Begoña Blasco Torrejón.
Resumen:
Este trabajo se divide en dos partes. En la primera, se ha tratado de
profundizar en la importancia económica de las inversiones en formación y en la
necesidad creciente que el cambio tecnológico tiene de formación de la mano de
obra y en los diferentes tipos de respuesta que el mercado ofrece a los agentes
según estén más o menos cualificados.
En la segunda parte se invierte el proceso: las nuevas tecnologías pueden así
mismo facilitar la formación (además de demandarla, como demostramos en la
primera parte), con lo que se aborda una experiencia de un portal de Economía,
Econolandia (http://www.econolandia.es), en la que, alternando el proceso, un
grupo de profesores hemos intentado utilizar precisamente esas nuevas
tecnologías para hacer llegar los temas económicos a un público cada vez más
amplio.
Palabras Clave: Formación, nuevas tecnologías, econolandia,
Este texto fue presentado como ponencia al
Pulsando aquí
puede solicitar que le enviemos el Informe Completo y Actas Oficiales en CD-ROM Si usted participó en este Encuentro, le enviaremos a la vez su certificado en papel oficial. Vea aquí los resúmenes de otros Encuentros Internacionales como éste VEA AQUÍ LOS PRÓXIMOS ENCUENTROS CONVOCADOS
|
1.- INTRODUCCIÓN
Este trabajo se divide en dos partes. En la primera, de carácter teórico, se ha
tratado de profundizar en la importancia económica del capital humano, sus
diferentes tipos de medida y el nivel que presenta España frente a otros países
de nuestro entorno, en la necesidad creciente que el cambio tecnológico tiene de
formación de la mano de obra y en los diferentes tipos de respuesta que el
mercado ofrece a los agentes según estén más o menos cualificados.
En la segunda parte se invierte el proceso: convencidos de que las nuevas
tecnologías pueden así mismo facilitar la formación (además de demandarla, como
demostramos en la primera parte) se aborda una experiencia de una página web,
Econolandia (http://www.econolandia.es), en la que, alternando el proceso, un
grupo de profesores hemos intentado utilizar precisamente esas nuevas
tecnologías para hacer llegar los temas económicos a un público cada vez más
amplio.
2.- LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN PARA LOS ESTUDIOSOS DE LA ECONOMÍA.
El interés de los economistas por los aspectos relativos al capital humano y a
la formación de los agentes no es nuevo. Está comúnmente aceptado que la
inversión en capital humano que una sociedad realice va a suponer una de las
claves explicativas de su desarrollo y crecimiento económico futuros, hasta el
punto de que las estrategias en crecimiento económico otorgan a este aspecto un
interés cada vez más intenso .
Aunque con anterioridad se vino concediendo un gran peso a la importancia del
capital físico, por otra parte más fácil de medir, es cada vez más reconocido el
papel de la educación - en sentido amplio - sobre el desarrollo de una sociedad
y la posibilidad de asimilación de nuevas técnicas, mejor adaptación hacia las
tecnologías importadas y mayores posibilidades de innovación propia que ofrece.
Existe, por otra parte, una cierta dificultad en el tratamiento económico de las
partidas dedicadas a fomentar el capital humano de una sociedad, al existir una
relación bidireccional entre las inversiones en capital humano como causa, pero
también como consecuencia, del propio crecimiento económico. Como causa del
crecimiento, son inversiones que propician una a elevación de la productividad
de un colectivo. Como consecuencia, se muestran como bienes de consumo
superiores, es decir, elásticos al nivel de renta alcanzado por una sociedad.
Los cambios tecnológicos han demandado una nueva clase de trabajo y la aparición
de una creciente necesidad de formación de aquél es su principal consecuencia.
Naturalmente, un comportamiento coordinado de la oferta y de la demanda por
tipos de cualificación es casi imposible en perfecta armonía, sobre todo en un
contexto de dinamismo tecnológico que tiende a alterar de esta forma toda la
estructura laboral.
