción. La estatal ensayó primeramente el sistema de gestión presupuestada y progresivamente comenzó a sustituirse por el cálculo económico, este método de gestión se basa esencialmente en la descentralización y la autonomía económica operativa de las empresas, las cuales tienen sus fondos en dinero y se relacionan ampliamente utilizando los resortes monetarios mercantiles. Como resultado de la reestructuración económica del sector agropecuario, aprobada en agosto de 1963 , se constituyeron las agrupaciones básicas de producción agropecuaria, la gestión de los agricultores privados que se hacía conforme a las leyes de un mercado regulado por las continuas disposiciones del estado, y los primeros gérmenes de la gestión cooperativa, ya que fueron apareciendo las primeras formas de cooperación productiva: las sociedades agropecuarias y las cooperativas de crédito y servicios.
En el sector industrial y parte mínima de la agricultura se experimentó el sistema presupuestario de financiamiento, gracias a la promulgación en el año 1963 de la Ley de financiamiento presupuestario . Este sistema fue favorecido por mejores condiciones técnicas, organizativas y de trabajo riguroso, cohesionado y sistemático dentro del Ministerio dirigido por Ernesto Guevara.

La aplicación de dos formas de gestión diferentes y esencialmente contradictorias provocó a la discusión teórica que por esta etapa se desató por diferentes medios y a diferentes niveles. Polémica que fenoménicamente, en su sentido más amplio, abarcó todo el tema de las relaciones monetario mercantiles y sus categorías fundamentales: dinero, crédito, banca, costo, salario, entre otros, y en el sentido más estrecho y esencial, expresaba diversas posiciones teóricas en torno a la actuación de las leyes económicas en el socialismo y su manifestación concreta en la transición.

Preámbulo teórico inmediato de la polémica en Cuba
Un elemento importante para la compresión de este problema, es la consideración de la polémica en su sentido más amplio, ya que esta abarcó el plano oral, el plano escrito archivado (no publicado), y el debate abierto divulgado en las publicaciones periódicas. Asímismo lo constata el Che en fecha tan temprana como el año 1962:
“…..considero que estamos naturalmente, frente a una polémica más o menos pública, que se conoce claramente, que esta enmarcada dentro de dos criterios totalmente diferentes. Es decir, por un lado la palanca del interés material, planificación centralizada de la economía hasta ciertos niveles, juego libre de las empresas para que prácticamente luchen entre si en el ámbito nacional y los sistemas de contabilidad nuevos. Nosotros planteamos aquí un sistema centralizado de la dirección de la economía, con un control bastante riguroso sobre las empresas [….] y considerar el conjunto de la economía como una gran empresa. Esa es una concepción nueva [….]
La otra es una vieja concepción que ha permitido construir el socialismo en varios países….”
Para terminar esta introducción, nosotros seguimos en la polémica de la autogestión financiera contra el cálculo presupuestal*, cálculo matemático, la centralización. Se ha llegado al acuerdo de que el INRA mantenga una situación de autogestión financiera y establezca normas con características de destajo y [….] nosotros mantengamos el cálculo presupuestario….”
En diciembre de 1962, en el número 16 de la Revista Cuba Socialista, se publica la obra de Lenin “Las tareas inmediatas del poder soviético ,. En la misma línea de pensamiento, es decir a favor del uso amplio de las relaciones monetario mercantiles, se pronunciaron autores soviéticos como S. Shurkov y J. Sekera. Este punto de vista fue apoyado por un artículo del también soviético I.Evenko (1963) “La necesidad objetiva y el papel de la planificación socialista“, donde señala que Lenin:
“...Destacó y fundamentó las tesis relativas a las funciones del estado socialista, dentro de ellas, a los principios de la autonomía económica “.
Este artículo mereció una nota de la editorial que aclaraba las posiciones del Consejo
Editorial de la Revista en lo tocante a las concepciones del autor:
“ ... En Cuba sin que el gobierno revolucionario haya tomado la decisión definitiva al respecto, las empresas son financiadas a través del presupuesto estatal y no operan mediante la aplicación del cálculo económico “
Está claro que esta nota demuestra la no alineación del gobierno cubano, en este caso con el marxismo soviético; posición apoyada más adelante también por el ruso Vladimir Teteshev. Estos autores defendían el cálculo económico impulsado en su países, propagandizando sus ventajas, sin atacar al sistema presupuestario de Financiamiento.
Esta contradicción en la fase de oposición, también se manifestó en el caso de los autores cubanos: Carlos Rafael Rodríguez y Ernesto Guevara en la misma publicación, defendían paralelamente posiciones diferentes pero no las confrontaron entre si por esta vía. Un motivo de peso en este caso fue la necesidad de mantener la unidad de la máxima dirección de la Revolución por encima de las diferencias. En unas valoraciones años más tarde acerca de la cuestión, Carlos Rafael Rodríguez señaló:

“Se ha escrito mucho en el extranjero, y hay hasta libros de las contradicciones del Che con algunos compañeros y particularmente se me señala a mí. Yo tengo como orgullo el poder de decir, que aunque algunas contradicciones existieron en lo fundamental, en lo esencial al abordar el problema económico, estuvimos siempre profundamente identificados y trabajamos juntos, con otros compañeros, para imponer un poco de orden en la economía cubana, por lograr la máxima eficiencia de la economía y por establecer aquello que para nosotros era esencial: el control económico cualquiera que sea el punto de partida”
Carlos Rafael Rodríguez se desempeñaba entonces como director del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA). En sus artículos entre los años 1961-1963 “Cuatro años de Reforma Agraria” y “El nuevo camino de la agricultura cubana” defiende la descentralización en la agricultura. En este sector existía una situación compleja, ya que coexistían los sistemas de gestión estatal y privado, y ya se formaban cooperativas de créditos y servicios, y sociedades agropecuarias; esto, unido a las condiciones específicas de la agricultura, hacía inviable el sistema presupuestario. Esto llevó a la reestructuración del sector referido en agosto de 1963; como parte de esta se iniciaron los procesos de regionalización y descentralización de la agricultura, la empresa resultante de este proceso funcionaría con un sistema de gestión basado en el autofinanciamiento.
Carlos R Rodríguez defendía los principios del cálculo económico por creerlo más viable en las condiciones generales concretas de Cuba y totalmente imprescindible en la agricultura, ya que a principios de 1962 se observaba, según el propio autor:

