Dr. Rubén Edel Navarro *
* Coordinador del Centro de Investigación en Educación y Psicología de la
Universidad Cristóbal Colón. Veracruz, México.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACyT y del Consejo
Mexicano de Investigación Educativa.
redel@aix.ver.ucc.mx/redel@itesm.mx/redel@uv.mx
RESUMEN
Generalmente, y con la fortuna de existir como filosofía educativa en las IES,
la práctica de la investigación en los niveles de licenciatura y postgrado se
torna en una actividad individualizada, en donde los alumnos reflexionan sobre
su objeto de estudio, construyen su problema de investigación y realizan su
trabajo de campo en solitario; durante ésta experiencia académica su posibilidad
de interacción y diálogo se reduce a la relación entre asesor - alumno, guía -
aprendiz ó de acuerdo con el modelo de enseñanza aprendizaje tradicional : el
binomio del experto y el novato. Posteriormente en el ámbito laboral al
investigador incipiente se le demandará poseer habilidades de negociación,
comunicación efectiva, administración del tiempo, sinergia, asertividad,
empatía, liderazgo, y si opta por la investigación como actividad principal, que
sea capaz de formar ó participar en una red ó equipo de trabajo y lograr
acuerdos teórico – metodológicos - laborales ( inter, multi y
transdisciplinarios ) para llevarla a feliz término.
La presente ponencia no intenta caricaturizar los procesos académico -
universitarios, por el contrario, pretende la reflexión en torno a lo postulado
por los modelos educativos universitarios, y su contraste, con la planeación y
ejecución de acciones para su logro, así como el análisis de la ventaja
competitiva de las IES al formar alumnos interesados y capaces de desarrollar
actividades de investigación en su área de especialidad y con las competencias
básicas para trabajar en manera colaborativa.
Palabras clave :, Instituciones de Educación Superior, investigación, modelos
educativos, trabajo colaborativo.
Introducción.
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Es común escuchar en el discurso de los docentes, diseñadores curriculares, ó
de manera objetiva en la lectura de documentos que sustentan los modelos
educativos de las universidades en nuestro país, que entre sus múltiples
propósitos, se encuentra privilegiar en el perfil de sus alumnos el desarrollo
de habilidades para la investigación, así como el trabajo colaborativo, sin
embargo en la realidad observamos que existe una discrepancia significativa
entre lo que postula el currículum institucional formal y lo que sucede de
manera cotidiana en las aulas universitarias. ¿Qué prescriben los modelos
educativos por investigación y trabajo colaborativo?, ¿qué habilidades de
colaboración e investigación deben desarrollar los universitarios?.
Sin la pretensión de encontrar respuestas definitivas, pero si con la intención
de aproximarnos a su reflexión, es que diseñamos una ruta cognitiva a través de
otros cuestionamientos que nos permitirán el tránsito por estos párrafos.
Iniciemos entonces por preguntarnos ¿qué es la universidad? y ¿qué es un modelo
educativo?.
Una universidad es el espacio en donde el estudiante vive, come y conversa con
otros estudiantes, aprende a socializar y a entender a otros seres humanos como
él. Sabemos que la triada enseñanza-aprendizaje-evaluación no es la única
función de la universidad, es sólo una alternativa para enseñar a mujeres y
hombres a convertirse en ciudadanos, en responsables, y además, en
profesionales.
Las universidades han crecido a partir de escuelas, colegios, seminarios o
cuerpos monásticos que llevaban siglos de existencia, esto nos permite
comprender que la Universidad no se funda todos los días, aunque el afán de la
política de gobierno intente “venderlo” como la simple apertura de recintos. La
Universidad, como postuló John Henry Newman (teólogo inglés, ó mejor dicho,
hombre de la iglesia como él mismo se consideraba, y autor del libro The Idea of
a University, cuya fructífera vida transcurrió entre 1801-1890) , es un templo
para la enseñanza del conocimiento universal, en su perspectiva la universidad
no estaba allí para crear conocimientos, su propósito era diseminar lo mejor de
aquello que se pensaba y se conocía del mundo.
Lo postulado por Newman origina una de nuestras primeras disonancias cognitivas,
entonces es que ¿las universidades no fueron concebidas como lugares para la
generación de conocimiento?, ó podríamos encontrar en la temporalidad de las
ideas de Newman la evidencia de indicadores sobre la transformación en las
funciones de la misma.