De hecho, para que las inversiones en educación fuesen totalmente rentables a
nivel microeconómico, sería necesario que cada trabajador obtuviese un puesto de
trabajo acorde con su perfil y cualificación y que le reportara una retribución
salarial que compensara las inversiones asumidas. A nivel macroeconómico, para
que las inversiones en educación pongan en marcha mecanismos de crecimiento
económico e incluso reduzcan los diferenciales de renta per cápita entre
regiones, hace falta una sintonía entre la oferta del sistema educativo en su
conjunto y la demanda de cualificación que requiere el aparato productivo, en
definitiva, un correcto funcionamiento del mercado como mecanismo de asignación
de recursos. De esta forma, la formación también está jugando un importante
papel en el esquema de distribución de rentas, pues el mercado segrega
negativamente a los individuos que menos han invertido en su formación (Blasco,
B. 2003).
Para que las empresas más innovadoras y más flexibles puedan asimilar de forma
ágil nuevas técnicas, hace falta acometer inversiones igualmente ágiles en
capital humano. Resulta especialmente paradigmático en este sentido el caso de
Irlanda, que ha visto elevarse su productividad y su nivel de renta de forma
ostensible a través de intensas y sostenidas inversiones en capital humano de su
población.
Sin embargo, no siempre sucede que la “irrupción” de la importancia del las
inversiones en formación sobre el mercado vayan a ser digeridas sin ajustes o
dificultades por éste. En el juego de fuerzas del mercado, la cualificación de
los trabajadores es fundamental para la “discriminación” que el mercado hace de
unos factores de producción frente a otros en un doble sentido: vía salarios y
vía oportunidades de empleo. Si comparamos, aunque sea superficialmente, la
diferente respuesta ofrecida por el mercado europeo y norteamericano a este
juego de fuerzas, observaremos que la discriminación hacia los no cualificados
es más fuerte en los Estados Unidos y, por el contrario, el abanico salarial en
la Unión Europea es mucho más estrecho (es decir, la diferenciación no está tan
acusada, lo que implica que el retorno de la inversión en educación no está tan
claro).
De esta forma, aunque en general el progreso tecnológico es la principal fuente
de crecimiento de la productividad y de los salarios reales a largo plazo,
ciertos tipos de avance tecnológico enfrentados a mercados de trabajo poco
flexibles pueden hacer reducirse el nivel de empleo, especialmente en el caso de
avances tecnológicos que aumentan la demanda de trabajo cualificado en
detrimento del no cualificado . Esto provoca dos posibles tipos de respuesta:
aumenta la dispersión salarial o bien aumenta el desempleo de los trabajadores
no cualificados, pues el progreso tecnológico sesgado a favor de las
cualificaciones ha dado lugar a una reasignación del trabajo, cuyo efecto en el
corto plazo sobre el desempleo depende, en definitiva, de la flexibilidad de los
salarios. En un extremo, el cambio tecnológico en Europa ha ocasionado pérdidas
sustanciales de empleo para los trabajadores con poca capacitación y en Estados
Unidos, dotado de un mercado de trabajo más flexible, el ajuste se ha producido
vía salarios, es decir, discriminando salarialmente a los no cualificados y
dando lugar a una distribución salarial muy regresiva. En uno u otro caso sigue
siendo cierto que la política educativa debe esforzarse en aumentar la oferta
relativa de trabajadores cualificados.
Exploraremos a continuación los efectos que las diferentes estructuras
educativas y de formación originan en los mercados de trabajo y sus efectos
sobre el rendimiento del aparato productivo medido por su competitividad.
2.- ALGUNAS MEDIDAS DEL CAPITAL HUMANO.
Comenzaremos por tratar de definir una cierta medida del capital humano,
utilizando los datos referidos a enseñanza reglada. Esta decisión tiene
importantes limitaciones pues el principal inconveniente de utilizar la
enseñanza reglada como medida exclusiva del capital humano es que la habilidad
de un individuo, que el mercado le valora a través del salario, no depende
exclusivamente de aquélla, siendo muy importantes las inversiones en formación
realizadas dentro de las propias empresas, la experiencia profesional adquirida,
las cualidades y aptitudes innatas de cada individuo, su estrato cultural de
partida, etc.