“Que las ventajas potenciales de la administración centralizada de la agricultura habían cesado y que en cambio todas las ventajas de la centralización se hacían cada vez más graves “

En varios aspectos de la teoría de la construcción del socialismo ambos concibieron la necesidad de desarrollar la economía del país por medio de las transformaciones socialistas que incluyeran a todas las esferas: industria, agricultura, actividad comercial y bancaria, sobre la base de la reconversión industrial; para ello, consideraban necesario establecer un mecanismo económico apropiado, que garantizase el logro de la máxima eficiencia. Carlos Rafael destaca en este sentido la insistencia del Che con los trabajadores y empresarios, para hacerles comprender la necesidad de medir los costos de producción, de emplear todos los medios posibles para lograr su reducción, como vía idónea para alcanzar la eficiencia económica.
Carlos Rafael considera que la principal contribución del Che en el ámbito económico en Cuba, es la adaptación del Sistema Presupuestario de Dirección de la Economía que se aplicaba en los países socialistas de la época (inicio de los años 60) a las condiciones de un país subdesarrollado que construye el socialismo y la utilización de las técnicas contables más avanzadas y una concepción muy moderna, anticipada, sobre el uso de la computación electrónica.
No obstante reconocer lo avanzado del sistema propuesto por el Che, no lo cree adaptable a Cuba en las condiciones de los 60, lo considera más apropiado para un futuro comunista, que no era factible ni en ese momento, ni en un futuro cercano. Él era partidario de aplicar un mecanismo económico basado en la utilización del cálculo económico que promoviera palancas estimuladoras para la actividad empresarial, por tanto, reconocía la necesidad de las relaciones mercantiles entre las empresas como factor estimulante para la reducción de los costos y la elevación de la eficiencia y la calidad de la producción. Considera que en el socialismo se hace necesaria la acción de la ley del valor, y que ésta estará presente parcialmente, debido a los restos de la sociedad mercantil que todavía subsiste; comprende que sobre ella se ejercerá en uno u otro grado la regulación de la sociedad, que se le pondrá límite a su acción, pero se niega a aceptar la no existencia de las categorías mercantiles en las relaciones entre las empresas estatales. Al respecto señala:
“¡...nosotros no tenemos todavía un socialismo ni organizado, ni ordenado, ni coherente! Nosotros somos hoy todavía más ineficientes que lo que sería una bien organizada sociedad capitalista
Critica la idea del Che acerca de que en Cuba se podría llegar rápidamente a la sociedad comunista gracias a la conciencia, por eso no compartía la idea de que era factible liquidar en breve tiempo viejas categorías como la ley del valor.
Carlos Rafael señalaba sus temores sobre las mayores limitaciones del sistema:
“Tal vez la centralización genera vicios y peligros. El centralismo burocrático es el peor de ellos. El método de trazar directivas generales sin tomar en cuenta las peculiaridades específicas de cada localidad conduce en la agricultura a graves errores
[…] a ello se acompaña la rigidez centralista que obliga a los administradores a consultar continuamente las decisiones al centro nacional […] que tiende a la formación de cuellos de botella ¨
Con respecto a la política de estimulación en el socialismo, ambos pensadores coinciden en reconocer la necesidad de hacer una balanceada e inteligente utilización de los estímulos materiales y morales. Discrepaban en lo referido a las proporciones. El Che era partidario de la tendencia a extinguir el estímulo material, no suprimirlo, sino reduciéndolo mediante un intenso trabajo ideológico y político. Él pensaba que no debía erigirse en palanca impulsora fundamental en el socialismo. Para Carlos Rafael el estímulo material era determinante en las condiciones de la economía en transición
Según nuestro criterio, las divergencias teóricas entre Ernesto Guevara y
En defensa de la descentralización y a favor, por tanto, de la aplicación de los principios de la autogestión, se pronunciaron en Cuba Socialista apoyando la línea de Carlos Rafael, un grupo de autores entre ellos R. Talavera y R. y Raúl León.

En la Revista Nuestra industria Económica, una verdadera avalancha de autores del campo socialista comenzaron a difundir los principios del cálculo económico y a fundamentarlo teóricamente. Los autores rusos no participan directamente en el debate, ya que no critican la experiencia cubana; su objetivo se centra en difundir sus posiciones a favor de la reforma económica y por tanto, a favor de el cálculo económico. No obstante se encuentran en la posición de oposición, ya que como quiera que sea, estaban defendiendo un criterio en contra de una de las posiciones del debate cubano, y a favor de los partidarios del cálculo económico en Cuba, en momentos en que la URSS era considerada un paradigma de la construcción del socialismo. En este país la planificación se había desarrollado como una disciplina científico-académica en pleno desarrollo. Uno de los trabajo más logrado, desde el punto de vista teórico, fue el del académico Jessin sobre el concepto del el cálculo económico y su significación teórico metodológica para la Economía Política, que parece responder al reto que lanza el Che , sobre la necesidad de fundamentar teóricamente necesidad de la autogestión y su relación de la ley del valor con el plan; reto para el cual los incipientes economistas políticos cubanos, que defendían este método de gestión, aún no estaban totalmente preparados.

