María Encarnación Gómez Rojo
megomez@uma.es
Profesora Titular de Historia del Derecho y de las Instituciones
Universidad de Málaga
Resumen. Breve exposición centrada en la historiografía jurídico-económica
española contemporánea a la luz de la doctrina catalana de principios de siglo
XX, representada, entre otros muchos, por el jurista, economista y político de
la Segunda República española, Manuel Reventós i Bordoy (1888-1942), miembro de
la generación barcelonesa de 1917, cuyas principales obras en este campo son
sinópticamente estudiadas analizando la influencia en su pensamiento económico
de autores como Henry George, Gustav Schmoller, Franz Oppenheimer, Alfred
Marshall, Adolph Heinrich Gotthiff Wagner o Joseph Schumpeter.
Palabras clave: historia del pensamiento económico, historiografía
jurídico-económica, Henry George, Gustav Schmoller y la Escuela Histórica
alemana, Franz Oppenheimer, Flores de Lemus, teoría y leyes monetarias, historia
de la banca pública española, patrón oro, leyes bancarias.
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Ponencia
El pensamiento catalán de principios del siglo XX encontró su canalización a
través de la denominada por Jaume Vicens i Vives (1910-1960) como la Generación
catalana de 1917, considerándose que esa fecha situaba a los personajes
integrantes de dicho colectivo en un periodo de desarrollo normativo y de
creaciones intelectuales, a partir del que hubo aportaciones reales dentro de
los campos literario, histórico, jurídico , económico o de pura praxis política,
siendo especialmente destacable en todos los ámbitos anteriormente mencionados
la figura de Manuel Reventós i Bordoy, considerado por algunos el más completo
de los integrantes del grupo .
Centrándome ya en la labor historiográfica de los miembros de la generación
catalana de 1917 hay que destacar que no en todos los casos había coincidencias
en sus líneas investigadoras; de hecho Manuel Reventós aparece en cuanto a sus
trabajos de historia económica y política muy desconectado del resto, en buena
parte porque Ramon d’Abadal, Ferran Valls i Taberner, Francesc Martorell, Jordi
Rubió i Balaguer y Lluís Nicolau d’Olwer dedicaron sus esfuerzos de una manera
primordial a temáticas relacionadas con la historia medieval, mientras que las
preocupaciones historiográficas principales de Manuel Reventós se concentran casi
de forma excluyente en la Edad Contemporánea, en los siglos XIX y XX. Además los
métodos historiográficos empleados por Reventós caracterizados por sus análisis
de contenido sociológico y económico son muy dispares del método
histórico-crítico y de análisis y edición de documentos utilizados por Abadal o
por Valls i Taberner. Por estas razones y al titularse este Encuentro “Historia
y Teoría Económica”, en las páginas que siguen he creido conveniente centrarme
únicamente en la figura del barcelonés Reventós i Bordoy al que considero pieza
clave del pensamiento político, económico y social de su época.
La labor de historiografía jurídico-económica y los trabajos de teoría económica
realizados por Reventós i Bordoy comienzan a gestarse en su pensamiento tras
haber logrado una ayuda de la Junta de Ampliación de Estudios a la que suma
otras de la Diputación y del Ayuntamiento de Barcelona, gracias a las cuales el
28 de Abril de 1911 parte hacia Berlín al objeto de profundizar en su formación
científica, destacando la influencia que en su pensamiento jurídico-público
tuvieron Gustav Schmoller a través de sus obras y Franz Oppenheimer por medio de
sus enseñanzas en la Universidad de Berlín. Además Manuel Reventós, manifiesta
en sus trabajos la impronta teórica de autores de la talla de Henry George
(1839-1897) cuya obra Progreso y Miseria, analiza en La doctrina del impuesto
único de Henry George , que constituye uno de sus trabajos más importantes y en
su análisis trata de encuadrar las teorías del americano dentro de sus
coordenadas históricas y doctrinales al tiempo que manifiesta seguir en su
«exposición e investigación el método de Oppenheimer» . Es así como recurre,
entre otros, a David Ricardo, a Adam Smith o a John Stuart Mill cuyos Principios
de Economía Política , conocía a través de la edición en castellano de Manuel
Gutiérrez publicada en Madrid en 1931 como por medio de otras ediciones inglesas
y francesas. Reventós consideraba y afirmaba que «en Adam Smith y en Stuart Mill
hemos aprendido a considerar, desde un punto de vista meramente económico, la
mayor eficacia que como determinante del obrar humano tiene el mal presente en
comparación con el bien futuro» . No obstante, a pesar de las indudables
deficiencias de elaboración de la teoría de George, que han sido puestas de
manifiesto, entre otros muchos autores, por Manuel Reventós , no podemos menos
que indicar que su propuesta del impuesto único es una de las muchas
descendientes del impôt unique de Quesnay (1694-1774) . En La doctrina del
impuesto único, Reventós realiza una interpretación de Henry George
contrastándola con la de Silvio Gesell, autor de una obra editada en Buenos
Aires en 1891 bajo el título Nervus Rerum, en la cual Gesell recomendaba el pago
de una determinada cantidad derivada de la consiguiente nacionalización de las
tierras, proponiendo un modelo de socialismo antimarxista que difiere de las
propias tesis de Marx tanto como de las propias teorías de George. No ha tenido,
sin embargo, en cuenta M. Reventós a Michael Flürscheim, el principal
introductor de las ideas de H. George en Alemania .