De acuerdo con la Teoría del Capital Humano ( Schultz, 1961; Becker, 1964), en
el mercado de trabajo se ofrece un factor de producción no homogéneo que los
mecanismos del mercado tratan de “catalogar” atribuyéndole distintas categorías
salariales. Dado que los ingresos y la cualificación de un trabajador dependen
de su productividad, la cual está estrictamente relacionada con las inversiones
en formación que haya realizado, las empresas “discriminan” entre uno u otro
tipo de trabajador en función de los signos que detectan en él a través de su
historial educativo- Teoría del Filtro o Credencialista, (Varian 1984; Barr,1987)
- pero dado que no es posible encontrar una relación sistemática entre educación
y salarios (e incluso en el caso concreto de España se detecta cierta
sobreeducación), debemos preguntarnos si la enseñanza ofrecida en la UE y en
especial en España es, de hecho lo suficientemente valiosa como para constituir
un filtro.
Podemos tomar varios tipos de datos para valorarla (Martín, C., 2000):
A/ La tasa de matriculación de la población entre 15 y 24 años. Es un indicador
del capital humano muy utilizado, aunque tiene importantes limitaciones, pues
aunque la posición de España (58.6) dentro de la UE (58.7) y frente a la media
EE.UU. (54.9) es relativamente buena, no nos da información sobre educación
recibida por los mayores de esa edad, que ocupan una importante proporción de la
población ocupada del país ni sobre la calidad de la educación ofrecida.
(Martín, C.,2000, p.5).
Aunque un esfuerzo de tal calibre no es en absoluto desdeñable, la objeción
anterior es importante pues en los años 60 España tenía un 40% de los mayores de
65 años calificados como analfabetos. Hoy la cohorte de varones de 25 a 29 años
que ha terminado sus estudios es 3,6 veces superior a la cohorte que cursó
estudios universitarios en su día y que hoy tiene entre 60 y 64 años, mientras
que esa proporción es de tan sólo 1,1 para EE.UU y 1,6 para la media de la UE.
En mujeres, la proporción es mucho mayor pues las estudiantes universitarias
entre 25 y 29 años representan 10,3 veces la cifra que implicaron las mujeres
que cursaron este tipo de estudios y que hoy cuentan con 60 o 64 años. En la
media de la UE esta proporción se reduce a 3,9 y en EE.UU. a 1,8 veces. Los
datos descritos, aunque algo antiguos, ofrecen un panorama que no es fácilmente
reversible a corto plazo, por lo que su tendencia puede aceptarse como válida
para varones y mujeres (Gráficos nº 1 y 2).
Gráfico nº 1: PROPORCIÓN DE LOS INDIVIDUOS VARONES DE 25 A 29 AÑOS QUE HAN
CURSADO ESTUDIOS UNIVERSITARIOS SOBRE OTROS GRUPOS DE EDAD.
Fuente: European Labour Force Survey (1999) y Current Population Survey(1999).
Gráfico nº 2: PROPORCIÓN DE MUJERES DE 25 A 29 AÑOS QUE HAN CURSADO ESTUDIOS
UNIVERSITARIOS SOBRE OTROS GRUPOS DE EDAD.
Fuente: European Labour Force Survey (1999) y Current Population Survey(1999)
B/ Número medio de años de estudio de la población entre 25 y 64 años. Este
indicador arroja una impresión mucho menos favorecedora del caso español dado
que sí recoge el capital acumulado en el pasado y, por tanto, refleja nuestro
déficit anterior. Así, España tiene un promedio de 8.0 frente a la media de la
UE(9.1) y de EE.UU. (10.9). Dentro de la UE, sólo Finlandia (7.7), Italia (7.5)
y Portugal (5.8) están por debajo. Dentro de la UE, el país mejor situado,
Alemania, con 10.6 años de promedio, está prácticamente en línea con los EE.UU.
