Principios de Economía Política

Por el Doctor
D. Manuel Colmeiro
Catedrático de la Universidad de Madrid


Alojado en "Textos selectos de Economía"
http://www.eumed.net/cursecon/textos/

 

PARTE SEGUNDA. - De la circulación de la riqueza.

CAPÍTULO I. - De la circulacion en general.

Llámase circulacion el movimiento de la riqueza que pasa de las manos del productor á las del consumidor; de modo que la circulacion es el vinculo que une la produccion con el consumo, y uno de los auxiliares más poderosos de la distribucion de los valores.

Unas veces hay, y otras no hay personas intermedias: unas veces es rápida y otras lenta segun la naturaleza de las mercaderías, la mayor ó menor perfeccion de los instrumentos del cambio, la facilidad ó dificultad de las salidas y el acierto ó desacierto de las leyes relativas al comercio.

Las cosas que tienen mucho valor en poco volúmen, las que satisfacen necesidades muy generales, las que tienen una estimacion conocida y pueden cambiarse en todo tiempo son de más facil y pronta circulacion. Así los metales preciosos ruedan con tanta velocidad por todos los mercados del mundo; y al contrario los bienes inmuebles se prestan ménos que los muebles á este contínuo ir y venir de la riqueza.

Los obstáculos que se oponen á la circulacion proceden de los cambios ó del transporte; por manera que la libertad de las transacciones mercantiles y la multiplicacion de los medios de conducir las mercaderias del punto de produccion al lugar del consumo son las condiciones esenciales de toda circulacion activa y vigorosa.

La circulacion no es por si misma productiva, ántes puede ser destructiva del todo ó de una parte de los valores existentes. La intervencion inútil ú oficiosa de una tercera persona en cualquier contrato retarda la circulacion de la riqueza, ó la imposibilita con gastos innecesarios que aumentan el coste de la producción. Es preciso que los medianeros entre el productor y el consumidor añadan algo á la utilidad ó al valor de los productos, si la circulacion ha de ser fecunda en sus diferentes períodos y grados. Si la circulación fuese en sí misma y por sí sola productiva, deberíamos preferir para el transporte de las mercaderías el camino más largo al más corto, y dejar el atajo por el rodeo.

La actividad de la circulacion se mide por el número de cambios que en tal nacion se verifican en un tiempo dado. Cuanto más pronto llegan las primeras materias á la fábrica y el producto natural ó el artefacto al consumidor, y cuanto mayor fuere el número de transacciones verificadas Con el mismo capital y trabajo en un tiempo dado, la circulacion será más rapida y provechosa.

La prosperidad pública acrecienta la actividad de la circulación, porque multiplicando y variando los productos abundan los medios de adquirir otros en cambio. Cada vez que ocurre un invento, ó se introduce una mejora, ó se aventaja en economía, la circulacion adquiere un grado mayor de rapidez, proporcionando nuevas salidas á los mismos productos que no han experimentado mudanza alguna.

De aqui se sigue que los adelantamientos de la agricultura refluyen en beneficio de las artes y viceversa; que las ciudades se hallan interesadas en la prosperidad de los campos y éstos participan de la riqueza de las ciudades; y que los pueblos comuniquen su fortuna á los pueblos y las naciones á las naciones: demostracion que acabará por extirpar de raiz los celos y rivalidades que turbaron por tantos siglos la paz del mundo.

En efecto, la produccion se nutre del consumo, y para que éste se dilate no basta que haya necesidades, sino tambien medios con que hacer efectiva la demanda.

El movimiento regular de la circulacion sigue los progresos de la Economía política. La division del trabajo lo acelera, y la moneda, el crédito y las vias de comunicación y transporte le dan un impulso extraordinario. Las guerras, las discordias civiles, una calamidad pública, una mala cosecha son causas de retardar la circulacion, cuyos daños no alcanza toda la prudencia humana á conjurar.

Así como la circulacion de la riqueza derrama la abundancia por todas partes, asi su estanco produce las crisis industriales y mercantiles que tanto influyen en el malestar de los pueblos. Cuando los productos no tienen fácil y pronta salida, el trabajo se suspende, los capitales se recogen y no se crean nuevos valores, ó se disminuye la actividad de estos elementos de la produccion por evitar los mayores males de una parálisis completa.

En suma, la produccion se vivifica con el consumo, y el consumo se alimenta con la produccion. Esta especie de flujo y reflujo de los valores se llama circulacion de la riqueza, y constituye la ley económica de las salidas fondada en el principio incontestable que los productos se cambian siempre por productos.

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