TEXTOS SELECTOS

CURSO DE ECONOMÍA SOCIAL

 

R. P. Ch. Antoine

 


 

 

Nociones inexactas del valor.

1.° El valor no consiste, como pretenden Storch y Macleod, en la estima de una cosa; no es puramente subjetivo, según la opinión de J.-B. Say, y a lo que parece, de Block (1).

2.° El valor no es solamente el valor de uso. Confundir la utilidad con el valor, es tomar la causa por el efecto. Tal fue el error de Turgot. «El valor--dice---expresa esa bondad relativa a nuestras necesidades, por la cual se considera a los dones y bienes de la naturaleza como propios para nuestros goces y la satisfacción de nuestros deseos (2)

Para M. Ott no es otra cosa que la utilidad social; se mide por el complemento que suministra a la conservación social. Esto es inexacto, puesto que el uso individual existe independientemente del uso social y determina el valor individual (3).

3.° Multitud de economistas rechazan sin razón el valor de uso, y no admiten más que el valor de cambio. Citemos a Stuart Mill (4), Cairnes (5), Walker, Jevons, Courcelle-Seneuil (6), Mangoldt, Cohn, Leroy-Beaulieu (7), etc.

¿No es verdad que el cambio supone valor? Antes de cambiar dos objetos, se compara su valor, se les estima; se pueden comprar cosas por cima o por bajo de su valor.

4.° Una teoría singular del valor es la de Bastiat, adoptada por algunos economistas contemporáneos (8). «El valor, dice Bastiat, es la relación de dos servicios cambiados.» ¿Cómo medir esta relación? «El servicio prestado, responde Bastiat, debe compensar los gastos o el esfuerzo ahorrado a aquel que recibe el servicio (9).» Como hace notar muy bien Carlos Gide (10), esta explicación del valor no es más que una tautología. El oro tiene más valor que la hulla, porque es un hecho innegable que al cederme un kilogramo de aquél, se me presta un mayor servicio que al cederme un kilogramo de carbón. Pero, ¿por qué es mayor el servicio prestado, sino porque el oro tiene más valor que el carbón? En otros términos, no es el servicio prestado lo que determina el valor, sino que es por el valor por lo que se estima la importancia del servicio prestado. Así es que la teoría de Bastiat conduce a consecuencias inadmisibles. Si el valor fuera igual al trabajo ahorrado, ¿qué fortuna no sería necesaria para pagarse un traje de paño? Y para ir en ferrocarril de París a Marsella, ¿el precio del viaje habría de ser igual al total de los gastos que haría una persona para recorrer en coche la distancia que separa las dos ciudades (11)?

5.° Mencionemos, en fin, la teoría del valor limite (Grenzwerth, marginal value), cuyo principio se ha establecido por Bernouilli y desarrollado por los sutiles análisis de Jevons (12), Walras (13), C. Menger (14), Böhm-Bawerk (15) y Marshall (16).

En esta teoría, el valor se halla determinado por la utilidad final o utilidad-límite. Esta misma utilidad-límite es la expresión o medida de la última necesidad satisfecha. Para determinarla tomemos el caso más sencillo: la estimación del valor de los bienes que forman parte de una provisión determinada. He aquí cómo Böhm-Bawerk explica la utilidad-límite.

Casi siempre son de importancia diferente las necesidades en cuya satisfacción empleamos porciones aisladas de una provisión más considerable. Esto se debe en parte a que se trata, desde el origen, de especies de necesidades de importancia distinta (por ejemplo, el empleo del trigo para nuestra alimentación será en general más importante para nosotros que su empleo en la preparación del alcohol de semillas); en parte, a que, para una misma especie de necesidades, se producen movimientos concretos de necesidades de importancia muy desigual (por ejemplo, la necesidad concreta de alimentación de un hombre hambriento será considerablemente más apremiante que la de un hombre medio satisfecho). Si ahora el propietario de una provisión de cinco hectolitros de trigo, por ejemplo, destina y emplea un hectolitro en la satisfacción de sus necesidades más apremiantes de alimentación personal, luego otro hectolitro para completar su alimentación personal, y, en fin, un último hectolitro que no puede emplear de un modo más útil que en el sostenimiento de animales de lujo, puede preguntarse: ¿cuál de estos empleos, cuya utilidad es tan diferente, hay que tomar para determinar el valor de un hectolitro?

A esta pregunta hay que contestar en favor del último empleo, del menos importante, porque es evidente que uno se abstendría de este empleo y no de otro más importante. Esto es lo que generalmente se expresa al decir: cuando se quiere estimar una porción determinada procedente de una porción de bienes más considerable, el valor subjetivo de la unidad se determina por la utilidad que se puede sacar de la última porción que se tiene a disposición, en una palabra, por la utilidad-límite, la utilidad final de ese bien (17). He aquí cómo se procede, en teoría por lo menos: se descompone la cantidad de un bien cualquiera poseído por un individuo en una serie de fracciones de utilidad decreciente, siendo siempre la utilidad de la fracción menos útil la que determina la utilidad de todas las demás. Esta nueva teoría del valor, que pretendía destronar a la antigua, carece de fundamento sólido. Esto es lo que perentoriamente han demostrado J. Lehr (18) y Devas (19). Según la concepción de C. Menger y Walras, en último análisis, el valor es puramente subjetivo y personal (20). Las largas, minuciosas y sabias descripciones de los economistas austriacos ponen de relieve las condiciones en que crece o decrece la necesidad del hombre, y, por tanto, su deseo en algunos casos particulares. Pero es demasiado precipitada y defectuosa la generalización de estas condiciones.

Tales son las principales teorías inexactas del valor. Sin embargo, nos resta exponer y refutar la concepción de Carlos Marx y de Engels, porque sirve de fundamento al colectivismo científico.


(1) J.-B. Say, Curso completo.—Block, Progrès, p. 114.

(2) Œuvres, edición Guillaumin, t. I p. 79.

(3) Traité d'économie sociaie, t. I, p. 90. —Principes d'économie politique, t. I, p 485.

(4) Some leading principles, c. I.

(5) Political Economy, c. I.

(6) Traité, p. 232.

(7) Precis, págs. 193-203.

(8) Pueden citarse a Arnault, Federico Passy, Martineau, Carey y Cauwés (Cours, t. I, p. 308):

(9) Armonías económicas, c. V.

(10) Principios de Economía política y Revue d'economie politique, Mayo-Junio de 1887.

(11) Liberatore Principios.

(12) Theory of political economy.

(13) Elements d'economie politique pure.

(14) La Monnaie mesure de valeur (Revue d'econ. polit., 1892 p. 159 y sig.)

(15) Kapital und Kapitalzins.

(16) Principales of political Economy.

(17) Véase la exposición completa de la teoría austriaca, en M. Block, Progrés, t. I p. 139. G de Principios. M. E. Petit, Etude critique des diferentes theories de la valeur, p. 244. - Weiser, Ueber den Ursprung und die Hauptgesetze der Wirthschaftlichen Werthes. G. Menger, Gvundsätze der Wolkswirtschaftslehre. Lexis, art. «Grenznutzen» del Handwörterbuch, de Conrad.

(18) Grundbegriffe und Grundlagen der Volkswirtschaft, p.107 y sig.

(19) Political economy, p. 196.

(20) Böhm-Bawerk ha percibido muy bien la dificultad que existe en su teoría para pasar de la estimación subjetiva individual al valor objetivo de cambio; pero no resuelve semejante dificultad (op. cit., p.532).


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