Durante los años 1961-1963, el Che no se dedicó a atacar directamente a los defensores de los principios de la autogestión y se dedicó especialmente al estudio de la teoría del valor por el trabajo y de las categorías de la producción mercantil. En sucesivos trabajos insistió en ideas como la del trabajo creador de toda riqueza, creador de valor; el trabajo en el capitalismo y el carácter de mercancía de la fuerza de trabajo; las particularidades del trabajo en el socialismo en general y en el período de tránsito en particular. Sus ideas estaban dirigidas a fundamentar el nuevo carácter del trabajo en el socialismo.
El año 1962 era el Año de la Planificación, los principales esfuerzos estaban dirigidos a la planificación y la organización. Ahora, a lo interno, el Che consideraba esencial el aumento de la productividad del trabajo por vía del desarrollo de la conciencia socialista, la nacionalización y la movilización consciente de las masas.

A lo largo de todos los trabajos del 62 e inicios del 63, aunque reconoce la necesidad del funcionamiento de la ley del valor, el Che insiste en que el socialismo es labor de conciencia y labor de producción, dónde el deber social y el conjunto de estímulos relacionados con esto eran muy importantes. Los de orden moral eran determinantes con respecto a los estímulos materiales; ideas que eran algo diferentes con respecto a las de Carlos Rafael Rodríguez y el conjunto de autores que priorizaban en su análisis las palancas monetarias mercantiles como vía para estimular el aumento de la productividad del trabajo.
Los antecedentes directos de las nuevas ideas para la polémica, fueron sus trabajos “Consideraciones sobre los costos” , de junio del 1963, y el “Discurso sobre planificación en Argelia” de julio del propio año. En el primero, luego de una breve caracterización del Sistema Presupuestario de Financiamiento, el Che propone un conjunto de ideas teóricamente fundamentadas sobre el papel de la categoría costo en el socialismo, radicalmente diferentes al papel de la categoría costo de los partidarios de la autogestión.
“Insistimos en el análisis de los costos porque parte de nuestra concepción está referida en la no necesaria coincidencia o relación intima entre el costo de producción y el precio del sector socialista.”
En este trabajo se parte, antes de analizar el costo de producción, de un conjunto de consideraciones relacionadas con la acción de la ley del valor en capitalismo y en el socialismo. La ley del valor es para el Che una ley esencialmente capitalista, que sigue actuando en la transición al socialismo, pero con serias modificaciones provocadas por el surgimiento de un sector estatal dominante. Estas circunstancias diferentes, hacen que las categorías de la producción mercantil, entre ellas el costo de producción, cambien su contenido. Entre los fundamentos que ofrece el Che se encuentran los siguientes:
-la existencia de la propiedad social y a las políticas del gobierno revolucionario no dirigidas a la ganancia; sino a la satisfacción de las necesidades del pueblo el precio del sector socialista no tiene una relación directa con el costo de producción, ya que los precios y su determinación, pasan por decisiones de política;
-de esta manera si en la formación de los precios no se refleja directamente el costo, no es posible medir la rentabilidad por ellos:
“...La rentabilidad relativa seria solo un índice, ya que lo que realmente interesa es la rentabilidad de todo el aparato productivo”
-el índice de la gestión de la empresa estaría dado por el costo, con independencia de los precios del sector socialista en el Sistema Presupuestario de Financiamiento; en el cálculo económico el costo por peso es el índice de la rentabilidad que indica un tipo de relación en cuanto a gasto.
De aquí se deduce que el Che enfoca la ley del valor, las categorías precio, costo, rentabilidad y ganancia, de una manera distinta a como se enfoca teóricamente en el calculo económico, a como se plasmaba en los Manuales utilizados en las EIR, por donde estudiaba una buena parte de los cuadros que se desempeñaban en las diferentes instancias de la dirección de la economía. Es importante aquí señalar también que el éxodo masivo de los profesionales, había dejado en Cuba una escasez de fuerza de trabajo profesional, capacitada para ejecutar las más disímiles tareas de dirección; de esta manera oficiales del ejército rebelde y otras revolucionarios, elementalmente preparados, pasaron a ocupar la dirección de las empresas y los ministerios con una preparación técnica mínima y una prepararon general elemental como resultado de su paso por las EIR y EBIR.
Ya en el trabajo del Che “Consideraciones sobre los costos”, se observa una posición algo diferente respecto al aparato categorial de la producción mercantil y la ley del valor, o un cambio en su contenido y las funciones de las categorías viejas ya conocidas de la producción mercantil. Las categorías costo y rentabilidad se ven desde otra perspectiva, y la categoría ganancia está parcialmente olvidada y sustituida por la categoría de excedente. Esta abstinencia al uso de las “armas melladas del capitalismo”, se convertiría en una idea permanente que caracteriza su pensamiento económico en general y su posición con respecto al valor en particular.
En el Discurso sobre Planificación en Argelia, del 13 de julio del 63, el Che plantea su definición de planificación:
“….Tiene un contenido económico y político. Es el modo de desarrollarse la sociedad socialista. Esto nos indica algo muy importante: para que exista planificación tiene que haber socialismo”

No obstante esa afirmación, el Che consideraba que era posible “planificar sin socialismo”, pero esta debía tener en cuenta las condiciones concretas. En este caso hace un balance de las condiciones económicas de Cuba al llegar la Revolución al poder, los principales cambios estructurales realizados por la misma a través del proceso de nacionalizaciones e institucionalización de la vida económica y política del país. Hace referencia a los primeros planes y a los errores sucesivos de planificación, como resultado de la acción práctica de los hombres y lo que es más importante, en este trabajo por primera vez plantea la oposición entre los dos sistemas de gestión y la existencia de dos opiniones contrapuestas al respecto:

