Alan Carrasco Dávila, Hispanic World University, México.
RESUMEN
La materia de economía, proporciona a los educandos una base formativa que les
permite construir conocimientos de carácter científico, apegados a la realidad y
que logra reestructurar sus esquemas cognoscitivos de forma significativa,
incorporando toda la información que reciben diariamente sobre los problemas
económicos, con los que la materia les va a proporcionar, logrando adquirir una
serie de capacidades, habilidades e instrumentos necesarios para emitir juicios
críticos y constructivos de la realidad que los rodea a lo largo de toda una
vida. Pero lo anteriormente mencionado, no se logra sólo, ni cualquier persona
lo puede efectuar. Por ello, la presente ponencia pone énfasis en la labor de
ser profesor, es decir, los conocimientos aplicados diariamente en la docencia,
algo que realmente es un trabajo complicado. Un maestro de albañil, si no le
sale bien un edificio, lo derrumba y vuelve a construir otro; el docente tiene
que tener mucho cuidado por que un estudiante aprenda día a día y no se le puede
reconstruir lo aprendido derrumbando sus otros conocimientos.
La actividad primordial que debe efectuar el docente es encausar el proceso de
enseñanza - aprendizaje. Aunado a esto también debe cumplir con otras funciones
como: el liderazgo, la administración, liberar el potencial de los estudiantes,
dirigir al grupo (organizar, motivar, integrar), representar a la institución
educativa y ser un factor de cambio. Por tanto, para lograr lo anteriormente
citado, el docente debe ser también formador de personas. En términos generales,
se describe a un profesor que es sobre todo humano, que se preocupa y respeta a
sus alumnos, dándoles la oportunidad de desarrollarse.
PALABRAS CLAVE.
Docencia, Vocación, Misión, Conocimientos, Alumnos, Enseñanza, Aprendizaje,
Educar, Patrimonio cultural, Escuela, Desempeño docente. Profesor. Universidad.
Clases.
Este texto fue presentado como ponencia al
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1.- INTRODUCCIÓN.
Es de todos conocido la gran preeminencia de la Economía como campo de las
Ciencias Sociales ocupa en la sociedad contemporánea. Una gran cantidad de
sucesos que acontecen en nuestra vida diaria presentan un origen económico, por
ello, a través de los diversos medios de información y comunicación se recibe
información de índole económico, aunado a esto, la sociedad en su conjunto
diariamente toma infinidad de decisiones relacionadas con problemas económicos,
debido a ello, es común escuchar en la calle, en el transporte público, con la
familia y amigos, por parte de nuestros alumnos, las siguientes interrogantes:
¿Por qué no me alcanza el salario?, ¿Podré seguir manteniendo el mismo nivel de
vida?, ¿Por qué pagamos tantos impuestos?, ¿Cómo han subido los precios de la
canasta básica?, ¿Por qué los favorables resultados macroeconómicos no se
reflejan en mi bolsillo?, y así podemos seguir con infinidad de preguntas
relacionadas con la economía, pero es aquí, cuando en nuestro papel de docentes,
debemos discernir, sí enseñamos adecuadamente la ciencia económica a nuestros
discentes.
En la mayoría de países se vive y respeta la democracia, la sociedad ha
evolucionado y presenta mayor responsabilidad, la globalización nos permite
conocer los sucesos en otras latitudes, y son de llamar atención los graves
problemas económicos, pudiendo citar, la desigualdad socioeconómica mundial, las
elevadas tasas de desempleo, el deterioro medio ambiental, la migración
internacional, el analfabetismo, la discriminación y en general, el paupérrimo
desarrollo económico que presentan las naciones subdesarrolladas.
Sin embargo, descifrar las cuestiones económicas, hallar el origen de tales
problemas, encontrar soluciones que beneficien a las sociedades y al planeta en
general, no es una tarea fácil, requiere cuando menos algunos conocimientos
fundamentales sobre hechos económicos, conceptos, indicadores, causas.
Es básico recordar que la materia de economía no sólo otorga a los discentes
tener una visión amplia de la realidad en general y de los conflictos económicos
en particular, sino que aviva el despliegue de una serie de valores y actitudes
de carácter universal frente al mundo que los rodea. Debido a lo anterior, desde
la asignatura de economía se promueve la ética y la consolidación de valores
morales, tan necesarios en nuestros días y que sin ellos seria imposible vivir
dignamente en el planeta, ocasionando un caos que nos llevaría a la destrucción
dela vida en la Tierra.
Mas allá del nivel, contexto, tamaño e infraestructura, entre otras
características, la gran finalidad de cualquier institución educativa es la
formación integral del ser humano, esto quiere decir, el logro de aprendizajes
significativos duraderos y con un alto grado de afianzamiento que permitan el
acceso a nuevos conocimientos y la resolución de problemas ante diversas
situaciones.
Cuando se habla de aprendizajes se reconocen en la misma magnitud los teóricos,
los heurísticos y los axiológicos, los segundos se refieren a saberes
relacionados con el dominio de habilidades (procedimientos) y los terceros a la
formación actitudinal (valores)
Así también, se sabe que los estudiantes que ingresan a una institución
educativa son el objeto de la formación integral, y que el encargado principal
de esto es el docente, profesor ó maestro. El docente, realiza diversas tareas
para dar cumplimiento al logro de la formación integral, finalmente la
institución educativa se organiza en función de esta gran razón.