La universidad es un lugar para la comunicación y la circulación del
pensamiento, por vía del encuentro personal, en un campo extenso y a partir de
una de sus preguntas capitales ; ¿qué clase de personas y profesionales queremos
formar?, surgen una serie de indicadores que en forma actual las Instituciones
de Educación Superior (IES) intentan agrupar en sus modelos educativos como
habilidades, actitudes y valores, los cuales lamentablemente sólo constituyen
parte de un documento institucional, es decir, no cobran vida.
Aclaro que no intento demostrar que los modelos educativos universitarios sólo
alcanzan ser representaciones mentales, ni ingresar en la discusión de su
validez, voy a intentar algo más sencillo, aunque tal vez no menos importante,
trataré de sintetizar que son la investigación y la colaboración como
dimensiones de los modelos educativos de la IES, pero por el momento será
necesario definir al polisémico término : Modelo Educativo.
¿Qué es un modelo educativo?.
En la revisión bibliográfica encontramos una diversidad de modelos educativos,
en los cuales se incluyen o excluyen una serie de elementos y/o dimensiones de
acuerdo con la institución que los plantea; sin embargo, hasta el momento no
localizamos una guía o definición específica acerca de lo que un modelo
educativo debe considerar en su construcción, por tal motivo nos remitiremos a
sus acepciones desde la cotidianeidad, y lo que algunos autores desde los
estudios metodológicos consideran que es un modelo. En la concepción de Yurén
(1998), en la práctica cotidiana la palabra modelo se entiende como :
a) Representación de un proyecto futuro.
b) Perfección o ideal y
c) Muestras de una producción.
Sin embargo, estas interpretaciones más allá de ser producto del conocimiento
común, observamos que su significado es análogo al del campo de las ciencias y
la metodología científica, los modelos “…representan la teoría, muestran las
condiciones ideales en las que se produce un fenómeno al verificarse una ley o
una teoría y, por otro lado, constituyen una muestra particular de la
explicación general que da la teoría ” (Yurén, 1998: 56). Asimismo podemos
observar que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001)
define la palabra modelo como un “esquema teórico”, no es de extrañar que la
misma Yurén nos oriente a definir el modelo científico como una configuración
ideal que representa una teoría. Por su parte, en su libro la Investigación
Científica, Bunge (1989), explica lo que es un modelo a través del siguiente
esquema :
De esta representación gráfica podemos observar entonces que la teoría incluye
modelos, y los modelos son una representación de la teoría acerca de una
realidad; es por ello que, resulta consistente postular que “….los modelos son
medios para comprender lo que la teoría intenta explicar, enlazan lo abstracto
con lo concreto” (Yurén, 1998:57).
Ahora bien, la principal actividad de las investigaciones científicas es la
construcción de modelos que puedan explicar la realidad en que vivimos (sea
vista desde el paradigma positivista o no, para las ciencias fácticas o
formales).
En este sentido, podemos definir al término “modelo educativo” como la
representación abstracta de una realidad educativa, que a la luz de una o varias
teorías tratan de explicarla; produciendo metas, visiones, propósitos y
objetivos que una institución, en este caso la universidad, tiene la expectativa
de alcanzar en el futuro.
Las dimensiones de investigación y colaboración en las IES.
¿Cómo conciben los modelos educativos de la IES el desarrollo de habilidades
para la investigación?, ¿por qué deben desarrollarse las habilidades de
investigación en los estudiantes? y ¿cómo lograr el aprendizaje y/o trabajo
colaborativo en investigación?.
Generalmente, y con la fortuna de existir como filosofía educativa en las IES,
la práctica de la investigación tanto en el nivel de licenciatura como en
postgrado, se torna en una actividad individualizada en donde el alumno
reflexiona sobre su objeto de estudio, construye su problema de investigación y
realiza su trabajo de campo en solitario; durante ésta experiencia académica su
posibilidad de interacción y diálogo se reduce a la relación entre asesor -
alumno, guía - aprendiz ó de acuerdo con el modelo de enseñanza aprendizaje
tradicional : en el binomio del experto y el novato.
Posteriormente en el ámbito laboral al investigador incipiente se le demandará
poseer habilidades para la comunicación efectiva, argumentación, administración
del tiempo, prospectiva, pensamiento crítico, el liderazgo, y si opta por la
investigación como actividad principal, que sea capaz de formar ó participar en
una red y/ó equipo de trabajo y lograr acuerdos teórico – metodológicos -
laborales (inter, trans y multidisciplinares) para llevarla a feliz término. La
realidad es que su trayectoria universitaria no fue el espacio idóneo para
fermentar los conocimientos y capacidades para lo que se le está requiriendo.