Manuel Reventós establece, pues, como objeto central de su ensayo de crítica
sobre el impuesto único defendido por George, el análisis de este “remedio”
basándose en las premisas siguientes: «1º., si la producción de renta no es
fatal, si no es la renta diferencial sino la originada en el monopolio de la
tierra la que engendra el daño social, debe curarse éste mejor que absorviendo
la renta, destruyendo aquel monopolio; y 2º., si éste es indestructible (o en el
negado caso de que toda renta fuera ricardiana), como el impuesto único es un
medio ineficaz, además de prácticamente irrealizable, el método a emplear para
superar el daño social sería la nacionalización del suelo» . Una vez analizadas
estas bases, Reventós llegó a la conclusión de la falsedad intrínseca del
razonamiento de Henry George .
Sin posibilidad por razones de espacio de extenderme en la materia, creo
conveniente hacer una referencia sintética a lo que supuso la aparición de la
Escuela Histórica en Alemania , sobre todo teniendo en cuenta las influencias que
en el pensamiento de Reventós tuvieron los postulados de la misma, al ser
precisamente Gustav Schmoller (1838-1917) , uno de los más destacados miembros
de esta escuela, maestro de nuestro biografiado . Para algún teórico, si no
hubiera sido por la Escuela Histórica, no se habrían dado controversias
metodológicas relativas a proposiciones principales dentro de la ciencia
económica y él lo atribuye en buena parte a Gustav Schmoller, que es uno de los
cerebros alemanes más destacados de su tiempo, que supo aunar la responsabilidad
política con las exigencias económicas .
En la concepción de Reventós, la figura más destacada de la Escuela Histórica
alemana es igualmente Schmoller, al que él considera jefe visible de la Escuela,
manifestando un amplio conocimiento de su obra Los principios de economía
política, en su versión original Der Grundriss der Allgemeinen
Volkswirtschaftslehre a través de sus dos volúmenes editados a principios de
siglo, el segundo de ellos en 1904, que marcaría el fin de una época que había
entrado, para el criterio de Reventós, en rápida decadencia . Consideraba, sin
embargo, que este libro proporciona tal número de datos históricos y
sociológicos, que es una de las obras más importantes desde el punto de vista
económico jamás escritas. Para Reventós, sin embargo, nos hallamos más ante un
tratado sobre la sociedad que frente a un libro de economía. Es el propio
Schmoller quien en un artículo publicado en 1911 -a juicio de Manuel Reventós-
establece las líneas generales de la metodología empleada por la Escuela
Histórica, indicando que el método adecuado es el inductivo de investigación
junto al deductivo de exposición, sin caer en absoluto en la teoría abstracta
deductiva . También recoge el catalán las críticas lanzadas contra la Escuela
alemana por parte del austríaco Böhm-Bawerk , a la par de la aparición del
Tratado de Wieser, que sitúa como idea matriz, dentro del pensamiento económico,
la de la utilidad límite , haciéndose eco de la polémica sostenida por Schmoller
con Heinrich von Treitschke (1834-1896) en torno a los años 1874 y 1875, de
tanta importancia para el pensamiento económico historicista que constituye un
resumen de los fundamentos de toda su ideología social y donde formula una
exposición pormenorizada del papel de la Historia para la Economía Política y
para el Estado . Respecto a la justicia en el mundo económico, Schmoller se
plantea si el reparto de los bienes obedece a una concepción ética de la
justicia . Igualmente, Reventós sigue a Schmoller en el estudio que realiza el
berlinés sobre la historia de la teoría de los salarios, donde muestra una
síntesis del pensamiento de aquellos autores que habían manifestado su interés
por dilucidar científicamente este concepto ; es así como recurre a Mandeville,
Adam Smith, David Ricardo, Stuart Mill, Lassalle , Marx, Engels y Adolph Wagner,
entre otros. La interpretación de los cuales será tenida en cuenta por Manuel
Reventós en sus colaboraciones de carácter económico en Economia i Finances