Parece asunto sencillo, y lo es, pero pone sobre la mesa la importancia de la
labor de los profesores, al mismo tiempo que nos recuerda que las escuelas se
deben plantear misiones desde el aula y para el aula, siendo en ellas donde
concurren los sujetos objetos de la formación integral y los docentes encargados
de dicha formación.
Lo expresado aquí, intenta mostrar la importancia del trabajo que desarrollan
los docentes en los diferentes niveles y ámbitos de la educación, además de
situar una de las problemáticas más relevantes del sistema educativo. Y es una
problemática, en la medida en que se realizan reformas que los educadores no
logran llevar a la práctica en las aulas y por consecuencia su repercusión en el
logro de la formación integral es menor. Ello significa, poner atención en el
trabajo docente y por lo tanto en la formación de sus ejecutantes, los maestros,
para el logro de reformas reales.
Los mentores pueden estar copados de buenas intenciones y de un deseo genuino de
que sus alumnos aprendan, asunto que no basta, requieren formación en la
docencia, pero no sólo los maestros necesitan saber de qué, cómo, cuándo, para
qué y por qué del trabajo docente, también es fundamental que otros actores
educativos reconozcan cómo se desarrolla esta labor, y ellos son los que bajo el
nombre de algún puesto otorgan un nivel de gestión, supervisión o asesoría
académica a los profesores.
Con frecuencia escuchamos decir a los docentes que su director, coordinador o
supervisor no es capaz de orientar o entender lo que ellos hacen en el aula.
Dicha incapacidad radica en que no saben cómo hacerlo.
Primeramente se tiene que recordar que la docencia se encuentra atada, vinculada
con la didáctica, la cual regularmente la reconocemos como algo que tiene que
ver con el “arte de enseñar”, y si, es un arte enseñar. Es un trabajo artesanal,
meticulosamente armado, pero deberíamos reconocer que es más arte lograr que
nuestros alumnos aprendan eficaz y efectivamente..
Segundo, y derivado de la didáctica, comprender que ésta implica una planeación,
una intervención y una evaluación educativa. Algunos profesores, realizan tareas
de enseñanza por intuición, a partir de lo que el libro de texto les indica y
ponen poca o nula atención a la etapa de planeación. Ello lleva a cuestionar si
la estrategia de trabajo, la forma en que realizan la intervención educativa, el
proceso de enseñanza – aprendizaje, responde a intenciones – objetivos claros
que orientan la labor. En un escenario catastrófico, encontramos que se enseña
lo que no se requiere aprender y paralelamente se evalúa aquello que el maestro
cree debe ser y no lo que en realidad se ha apuntado desde un plan de estudios
previamente propuesto.
Tercero, es válido recordar que en educación básica los docentes han pasado por
una licenciatura, que debe o debería formarlos como profesores; además, que en
educación media y superior, regularmente encontramos profesionistas de diversas
disciplinas desempeñando tareas docentes, con un saber disciplinar acompañando
al saber docente. Los primeros realizan sus tareas con un conjunto de
aprendizajes que les permiten quizás ejercerla con cierta eficiencia y eficacia,
los segundos por intuición y averiguando cómo hacer dicha labor.
Cualquier docente, que se precie de serlo, formado para ello o no, tendrá que
reconocer, que en su trabajo (como el de las demás profesiones) existe la
urgencia del continuo aprender y reaprender, es decir, de un crecimiento
profesional, de una constante actualización, de encontrar caminos para responder
a las reformas, para mantenerse en la modernidad, para ser mejores profesionales
y por qué no, mejores personas.
2.- ¿QUÉ ES HACERSE MAESTRO?
Según la Biblia y la religión cristiana “maestro” se le domina al profeta divino
que vino a enseñarnos el respeto y amor hacia nuestros semejantes. Con esta
concepción de maestro se tiene el significado de que es un maestro en la
sociedad. Hacerse maestro implica situaciones más allá de sólo pertenecer al
magisterio, nos referimos a la persona que vive la practica docente y se va
preparando cada día, nunca se estanca y no se conforma con lo que ya sabe.
Conoce de métodos y técnicas. La realidad del maestro es diferente, la mayoría
se vuelven mediocres, situación muy frecuente en nuestra América Latina, se
conforman con tener plaza base y ni si quiera se preocupan por actualizarse,
esto último trae como consecuencia la mediocridad de los egresados
universitarios, y luego se preguntan los padres de familia, la sociedad en
general ¿por qué los recién egresados no encuentran trabajo ó por qué tienen una
baja remuneración?, o simplemente se cuestionan ¿por qué, no se desenvuelven de
manera independiente?, como si desconocieran la realidad, no sigo, porque los
anteriores cuestionamientos deseo tengan la gentileza en emitir alguna
respuesta.
2.1.- VOCACIÓN.
El ser humano al tener inquietudes acerca de algo en particular se inclina a
realizarse en la que siente o piensa que debe hacer. Según el diccionario
Grijalbo, vocación: es una llamada que se siente como invitación para cumplir
una función o misión. Es fundamental entonces, tener vocación para la practica
educativa. Hoy por hoy, los profesores están emprendiendo proyectos con miras al
mejoramiento de la educación. Siempre se les ha invitado a responsabilizarse en
su trabajo, considero que una persona que siente su vocación no necesita ser
llamado para actualizarse, mejorar en su rendimiento y llamársele la atención
para cumplir en su empleo, porque siempre trabajará con ganas y miras al
mejoramiento de las capacidades de las personas que esté educando. Como
observación, los docentes que trabajan nada más por la remuneración, es
fundamental que se interesen más en su trabajo, piensen más en los alumnos, que
es al fin y al cabo el objetivo de la educación.
