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CURSO: “ÉTICA DEL DESARROLLO” Profesor: Raymundo Castillo Bautista |
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2. La Ética
La ética puede ser entendida como “la búsqueda de una comprensión racional de los principios de la conducta humana”, nos dice Meter Singer. Sin embargo más allá de esta definición racionalista (positivista) también la podemos entender en la actualidad en relación a la correcta toma de decisiones en tanto estas sean buenas, pero para poder llegar a esta conclusión es necesario que revisemos algunos antecedentes históricos de cómo se ha entendido y desarrollado el concepto de “la ética”.
De tal forma que una de las primeras huellas de la ética la encontramos en los pueblos de Mesopotamia. Aquí las referencias hacia una ética se encuentran presentes en sus documentos comerciales (listas de compra), en los códigos legales, en las máximas de sabiduría, pero sobre todo en los relatos de héroes y mitos. Dentro de estos últimos destaca la narración épica de la vida del rey Gilgamesh de Uruk, III a.c, en Sumeria. Este personaje realmente existió, fue tal la forma de su gobierno y el desarrollo que el pueblo logro, que el pueblo ideo una forma de legitimarlo, esto a través de creación de una historia donde en un inicio se le presenta como un tirano, consumido por sus pasiones, pero que gracias ala intervención divina a través de las peticiones del pueblo, él asume la responsabilidad de cuidar a su pueblo y la hacienda de Dios. En el siguiente fragmento podemos encontrar algunos de los valores a los cuales hace referencia la narración de Gilgamessh:
Gilgamesh ¿hacia dónde corres?
No encontrarás la vida inmortal que buscas.
Cuando los dioses crearon la unidad
Ordenaron la muerte a los humanos
Y se guardaron para sí la inmortalidad.
Así que Gilgamesh, llena tu vientre.
Sé feliz día y noche.
Lleva ropa limpia.
Que laven tu cabeza y bañen tu cuerpo con agua.
Acaricia al pequeño que coge tu mano.
Que tu mujer goce en tus brazos
Pues éste es el destino de la humanidad
De modo muy general podemos percibir que el valor fundamental que expone este fragmento tiene que ver con la vida, su reconocimiento, aceptación y asimilación, Gilgamesh se tiene que descubrir como mortal y aceptarla disfrutar y vivir su presente.
Una segunda concepción de la ética la podemos encontrar en Egipto, dentro de su lenguaje utilizan la palabra “ma´at” para referirnos a lo que nosotros hoy conocemos como justicia, equilibrio, la norma, orden, verdad, la acción recta y correcta. En Egipto la ética, o mejor dicho el ma´at, es instituido por los dioses y garantizado por el faraón. Para lograr esto, el faraón crean las estructuras necesarias encargando a los funcionarios públicos (durante la V dinastía, siglo III a.c.) los cuales son denominados “sacerdotes de ma´at”, los asuntos legales. Mientras los sabios se encargan de enseñar las normas del ma´at en las escuelas de los escribas. Una referencia al comportamiento ético la podemos encontrar en el Libro de los muertos, capítulo 125, en donde aparece una confesión de 42 pecados, a 42 jueces, que nunca fueron realizados por la persona que realiza la confesión lo cual le garantiza la libertad al mismo. Siendo así, que de este pueblo destaca el que la ética, como ma´at, haya sido institucionalizada.
Una tercera concepción de la ética la podemos encontrar en las Escrituras hebreas, para ser precisos en la Torah, la cual contiene una compilación de prescripciones en el siglo X a.c., algunas de ellas prestadas de los pueblos anteriores y otras originales. De manera que, según Peter Singer, la Torah “proporciona identidad a los miembros del culto como pueblo elegido unido su divinidad por un acuerdo vinculante y una relación legal”. La palabra que tiene el significado de justicia, rectitud, o “la secta correcta” es el “sedeq”, siendo que el objetivo de la ley es sedeq. Esta ley se expresa en forma casuística (ley del caos) y apodíctica (harás-no harás), además se hace presente la noción de “personalidad corporativa”, lo cual nos quiere decir que el mal de una generación se castiga en otra, o por infinidad de generaciones como puede ser el castigo que hoy día todavía sufrimos como resultado al pecado que dio origen a la expulsión del paraíso. Por ultimo es de central importancia el principio bajo el cual se rige este concepción, el llamado principio “do ut des”, yo doy para que tú puedas dar.
Hasta este momento hemos tratado concepciones éticas que la ligan al pensamiento mítico o religioso, sin embargo es a partir de la siguiente concepción que se da un rompimiento de manera general con este tipo de pensamiento y se intenta pasar al pensamiento racional. En Grecia toma forma nuestra cuarta concepción, con la filosofía, se busca satisfacer al cuestionamiento que desliga al mundo de los dioses, aplicando esta búsqueda de explicación a las responsabilidades que se tienen hacia el otro, esto es la búsqueda del bien supremo, del mayor bien, que es justamente lo que hace referencia la palabra “ethos”. Siendo algunas de las principales virtudes que destacan Sócrates y Platón los siguientes: Sabiduría, Justicia, Coraje, Moderación y Piedad. A su vez tienen un gran peso palabras como areté y eudaimonía, virtud y felicidad respectivamente.
Por otro lado la quinta concepción, ya con el pueblo Romano, se integra la palabra “mores”, moral. He aquí la fuente de discrepancia en la actualidad cuando se discute que no es lo mismo la ética y la moral, cuando si nos damos cuenta la disyuntiva es de origen y de semántica, pues este pueblo asigna el uso de la moral a las costumbres, mientras el “ethos” griego es asimilado por los romanos y re-entendido como “De Legibus”, las Leyes. De tal manera que se combinan las responsabilidades que se deben tener hacia el imperio con las buenas costumbres en la búsqueda del bien supremo, entendiéndolo ahora como el imperio.
Siendo así que en el transcurso de los siguientes siglos la búsqueda del bien supremo tomaría otras formas, sea dios, cierta nación o pueblo, un sujeto trascendente, etc., hasta el momento del arribo de la modernidad, con la cual ante el bien supremo se impondría la necesidad del bien individual o de ciertos grupos, combinándose y coexistiendo por lo menos discursivamente ambos criterios, dando lugar a formas tan extrañas (debido a que cuentan con elementos de ambas en la actualidad) como el nacionalismo, la alteridad y la filantropía.
Ética antigua
Ética actual
El “bien supremo” para todos
El “mayor bien” para
cada individuo o grupo
Se reconoce:
Sujeto trascendente (IC)
Alteridad
Filantropía
Nacionalismo
Tabla 1. Ética Antigua vs Ética Actual