donde se interesa especialmente por el «pensamiento angloamericano al que califica
como unitario y al que atribuye el mismo sentido realista que a los clásicos y
una inequívoca tendencia conservadora, y donde destaca armónicamente enlazado el
empirismo como doctrina de conocimiento, el utilitarismo ético como norma y el
liberalismo en política» . Las indicaciones de sus discípulos acerca de la
conveniencia de que tratara de sistematizar sus descubrimientos y enseñanzas en
una gran obra, fue el acicate fundamental que tuvo Schmoller para realizar su
tratado que ha servido de referencia a innumerables economistas, historiadores
de la economía, e incluso al renovador de los estudios de la Ciencia Económica
en España, Antonio Flores de Lemus . La referida obra, no es otra que la ya
citada líneas atrás en este capítulo, Der Grundriss der Allgemeine
Volkswirtschaftslehre (Berlín 1900-1914) -en traducción castellana Principios de
doctrina económica general-, que gozaron inmediatamente de amplia difusión
siendo una versión francesa de los mismos la que contribuyó a popularizar el
pensamiento de Schmoller en España , lo que condujo, sin duda, a que fuera una
de las obras más citadas con diferencia por M. Reventós .
Franz Oppenheimer (Berlín, 1864-Los Angeles, 1943) es otro de los autores más
seguidos por Reventós. Oppenheimer fue auxiliar de la Universidad de Berlín,
donde desarrollaba cursos sobre el revisionismo marxista, al tiempo que Reventós
cursaba sus estudios. Más tarde, llegaría a ser profesor en Frankfurt
(1919-1928). En alguno de sus trabajos, Reventós presenta y extracta sus
teorías, considerando que, entre otras cosas, se ve obligado a citarlas por
razones de afecto hacia el que fuera su profesor y amigo en Alemania . Pese a
ello, comenta Reventós que, aún siendo un deseo de Oppenheimer, el de establecer
una serie de principios objetivamente rigurosos sobre la formación de los
precios, sin embargo no logra su propósito en cuanto a la fundamentación se
refiere -según Reventós-, ya que no parece muy viable la eliminación de todas
las desigualdades sociales y lograr al mismo tiempo la homogeneización de las
capacidades individuales en cuanto a nivel de rendimientos, de beneficios y, por
tanto, de precios. Desde el punto de vista económico merecen ser destacados,
aparte de su libro sobre el Estado, su teoría sobre la Economía pura y la
Economía política, explicitada en la obra del mismo título ; donde Oppenheimer
intenta «representar la sociedad futura tal y como él la desea, y la ve ya
realizada, a esto es lo que él llama con un nombre un poco desviado de su
acepción ordinaria, “la economía pura”, en oposición a la “economía política”,
que sería el régimen existente en su momento histórico personal» . Oppenheimer
defiende una redistribución de la tierra considerando los latifundios como uno
de los mayores y más grandes inconvenientes para el progreso social, «la causa
de todos los males» y, en consecuencia mantiene una defensa de la pequeña
propiedad y de las particularidades y ventajas, desde el punto de vista ético,
que reporta en relación a la gran propiedad, que él considera contraria al
progreso humano. Coincide con Henry George en la formulación de un sistema
geocéntrico en el que la detentación de la tierra obedece a causas de carácter
político que llevan a la acaparación del suelo por parte de la clase gobernante,
aunque Reventós recalca las críticas de Oppenheimer a Karl Marx y a Schumpeter,
como también se hace eco el catalán de la censura de Oppenheimer a Malthus . Al
tiempo que recoge las críticas realizadas por Oppenheimer a la teoría de la
renta de David Ricardo (1772-1823) . En sus comentarios económicos sobre
Oppenheimer, parte Reventós de la obra del pensador alemán, Der Staat (1906), y
establece la necesidad de igualdad de los patrimonios familiares y la no
destrucción de los mismos por vía hereditaria, a base de la división de éstos
entre los diferentes hijos tenidos en matrimonio . Se hace eco Reventós en otros
lugares de la ley de salarios como complemento de la teoría monopolística de la
renta, tal y como era formulada por Oppenheimer .