“Al mismo tiempo en nuestra economía se están realizando experiencias diferentes regidas por la idea de buscar una mejor solución a los problemas dentro del campo de las ideas, de los principios del marxismo leninismo.
…en varios pueblos del interior se están desarrollando planes pilotos de autogestión financiera […], aquel que llamamos autogestión financiera, por el cual la empresa gubernamental tiene la gestión de sus propios medios financieros y está controlada por el Banco Central; y aquel otro que llamamos cálculo presupuestario, en el cual las empresas no tienen capital alguno, y solamente es una especialista en la gestión que le ha sido encomendada, debiendo entregar todo el producto, todas sus realizaciones al Ministerio de Hacienda, que le entrega a través del Banco Nacional, las cantidades de dinero necesarias para su gestión económica.
La comparación constante entre estas dos tendencias enriquece la capacidad de nuestros cuadros para poder distinguir siempre el mejor camino, y contribuyen a la continua confrontación de ideas que favorecen el desarrollo de un sistema de planificación menos rígido, más técnico y concebido en continua transformación”. *

Está claro que el Che conoce de la contradicción y está tratando de aclarar sus propios puntos de vista y, al mismo tiempo, esclareciéndolos para la opinión pública. Reconoce el papel productivo de la polémica y su contribución a la construcción del socialismo desde el punto de vista teórico y práctico.

Comienzo de la polémica. Despliegue de las principales posiciones
El detonante de la polémica, que ya se gestaba desde hacia algún tiempo atrás, se inicia con la publicación en la Revista Comercio Exterior, del artículo de Alberto Mora, Ministro de Comercio Exterior, titulado “En torno a la cuestión del funcionamiento de la ley del valor en la economía cubana en los actuales momentos”. En este caso sus reflexiones comienzan con un ataque, donde hace alusión indirecta al Che, Ministro de Industria y a Luis Álvarez Rom, Ministro de Hacienda:
“Algunos compañeros plantean que la ley del valor no funciona actualmente dentro del sistema estatal de la economía cubana”
Entrando en materia, Mora toma como punto de partida su propia definición de valor:
“…..en fin, ¿Qué es el valor? A mi juicio si algún sentido consistente vamos a darle la categoría valor, no podemos dejar de apreciar que la misma enmarca (o mejor expresa) una relación. En primer lugar, que es una medida, y como tal, que es consecuentemente, una categoría creada por el hombre bajo determinadas circunstancias y con determinado fin enmarcado en el ámbito de las relaciones sociales desarrolladas por él”

Las principales concepciones que Mora desarrolla en su artículo pueden resumirse en:
- el valor es una categoría creada por el hombre para un determinado fin;
-el tiempo de trabajo socialmente necesario es el que crea el valor; lo socialmente necesario se identifica con lo que necesita la sociedad;
-el valor es la relación entre las necesidades y los recursos escasos;
-en el socialismo sigue actuando la ley del valor y opera mediante el plan; en la misma medida en que se desarrolle el socialismo la presencia de la ley del valor en el plan será pálida;
-no es lo mismo propiedad estatal que propiedad social plenamente desarrollada;
-ataca la otra posición, ya que considera que el sector estatal no es una gran empresa, ya que hay evidencias de conflictos entre las empresas y unidades, reconocidos por el Che y Rom en otras reuniones y publicaciones;
-la forma de gestión más adaptable a la economía cubana es el cálculo económico, ya que se corresponde con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, es necesaria en función de la medición y redistribución de los gastos de trabajo, ya que el mismo tiene un carácter no directamente social, por tanto el mercado sigue ejerciendo la función de medio y mediador de la socialización; y por la necesidad de lograr mayor organización y control de la gestión.
Los ataques de Mora están directamente dirigidos a la concepción guevariana del lugar y papel de la ley del valor (si funciona o no); y a la defensa a ultranza de el cálculo económico. Mora sostenía que había que dejar que la economía cubana en su conjunto y cada empresa, se manejaran automáticamente de acuerdo a las leyes de la oferta y la demanda. Mora insistió en que la ganancia de cada empresa y de cada obrero es el único motor de la economía de transición.
La respuesta del Che comienza con la reedición del artículo de Mora en la revista Nuestra Industria Económica, y la publicación de su réplica “Sobre la concepción del valor”. En el mismo el Che aclara que su objetivo no es discutir sobre el funcionamiento o no de la ley del valor, sino criticar el punto de partida de Mora; su propia definición del valor, por considerarla contradictoria en si misma. La crítica del Che puede resumirse en las siguientes tesis:
-la definición de valor de Mora es contradictoria, ya que según este autor “el valor es una medida y expresa una relación”. Según el Che esta idea es oscura y no cumple las reglas de la definición;
-al señalar que el valor es una categoría creada por los hombres con determinados fines, Mora está negando el carácter objetivo de las categorías económicas como reflejo de una realidad;
-en cuanto a la relación del valor y el trabajo, el Che critica al autor por su desconocimiento de Marx y de El Capital, ya que en este clásico la categoría valor esta íntimamente relacionada con la categoría de trabajo abstracto, además en el enfoque marxista, existe una dialéctica donde es imposible separar el trabajo abstracto del concreto;
-la existencia de contradicciones entre talleres, fábricas y otras entidades a lo interno del sector estatal, no es suficiente criterio para no considerar la producción del sector socialista como una gran empresa, en el capitalismo también sucede lo mismo (monopolios).

Guevara insistió que la economía que marchaba al socialismo, no es una economía capitalista en manos de los obreros, sino una economía que tiene objetivos diametralmente opuestos a la capitalista. De ahí que lo esencial sea la centralización y planificación de la economía nacional en su conjunto. Sacaba de su análisis teórico conclusiones opuestas a las de Mora. Había que centralizar y planificar cada vez más la economía cubana y, en lugar de alentar el pago de primas a los obreros para levantar la producción, esto había que lograrlo por medio de la elevación de la moral socialista de éstos. Para el Che la transición de la economía cubana debía ir acompañada de un proceso revolucionario de transformaciones y la elevación de la conciencia en los trabajadores cubanos.