2.2.- MISIÓN.
Una suposición obvia del maestro, es que tiene la vocación de lo que está
haciendo. Ahora se habla del llamado o inclinación que tiene, pero se tiene que
cumplir con una misión, y se preguntarán ¿qué es misión? Es la atribución que se
da a alguien para ejercer un cargo o acción “diccionario Grijalbo”. El profesor
debe emprender con responsabilidad con su misión que es construir y reconstruir
los conocimientos de los alumnos. A continuación se enmarcan algunos objetivos
que tienen que estar presentes en la misión y practica docente:
Desarrollar en los alumnos, los conocimientos, las habilidades, los hábitos, las
actitudes y los valores para las competencias básicas.
Promover el mejoramiento de las condiciones de vida de sus pueblos y su acceso a
los beneficios del desarrollo nacional.
Promover el desarrollo de armónico del individuo y la posibilidad de comunicarse
al interior de su comunidad y tener acceso a la cultura nacional y mundial.
3.- LA FORMACIÓN INICIAL DEL DOCENTE.
Numerosas investigaciones han rechazado los modelos de formación sumativos
(contenidos + programas + prácticas) y abogan por integrar los distintos tipos
de conocimientos. En la formación inicial de los maestros, los estudios están
orientados a la profesión y las asignaturas pueden cumplir el papel integrador
de conocimientos.
Desde el final de la década de los ochenta, se llevan a cabo programas de
formación del profesorado con un fundamento constructivista. Si los maestros
comienzan su formación con conocimientos, creencias y actitudes sobre la ciencia
y sobre la enseñanza y aprendizaje de las ciencias, fruto de sus propios años de
estudios, la formación tiene que partir de estas concepciones. Estos programas
han ido evolucionando desde aplicar el constructivismo como un método, hasta
considerarlo como un referente de reflexión que permite actuar de forma flexible
y plural según las circunstancias. La insatisfacción sería una condición
necesaria, pero no suficiente para el cambio didáctico ya que el maestro sólo
cambiará su teoría personal cuando la perciba irrelevante para su propia
práctica y disponga de nuevas estrategias que les resulten útiles para la
práctica de la enseñanza y para el progreso de los estudiantes. Por otra parte,
de la misma forma que el cambio conceptual de los estudiantes se ve dificultado
si no va unido a cambios ontológicos y metodológicos, el cambio de los
profesores no seria posible, si no va acompañado de cambios metodológicos y
actitudinales. En las actitudes del profesorado influyen, entre otros factores,
sus expectativas sobre los alumnos, y la percepción y confianza en su propia
eficacia como profesores, factores que también repercuten en sus acciones en
clase.
Una línea de investigación importante para el cambio didáctico del profesorado
está relacionada con los roles y metáforas que éstos adoptan. En ocasiones, sus
concepciones personales son tácitas y difíciles de articular, y las metáforas
utilizadas en el lenguaje se han mostrado como una poderosa herramienta para
articular el pensamiento del profesorado. Considerables investigaciones señalan
que los maestros conceptualizan sus concepciones y roles en términos de
metáforas, las cuales tienen un considerable efecto sobre la práctica que llevan
a cabo en el aula. Destacamos que los maestros realizan cambios en sus
concepciones y prácticas didácticas cuando construyen nuevos roles a través de
la reflexión crítica y, simultáneamente, adoptan o construyen nuevas metáforas
compatibles con tales cambios.
Otra cuestión importante resaltada en varios trabajos, es el diseño de nuevos
materiales, recursos y actividades de enseñanza durante el programa de
formación, ya que se constata que el éxito de las estrategias de cambio
conceptual y metodológico está muy relacionado con el diseño y uso de recursos
instruccionales especialmente adaptados para ello, pues los textos y materiales
tradicionales no proporcionan oportunidades para desarrollar estas estrategias.
Las nuevas actividades pueden orientarse como trabajos colectivos de
investigación e innovación, relacionadas con problemas prácticos relevantes de
la enseñanza y aprendizaje.
Sin embargo, aunque el maestro en formación disponga de suficientes
conocimientos académicos y haya reflexionado sobre sus concepciones e iniciado
un desarrollo de las mismas, no está garantizada su transferencia al aula como
conducta docente si no dispone de esquemas prácticos de acción en el aula. En
consecuencia es necesario que el maestro en formación pueda reconstruir sus
propias teorías personales sobre la enseñanza y el aprendizaje en contextos
específicos de enseñanza, y que simultáneamente pueda construir más conocimiento
procedimental y mayores esquemas prácticos de acción en el aula. En este
proceso, el profesor en formación va adquiriendo la que hemos denominado
componente dinámica, las prácticas juegan un papel esencial.
4.- LA FORMACIÓN TECNOLÓGICA DEL DOCENTE.
Existe acuerdo generalizado en reconocer que la formación del profesor debe
organizarse en torno a dos ejes fundamentales: el cultural y el profesional. El
primero de ellos le proporciona los conocimientos necesarios sobre la materia a
impartir, el segundo le dota de un repertorio de técnicas que le capacitan para
desarrollar eficazmente su tarea.
La formación tecnológica se incluye en el ámbito "profesional" de la preparación
docente y se apoya en la consideración del maestro como "técnico de la
enseñanza".
Entre las tendencias del área destacan tres que conducen inexorablemente a la
formación tecnológica como uno de los componentes más significativos de la
preparación profesional del docente en los años venideros:
El papel del docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje está cambiando a
medida que las nuevas tecnologías se introducen en el aula.