Alfred Marshall (1842-1924) es igualmente objeto de comentarios muy elogiosos
por parte de Reventós, al darse en él la perfecta síntesis entre la doctrina
clásica, la moderna y la escuela histórica. Considera Reventós que su concepción
sobre la renta nacional resulta capital para la comprensión de las relaciones
políticas y sociales. En este sentido, Marshall hacía depender la renta nacional
de la perfección que podría llegar a darse en la producción, que correspondería
a la iniciativa privada, aunque en ocasiones puede venir asociada a la actividad
colectiva. Considera Reventós aquí que el punto de vista de Marshall en esta
dimensión concreta de sus Principles of Economics resulta clave para entender
cualquier tipo de reforma social igualitaria que trate de llevarse a cabo y que
afecte a la iniciativa privada como fuente generadora continua de la creación de
riqueza .
Adolph Heinrich Gotthiff Wagner, por su parte, defenderá la superioridad del
método estadístico sobre el método histórico a la hora de llevar a cabo la
observación de los fenómenos económicos. Es replicado, en este sentido, por
Gustav Schmoller y seguido de cerca por Reventós. Precisamente influenciado por
las ideas de Wagner, escribiría Manuel Reventós su memoria de investigación que
presentó a la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas a su
vuelta de Berlín . En ella realiza un estudio de la imposición directa que
incluye una temática evolutiva que se desarrolla en seis capítulos dedicados a
las primeras formas de los impuestos de producto, con especial referencia a
Inglaterra, Alemania y Francia; teorías financieras anteriores a la evolución
(influencia de Colbert y de los fisiócratas en la legislación y de Necker, en el
aspecto técnico administrativo), legislación revolucionaria y del siglo XIX en
Francia, en Inglaterra, con especial referencia al presupuesto de Lloyd Georges
de 1910, historia en Prusia y en Baviera de los impuestos directos y situación
de los mismos en otros estados alemanes; discusión relativa a los valores de
justicia y fijeza del impuesto territorial, como recurso del Estado y como
recurso del Municipio; formas del impuesto sobre edificios y sus exenciones
generales y especiales, y, por último, las conclusiones a las que llega que, a
pesar de su escasa originalidad, son de gran claridad expositiva . Se trata de
un trabajo de extracto y yuxtaposición de autores bien conocidos para Manuel
Reventós como Heckel, Keller, Lefevre, Neumann, Oncken, Parieu, Rosicher,
Schäffle, Schanz, Stourm, Vocke, Schmoller, Wagner y Weber.
No falta en la obra de Reventós un análisis de los conocimientos especulativos,
hipótesis de trabajo y formulaciones de Joseph Schumpeter y su división entre
las dimensiones estática y dinámica de la economía lo que para nuestro
biografiado representa una limitación en cuanto al análisis, exclusivamente
circunscrito a las relaciones formales externas de las variaciones
experimentadas en el proceso productivo. Las críticas de Reventós se centran en
considerar las que pudiéramos dividir en tres razones por las que resulta
censurable el pensamiento económico de Schumpeter: 1ª La excesiva atención e
importancia que dedica al método matemático, coincidiendo con Gustav Cassel ; 2ª
Que Schumpeter prescinda de los motivos internos que los cambios en la cantidad
de los bienes producen en otros cualesquiera bienes ; 3ª Que la ley de precios
que propone sólo es aplicable a periodos cortos o situaciones momentáneas, no a
medio ni a largo plazo .
Respecto al influjo en el pensamiento de Reventós del insigne profesor Antonio
Flores de Lemus, se constata claramente tras la lectura de la obra del mismo,
que solo lo cita en un par de ocasiones; en concreto, la primera referencia es
del año 1918 y queda inserta en La doctrina del impuesto único de Henry George,
mientras que la segunda aparece incluida en su estudio titulado “Notes sobre el
diner espanyol en el segle XIX”, aparecido en Revista de Catalunya, en 1938.