La polémica se arrecia con la aprobación de la Ley Orgánica sobre el Sistema Presupuestario de Financiamiento, en virtud de la cual pasada la fase experimental y se aprueba este Sistema con carácter oficial para un sector mayoritario de la economía nacional. El lugar asignado al Banco como institución dentro del sistema presupuestario de financiamiento, provocó la polémica en torno al papel de la banca y el crédito. La discusión de este tema comienza con a publicación en Cuba Socialista del trabajo del Director de Banco Nacional de Cuba, Marcelo Fernández Font, titulado “Desarrollo y funciones de la Banca Socialista en Cuba”.
En mismo comienza con una reseña sobre los orígenes de la banca socialista en la URSS y, basándose en Lenin, destaca las funciones de la banca en el socialismo como esqueleto de la sociedad. Tomando como referencia las posiciones de los autores soviéticos que defendían una amplia utilización de las relaciones monetario mercantiles, Fernández Font se adscribe al criterio de que las funciones fundamentales de la banca socialista son:
-regulación de la circulación monetaria;
-centro de ajustes y pagos del país;
-concesión de créditos;
-financiamiento de inversiones;
-administración de divisas y operaciones internacionales;
-organización de los ahorros de la población y
-control económico bancario.
La banca según F. Font, juega un importante papel tanto en la transición como en el socialismo; su existencia se justifica por la permanencia de las relaciones monetario mercantiles, por la existencia de diferentes tipos de propiedad y de economía. En lo tocante a los sistemas de gestión, se incluye en la discusión defendiendo el cálculo económico.
Esta posición del autor y sus múltiples seguidores, se justifica por que con la aplicación de Sistema Presupuestario de Financiamiento, la esfera de acción de la banca se reducía, pasando a un papel secundario: recepción y custodia de fondos, control limitado, y chequeo de las metodologías, ahorro de la población y regulación de las relaciones con el sector privado. Por otra parte la situación financiera y monetaria de Cuba desde el triunfo de la Revolución había sido muy inestable, debido las tendencias inflacionarias sostenidas, dos sucesivos canjes de moneda, inestabilidad e indisciplina financiera. También es necesario tener en cuenta que alrededor del Banco Nacional se nucleaba un conjunto de profesionales revolucionarios de una sólida formación en la materia, provenientes de las escuelas de Contaduría que existían antes de la Revolución, aun cuando algunos de ellos poseían una incipiente formación marxista.
El artículo de Font recibe la respuesta del Che por intermedio de la publicación de “La banca y el crédito en el socialismo” donde destaca:
“En el número anterior de esta revista, apareció un artículo del compañero Marcelo Fernández, Presidente del Banco Nacional, en el que analiza las funciones del Banco, haciendo un pequeño recuento histórico y un juicio crítico sobre los sistemas de financiamiento usados en Cuba. Este artículo coincide con algunas apariciones públicas de dirigentes de ese organismo y otros escritos, donde se fija la posición del Banco en forma precisa. Como no estamos de acuerdo con algunas de las funciones apuntadas como propias del Banco, en el período de transición; y menos con su enjuiciamiento del Sistema Presupuestario de Financiamiento, consideramos que no debemos dejar sin respuesta las afirmaciones del Presidente de dicho organismo, fijando nuestra posición al respecto”*.
La respuesta del Che puede resumirse en las siguientes tesis:
-el dinero y el banco están condicionados por la existencia de las relaciones monetarias mercantiles; como categoría, las dos expresan un conjunto de relaciones sociales históricamente condicionadas;
-el banco y las relaciones de crédito expresan el alto grado de socialización alcanzado en la etapa del capitalismo monopolista de estado, actúa como cancerbero y representante de los monopolios;

-las relaciones de crédito pierden su sentido al eliminarse la propiedad privada sobre los medios de producción, al menos como funciona en la economía mercantil clásica;
-si se quiere construir el socialismo como camino para alcanzar el comunismo, son inadmisibles las relaciones de cobros y pagos entre las empresas y sobre todo, las relaciones de crédito, ya que la economía nacional debe funcionar como una gran empresa, propiedad de todo el pueblo. El Che toma como punto de partida para su análisis, los planteamientos de Marx sobre el papel de la banca y el crédito en el capitalismo. Sobre la base de un estudio profundo de esta cuestión concluye:
“En los periodos de construcción socialista cambian todos los conceptos que amparan la vida política del banco y debe buscarse otro camino para utilizar su experiencia “
El Che elabora para el presidente del Banco seis preguntas y ocho conclusiones, donde lo insta a profundizar en el estudio del marxismo, carencia que, según el Che, es observable en su trabajo.
En la misma lógica del Che se publicaron los trabajos de Álvarez Rom, entonces Ministro de Hacienda y colaborador personal de Guevara. Rom entra en la polémica para apoyar al Che en la discusión con los contadores de profesión. Su primer trabajo enfoca las finanzas no solo desde el punto de vista económico puro, sino político. Defiende las ideas de que no toda medición del gasto de trabajo social tiene que estar vinculada con las relaciones monetario mercantiles y que la contabilidad socialista en la medición de los gastos sociales, debe irse separando más y más de la medición mercantil y evolucionando hacia una más exacta, más consciente y no espontánea. El Che lo anuncia en su trabajo “La Banca y el Crédito en el Socialismo”, ya que Rom es el que articula financieramente el sistema, haciéndolo monetaria y financieramente posible en la práctica, y otorgándole credibilidad.
Rom y el Che reciben la respuesta de Font, este extiende la discusión a través del artículo “Planificación y circulación monetaria” , esta vez para debatir sobre el dinero. Se basa en el análisis marxista acerca de la historia y funciones del dinero; hace referencia al lugar y papel del dinero en el análisis teórico y práctico de Lenin como resultado de la implantación de la NEP:
“…no era posible abolir el dinero de repente, […] para suprimirlo es necesario organizar la distribución de alimentos para cientos de millones de hombres, lo que es asunto para largos años” .
Font señala como una tarea, la de fortalecer la estabilidad de la moneda en Cuba por ello insiste en fortalecer el papel del financiamiento y el crédito bancario. Este artículo no es directamente respondido, no obstante hasta el final de la polémica, los contadores continuaron defendiendo sus posiciones.