Hay una presión creciente sobre las escuelas para que incorporen la tecnología,
a la vez que aumenta la preocupación por el impacto de la misma sobre los
alumnos y la sociedad en su conjunto.
La formación de los tecnólogos educativos se ha estabilizado en cuanto a sus
metas y contenidos.
Un programa de formación tecnológica de docentes debe prepararles para ser
usuarios críticos de la actual tecnología, lo que incluye el reconocimiento de
sus limitaciones y posibilidades futuras. La acción Normativa tiene que
desplegarse en diversos campos.
Cualquiera que sea el programa de formación, tiene que articularse en torno a
varios
ejes fundamentales:
Es necesario integrar la teoría y los fundamentos de la educación con la
práctica educativa de tal suerte que el alumno sepa cómo debe conducirse en
situaciones concretas y reales.
Todas las materias de corte tecnológico que se incluyen en el Plan de Estudios
de los futuros profesores deben coordinarse entre sí y con disciplinas más
comprensivas como la "Didáctica General".
La metodología aplicada en formación de maestros debe asumir el repertorio de
técnicas que se desea que el alumno aplique en su futuro ejercicio profesional.
Hay que salvar la contradicción que subyace en los comportamientos didácticos de
una parte de los formadores de maestros para quienes los nuevos medios,
sencillamente no existen o se hallan infrautilizados. Un problema de los
maestros actuales es que no han aprendido con nuevos medios didácticos cuando
eran estudiantes, ni han practicado suficientemente con ellos cuando se
aprendían las materias y habilidades de la profesión. Resulta exigible una
congruencia entre los métodos y técnicas con los que deben ser formados los
futuros profesores y aquellos cuyo dominio se pretende inculcar.
Las instituciones de formación de maestros deben constituirse en bancos de
prueba de las aportaciones tecnológicas al campo de la educación.
5.- INFLUENCIA DEL DOCENTE EN EL ALUMNO.
La educación tradicional en la que durante siglos se han formado (o mejor dicho,
deformado) decenas de generaciones, se ha centrado fundamentalmente en la
enseñanza y aprendizaje de asignaturas de materias, externas, ajenas al hombre y
a la vida humana.
Todos los seres humanos tenemos aptitudes; aún los que poseen limitaciones más
severas pueden aprender a responder al ruido de una campana.
El maestro se tiene que tornar en un dinamismo para su práctica docente. Los
discentes poseen capacidades que el maestro tiene que desarrollar, si el maestro
es limitado en su enseñanza, los alumnos también van a ser deficientes en su
aprendizaje. El nivel que arroje los resultados estará a la responsabilidad del
maestro, muchas veces se culpa a los educandos de las deficiencia, sin embargo
el actor principal es el maestro.
Un estudiante con desarrolladas capacidades con un profesor que no sea
eficiente, obtendrá resultados de bajos en su formación académica.
El profesor frente al grupo tiene que conocer los métodos, técnicas, teorías de
enseñanza, para desenvolverlo en la practica.
Estos son algunos puntos para la que los escolares tengan buena influencia del
maestro:
Ser disciplinado.
Ser respetuoso.
Ser dinámico.
Ser aplicado.
Conocer de técnicas y métodos.
Tener conocimientos teóricos.
6.- PAPEL DEL PROFESOR EN LA SOCIEDAD.
El ser social actúa buscando a sus semejantes para formar una sociedad del cual
participa en todos los momentos de su vida. El maestro es un ser social, tiene
que actuar según las normas establecidas, perpetuando las tradiciones de la
misma sociedad en la cual participa y conviene. Es evidente que el docente tiene
que educar de tal manera que la sociedad conozca sus capacidades. A parte de
educar, un profesor tiene que estar presente siempre en la vida cotidiana de una
comunidad, por ejemplo, si en las fiestas tradicionales, se realizan torneos
relámpagos de cualquier deporte, es evidente que el maestro tiene que estar al
tanto de todo. En las comunidades más atrasadas y olvidadas cuando llegan
personalidades del gobierno, si las autoridades no pueden comunicarse con ellos,
piden la ayuda del maestro y él, hace en algunas ocasiones la función de
interprete ó traductor.
En el medio rural de la América hispano parlante, un maestro tiene que volverse
médico, en secretario, en arquitecto, etc., según lo requiera la situación que
se presente en la comunidad. Por eso un docente que está al día, conoce de
primeros auxilios, y tiene la obligación de poseer conocimiento de un poco de
todo, por cualquier imprevisto ó emergencia que se tenga.
A partir de considerar que es en la escuela donde se hacen posibles las
transformaciones reales de la educación institucionalizada y que los maestros
son factor decisivo de la calidad de la educación, ya que son ellos los
elementos que organizan y potencian los recursos disponibles, los que plantean
sus clases y reflexionan sobre su enseñanza.
7.- ¿QUÉ ESPERA UN ESTUDIANTE UNIVERSITARIO DE SU PROFESOR?
Es una pregunta que continuamente se hacen los estudiantes ó en su caso, en las
épocas en que lo fuimos en las universidades.
Al comenzar un nuevo semestre se escucha en los pasillos diálogos estudiantiles
acerca de los docentes:
Oye, ¿quién es tu profesor de macroeconomía?, ¿qué tal es?
Me tocó una señora que habla muy rápido, o atiendes a lo que dice ó tomas
apuntes, pero se nota que sabe mucho.
En economía imparte su clase un señor que te explica muy bien y te da tiempo a
pensar en la economía muy seriamente. Si no has llevado la materia, métete con
él y vas a ver que sí aprendes.