Con anterioridad, en 1930, Reventós centró su preocupación historiográfica en el
asunto de la teoría del cambio en relación a la evolución de la peseta y de ello
dejó buena muestra en sus crónicas de Economía publicadas en la Revista de
Catalunya en los meses de Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre de ese año.
Reventós se mostró profundamente preocupado por la angustiosa situación
monetaria que se vivía en España a finales de 1930, haciendo hincapié en
aquellos aspectos relacionados con el estudio de las dificultades encontradas
para realizar el cambio de la peseta sobre la divisa extranjera, en términos que
no quedaran destruidas las posibilidades del comercio ni interior ni exterior, y
de tal manera que las medidas tomadas para favorecerlo no resultaran
excesivamente gravosas para los intereses del Tesoro. Consideraba que la enorme
complejidad de la situación económica española debían ser puestas en
conocimiento de la generalidad de los ciudadanos, puesto que tales objetivos
gubernamentales a todos afectaban en mayor o menor medida. Es ésta la razón por
la que Reventós se hizo eco de un ciclo de conferencias que fueron impartidas
por Miquel Vidal i Guardiola, P. Corominas, Josep Maria Tallada i Pauli y Pedro
Gual Villalbí que, en su opinión, contribuyeron a que la ciudadanía no
especializada en temas económicos pudiera conocer nociones elementales de la
importancia del cambio. De los estudios sobre el tema destacaba Reventós tres
ideas importantes; la primera de ellas hacía referencia a la influencia de los
factores clásicos del cambio que considera Reventós enumerativamente desde el
déficit presupuestario hasta las alteraciones producidas en la balanza de pagos
como punto de la actividad importadora y exportadora, pasando por la inflación
que es uno de los elementos determinativos más esenciales; en segundo lugar
llegó a la conclusión de que la influencia del cambio sobre los precios, era
menor que la de los precios sobre el cambio y, por último, explicaba que la fijación
de los cambios sólo podía realizarse por revalorización o por estabilización .
Las líneas esenciales de economía española desde el punto de vista histórico es
otra de las temáticas tratadas por nuestro autor a través de un trabajo
monográfico intitulado “Notes sobre el diner espanyol en el segle XIX”, y
constituido por un conjunto de ensayos sobre la materia que en su totalidad
serían publicados por la Revista de Catalunya durante los meses de Abril a Julio
de 1938. En ellos, Reventós procedió a un análisis minucioso y concienzudo del
tema monetario, señalando la existencia de una doble y recíproca acción de influjo
entre los propios acontecimientos de carácter económico y la evolución de las
doctrinas atinentes a los mismos. El catalán se muestra conocedor de la historia
y de la legislación del dinero en España, que hubo de dar lugar al
establecimiento del llamado patrón oro, el cual, en su opinión, ofrecía
seguridad y comodidad a las transacciones. Reventós consideraba que, aún a
sabiendas del elevado coste de la implantación de este sistema, «el patrón oro
tenía grandes ventajas, no sólo para el Tesoro y la fiscalidad pública sino
también como medio de pago pues se había mostrado como el modelo ideal, incluso
para aquellos que como Knapp (fundador de la Escuela -se entiende de Economía
Política- de Estrasburgo) habían intentado demostrar la posibilidad de un
sistema monetario sin base metálica para concluir posteriormente proponiendo la
fidelidad al citado patrón» .
Sobre el análisis de la problemática y las funciones del patrón oro, ya se había
ocupado Reventós en una colaboración que había realizado para el Instituto
Gallach en la cual se fijaba en los restantes países europeos sin mencionar a
España, llegando a la conclusión de que los intentos de global implantación del
citado patrón -después de la primera conflagración mundial- había proporcionado
en los ambientes económicos, fundamentalmente industriales, un inmenso
desencanto al no lograrse los resultados esperados .