En el año 1964, Charles Bettelheim entra en la polémica con la publicación del artículo “Formas y métodos de planificación y nivel de desarrollo de las fuerzas productivas” , con el objetivo de dar a conocer sus reflexiones teóricas sobre algunos de los problemas que confrontaba la economía cubana en ese momento. El punto de partida de Bettelheim se centra en la necesidad de un análisis histórico objetivo; según su juicio para esto, debe partirse del desarrollo de las fuerzas productivas y por tanto de la inserción del hombre en un sistema de división técnica y social del trabajo y en un proceso dado de producción y reproducción. Teniendo en cuenta esto asevera que:
“…la palanca decisiva para modificar el comportamiento de los hombres, está constituida por los cambios aportados a su producción y a su organización […..]
“…es indispensable analizar el comportamiento de los hombres no como si fuera determinado en última instancia por la representación […],lo cual implica que es suficiente modificar esta representación, especialmente mediante la educación, para modificar también este comportamiento en el sentido deseado, lo que es un enfoque idealista de las cosas”
Aquí la posición de Bettelheim se presenta diametralmente opuesta a la del Che y sus partidarios, que consideraban que las palancas morales eran decisivas en la construcción del socialismo. Una vez descrita la posición de Rosa Luxemburgo y la ultra izquierdista de Bujarin, el autor señala en primer lugar, que las relaciones monetario mercantiles (intercambio), no desaparecían por decreto y que solo la socialización real avanzada, es la que debilitaría las categorías monetario mercantiles. Consideraba que las categorías o nociones de “propiedad estatal única” o de la noción general de propiedad social eran, aún en Cuba, categorías abstractas que no se correspondían con la relaciones de producción reales. Allí se refiere a lo joven de la transición en Cuba en esos momentos, ya que el proceso de socialización se encontraba en la fase inicial.

“...no es ni son las diferentes formas de propiedad socialista las que explican la necesidad de las relaciones monetario mercantiles en el sector socialista (lo que equivaldría a explicar las categorías económicas por una cierta superestructura jurídica)
“Es, al contrario, la existencia de ciertas relaciones de propiedad la que explica las relaciones monetario mercantiles y la forma jurídica que estas deben revestir”

Según el autor el factor esencial lo constituye el desarrollo de las fuerzas productivas y la necesaria correspondencia con las relaciones de producción. Acorde con el desarrollo de las fuerzas productivas en Cuba en esa etapa, se encontraban las relaciones monetario mercantiles justificadas, por la insuficiente socialización de la producción, y la existencia de diferentes formas de propiedad y de economía. El Estado –según Bettelheim- no estaba en condiciones de determinar las necesidades sociales, esto hace indispensable el comercio socialista y otras organizaciones comerciales. Para el buen funcionamiento de la economía en transición, es indispensable una cierta autonomía económica operativa de las empresas, limitada y subordinada a las exigencias del plan. Por último el autor concluye con la necesidad de una economía contable, de cálculo económico que permita un control estricto sobre los recursos materiales y humanos. En lo tocante al estímulo asevera:

“El lugar respectivo de las diferentes categorías de estímulo no puede estar por tanto determinado arbitrariamente en nombre de tal o cuál visión moral, o de tal o cual visión de la sociedad socialista, sino que debe estar ligado al nivel de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas de las que forman parte los hombres, con sus conocimientos, su educación y más generalmente, su cultura”
El Che somete a aguda crítica a Bettelhiem en “La planificación socialista, su significado”. Este tiene sus antecedentes más cercanos en “Sobre el sistema presupuestario de financiamiento” en el que el Che ofrece sus principales ideas acerca de la actuación de la ley del valor que pueden resumirse así:
-negación de la posibilidad del uso consciente de la ley del valor teniendo en cuenta la no existencia de un mercado libre, sino la existencia de un mercado sensiblemente distorsionado por la existencia de un sector estatal dominante y una planificación dirigida conscientemente hacia objetivos precisos;
-negación del carácter mercantil del periodo de tránsito, y por tanto del uso obligatorio de las categorías de la producción mercantil;
-negación de la vigencia de la categoría mercancía en las relaciones a lo interno del sector estatal;
-todos los establecimientos constituyen parte de una gran empresa que es el Estado,
-necesidad, por todo lo antes expuesto, de una política que se oriente a la eliminación progresiva de las categorías mercantiles, y por tanto de las condiciones que permiten su existencia en el período de tránsito,
-la ley del valor y el plan son dos términos ligados por una contradicción.

“…Podemos decir, pues que la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin , a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta, la plena liberación del ser humano en la sociedad comunista”
La planificación en la visión del Che no era tan solo una tarea económica, sino que era política y social, incluía el desarrollo planificado y proporcional de la economía y la creación de un nuevo tipo de relaciones humanas, la creación del hombre nuevo. En lo relativo a los modos de gestión, el Che critica las incongruencias de los partidarios del cálculo económico ya que:
“…..siguiendo la línea de análisis marxista, al llegar a un punto dado tienen que dar un salto (dejando el eslabón “perdido”en el medio) para caer en una nueva posición desde la cual continúan su línea de pensamiento. Concretamente los defensores del cálculo económico nunca han explicado correctamente como se sostiene en su esencia el concepto de mercancía en el sector estatal o como se hace uso “inteligente” de la ley del valor en el sector socialista con mercados distorsionados”.