C/ Proporción de la población entre 15 y 64 años con nivel educativo normalizado
(gastos por estudiante de cada nivel y país normalizados respecto a los de un
estudiante de enseñanza superior en el promedio de la UE). La finalidad de esta
normalización es ajustar las posibles disparidades en la calidad por tramos
educativos dentro de la UE al considerar los gastos medios por alumnos en cada
nivel educativo (más que los años cursados por éstos). En este indicador, la
posición de España baja hasta un 35.1 frente al 49.9 de la media de la UE y aún
más lejos del 98.3 de EE.UU. En peor posición que España en la UE sólo están
Irlanda (34.6) Portugal (24.0) y Grecia (21.2). Dentro de la UE, el país más
favorecido, Dinamarca, con un 84.8, aún se encuentra por detrás del promedio
norteamericano.
En suma, todos los datos parecen indicar un gran esfuerzo de España en las
últimas décadas y una peor posición en cuanto a los estándares educativos de
calidad. En conjunto, la UE se encuentra próxima a la de EE.UU en cuanto a los
años de estudio, pero no así en cuanto al gasto educativo realizado. En este
sentido, la posición española es sumamente deficitaria, pues tiene un pequeño
porcentaje de participación, tanto en cuanto al gasto por alumno universitario
como en el promedio de todo el sistema educativo.
Parece, por tanto, a modo de conclusión, que existe en el caso particular de
España una cierta dificultad por alcanzar los estándares de calidad de la UE,
que están además alejados en promedio a los de EE.UU.
En suma, ha existido un crecimiento en la demanda de servicios educativos que no
se ha correspondido en igual medida con un creciente esfuerzo de financiación a
la educación, hecho corroborado por el dato de que el gasto por alumno en España
en enseñanza secundaria – en la cual debe descansar el objetivo de una educación
extensiva y básica de calidad- sólo representa el 62% del promedio de la UE,
mientras que la enseñanza terciaria apenas llega al 67% de este mismo promedio.
Por otro lado, hay que señalar que el porcentaje de abandonos del sistema
educativo español antes del acceso a la Enseñanza Secundaria presenta índices
preocupantes y muy superiores a los del promedio de la UE, tanto si se
diferencia por sexos como si se considera sobre el total de la población cuya
edad se encuentra en el segmento de 18 a 24 años, tal como puede comprobarse en
el gráfico nº3.
Gráfico nº 3: PORCENTAJE DE LA POBLACIÓN ENTRE 18 Y 24 AÑOS CON EDUCACIÓN
INFERIOR A SECUNDARIA Y NINGUNA CUALIFICACIÓN ADICIONAL
Si admitimos que el volumen de recursos dedicados a la enseñanza es un cierto
indicador del nivel de calidad de la misma- nivel entonces bajo en el caso
español en términos relativos- sí resulta inequívocamente alarmante si se
acompaña con el dato de que la producción universitaria española está
especialmente centrada en las llamadas ciencias sociales, siendo mucho más
reducido en número de titulados en carreras de ciencias o en ingenierías, las
que, en principio, tienen mayor aportación a la asimilación de innovaciones en
actividad económica y a la productividad de ésta.
Al mismo tiempo, se hace necesaria la reforma de la formación profesional
española, actualmente infradimensionada y la formación continua dentro de las
empresas (Pampillón, R.; Izquierdo, G. 1997, p.62), al margen de que las
empresas españolas parecen un tanto desconectadas de los centros de
investigación y de las oficinas de transferencia de resultados de la
investigación, de tal manera que mucha de la investigación que se realiza es
básica, precompetitiva y bastante alejada de los requerimientos de las empresas.
Esto es un gran hándicap, pues la investigación y el conocimiento que pueden
mejorar la competitividad de nuestras empresas es aquel que proporciona al
aparato productivo la tecnología que necesita y favorece la innovación
especialmente en la pequeña y mediana empresa (Pampillón, R., Uxó, J. 1997, p.
288).