En su análisis de historiografía jurídico económica, parte Manuel Reventós i
Bordoy de la constatación de la confusión monetaria que existía en los primeros
momentos del siglo XVIII, acudiendo a diferentes normas, con las que el gobierno
español pretendió fijar un nuevo valor a una de las monedas circulantes, la onza,
procediéndose a una devaluación de la misma, lo que originó como consecuencia un
incremento de la inflación, y dio origen a una balanza de pagos estancada. Estas
circunstancias, unidas a la multiplicidad de monedas unas de carácter provincial
y otras nacionales generadas por las diferentes casas de monedas emisoras,
ocasionaron problemas no pequeños tanto para el comercio de importación como
para las exportaciones que se hacían desde España y desde nuestro Imperio
colonial. Para Reventós, el Estado se mostraba incapaz, por la escasez de
recursos, para realizar las operaciones necesarias tendentes a retirar de la
circulación las monedas inservibles por el uso, y aunque estimaba que,
interiormente, los problemas derivados de estas medidas no eran importantes, en
el contexto europeo de la época, perdíamos la confianza de los países más
próximos y vinculados de una u otra forma a España. Por otro lado, no está claro
que Reventós alcanzara a comprender el significado de la ley monetaria de 1786
que devaluó el oro haciendo que aumentara la circulación de éste, dando a
entender que, en su opinión, «debido al déficit producido por esta medida» se
comenzaría a hablar de la existencia de vales reales , ocupándose también del
estudio de otras leyes monetarias, como la promulgada en el año 1848, que tuvo
como propósito primordial detener la ingente introducción de numerario de
procedencia gala en nuestro país .
Reventós centró igualmente su atención en la realización de un análisis
minucioso de la evolución española de los diferentes bancos de emisión ,
comenzando por el Banco de San Carlos, luego Banco Nacional de San Fernando,
Banco de Isabel II y Banco Español de San Fernando hasta desembocar en el Banco
de España, dando cuenta de que para hacer aún más difícil la situación, desde
1844 existía el Banco de Barcelona, y desde 1847 el Banco de Cádiz, autorizado
por privilegio real para emitir billetes en la cifra máxima de 40 millones de
reales el de Barcelona, y 100 millones el de Cádiz, pero siempre con la
limitación de centrarse en cuanto a la circulación a la plaza de su
establecimiento, en las cuales estos billetes eran aceptados por las cajas
públicas, no acordando los citados tres bancos de emisión la recíproca
aceptación de sus respectivos billetes. Constata Reventós que en 1848 todas las
disponibilidades en metálico habían sido gastadas o empleadas en las reiteradas
exigencias debido a las múltiples necesidades del Estado, de tal forma que el
Banco de San Fernando llegó a encontrarse imposibilitado para cambiar sus
billetes . En otro orden de cosas y ante esta absoluta falta de confianza en el
billete, el Gobierno adoptó ciertas medidas tendentes a facilitar el uso y la
transformación del papel moneda que no dieron el resultado esperado .
M. Reventós da cuenta de la muy interesante disposición de fecha 8 de Septiembre
de 1848, en virtud de la cual el Banco de emisión aparecería dividido en dos
secciones o departamentos separados, el de Banca y el de circulación , siguiendo
una estructura análoga a la que regulaba la vida del Banco de Inglaterra , al
tiempo que constata que, a mediados del siglo XIX, en concreto, el 28 de Enero
de 1856 se promulga una ley innovadora, ya que permitía la pluralidad de bancos
de emisión, en contraste con las anteriores disposiciones legales bancarias .
Conforme a la misma se establecía un tope al volumen de billetes emitidos, no
pudiendo ser superior al triple del capital efectivo. Dada la gran amplitud de
la concesión fue necesaria la imposición de límites a las operaciones bancarias;
de esta forma, no se podían hacer préstamos sin importantes avales que
garantizaran su recuperación y los bancos adquirían la obligación de hacer
público semanalmente un extracto del pasivo y del activo disponible. Todo ello
permitió la fundación de más de veinte de bancos de emisión. Reventós se muestra
también conocedor de la situación de los bancos de ciertas localidades que
«sufrieron importantes depreciaciones en el valor de sus billetes, no sólo por
lo reducido de su área de actuación, espacio geográfico donde los mismos tenían
plena validez, sino también por las inconveniencias derivadas de su compleja
cambiabilidad» . La actuación de determinados bancos locales (en concreto, dos
andaluces, Sevilla y Cádiz y uno castellano, Valladolid) como la prestación de
títulos sin las garantías oportunas «obligó -según Reventós- a la Inspección del
Estado a liquidar de oficio» los Bancos de Sevilla, Valladolid , y Cádiz .