El autor también somete a aguda crítica el punto de partida de Bettelheim, cuando considera que las formas jurídicas y las categorías que aún subsistían en la URSS, subsistían por que eran necesarias; así como la consideración de la empresa consolidada como una aberración; en este sentido el Che asocia la empresa consolidada con la autenticidad de la Revolución Cubana:

“Decir que la empresa consolidada es una aberración equivale aproximadamente a decir que la revolución cubana es una aberración. Son conceptos del mismo tipo y podrían basarse en el mismo análisis. El compañero Bettelheim no ha dicho nunca que la revolución socialista cubana no sea auténtica, pero sí dice que nuestras relaciones de producción actuales no corresponden al desarrollo de las fuerzas productivas por tanto, prevé grandes fracasos”.

Amén de otras consideraciones teóricas, está claro que para el Guevara la empresa consolidada es una forma auténtica cubana de construcción del socialismo, que no obligatoriamente debe seguir con sus aciertos y errores los mismos derroteros de la URSS. En ese sentido es que el Che iguala estas categorías, a pesar de su distancia teórica.
Aunque desde una perspectiva diferente a la del Che, el trabajo de Bettelheim fue también fuertemente criticado por Ernst Mandel, quien se desempeñaba como asesor del Ministerio de Industrias; muy conocido por su filiación trotskista, no compartía los criterios de Lenin y sobre todo los de Stalin, y en lo tocante a la transición al socialismo, se apoyaba más en Trotsky. Por otra parte, Mandel criticaba mucho la NEP, por eso en ese punto había un acercamiento entre lo que decía Mandel y las posiciones del Che.
Los problemas de la transición fueron analizados por Mandel en varios trabajos publicados en Cuba, entre ellos La formación del pensamiento económico de Carlos Marx, editado en Cuba en el año 1970, el folleto Qué es la teoría marxista de la economía; y el conocido Tratado de Economía Marxista, en dos tomos, escrito en el 60 y publicado en Cuba en el 1968.
Mandel se destaca por sus estudios sobre la obra económica de Marx, sobre todo de sus trabajos iniciales, concentrándose en los Manuscritos económicos y filosóficos del 44. Presta mucha atención a la categoría enajenación y comparte la crítica a la concepción antropológica de esta categoría, y propone el rescate de la visión socio histórica propuesta por Marx, que apunta a la búsqueda de las causas de la enajenación en el modo de producción capitalista y su persistencia en la transición del capitalismo al socialismo. Critica a los defensores a ultranza del marxismo soviético que trataban de probar que la enajenación no existía en la URSS.
Para Mandel la enajenación y la economía mercantil son dos categorías correlacionadas, ya que las dos expresan fenómenos esencialmente capitalistas, que emanan de la actuación de sus leyes fundamentales y que lo caracterizan como sistema, y que extienden su vida a la transición al socialismo.
Otros factores influyen para que la enajenación se mantenga en la transición al socialismo según Mandel; entre ellos la hipertrofia de la burocracia, la ausencia de democracia socialista en la planificación, que retardan el desarrollo y la consolidación del socialismo
“La burocratización de la sociedad de transición tiende a agudizar las contradicciones entre el modo de producción socializado y las normas de distribución burguesas, [….] la generalización de la economía monetaria va en ese sentido”.
Mandel acusa a Bettelheim de “objetivista”, de establecer un nexo mecánico entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. No obstante a que coincide con Bettelheim en la importancia del factor objetivo y su papel determinante, que justifica la existencia de le economía mercantil y sus categorías, pero en su trabajo critica a Bettelheim. ya que absolutiza el papel del factor objetivo, restándole en el análisis importancia al factor consciente. Las categorías mercantiles, en su análisis, tienen carácter objetivo por su contenido, ya que expresan relaciones económicas necesarias, no obstante eso no niega el papel consciente del hombre en su estudio y limitación y posterior eliminación. Sobre la economía mercantil y sus categorías, Mandel dice;
“…el proletariado no puede despojarse de ella inmediatamente, después del derrocamiento del capitalismo; está ligada a una fase histórica de desarrollo de las fuerzas productivas que dista mucho de estar superada […] Puede y debe ser utilizada en le marco de una economía planificada para perfeccionar esta planificación y acelerar el desarrollo de las fuerzas productivas, sin el cual su decadencia final sería utópica”
[…] pero al mismo tiempo tiene que empezar a caer*, pues su continuación crearía nuevos obstáculos –objetivos y subjetivos en el camino de su decadencia futura”.

Estas preocupaciones del autor son el resultado de su análisis sobre los fenómenos de enajenación que ya eran evidentes en la sociedad en los países socialistas, fundamentalmente en la juventud y los obreros. Mandel había visitado a los países socialistas y había consultado muchos autores de esos países, y se pronunciaba por un reconocimiento de la necesidad de la actuación de la ley del valor en la transición y, por otro lado planteaba la necesidad de estudiar las formas de controlar y limitar su acción y actuar conscientemente en ello:
“Del mismo modo que el estado no puede desaparecer milagrosamente de la noche a la mañana, después de haber sido reforzado constantemente en el periodo anterior, la economía mercantil no puede desaparecer milagrosamente después de haberse consolidado y extendido constantemente en el periodo de tránsito del capitalismo al socialismo”
En las concepciones de Mandel este proceso debía ser largo, desarrollarse de forma evolutiva y no debía violentarse; en este punto discrepaba con el Che.
Es posible señalar algunos puntos de contacto entre el Che y Mandel, entre los que se destacan los siguientes:
-preocupación por la realidad de los países socialistas, por las efectos del uso desmedido de los acicates monetario mercantiles y las palancas del interés material;
-la transformación de las condiciones materiales, no suficiente para la eliminación de la enajenación y otras lacras ideológicas heredadas del capitalismo;
-la participación activa del propio ser humano como gestor de su desarrollo, el uso de las palancas políticas, ideológicas y culturales, que permitan la formación de una nueva conciencia:
-necesidad de la lucha contra el burocratismo;
-necesidad de la lucha por un mayor tiempo libre para el obrero, que le permita su educación y la elevación de su nivel cultural.

