El hombre que ejercita su actividad en un objeto exterior, produce un bien económico. Los agentes de esta producción son, pues, el trabajo y la naturaleza. En esta lección estudiaremos el principal agente de la producción económica: el trabajo. A este efecto, después de haber establecido algunas nociones generales, expondremos el fin del trabajo, fin para el individuo y para la sociedad. El trabajo pone a los hombres en contacto, los asocia en un fin común y provoca los cambios de servicios. De ahí nacen lazos morales y jurídicos que tienen su expresión en el contrato de trabajo; de ahí resultan relaciones de derecho natural entre el patrono y los obreros. Consideraremos estas relaciones en la sociedad patronal. Pasando del orden moral y jurídico al orden económico propiamente dicho, expondremos los auxilia-res del trabajo: 1.°, la división del trabajo; 2.°, el empleo de las máquinas; 3.°, la organización del trabajo en grande y en pequeña industria. Terminaremos mostrando el papel de la pequeña industria en la conservación y en el realzamiento de las clases medias de la sociedad.
ARTICULO PRIMERO: GENERALIDADES
Noción del trabajo.—Trabajar es aplicar la actividad a un objeto dado para un fin determinado. Así considerado, en esta amplísima acepción, el trabajo es un hecho universal en la sociedad. Desde el cultivador que traza penosamente su surco, hasta el sabio que aplica su inteligencia a descubrir los secretos de la ciencia; desde el herrero que, con el sudor de su frente, acomoda el hierro a los usos del hombre, hasta el magistrado que vela por la seguridad pública y administra la justicia, todos aquí abajo trabajan, todos ponen en juego su actividad muscular, intelectual o moral.
Trabajo económico (1).—La ciencia económica, que tiene por objeto los intereses materiales de la sociedad, no considera en modo alguno el trabajo bajo todas las formas de que es capaz, sino que las estudia desde el punto de vista de la producción de la riqueza. Por consiguiente, el trabajo considerado por la economía política es el esfuerzo del hombre aplicado a la producción; es también el acto humano productivo de la utilidad económica y del valor.
El trabajo, en cuanto acto humano, exige siempre el concurso simultáneo de la fuerza muscular, de la inteligencia y de la voluntad. Estos dos elementos, inteligencia y fuerza muscular, tienen, en los diferentes trabajos, una importancia variable.
Se distingue el trabajo simple (ordinary labour, unskilled labour) y el trabajo calificado (skilled labour). El trabajo simple, no calificado, es aquel que exige pocos esfuerzos intelectuales y consiste casi exclusivamente en la aplicación de la fuerza muscular. El peón, el gañán y el mozo de cordel ejercen un trabajo no calificado. Las artes y oficios exigen cierto grado de habilidad o de saber, aptitudes especiales, naturales o adquiridas por un aprendizaje, y producen un trabajo calificado (2).
Trabajo e inteligencia.—El trabajo muscular tiene en la producción de los bienes económicos un papel indispensable; sin embargo, la fuerza intelectual es un elemento de superioridad más poderoso. Consiste a la vez en ese espíritu abierto a todo lo que constituye el privilegio de ciertas razas, en el genio nacional, así como también en los conocimientos profesionales y técnicos. Un obrero inteligente dedicado a su tarea, encontrará con facilidad algún perfeccionamiento de sus procedimientos, y hasta en alguna ocasión hará un descubrimiento importante. Tal es el caso de Arkwright, Cramptan, Hargreaves, Jacquard, Gramme, etc.
Dos sentidos de la palabra trabajo (3).-La palabra trabajo puede tomarse en dos acepciones distintas: 1.º, designa el trabajo subjetivo, el trabajo acto, el ejercicio de la fuerza-trabajo, el acto humano, el esfuerzo desplegado por el hombre para ejecutar la obra. Es el labor. Se dirá: «Esto exige mucho trabajo.» 2.º, el trabajo objetivo, el trabajo término, el objeto producido, la riqueza creada, la obra ejecutada; es el opus. Se dice a un obrero: «Vuestro trabajo está mal hecho.»
Santo Tomás indica esta importante distinción. A la pregunta ¿qué es el salario?, el gran Doctor responde: «El salario es una compensación concedida a alguien para remunerarle por su obra (opus) o por su labor (labor) (4).
Nótese bien que porque con la actividad muscular del hombre se consiga el mismo resultado que con la actividad de un motor inanimado, deja de ser infinitamente elevada por cima de éste, porque, en virtud de la unión intima y sustancial de la materia y del espíritu en el hombre, todas sus acciones, aun las que proceden de los órganos corporales y se ejercitan en la materia, se hallan revestidas del carácter indeleble de la personalidad humana y pueden dirigirse en vista de un fin libremente elegido.
(1) Brants, La Lutte pour le pain quotidien, p. 116.
(2) El trabajo de un buen obrero inglés es una quinta parte más productivo que el de los demás europeos. El europeo tiene menos potencia muscular que el indio, pero es más capaz de esfuerzos sostenidos y sabe disponer mejor sus fuerzas; así que la productividad del tral ajo del indio apenas si llega a la mitad de la del inglés.--La mujer no tiene más que las cinco novenas x;artes de la fuerza muscular del hombre. Brontano, Revue d'économie poli.tique, 1890, p. 120.—Schdnber7, Handbuch, t. I, p. 185.
(3) Burri, Il Lavoro, cap. I.—Liberatore, Principios de Economía política.—Staatslexicon, art. «Arbeita»
(4) Summ. Theol., 1.a, 2.ae, q. 111, a. 1.