En cuanto a la llamada formación continua, a pesar de que existen pocos datos
fiables sobre la formación que reciben los individuos adultos una vez que
terminan los estudios y se incorporan a la población activa de la Unión Europea,
una encuesta ya realizada en 1993 a empresas de más de 10 asalariados de países
miembros, (salvo Austria, Finlandia y Suecia) indicaba que las empresas que
menor formación ofrecían a sus trabajadores estaban en Portugal, Grecia (menos
del 20% de la media) y España (menos del 30% de la media), mientras que Irlanda
superaba en casi un 80% la media, a pesar de que existen dudas acerca de la
conveniencia de comparar datos no totalmente homogéneos y ciertamente hace ya
mucho tiempo de la recogida de aquellos datos.
En 1996 se analizó el porcentaje de la población activa de 30 o más años que
habían recibido formación el último mes antes de la encuesta, y de nuevo los
datos indicaron que menos de un 2% de los encuestados habían recibido formación
en Grecia, Portugal y España, mientras que en Irlanda, por ejemplo, la cifra era
superior al 5%. Algunos trabajos teóricos señalan que la infrainversión en
formación que se produce en las empresas puede ser consecuencia del miedo por
parte de éstas a no rentabilizar su inversión si el trabajador debe abandonar su
empresa tras adquirir esos nuevos conocimientos, lo que en el panorama de
inestabilidad laboral español puede ser una posible explicación a los hechos
descritos, incluso Booth y Snower (1996) hablan de la existencia de posibles
“fallos de mercado” en la inversión en formación derivados de la rotación de
trabajadores a las que se ven sometidas algunas empresas.
Respecto a la escasa presencia de tecnólogos entre nuestra fuerza laboral, hay
que señalar que se ha partido de una situación de gran insuficiencia, en parte
dada por la dificultad de este tipo de estudios, es decir, su pequeña tasa de
éxito académico frente al número matriculados en Escuelas de Ingeniería , lo que
constituye en sí mismo un lastre que va a pesar en el tiempo, ya que lo
importante no es el número de egresados en estas escuelas en un año- actualmente
este número se está recuperando- sino el stock de individuos con este tipo de
formación y con suficiente experiencia laboral (Jovanovic, B. y Nyarko, Y.,
1994).
Esta escasez de stock va a frenar de forma irremediable la competitividad de las
pequeñas y medianas empresas, pues las empresas de menor tamaño son las que
tienen más dificultades para captar a los jóvenes ingenieros a pesar de que la
unidad de producción sólo podrá aprovechar plenamente un soporte tecnológico
externo si cuenta con personal interno capaz de aprovecharlo de forma óptima e
incorporarlo a las capacidades particulares de cada empresa, de tal manera que
la presencia de personal altamente cualificado en la empresa es complementario y
no sustitutivo del suministro externo de este tipo de servicios (Espina, A.
2000, p. 325).
De estos hechos - esfuerzo más cuantitativo que cualitativo en la enseñanza
superior, falta de formación en la empresa y escasez de tecnólogos - se deriva
una cierta hipoteca futura para la economía española, dado que la senda más
segura para un crecimiento económico significativo es la sabia combinación de
avances en el conocimiento tecnológico que han sido incorporados al proceso
productivo a través de grandes incrementos en la educación y formación de
capital humano (Becker, 1964).
3.- LA RENTABILIDAD DE LAS INVERSIONES EN EDUCACIÓN EN ESPAÑA FRENTE A LA UE Y
EE.UU.
Las inversiones en educación reportan presuntamente beneficios en dos sentidos:
remuneración salarial y mayor probabilidad de empleo.
Vamos a explorar a continuación estas dos cuestiones en el mercado de trabajo
europeo y la situación del mercado español dentro de aquél.
1.- Remuneración salarial
Como particularidad del caso español frente al resto de los países de su
entorno, es interesante hacer notar que en la medida en la que se observa en el
mercado español cierta sobreeducación, no se ha dispersado tanto el abanico
salarial como en el caso de EE.UU., pues lo que se ha puesto de manifiesto es
una composición de la oferta de trabajo excesivamente sesgada hacia ciertas
carreras profesionales, y en detrimento de la Formación Profesional, lo que ha
provocado un exceso de oferta sobrecualificada para ciertos tipos de perfiles
ocupacionales. (Dolado,J.J.; Felgueroso, F. y Jimeno, J.F., 2000, p.96). También
es cierto que la propia rigidez del mercado laboral ha ayudado a apuntalar este
fenómeno.