A mi tocó un barcazo en comercio internacional, creo que la voy a llevar
tranquila.
Aunque no se aprende nada con él, ¿tú qué esperarías de un maestro que no fuera
ni ogro, ni barco?
Se responde comúnmente, me gustaría que un profesor fuera el que me guiara en el
conocimiento, que me permitiera desarrollar mi creatividad , que no me
presionara con las calificaciones, pero que me ayudara a fomentar mi tenacidad.
Que no impusiera su propia doctrina, pero si fuera el portavoz de una
colectividad. Y a ti, ¿qué te gustaría?
Respuesta de otro alumno, yo quisiera que los maestros nos orientaran, que con
ejemplos nos ayuden a analizar y a comprender lo que explican, que nos guíen en
la práctica y aprendamos a resolver los problemas que se nos pueden presentar en
la carrera y en el ejercicio profesional. Sería interesante que, por ejemplo, se
organizaran debates entre alumnos y maestros, pues creo que no solo se aprende
del maestro, sino también de los alumnos.
¿Cuál sería el docente ideal?
El que dejara de serlo.
¿Qué dejara de ser maestro? No se entiende.
Sí, que se olvidara de la solemnidad de ser profesor y se convirtiera en amigo.
Que hiciera a un lado ese monólogo en el que se transforman muchas clases y se
iniciara un diálogo entre dos inteligencias: educador y educando.
Se oye bien, pero no se está acostumbrado a esa clase de maestros, hay que
explicarlo, a la mayoría de alumnos se les educa desde niños a la imagen de un
profesor emisor, ó sea el que habla, el que enseña, y a los alumnos solamente a
oír; pero parece que los educadores no se dan cuenta que nadie puede enseñar si
no hay alguien que desee aprender, y que por lo tanto, la enseñanza debe ser un
diálogo, nunca un monólogo.
¿Y cómo se logra eso?
En primer lugar tendría que haber confianza, respeto mutuo y un lenguaje común
enfocado al aprendizaje de ambos, maestro y alumno.
¿Pero no es conveniente iniciar desde la primaria este sistema, es decir, desde
niño?
Sí, pero nunca es demasiado tarde. Porque la enseñanza es un proceso de toma de
conciencia en el conocimiento que se imparte para que uno pueda transformarlo y
encauzarlo a nuestra personalidad, a nuestra vida, a nuestra libertad, pues aún
no somos tan viejos como para que no se logre transformarlos. ¿No cree?
¿Oye, y no resultaría medio peligroso, como un arma contra la sociedad cerrada
que sólo te toma en cuenta por los papeles que tienes y no por ti mismo, por lo
que realmente eres?, ¿crees que se pueda lograr?
Nosotros ya empezamos, ¿o no?
Espero que si, ¿lo que menos gusta en un maestro, y por lo que a veces el alumno
falta o falla en clases?
Sí a lo mejor es lo mismo que a cualquiera también hace fallar.
Antes que nada la falta de interés del maestro por su clase, porque hay veces
que aunque uno esté interesado, sí el maestro no lo está, se pierden todas las
ganas.
Sí, a la mayoría de alumnos les ha pasado esto, algunos maestros les importa tan
poco que ni siquiera preparan la clase, y cuando la dan ni ellos mismos se
entienden. Este tipo de profesores crea una especie de nueva fauna académica:
ellos son un transporte marítimo sin oleaje y los alumnos se convierten en
cómodos viajeros.
Por ejemplo existen casos donde un maestro cuando trata de un tema difícil, lo
deja en manos de los alumnos, y ni siquiera facilita bibliografía. Por eso
cuando los alumnos presentan un tema ni ponen atención y se aburren, esto
ocasionado a la falta de un manejo oportuno del tema al exponerlo.
Es cierto, los alumnos se sienten utilizados. Citando otro ejemplo, a veces
sucede que un profesor está trabajando en una investigación y nada más usa al
discente para que le aporten datos que él necesitaba, y por supuesto que nos les
da ningún crédito en su investigación.
En ocasiones suceden cosas peores, bueno, no se sabe si peor, pero bastante
desagradable. Se tienen clases a las siete de la mañana con un maestro que
frecuentemente falta y no se toma la molestia ni de avisar, ahí están los
alumnos de plantón desde las siete todos desmañanados, y el maestro tranquilo
con su absoluta falta de respeto a los alumnos, y esto no es lo peor del asunto,
sino que el alumno cursa y acredita esta materia, pero en realidad no tiene
conocimientos sobre la misma, y esta ausencia de enseñanza ocasiona un
profesional temeroso de ejercer su profesión, ya que no tiene la formación
completa de su carrera.
Por desgracia esto sucede muy frecuentemente. Pero no acaban ahí las
discrepancias con los docentes, algunos alumnos no entienden los parámetros de
justicia de algunos maestros al calificar los trabajos o los exámenes, porque
quedan satisfechos con que les presente dos renglones; en cambio otros, ni con
un tratado entero están a gusto. Por lo regular los alumnos piensan que se
aprende más cuando hay que presentar un trabajo de investigación profundo y
extenso, porque aunque uno quede hasta sin pestañas, se sabe que algo se ha
adquirido.
Pero que tampoco exageren, ¿no creen? Estoy de acuerdo que los maestros dejen
leer, hacer trabajos, investigar, pero hay veces que, por ejemplo, al final del
semestre, uno queda como la canción: flaco, ojeroso, cansado, irritado y con los
nervios de punta, y lo peor, con todos los conocimientos congestionados y nada
digeridos.
