Este concepto comprende las adquisiciones de bienes y servicios de la administración pública y de los hogares destinadas a la satisfacción de sus necesidades inmediatas.
De esta manera, el gasto de consumo final de la administración pública (consumo de gobierno) comprende el gasto corriente total de gobierno en todas sus competencias, incluyendo la compra de bienes, servicios médicos, educativos, administrativos y para fines militares.
Por su parte, los gastos privados de consumo final (consumo de hogares residentes) constituyen las compras de bienes, cualquiera que sea su durabilidad y de servicios, hechos en el mercado interior por las unidades familiares y las instituciones privadas sin fines de lucro.
Son ejemplo típico de estos gastos los relativos a alimentación, bebidas y tabaco; vestuario y calzado; alquileres; esparcimientos y diversiones.