Existen otro tipo de estudios que han intentado explorar las diferencias
salariales por nivel educativo llegando a resultados análogos. Por ejemplo,
Ayala Cañón, L. y Iriondo Múgica, I. han estimado a partir de los microdatos de
LIS (Luxembourg Income Study) los salarios educativos para diferentes niveles de
estudios, alcanzando resultados análogos a los obtenidos por otros
procedimientos, pues vuelve a ponerse de manifiesto que los países que aprecian
mayores diferencias salariales por el hecho de cualificarse son EE.UU y Gran
Bretaña, con estructuras laborales más flexibles, España ocupa una posición
intermedia con un coeficiente de 1,86, mientras que aquellos que otorgan en
principio una menor prima a la cualificación son Suecia, Bélgica y Finlandia,
países industrializados donde las diferencias por grupos educativos son menores.
( Ayala, L; Iriondo; I. 2000, p.67)
2.- Probabilidad de Empleo
Tampoco parece que los estudios universitarios en España sean una salvaguarda
suficiente frente al paro, de hecho, no deja de resultar paradójico que
precisamente sean las mujeres jóvenes el colectivo que mayor esfuerzo educativo
ha realizado en los últimos años y el que mayores tasas de desempleo sufre, lo
que no deja de ser una demostración de que estamos ante un fenómeno muy complejo
en el que intervienen otras variables, como pueden ser las propias estructuras
del mercado de trabajo español, en el que un trabajador con menor formación pero
antigüedad en la empresa se encuentra en mejor posición que otro novel pero bien
formado, la posibilidad de discriminación por razones ajenas a la productividad
de cada factor productivo, etc.
La posición intermedia en este reconocimiento por parte del mercado español está
sintetizada en el siguiente gráfico
Gráfico nº 4: TASA DE PARO RELATIVO Y ESTUDIOS TERMINADOS. Diferencial de tasas
de paro entre la población de 25 a 64 años sin educación secundaria superior
frente al mismo grupo con estudios universitarios.
Fuente: OCDE (1998), p. 345
En conclusión, el aumento del desempleo sufrido por la economía española desde
los 70 ha provocado un alargamiento de los estudios entre nuestros jóvenes, lo
que acompañado de una estructura laboral poco flexible ha originado, por una
parte, un fuerte descenso de la demanda relativa de trabajadores poco
cualificados, desplazados por aquellos que habían realizado inversiones en
formación más intensas y finalmente a un exceso de oferta de trabajadores
cualificados y sobreeducados, lo que ha favorecido un incremento de sus propias
tasas de paro, especialmente entre los licenciados en determinadas carreras.
En un contexto de rápida expansión tecnológica y de fuerte dinámica de rotación
laboral entre las empresas, dado que buena parte del empleo creado es temporal,
se ha generado un fenómeno de subempleo a la vez que se han acercado sus niveles
salariales a los de los trabajadores en principio menos cualificados, a pesar de
lo cual este descenso de la rentabilidad de la educación superior no ha supuesto
hasta el presente un freno real a su demanda, pues sigue siendo una vía de
incremento de las oportunidades de empleo y de mejora salarial, aunque matizadas
por carreras y perfiles diferenciados.
4.- OPORTUNIDADES DE FORMACIÓN A TRAVÉS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: LA
EXPERIENCIA DE ECONOLANDIA.
