Un Fondo de Inversión es un patrimonio formado con las aportaciones de muchos inversores (que reciben el nombre de "partícipes"), que es administrado por una Sociedad especializada (denominada "Sociedad Gestora") de acuerdo con los criterios establecidos en un documento que regula la actividad e inversiones del Fondo ("Reglamento de Gestión"), y del que los partícipes pueden retirarse en el momento que quieran solicitando el reembolso de sus participaciones.
Sus características principales son las siguientes:
1) Gestión profesional: La Sociedad Gestora cuenta con un servicio de estudios y analistas de inversiones, dedicados exclusivamente a gestionar Fondos de Inversión.
2) Diversificación de Inversiones. El patrimonio afecto al Fondo permite llevar a efecto una gestión diversificada y proporcionar por tanto un alto grado de seguridad en las inversiones.
3) Control. Ejercido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Tanto la Gestora como el Fondo, están auditados periódicamente por auditores independientes.
4) Liquidez. El partícipe puede reembolsar la totalidad, o parte, de sus participaciones de forma inmediata.
5) Fiscalidad. Los Fondos de Inversión gozan de importantes ventajas fiscales, que potencian su rentabilidad frente a otros productos financieros.
Podemos distinguir fundamentalmente dos grandes tipos de fondos de inversión:
1) Fondos de inversión en Activos del Mercado Monetario (F.I.A M.M) Invierten su patrimonio en títulos del Mercado Monetario a corto plazo: Letras del Tesoro, Bonos y Pagarés de Empresa, etc.
2) Fondos de inversión mobiliaria: Se trata del patrimonio afecto a una finalidad inversora representado por participaciones atribuidas en propiedad a cada partícipe, carente de personalidad jurídica y gestión propia, de modo que aunque cada partícipe es titular de sus participaciones, las facultades de dominio corresponden a la sociedad gestora.