Para Reventós i Bordoy la nueva Ley del Banco de España de 14 de Julio de 1891,
no solamente aumentó el privilegio de emisión, sino que además «compensaba la
prórroga del privilegio, mutuando el Banco al Estado su capital sin intereses
hasta 1921, es decir, treinta años más sobre el límite establecido» . La
consecuencia primordial que la aplicación de esta Ley provocó fue que las
relaciones comerciales con Francia que hasta ese momento habían sido
inmejorables, fueran disminuyendo (pues los integrantes del mundo de los
negocios galo la veían como un instrumento de inflación) hasta tal punto que ocho
años antes del término del siglo XIX, se produjo la ruptura del intercambio
mercantil con ese país. Por otro lado, la orientación proteccionista que en la
última década del siglo XIX adoptó el gobierno español, constituyó para Reventós,
una buena medida para la industria, cuyas consecuencias durarían poco, pues por
Marzo de 1895 se desencadenó la guerra colonial en Cuba a la que seguiría en el
año siguiente la de Filipinas, al tiempo que en el interior del país, revueltas
y tensiones de orden social se multiplicaban. En esta tesitura, los empréstitos
solicitados al exterior eran denegados o cuando se daba la extraña circunstancia
de que eran aprobados, la concesión se llevaba a cabo a tan elevado interés que
resultaban inasumibles, siendo prohibida por Decreto de 1 de Junio de 1898 la
exportación de plata, que fue posteriormente autorizada mediante una nueva
disposición de 29 de Noviembre de 1898 que explicaba las razones de este cambio
de actitud .
Alude también Reventós a que llegó un momento en que no se pudo hacer frente al
pago de nuestras obligaciones exteriores y además los empresarios tenían grandes
dificultades para adquirir maquinaria, instrumental técnico y materias primas
procedentes de países extranjeros -Manuel Reventós trató de paliar esta
situación años más tarde, en concreto durante la Segunda República Española con
la adopción de medidas favorecedoras de la industria, a las que dio su
aprobación siendo Director General de Comercio y Política Arancelaria-, mientras
que las sociedades industriales españolas con capital extranjero tampoco podían
pagar sus deudas. En este estado de cosas no cabía más que emprender una reforma
fiscal, siendo especialmente digna de mención la actuación del Ministro de
Hacienda Raimundo Fernández Villaverde (Madrid, 1848-1905) que no sólo hizo
desaparecer el déficit crónico sino que lo convirtió en superávit y logró
mantenerlo hasta que acontecieron los sucesos de Marruecos en la primera década
del siglo XX, ocasionando una nueva inflexión en el mundo político y financiero
español incrementado por la retirada de capitales de las colonias.
Se centra posteriormente Manuel Reventós en el análisis de otra medida para
regular el cambio como fueron las disposiciones insertas en la Ley de 22 de
Febrero de 1902 por la que se ordenaba el pago en oro de los derechos de aduanas
. Reventós, en relación a esta materia tuvo en cuenta el Real Decreto de 31 de
Mayo de 1902, por el cual «fueron admitidos bonos o vales de oro de banqueros
que hubiesen depositado en garantía oro, plata española al cambio de Paris,
valores en la caja de Depósitos y facturas y cupones de Exterior pagaderos en
oro» . Observando la realidad y las consecuencias de este cambio financiero,
Reventós, tras comparar nuestro sistema monetario con otros, especialmente con
el francés, concluye que con todo ello no se produjo la mejora que se estimaba
evidente, aunque sí se evitaron «las poderosas variaciones que se producían al
presentarse un comprador tan poderoso como el Estado quedando la demanda de
divisas distribuida a lo largo del mes» .