Conscientes de la importancia de la educación sobre el crecimiento económico en
un mercado sometido al cambio tecnológico, un grupo de profesionales de la
economía hemos acometido un proyecto, Econolandia (http://www.econolandia.es), a
fin de acercar la economía y su aprendizaje a un amplio sector de la población a
través de la utilización precisamente de nuevas tecnologías, a través de una
página web. Se trata de un portal abierto, independiente, sin fines de lucro y
al servicio de todos. Su lema “la página web para entender y estar al día en
economía” pone las bases de un portal de economía pensado para que pueda ser
utilizado por un amplísimo espectro de personas, desde estudiantes a profesores
a distintos niveles, desde curiosos hasta profesionales de la economía,
informadores, etc.
Muchos de los alumnos de Economía a distintos niveles o simples interesados en
ella, suelen encontrar que ésta, a veces, es una ciencia algo árida. Esta página
pretende acabar, precisamente con esta idea. Nosotros creemos que, tal como
dijera Keynes,
“la teoría económica es una rama de la lógica, un modo de pensar. La teoría
económica no ofrece un conjunto de conclusiones fijas que puedan ponerse en
marcha inmediatamente. Es un método más que una doctrina, un aparato mental, una
técnica para pensar”
y es precisamente la capacidad de análisis que brinda su conocimiento la que
enriquece al que se enfrenta a ella.
E incluso, podríamos añadir algo más: el análisis económico puede ser también
una agradable firma de comprender más profundamente la realidad que nos rodea y
abordarla desde otro plano, y puede ser un entretenimiento apasionante y
divertido para el gran público, en suma, es posible romper con aquel famoso
tópico de Carlyle en el sentido de que la economía es una “ciencia deprimente y
lúgubre”.
Por el contrario, como somos conscientes de que algunos de nuestros usuarios (econolandeses,
como gustan de llamarse algunos) deben adquirir en algunos casos el hábito de
razonar sobre los temas de la disciplina con los instrumentos que ésta le
ofrece, en la selección de los temas que ofrece nuestra página hemos procurado
elegir contenidos objeto de controversia, especialmente aquéllos en los que
persisten preguntas abiertas o no existe una única respuesta, o bien que
plantean curiosidades históricas o más recientes, paradojas, lagunas que nuestra
ciencia no ha sido capaz de explicar exactamente, cuestiones de actualidad,… En
suma, pretendemos que el portal sirva para que sus usuarios participen
activamente en los grandes debates económicos.
La elección de las lecturas no sigue ningún criterio predeterminado, sino la
simple pero, a la vez, pretenciosa ambición de captar la atención del usuario.
En esta selección o incluso en el diseño de los apartados podría quizá
adivinarse la diferente procedencia académica de los autores de la página y sus
diferentes áreas de interés, pues esta página es fruto de la colaboración de un
variado Comité de Dirección compuesto por los principales creadores de
contenidos. No obstante, Econolandia es un país virtual con sus fronteras
abiertas a todo tipo de incorporaciones y sugerencias.
Econolandia carece de ingresos por publicidad ni por la venta de ningún tipo de
servicios, pues los creadores de contenidos los aportan gratuitamente. Los
servicios profesionales de diseño, mantenimiento y webmaster se mantienen
gracias al patrocinio de la Fundación ICO e Iberdrola.
En Econolandia pueden encontarse contenidos relativos a información de
actualidad, diccionarios, cursos, juegos de autoevaluación, conceptos económicos
y hasta un “Rincón del Profesor”. Cada 15 días, adicionalmente, se ofrece un
newslewtter a los usuarios que los solicitan de forma totalmente gratuita.
Próximamente, se ofrecerá gratuitamente a través del “Rincón del Profesor” un
ejemplar gratuito del libro “Momentos Estelares de Econolandia”, del que es
autor Antonio Pulido, alma mater de todo este proyecto.
BIBLIOGRAFÍA.
