Pequeña industria.—En el taller doméstico, el jefe de familia trabaja con sus hijos. En la pequeña industria el patrono es al mismo tiempo capitalista y trabaja con sus obreros, que son en número escaso. En la gran industria se hallan separados el capital, el trabajo y la dirección. Síguese de lo dicho que, prácticamente, es muy difícil de trazar la línea de demarcación entre estos tres sistemas de trabajo.
Ventajas de la pequeña industria.—1.° La pequeña industria determina en el empresario una mayor concentración de autoridad y una mayor unidad de dirección favorables a la iniciativa individual y al progreso.
2.° En ella, más que en la grande, reinan una rigurosa vigilancia, y el espíritu de orden y de economía. Nada reemplaza la vista del amo.
3.° La economía de los gastos generales, conseguida por la gran industria, no tiene una muy grande importancia cuando se trata de fabricación en que se busca la elegancia y la finura más bien que la baratura.
He ahí por qué la pequeña industria de París, que comprende principalmente los objetos de lujo o de arte, ha podido, hasta el presente, resistir a la concentración de la gran industria, aunque se halle amenazada por los grandes almacenes y el sweatingsystem.
Inconvenientes de la pequeña industria.—Apremiada por la competencia de sus poderosos rivales, el pequeño industrial se ve con frecuencia obligado a prolongar de una manera excesiva la duración de la jornada de trabajo. La insuficiencia de las instalaciones en el pequeño taller de las ciudades, puede, hacer muy penosa la situación de los obreros.
Realzamiento de la pequeña industria:—En una memoria titulada Traité de l'economie politique, dedicada en 1610 al Roy et á la Reyne mere du Roy, Montchretien hace del gran comercio de exportación y del pequeño comercio del interior un análisis, que se aplica perfectamente a la grande y a la pequeña industria. «Ambas son buenas cuando están bien reguladas. Ordinariamente el uno se hace de particular a particular, el otro es más adecuado y es más fuerte, ejerciéndose en sociedad y para la sociedad. El uno es bueno para conservar el Estado en Estado, el otro mejor para aumentarlo; el uno nutre la diligencia y el otro aumenta la audacia. El uno liga a los ciudadanos entre sí mismos y los unifica, el otro alía diversas naciones; el uno hace que el príncipe ame a los suyos, el otro que sea temido por los extranjeros; el uno le tiene siempre dispuesto a defenderse, el otro es más propio para acometer. En una palabra, ambos son necesarios y se dan de tal modo la mano, que, se fortifican uno y otro, se acomodan con sus medios suministrándoselos uno a otro, con lo que aseguran sus empresas. M. Fuck-Brentano describe en los siguientes términos cómo la gran industria reobra en las clases medias: «Se forman vastos centros de producción y de cambios, todo parece poder, brillo, bienestar, hasta el momento en que la gran industria y el gran comercio en grande escala del exterior dirigen hacia el interior su actividad. La riqueza aumenta todavía, así como la comodidad; pero cambia de carácter. Ya no es a costa de los recursos y de las ganancias conseguidas del extranjero, sino a costa de los provechos de la pequeña industria y el pequeño comercio del interior, que sucumbe ante la inmensidad de los recursos de las grandes ciases de producción. Las clases medias desaparecen, se pierde la intimidad de sus relaciones y, poco a poco, las mismas relaciones de extranjeros con extranjeros, que causaron la prosperidad del comercio en vasta escala y de la gran industria, se restablecen en el interior... Insensiblemente la nación se separa en dos partes distintas, en que la una explota a la otra; sus oposiciones y sus odios aumentan en proporción. A cualquier parte que se vuelva, crisis monetaria, progresos de las ciencias, empréstitos, expansión colonial o tratados internacionales, las clases medias costearán todos los gastos, sin que saquen de nada de eso ningún provecho» (1).
¿Cuáles son los medios de conservar la clase media y levantar la pequeña industria?
Dos grandes hechos pesan sobre la pequeña industria: la carencia de capital y
la falta de fuerza motriz-necesaria. Para proporcionarles las ventajas del
capital se ha propuesto un sistema de asociación entre pequeños industriales. Estos se reunirán para repartir los
gastos generales que dan al capital una influencia preponderan-te, por
ejemplo, para la adquisición por mayor de las primeras materias para el
establecimiento de un almacén central. En este orden de ideas tienen un
campo de acción completamente trazado los gremios y los sindicatos.
Estas asociaciones podrían ser propietarias colectivas del motor
mecánico. Pero esta combinación supone la solución del problema de la
trasmisión de la fuerza motriz a distancia y de su distribución a
domicilio. Ya. se han hecho serios progresos en la aplicación de este
principio (2).
He aquí algunas otras medidas que dependen del gobierno:
Mantener el gran comercio y la gran industria en los cambios
internacionales y coloniales.
Establecer los aranceles aduaneros de manera que proteja en todas las
circunstancias el pequeño comercio y la pequeña industria en el
interior, y en facilitar lo más posible la extensión en el exterior del
gran comercio y de la gran industria.
Transformar los impuestos de manera que sean una ayuda y no una traba
para la producción en conformidad al orden social.
Fomentar por una sabia legislación y subvenciones prudentes las acociaciones destinadas a proteger la pequeña industria; reprimir la
influencia preponderante de los monopolios y las empresas fraudulentas, y
el agiotaje.
(1) La Politique, págs. 140 y 141.
(2) Véase sobre el estado actual un muy buen estudio de M. Achard, Rev. d'écon. polit., 1890, p. 489.