La polémica no se soluciona ni cierra con la partida del Che, aún cuando la misma la afectó sensiblemente. El propio Guevara dejó todas las condiciones creadas para su continuación. Esta se interrumpe bruscamente por la aparición debido al cierre de la edición de las revistas, perdiéndose el espacio de debate necesario; la Cuba Socialista por decisión de la dirección de la Revolución y Nuestra Industria Económica, por la desaparición del Ministerio de Industrias al deslindarse los nuevos ministerios , y otro factor importante que influyó, fue la práctica que reveló las dificultades que tenían en su aplicación concreta los dos sistemas, lo cual obligó a sus defensores a replegarse.

En resumen, durante el primer lustro de la década de los años sesenta se produce en Cuba una gran polémica de trascendencia teórica, metodológica y práctica. El tema principal estuvo centrado en la acción de la ley del valor en la transición al socialismo y su relación con otras leyes y categorías, en especial con la llamada ley del desarrollo planificado y proporcional de la economía socialista; debatiéndose además los problemas asociados al papel de la Banca en el socialismo, sobre el método de gestión idóneo para el caso concreto de Cuba: si la autogestión financiera o el sistema presupuestario de financiamiento, y sobre la estimulación material y/o moral en el socialismo.
-La polémica en torno a la ley del valor y otras relaciones y categorías intervinculadas, fluyó públicamente a través de las Revistas Cuba Socialista y Nuestra Industria Económica, las que sirvieron también como vehículo para la difusión del marxismo en general y del marxismo soviético en particular. Las publicaciones propiciaron la discusión, -a pesar de ser dos publicaciones diferentes-, favoreciendo la libre publicación de los autores; incluso la Revista Nuestra Industria Económica surge para facilitar su divulgación. De esta manera este debate inaugura una nueva etapa en el desarrollo del pensamiento económico marxista cubano que, al triunfar la Revolución, asume nuevos retos y tareas.
-Las páginas de las principales publicaciones de corte económico y político, se convirtieron en tribuna de autores de diversas tendencias dentro del propio marxismo, que con un mismo objetivo –la fundamentación teórica de los métodos de gestión en la transición– contribuyeron al acercamiento de la teoría marxista a la práctica de la construcción del socialismo en Cuba.

-En el centro del debate, favorecido por su condición de Ministro de Industrias y por su naturaleza de hombre polemista, va a estar el Comandante Ernesto Che Guevara, creador del Sistema Presupuestario de Financiamiento, el que sin dudas constituye una propuesta teórico-práctica muy original y auténtica para el caso de Cuba, que se alejaba en lo fundamental, del marxismo soviético que ya se divulgaba y se enseñaba ampliamente en Cuba.

-La polémica sirvió para reflejar y dar curso al desarrollo de las particularidades de la asimilación del marxismo soviético por parte de el pensamiento cubano, como un proceso contradictorio; es decir, que si bien la asimilación del marxismo soviético fue un proceso rápido y relativamente “pacifico”, en el caso de la teoría económica generó una amplia discusión en la primera mitad de los años sesenta, marcada por la amplitud de los matices y la diversidad geográfica y filosófica de sus participantes.
-Del lado del cálculo económico se destacaron una serie de autores cubanos y extranjeros. Carlos Rafael Rodríguez y los autores rusos aunque no participaron directamente en la polémica escrita contribuyeron a la fundamentación teórica de esta posición y favorecieron la amplitud y riqueza del debate. Directamente se destacaron Alberto Mora y Charles Betelheim y Marcelo Fernandez Font que, a pesar de las diferencias, utilizaron todos los recursos a su alcance para defender sus posiciones.
-El Che defendía la idea de la necesidad de crear, junto a una economía desarrollada, el hombre nuevo. Aportó en este sentido una concepción sistémica de la construcción del socialismo donde la formación del hombre nuevo, de una nueva moral, de una nueva cultura, constituían el eje central de su proyección estratégica hacia el comunismo.
-Más que una discusión en tomo a sistemas de dirección de la economía, estaban en juego dos maneras diferentes de concebir el socialismo y las vías para llegar a él: para el Che el camino era el aumento de la producción y la profundización de la conciencia simultáneamente, con la supremacía de la segunda y, para los partidarios del calculo económico lo posible era, en un primer plano, el desarrollo de la producción por la vía del uso de las palancas monetario mercantiles y, la formación de la conciencia como un proceso más mediato y en ciertos casos como resultado automático del desarrollo de la producción.
-También se encontraban allí, en disputa, dos maneras de ver el marxismo; si como un manual de instrucciones que debía seguirse al pie de la letra, o como una guía para la acción que incluía dentro de sí la posibilidad de ajustar, experimentar, de equivocarse. Se discutía sobre el papel y el lugar del hombre y del factor subjetivo en la historia, sobre si el hombre, producto de las circunstancias, podía o no modificarlas y hasta que límite.
-La polémica se interrumpe por el predominio temporal de una posición idealista y voluntarista que frenó el debate abierto y espontáneo que había inspirado el Che y habían propiciado las publicaciones periódicas con una política de publicación relativamente abierta.

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