¿Saben que molesta más a los alumnos? Que el maestro se sienta el poseedor de la
verdad absoluta y que todo lo que diga sea una ley.
Si, la mayoría de esos docentes provocan como alergia, siempre los discentes
inventan miles de pretextos para no ir a clase con ese tipo de profesores.
Bueno, ya basta de críticas, hay que reconocer que no es nada fácil ser maestro.
Estimados compañeros participantes del Segundo Encuentro Internacional sobre
Economía, Educación y Cultura, la mayoría somos profesores, ¿qué harían?
Considero que la mayoría de ustedes respondería, que intentarían romper el
modelo tradicional del maestro expositor y no compañero, amigo. Serían firmes en
sus determinaciones y exigencias, pero no tanto como para impedir la
comunicación con sus alumnos. Prepararían la clase para manejarla con fluidez y
así motivar a los estudiantes a la investigación. Tratarían de ser totalmente
imparciales al calificar, procurando ser justo y objetivo; evaluarían el
resultado del trabajo de todo el curso y no sólo el de un examen. También
propondrían fomentar las actividades extraescolares de acuerdo con el material
del curso y sobre todo que estas actividades lo enriquecieran. Fomentarían la
libre participación de todo el alumnado, impulsándolos al debate y a la polémica
con una discusión productiva, y sobre todo se comprometerían a intentar ser
democráticos, flexibles, para enfatizar los intereses de la mayoría sin llegar a
seguirle la corriente al grupo, si por ejemplo, éste no quiere trabajar.
Después de lo anterior , tendrían que avisar en cuál universidad laboran y cuál
es su horario para recibir clases con cualquiera de ustedes.
Viéndolo desde adentro, considero que ser profesor es muy difícil, pero bien
valdría la pena intentar ser cada vez mejor, tanto como maestro, como alumno.
A propósito, no por leer esta ponencia, dejen de asistir a sus clases ó ha
impartirla, así que apúrense, y que ya va a empezar la clase en su universidad.
8.- Y EL DOCENTE ¿QUÉ ESPERARÍA DE SUS ALUMNOS?
Cuantas veces hemos escuchado en pasillos, salones, reuniones... decir a los
alumnos: el profesor “x” es un barco, es aburrido, es muy teórico, es
repetitivo, cuando escuchamos esto pensamos inmediatamente: ¿y nosotros,
maestros, qué deseamos de nuestros alumnos, cómo nos gustaría que fueran?,
¿podríamos solicitarles algo que no ofrecemos?, ¿podríamos pedirles apertura,
cuando hemos convertido nuestra palabra en Ley, cuando a lo largo de nuestros
años como profesores hemos tratado de violentar las personalidades de los
alumnos, sin considerar sus características personales: cuando hemos tratado de
homogeneizar su formación, propiciando experiencias lejanas a sus intereses y
vocación?, ¿podríamos exigir interés cuando no tomamos en cuenta sus
participaciones, cuando sus ejemplos nos parecen inadecuados y sólo nos
preocupamos por cumplir los objetivos del programa?, ¿podríamos esperar respeto,
cuando no asistimos a clase, somos impuntuales, improvisamos o consumimos el
tiempo en actividades que no tienen que ver con el curso?
Un profesor verdadero con toda seguridad contestaría que sí a las últimas tres
preguntas y nos acusaría de falsear la realidad: además, nos explicaría que la
tarea del profesor no es “enseñar” sino propiciar que los alumnos aprendan
(debemos preguntarnos como docentes ¿realmente es lo que propiciamos?) ¿Qué
necesitaría un profesor para propiciar el trabajo de los educandos?
Que los alumnos sean críticos, es decir, que cuestionen y se cuestionen,
indaguen, fundamenten y retroalimenten al profesor y sus compañeros.
Que sean honestos, es decir, que actúen respetando la dignidad tanto propia como
la de los demás, reconozcan sus errores y asuman las consecuencias de sus actos.
Que se comprometan con las causas justas tanto para ellos mismos, como para la
colectividad.
Que sean activos y responsables en su tarea de aprendizaje y tengan la
disposición para ampliar y profundizar sus conocimientos.
Que sean firmes en sus acciones y encaminen éstas al cumplimiento de sus deberes
como miembros de una comunidad educativa.
Que tengan un sentimiento de pertenencia a un grupo.
Consideramos que sí se combinan las características de un profesor enamorado de
la docencia, con verdadera vocación, con el modelo que piden los alumnos y unos
alumnos como el maestro desearía que fueran, se enriquecería el aprendizaje y se
daría una dimensión mucho más amplia al hecho educativo.
9.- ANÁLISIS COMPARATIVO DE LOS MODELOS DE FORMACIÓN
Citando a José Luis García Garrido , podemos concluir que la falta de confianza
en la función docente universitaria se ha manifestado, sobre todo, en una
pérdida de status y de prestigio, operada en la década de los ochenta y quizás
hoy en estado de cierta recuperación.
La crisis es un estado inherente a la condición universitaria. La discusión
sobre cuál debería ser la función del profesor universitario y cuál la
preparación más conveniente para ejercerla, ha ocupado un papel de primer plano
en la escena política y académica.
Hoy, cuando las instituciones universitarias se ven abocadas a grandes cambios
en virtud de la Revolución Tecnológica, los viejos modelos de Universidades
siguen estando presentes y vigentes. En lo que afecta al profesor, su función
primordial y las maneras de ejercerlas no han cambiado sustancialmente con
respecto a lo que ocurría hace cien o incluso doscientos años.