¿Cuál debe ser nexo entre éstos dos tipos de habilidades? - y destacamos el
“deber ser” como elementos prescriptivos de los modelos en cuestión -, ¿se trata
de un intento deliberado de los modelos educativos por aproximarse a la
interdisciplina y transdisciplina?.
Sin caricaturizar los procesos académico - universitarios, la pretensión es la
reflexión en torno a la congruencia entre lo declarado por los modelos de las
IES y la planeación y ejecución de acciones para su logro, así como el análisis
de la ventaja competitiva de las mismas al formar alumnos interesados y capaces
de desarrollar actividades de investigación en su área de especialidad y con las
competencias básicas ( aunque confieso cierta reticencia al término ) para
trabajar en manera colaborativa.
En el aprendizaje colaborativo existen elementos básicos, entre los cuales
podemos mencionar la interdependencia positiva, el desarrollo de habilidades
sociales, la responsabilidad individual, la interacción cara a cara (ó virtual,
ahora con la posibilidad que nos brinda la tecnología) y el procesamiento
grupal, entre algunos de las más importantes.
De acuerdo con lo anterior los cuestionamientos son, ¿cómo los modelos de las
IES responden a ello?, asimismo ¿cómo los modelos educativos conciben compartir
talentos entre sus alumnos?, ¿de qué manera desarrollan la habilidad en los
estudiantes para la toma de decisiones grupales?, ¿qué habilidades sociales
desarrollar en sus alumnos?, que dicho sea de paso, generalmente lo que preocupa
“evaluar” en los exámenes de admisión a las universidades son las habilidades de
razonamiento verbal y matemático.
Por otra parte, al abordar el tema de la investigación en las IES, partimos del
análisis de sus creencias como culturas organizacionales, específicamente de
cómo comparten y viven sus integrantes los valores que constituyen su identidad,
intentando comprender específicamente aquellos que podrían permitir el cambio y
la creatividad. En este sentido su forma de trabajo generalmente se localiza en
tres niveles básicos: el de las acciones, el de las políticas y las creencias.
Si pensamos por ejemplo, en procesos de cambio, las modificaciones de las
acciones producen cambios localizados y específicos; en contraste, las
modificaciones en las políticas generan transformaciones amplias que involucran
acciones múltiples; los cambios en las creencias producen a su vez, políticas
diversas y proveen una plataforma amplia de reflexión para todo cambio,
incluyendo los culturales. Las creencias en ocasiones, no son conscientes y se
esconden en las palabras. A manera de ejemplo podemos decir, una creencia tan
sencilla como “La universidad es el lugar donde se alienta la investigación”,
que todos estaríamos dispuestos a aceptar, puede adquirir significados
totalmente distintos, puede significar que una de sus funciones sustantivas sea
la investigación (que suponemos debería serlo), pero entendida ésta como una
actividad que realizan docentes en centros especializados, es decir, fuera de la
cotidianeidad de las aulas. En forma análoga pensar que la investigación sólo
debe concretarse en “resolver problemas” y tener “temporalidad” y, por tanto,
determinar que la misma en términos institucionales dure “un ó dos años” y que
solucione problemas de la propia universidad (sobre todo en los casos de la
investigación educativa) resultan a todas luces concepciones muy pobres de lo
que significa investigar.
El análisis de creencias es básico para comprender mejor el papel de las
instituciones educativas y establecer con claridad sus metas en todos los
niveles. ¿ Qué significa por ejemplo la expresión “ nuestra universidad debe
fomentar la investigación y el trabajo colaborativo ” ? (ya no hablemos de
cuestionar la transversalidad, el constructivismo, la educación integral, etc).
Alguien puede interpretar eso como “incluyamos más materias de metodología y
desarrollo humano en el plan de estudios”; otros como “hagamos que los alumnos
sean reflexivos y cooperativos ”, etc.
Es complejo responder, y mas aún al intentar comprender las identidades
regionales de las IES y sus necesidades de respuesta comunitaria. Sin embargo no
escapa la pregunta, es que ¿ los modelos dan respuesta parcial a su realidad ? y
por tanto ¿la visión de realidad de sus egresados también deben entenderse en
ese sentido?.
Conclusión.
