Economía de Internet
Usabilidad y servicio
Tenemos que mimar a los usuarios. Los sitios web se hacen para ellos y sólo para ellos. No tiene ningún sentido hacer unas páginas web que los usuarios no puedan acceder, o no puedan entender, o no puedan navegar, o que les resulten feas o desagradables. No se trata por tanto de lucirnos, ni de satisfacer nuestro ego, ni de agradar a un jefe o a un cliente determinado.
Todo, absolutamente todo el contenido de un sitio web, su organización y su etiquetado, debe diseñarse teniendo siempre presente a quién va dirigido. El diseñador debe imaginar un diálogo con el usuario en el que toda pregunta o solicitud que haga éste debe obtener una respuesta satisfactoria. Hay que prever las necesidades del usuario y tener preparada la forma de satisfacerlas.
Los competidores del usuario
En el momento de diseñar un espacio web siempre aparecen unos fantasmas que tratan de competir con el usuario.
- El fantasma más peligroso es nuestro propio ego; la tentación de introducir elementos cuya única utilidad es mostrar nuestro arte, nuestra pericia.
- Otro fantasma frecuente es "el jefe". En las grandes empresas hay siempre en mayor o menor medida un culto a la imagen del "jefe" que refuerza la eficacia organizativa. Pero las virtudes de ese culto interno se convierten en desventajas si se pretenden trasladar al exterior. El usuario, el visitante de un sitio web no tiene porqué conocer o admirar al "jefe". Ciertamente conviene una cierta personalización, que el usuario perciba que tras las páginas hay seres humanos, pero ese ser humano no tiene porqué ser el "jefe".
- Cuando el diseño se encarga a una empresa exterior, los diseñadores tendrán la fortísima tentación de satisfacer "al que paga", a su cliente. Deben tener y dejar muy claro desde el primer momento que su objetivo es trabajar, no para su cliente, sino para los clientes de su cliente.