El modelo británico
El modelo británico tradicional, sigue siendo el que responde a la personalidad
propia de las viejas Universidades de Oxford y Cambridge. El “estilo” de estas
Universidades está muy en relación con lo que en ellas se esperaba y aún se
espera que hagan sus profesores.
En el modelo Oxbridge prevalece una concepción de la Universidad como
institución de ‘formación general’ (cultural, intelectual y humana), y no tanto
como lugar de especialización en un saber o profesión concretos.
Modelo alemán
El modelo "humboldtiano" de Universidad que se impuso en Alemania desde
principios del pasado siglo, no hizo más que potenciar al máximo algunas
características ya existentes en la anterior Universidad. El primado de la
investigación sobre cualquier otra actividad universitaria se había hecho
anteriormente patente, aunque recibió entonces abierta carta de naturaleza. De
él se derivaba una concepción del profesor universitario como un investigador
entusiasta, capaz de contagiar a los alumnos y de conducirles hacia el saber
dentro de un campo científico especializado.
El enfoque predominantemente científico de la función docente alemana está en la
base de las principales características que ofrece este modelo universitario,
llamada "libertad de aprender y enseñar", que ha permitido al profesor alemán
expresar siempre abiertamente sus enfoques, sus ideas y sus métodos,
paralelamente, ha permitido también a los alumnos la elección de profesor.
Modelo francés
En la Francia de Napoleón, la Universidad, convertida en Université Centrale, el
monopolio único y centralizado del poder, recibía el encargo supremo de formar
los altos funcionarios requeridos por el Estado en los diversos sectores del
saber y del obrar humanos. La función fundamental que la Universidad tenía que
asumir y cumplir, era la de capacitación profesional de alto nivel, que era y
debía ser, ante ninguna otra cosa, capacitación intelectual.
Francia emprendió el camino de sustituir las viejas estructuras por unidades
departamentales de entraña más democrática y funcional. Las reformas
universitarias constituyen un permanente tema de referencia de la política
francesa.
La Universidad comunista
El modelo soviético de universidad tiene bastantes relaciones de parentesco con
el francés. Al igual que en éste, la función encomendada principalmente a las
instituciones universitarias es la de capacitación profesional de todas aquellas
personas que resultan fundamentales para el desarrollo socio-económico del país.
A esto se unía, sin embargo, un nuevo componente de naturaleza ideológica y
política. El profesor universitario debía asumir la función de proporcionar,
tanto los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para desarrollar con
éxito una profesión concreta, como las convicciones necesarias para la
edificación de un tipo determinado de sociedad.
Se ha producido un giro de noventa grados en el panorama político de los países
del Este de Europa, pero los estilos del profesorado universitario no van a
poder cambiar tan repentinamente. La función profesional del profesor
universitario permanece inalterada.
El modelo norteamericano
La Historia de la Educación Superior norteamericana acusa influjos de los tres
modelos occidentales europeos. La huella británica resulta particularmente
visible. La institución universitaria típicamente americana es el College. El
profesor universitario norteamericano prototípico, es el que enseña alguna
materia de tipo general en un College público o privado. Lo que se espera sobre
todo de ese profesor es que le entiendan los alumnos (en ocasiones con una
formación intelectual previa más que endeble) y que dedique a éstos el necesario
tiempo de atención individualizada. El modelo alemán ha pesado también mucho,
sobre todo en el caso de las llamadas Research Universities.
Suelen reconocerse gran predicamento en materia de instituciones universitarias
otros países de diferente sesgo, como puede ser el caso de Suecia, Canadá,
Australia, China o Japón.
A los profesores universitarios, el único vínculo formativo que les une es el
hecho de haber estudiado en la Universidad, pero esto no es suficiente para
crear una mentalidad profesional corporativa.
La profesión docente se nutre prevalentemente, de personas llamadas, animadas y
admitidas por los miembros de la propia corporación. En esto se diferencia
también de las restantes profesiones. A diferencia de casi todas las demás
profesiones, la docencia universitaria tiene su punto de arranque en el trato
personal con una o varias personas del gremio.
En España y en otros países, se considera que los estudios que capacitan para
acceder a la docencia universitaria son los de Doctorado.
Lo más normal es que las tareas de docencia universitaria se aprendan, en todos
los países, a pie de obra. Se presupone que quien acepta dedicarse a este
menester, está lo suficientemente capacitado como para impartir enseñanzas
prácticas y teóricas. De ahí que escaseen los intentos de sistematizar esta
atención formativa a los principiantes.
El deseo de conseguir una posición permanente en la profesión universitaria
constituye, en todas partes, el motor fundamental de las acciones de
autoformación a las que se entregan los nuevos docentes. En la práctica, la
totalidad de los países, se asiste a una sobre valoración de la actividad
investigadora, lo más importante para el nuevo docente suele ser ver publicados
sus trabajos de investigación en revistas prestigiosas. El docente novel sabe
que también debe dedicar tiempo a la realización de tareas de interés común para
el Departamento, lo que suponen para él un canal de formación porque le dan a
menudo la oportunidad de trabajar codo con codo con compañeros experimentados.
Antes de conseguir una situación permanente, los nuevos docentes tienen
ordinariamente que transitar por una serie más o menos larga de puestos
contratados, cuya extensión y terminología varía abundantemente según los
países. En España, la LRU redujo todas estas situaciones a dos: la de ayudante y
la de profesor asociado, dictando para ambas, además, perentorios plazos de
finalización de contrato.