Página WEB: Econolandia (http://www.econolandia.es),
o ABOWD, J. M.; HALTIWANGER, J.;JARMIN, R.; LANE, J.; LENGERMANN, P.; McCUE, K.;
McKINNEY K. ; SANDUSKY, K. (2002): “The relation among Human Capital,
Productivity and Market Value: Building Up from Micro Evidence” en National
Bureau of Economic Research, Conference on Research in Income and Wealth,
Diciembre 2002.
o ALBA-RAMÍREZ, A. (1994): “Formal Training, Temporary Contracts, Productivity
and Wages in Spain”, Oxford Bulletin of Economics and Statistics, vol.56, num.2,
p. 151-170.
o AYALA, L; IRIONDO; I. (2000): “Cambio educativo y desigualdad salarial: un
análisis comparado”, Papeles de Economía Española, 86, pp. 59-77.
o BARR, N. (1987): The Economics of the Welfare State, Oxford, Oxford University
Press.
o BARRO, R. (1991): “Economic Growth in Cross Section Countries”, Quartely
Journal of Economics, Mayo 1991, vol. 106, nº2, pp. 407-444.
o BECKER, G. (1964): Human Capital. A theoretical and empirical analysis with
special reference to education. New York, Columbia University Press
o BECKER, G. (1997): Discriminación y Temas Laborales. Ed. Folio. Barcelona.
o BOOTH A. Y SNOWER, D. (1996): Acquiring Skills: Market Failures, their Symtoms
and Policy Responses, Cambridge University Press.
o BLASCO, B. (2003): Eduación, nivel salarial y competitividad. Revista del IEE.
Madrid, 2003.
o DOLADO, J.J.;FELGUEROSO, F. y JIMENO, J.F. (2000): “La inserción laboral de
los titulados universitarios en España”, Papeles de Economía Española, 86,
pp.78-98.
o ESPINA MONTERO, A. (2000): “Recursos Humanos, Formación Politécnica Superior y
Sistema de Profesiones” en F. SÁEZ (coord.), Formación y Empleo. Visor,
Fundación Argentaria, pp. 155-339
o HALBERSTAM (1991): The Next Century. New York: William Morrow.
o HUNT, E. (1995): Will we be smart enough? A cognitive Analysis of the Coming
Workforce. NY. Russell Sage Foundation
o JOVANOVIC, B. Y NYARKO, Y.(1994): “The Transfer of Human Capital”, NBER,
Working Paper nº w4823. August, 2003
o KENNEDY,P. (1987): The rise and the fall of the great powers. NY. Random House.
o KRUEGER, D. y KUMAR, K.B. (2003): “Skill specific rather than general
education: a reason for Us-Europe growth differences” NBER, Working Paper nº
w9408. Enero, 2003
o MARTÍN, C. (2000): “ El capital humano y la eficiencia y la calidad del
sistema educativo en España”, Papeles de Economía Española, 86, pp. 2-20.
o OCDE (1998): Education at a Glance, OCDE Indicators.
o PAMPILLÓN, R.; IZQUIERDO, G. (1997): “La competitividad de la economía
española: retos y soluciones”, Revista del Instituto de Estudios Económicos, nº1
y 2, 1997, p.62
o PAMPILLÓN, R., UXÓ, J. (1997): “Tecnología y Competitividad en España”,
Revista del Instituto de Estudios Económicos, nº1 y 2, 1997, p. 288
o PRYOR, F. Y D.L. SCHAFFER (1999): Who is not working and why? Employment,
cognitive skills, wages and the changing U.S. Labor Market. Cambridge University
Press.
o ROMMER, P. (1989): “Human Capital and Growth: Theory and Evidence”, Working
Paper nº 3173, National Bureau of Economic Research, Cambridge, 1989.
o SCHULTZ, T. W. (1961): “Investment in Human Capital”, American Economic Review,
vol. 51, pp. 1-17
o VARIAN, H .(1984): Microeconomic Analysis, 2º ed. Nueva York. Norton;
Pulsando aquí puede solicitar que
le enviemos el
Informe Completo en CD-ROM |
Los EVEntos están organizados por el grupo eumed●net de la Universidad de Málaga con el fin de fomentar la crítica de la ciencia económica y la participación creativa más abierta de académicos de España y Latinoamérica.
La organización de estos EVEntos no tiene fines de lucro. Los beneficios (si los hubiere) se destinarán al mantenimiento y desarrollo del sitio web EMVI.
Ver también Cómo colaborar con este sitio web