En el verano de 1903, el Ministro Fernández Villaverde presentó en la Cámara de
los Diputados un proyecto para la implantación del patrón oro . No fue ajeno a
este proyecto Reventós, para quien «era la primera ocasión en la que, a pesar de
los defectos, se daban unas directrices claras sobre el cambio y no se dejaba el
mismo abandonado al libre juego de las diferentes fuerzas económicas» . En la
etapa de gobierno siguiente, el equipo gubernamental capitaneado Antonio Maura,
tuvo al frente de la cartera de Hacienda a Guillermo Joaquín de Osma y Scull
(Madrid, 1853-Biarritz, 1922) durante un año, que adoptó mecanismos
liberalizadores, bien contrarios de la política seguida por Augusto González
Besada (Tuy, 1865-Madrid, 1919) en el Gobierno presidido por Fernández
Villaverde, al que acabo de hacer referencia. Para Reventós, en el caso de la
política monetaria, «el gobierno Maura tenía como imposible llegar a la paridad
de la peseta con el franco y ante esta situación, siguió la táctica de dejar la
peseta abandonada al azar» . Ya a comienzos de 1905, aparecieron diferentes
variables que influyeron en el mercado económico nacional. Al perderse las
colonias de Cuba y Filipinas hubo un regreso del capital invertido en estos
territorios a nuestro país, que unido a otras circunstancias supuso el aumento
de numerario y la atracción de capital extranjero facilitándose el intercambio
comercial y, por consiguiente, la amortización de los créditos pendientes. «Con
este orden de cosas, el Ministerio de Hacienda español estimó que sería
necesario cooperar a la consolidación de la tendencia natural del mercado de
divisas y empleo» .
Tras diversos proyectos de consolidación de la estabilidad monetaria, había
llegado el momento de la renovación del privilegio de emisión de billetes al
portador del Banco de España, cuya concesión se había prorrogado por ley de 14
de Julio de 1891, hasta el 31 de Diciembre de 1921. Alcanzada esta fecha,
mediante la llamada «Ley Cambó» de 29 de Diciembre de 1921, se prorrogó el
citado privilegio por otros veinticinco años más, es decir, hasta el 31 de
Diciembre de 1946. De la Ley de 29 de Diciembre de 1921 destaca Manuel Reventós
la base séptima del artículo primero en la cual «se ordenaba por primera vez la
posibilidad de una intervención oficial y pública en los cambios, disponiendo
que se habría de realizar por medio del Banco y creando una reserva especial a
este fin, la operación habría de hacerse por cuenta y a medias entre el Banco y
el Estado» . Otro de los aspectos en los que se detiene Manuel Reventós es en el
análisis de algunos de los contenidos más significativos de la política monetaria
desarrollada por la Dictadura de Primo de Rivera, centrándose especialmente en
el comentario del Informe emitido por la Comisión para la implantación del
patrón oro , en la que tuvo una muy destacada intervención Antonio Flores de
Lemus, convirtiéndose en portavoz único de la misma por Real Orden de 9 de Enero
de 1929 .
Como ha quedado expuesto, Reventós en su artículo “Notes sobre el diner espanyol
en el segle XIX”, realizó un detallado estudio sobre las diferentes normas
legislativas, proyectos y leyes de bases atinentes al dinero en España, sin
olvidar los principales hitos a nivel internacional para lograr la
estabilización de las diferentes monedas y la adopción de un patrón
monometalista que giraba en torno al oro, si bien no detalla los perfiles del
problema desde el punto de vista de sus interrelaciones con las cuestiones
sociales, dejando también a un lado las repercusiones que en él ejercen factores
de orden moral, cuestión esta última que sí tuvo en cuenta Manuel Reventós i
Bordoy al estudiar las transformaciones de la Banca habidas con anterioridad al
siglo XVII . A juicio de la A., Manuel Reventós i Bordoy intentó demostrar en
estas colaboraciones para la Revista de Catalunya, que la depreciación de
nuestra moneda no tenía su origen en desequilibrios de la balanza económica,
sino que era resultado de la alteración de nuestra circulación monetaria, debida
a su vez a la desvalorización de la plata y aunque pudiera creerse que lo
procedente en tal caso consistía sencillamente en adquirir, mediante empréstito,
grandes cantidades de oro y lanzarlas a la circulación, Reventós demuestra que
esta solución fue errónea y empobreció considerablemente las arcas del erario
público, que no estaban preparadas para hacer frente a la las consecuencias de
la adopción de esta medida. No obstante y en contra de lo que pudiera parecer,
Manuel Reventós, fue firme partidario del establecimiento del patrón oro, al
que, en cualquier caso adjudicaba más ventajas que inconvenientes, y al hilo de
esta temática central, giró también su investigación en torno al bimetalismo, la
cooperación monetaria internacional y la estabilización y el control monetario,
tal y como he desglosado en las líneas que anteceden.
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