Un punto importante que caracteriza generalmente a los nuevos profesionales de
la docencia universitaria (y a menudo también a los no tan nuevos), es el de la
movilidad. Salvo escasos países como España o, en menor escala, Inglaterra, la
movilidad entre Universidades constituye una característica común.
Determinados factores coadyuvan a incitar el deseo de auto mejora profesional.
La autonomía y la competitividad institucional, se está abusando hoy día, así
como de las consideraciones mercantilistas a la hora de enjuiciar la eficiencia
de las instituciones universitarias concretas. No es la Universidad la
institución más adecuada para ejercitar en ella las virtudes de la "economía de
mercado". La creciente privatización universitaria que está comenzando a
vislumbrarse en numerosos países europeos antes celosos defensores del monopolio
público, van a operar de hecho una reclasificación cualitativa de las
instituciones de Educación Superior.
La experiencia de los países con fuerte iniciativa privada a nivel
universitario, como por ejemplo: Japón o Estados Unidos, demuestra que uno de
los principales factores de prestigio institucional es, precisamente, la actitud
de la Universidad ante el perfeccionamiento docente y científico del propio
profesorado.
La atención que merece, en Universidades de diferentes países del mundo, la
formación de sus propios cuadros docentes, se muestra de maneras muy diferentes,
en un conjunto de acciones que van desde las muy numerosas hasta ninguna. La
concesión de sabáticos, semestrales o anuales, es práctica frecuente en las
mejores Universidades alemanas, japonesas y norteamericanas.
Es también muy notable el esmero con que algunas Universidades premian y
difunden los trabajos científicos y las aportaciones metodológicas de sus
profesores, a través de exposiciones, programas de radio y televisión, vitrinas
especiales en sus propias bibliotecas, envío riguroso de información a los
principales abstractos y colecciones, etc. Por último, la organización de
actividades académicas, culturales y artísticas que sirvan como elemento de
formación general y de interrelación entre colegas de diferentes Escuelas y
Facultades, y aún de diferentes Universidades y países, suele también distinguir
el proceder de las más prestigiosas instituciones universitarias.
10.- CONCLUSIÓN.
Contemporáneamente la enseñanza de la economía tiene un doble reto. Por un lado
debe solventar la creciente demanda social por los hechos económicos. Las
personas demandan cada vez mayor información económica y que ésta sea
transmitida de una forma que pueda ser comprendida sin tener el conocimiento
previo de especiales tecnicismos. La vida se vuelve cada día más económica.
Inversiones en los mercados financieros, planes de pensiones, hipotecas, seguros
de vida,… son incontables los instrumentos financieros a los que se enfrenta el
ciudadano hoy en día. Esto le lleva a exigir la información que, tiene que ser
aportada por los economistas. Además los profesionales de la economía, tienen
que formar en ésta materia, un sinfín de educandos que no estudian la carrera de
economía propiamente. Se trata de otras licenciaturas en las que se incluye en
los planes de estudio la asignatura de economía. De igual manera, la creciente
oferta de master, obliga a los economistas a desdoblar toda su capacidad
educativa y formativa.
Por lo anterior, los economistas en la actualidad se enfrentan con mayor
frecuencia a la necesidad de enseñar economía para no economistas. En estos
casos el docente de economía debe seguir estrategias de enseñanza distintas de
las utilizadas cuando se forma a futuros licenciados en economía. Debido a que
los estudiantes de otras licenciaturas que cursan la materia que nos ocupa,
buscan entender la realidad económica. Busca comprender la economía desde una
perspectiva práctica, es decir, sólo le interesa conocer lo que le es útil en la
vida cotidiana, por ejemplo, para ahorrar ó para obtener el máximo rendimiento
en sus inversiones, cómo anticiparse a una devaluación ó como hacerle frente al
fenómeno inflacionario. En estos casos el profesor de economía, debe dirigir su
clase, hacia una economía útil. Olvidar por un momento las teorías que confundan
al educando y profundizar la enseñanza en lo que es fundamental para el alumno.
Lograr que el colegial comprenda los fundamentos económicos y vea los resultados
en su diario acontecer, le motiva a seguir estudiando y ampliando sus
conocimientos económicos.
Debemos recordar, estimados compañeros, que el logro de una buena enseñanza de
la economía y cualquier otra materia que impartamos, es la utilización del
lenguaje. Convenimos dejar por un momento el uso de tecnicismos y la matemática
para explicar los conceptos económicos. Se tiene que estar concientes que la
economía es una ciencia social, no una ciencia exacta, por ello, es conveniente
abordar la problemática económica con un lenguaje claro, sencillo y concreto,
que permita a los educandos identificar y comprender por completo lo que el
profesor ha enseñado en su clase.
Ser maestro no solo se le llama al individuo que trabaja en el magisterio, si no
aquella persona que inicia una carrera con una estructura especial. Un profesor
en su practica diaria tiene que emplear métodos y técnicas adecuadas para el
desarrollo de los conocimientos, hábitos, habilidades, destrezas, actitudes,
valores de los niños para su formación integral. El mentor tiene que sentir, que
realmente su profesión es esa, inclinarse a la docencia por los objetivos
establecidos, no por que no haya otras opciones laborales. Su misión estará
ligada con la vocación que tiene. Su practica docente es imprescindible de la
actualización permanente. Existe muchas opciones para su profesionalización,
conforme se prepare conocerá más acerca de su trabajo y los alumnos tendrán
influencias positivas de él.
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