A manera de conclusión podemos expresar que las IES han iniciado con el rediseño
de sus modelos educativos, con el replanteamiento de habilidades, actitudes y
valores como dimensiones a considerar en la formación de sus alumnos, así como
el empleo de recursos tecnológicos y la implementación de estrategias didácticas
que van más allá del modelo educativo tradicional, ahora es necesario que la
universidad, reinvente y/o rediseñarse su función, en virtud de que la época que
nos tocó vivir presenta una dinámica de cambio que probablemente es más rápida
que nuestra capacidad de respuesta y adaptación. Un encargo importante para la
universidad es que genere una visión holista y plural para lograr lo que la
sociedad le demanda, entre ello, la articulación entre investigación y
colaboración. Esta visión de universidad, como el término lo indica, es un saber
mirar el porvenir de las IES y prever cómo nos queremos visualizar en el futuro,
compartiendo en la construcción y generación de conocimiento ó dependiendo de lo
que se encuentra fuera de nuestras fronteras para la comprensión y resolución de
problemas en todas las disciplinas del saber.
No podríamos dejar de terminar nuestra reflexión con un nuevo cuestionamiento
¿es que las instituciones educativas no aprenden?, sabemos que las
organizaciones “inteligentes” deben de conocerse a sí mismas a través de
indicadores e investigaciones dirigidas. El análisis de conocimiento debe ir
orientado a identificar la zonas obscuras de operación y de logros obtenidos. Su
objetivo es identificar las causas últimas que generan problemas para tomar
decisiones. El conocimiento también debe estar direccionado a saber más en torno
del medio ambiente y de las tendencias que se proyectan a futuro. Lo anterior
necesariamente requiere del ingrediente de creatividad e innovación. Una
organización que pueda hacer frente a los cambios requiere de un gran poder de
flexibilidad y de movilización hacia una cultura creativa. La creatividad ayuda
a generar el valor agregado de cualquier institución y alienta la superación de
todos sus integrantes. Dirigir el esfuerzo de las IES a este logro posiblemente
les permitirá tener :
1. Docentes y personal de apoyo más satisfechos.
2. Mayores oportunidades de aprendizaje colaborativo y multidisciplinario.
3. Ambientes de innovación más propicios para la investigación.
4. Mayor rapidez y flexibilidad de respuesta a las necesidades de los
estudiantes y de la sociedad en general.
Sirva como epílogo de esta modesta aportación para las IES, lo que hace algún
tiempo leía de Porter :
“se hace aquí un llamado a que los actores principales de la educación superior
recuperen la capacidad de crear un nuevo futuro, con sensibilidad artística, es
decir, haciendo otro uso de la imaginación y con base en las alternativas que
somos capaces de visualizar, asimismo, que el gobierno y sus políticas
educativas, en vez de intentar predecir y fantasear con metas y objetivos
inverosímiles un futuro que corresponde al que visualizan las agencias
internacionales, sirvan para construir caminos y para transitar por ellos hacia
ese futuro cuya creación es resultado de la acción individual y colectiva,
surgida de nuestro conocimiento local y de un regionalismo crítico” (Porter,
2003:51) .
Fuentes de consulta.
- Bunge, M. (1989). La Investigación Científica: su estrategia y su filosofía.
Barcelona : Ariel.
- Espíndola, J.L. (2000). Reingeniería educativa. El pensamiento crítico : cómo
fomentarlo en los alumnos. México : Pax.
- Ferrer, J. (2004).El compromiso social de la universidad en el siglo XXI.
Ponencia presentada en Internacional Barcelona Conference on Higher Education.
En red. Recuperado en : http://www.guni-rmies.net/guni2004/pdfs/discurs%20rector/discursrector.pdf.
Consultado el día 8 de noviembre de 2004.
- ITESM (2000). Aprendizaje colaborativo. Las estrategias y técnicas didácticas
en el rediseño. México : Dirección de investigación y desarrollo educativo de la
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de Monterrey.
- Millán, A.; Rivera, R.; Ramírez, M.S. (2002). Calidad y efectividad en
instituciones educativas. México : Trillas.
- Morales, J. (2004). Conciencia, el plus que ofrece la UIA. El Financiero en
línea. En red. Consultado el 24 de junio de 2004.
- Newman, J.H. (2002). Acerca de la idea de universidad. México : Umbral.
- Porter, L. (2003). La universidad de papel. México : Centro de Investigaciones
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- Real Academia Española (2001). Diccionario de la Lengua Española. En red.
Recuperado en : http://www.rae.es/. Consultado el 2 de mayo de 2004.
- Rodríguez, M. (2003). John Henry Newman y su idea de la universidad. Revista
Cristianismo, universidad y cultura. No. 7. Enero-junio, 2003. Madrid, España.
En red. Recuperado en : http://www.encuentra.com/includes/documento.php?IdDoc=4725&IdSec=552.
Consultado el 15 de diciembre de 2004.
- Yurén, M.T. (1998). Leyes, teorías y modelos. México : Trillas.
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