Primera noción de la economía. —La palabra economía se empleó primitivamente, en conformidad con su etimología para significar la administración doméstica, la gestión de los intereses materiales de la familia, de la casa (oixoS). «Se llama ecónomo, dice Santo Tomás, al administrador de una familia» (1). Por lo demás, todavía subsiste este empleo con el mismo nombre en los liceos, los hospitales, los seminarios, etc. Esta expresión se ha extendido de la familia a la sociedad, y, desde ese momento, por economía política se entiende la ciencia de los intereses materiales de la nación.
En su acepción más amplia, economía es la ciencia de los bienes materiales, de los cuales estudia la producción, la adquisición, la distribución y el consumo. Pero puesto que la riqueza puede ser particular o pública, según que se refiera a los individuos, a los grupos particulares o a la `sociedad política, la economía es privada o pública, según que las necesidades a que provea, sean particulares o comunes y sociales. Por lo demás, esta consideración es la que ha dirigido a los fundadores de la ciencia económica—los sabios que han agrupado en un cuerpo de doctrina los principios y las conclusiones de esta ciencia—en la elección de la definición que dan de economía política. Turgot con el mismo título de sus Reflexiones sobre la formación y distribución de las riquezas, indica, de una manera clarísima, que la economía política es la ciencia de la riqueza social. Aclara Smith llama a su magistral tratado, Investigaciones sobre la naturaleza y la causa de la riqueza de las naciones. En fin, J.B. Say, en el discurso preliminar de su curso, habla de la economía política que enseña cómo se forman, se distribuyen y se consumen las riquezas que satisfacen las necesidades de la sociedad.
Bajo expresiones diferentes, siempre volvemos a encontrar la misma idea: ciencia de la riqueza nacional. La economía política es opuesta a la economía privada, como la riqueza del Estado es distinta de la de los individuos. He ahí por qué, no considerando más que la etimología griega o latina, es indiferente llamar, a la ciencia de la riqueza de las naciones, economía política o economía social; sin embargo, el uso—ese maestro soberano—ha establecido una distinción muy precisa entre estas dos expresiones.
Objeto de la ciencia económica.—El objeto de la ciencia económica, ¿es la riqueza considerada en sí, independientemente del hombre, sin ninguna relación con la moral o el derecho? Si así fuera, la economía política no sería ni una ciencia moral ni una ciencia social. Además, la riqueza no es un hecho primitivo; no es más que un resultado, un producto de la actividad humana. De ser así, la economía política se vería reducida al estudio de los fenómenos físicos conocidos con el nombre de producción, distribución y consumo de la riqueza, porque ésta no es un hecho humano, no es más que una cosa material. Tomar la riqueza como objeto de la ciencia, es dar al efecto una importancia más considerable que a la causa, es subordinar la actividad humana a su producto, es materializar la economía política suprimiendo su elemento humano .
El objeto propio de la economía política es, pues, la actividad del hombre en el orden de los intereses materiales. Los intereses materiales, la riqueza, pueden considerarse de una manera abstracta, estudiados en sí sin ninguna relación con el orden moral, el bien social o el interés nacional. Así consideran la ciencia económica la mayor parte de los economistas contemporáneos que pertenecen a la enseñanza oficial en Francia. Para estos autores, la economía política es la ciencia de las riquezas, «ni más ni menos»; ciencia material, ciencia de observación, ciencia independiente que describe los fenómenos, clasifica los hechos, hace constar mucho, prevé muy poco y abandona al arte económico la preocupación de la moral, el cuidado del interés nacional y el del bien social. Nos parece estrecha esta concepción, porque la economía política es esencialmente social (2).
El objeto de la economía política debe, en efecto, comprender el fin propio de la sociedad civil, y al mismo tiempo expresar el género particular de acción que le da su carácter distintivo. Pongamos de relieve este doble elemento, genérico y especial, y conseguiremos esta expresión del objeto de la economía política: el conjunto de las funciones de los miembros de la sociedad en relación con el aspecto material de la prosperidad temporal, fin de la sociedad política. En esta definición, el elemento común y genérico se halla representado por la prosperidad temporal, fin de la sociedad; el elemento específico y particular, por la actividad humana en la esfera de los intereses materiales (3).
Ya se comprenderá por qué la economía política es al mismo tiempo la economía social, y por qué tenemos derecho para hablar de economía política o social. Pero, a fin de evitar todo equívoco y de separar nuestra concepción de la ciencia económica de la noción incompleta de ciencia de las riquezas, preferimos la expresión de economía social. Es conveniente mantener la distinción de los tres órdenes: moral, social y económico. El orden moral nace de las relaciones del hombre con su fin último; el orden social de las relaciones del hombre con la prosperidad temporal de la sociedad; el orden económico de las relaciones del hombre con la prosperidad material, fin particular de la sociedad política; tres órdenes armónicamente dependientes y subordinados (4).
Definición de la economía política.—De la determinación precisa de su objeto dimana la definición de la economía política: la ciencia que establece las leyes de la actividad humana en el orden de los intereses materiales de la sociedad, subordinados al bien social.
La economía política no es, pues, solamente, como piensa M. Paul Leroy Beaulieu (5), «la ciencia que hace constar las leyes generales que determinan la actividad y la eficacia de los esfuerzos humanos para la producción y disfrute de los diferentes bienes que la naturaleza no concede gratuita y espontáneamente al hombre»; es también, y sobre todo, la ciencia que establece las leyes de la actividad humana en el orden de los intereses materiales de la sociedad, subordinados al bien común social.
Resumamos y precisemos nuestro pensamiento en algunas definiciones. La filosofía social es el conocimiento de los principios trascendentales de la sociedad; la ciencia social es el conocimiento de las leyes generales de la sociedad; la moral social es la ciencia de la conducta del ser social en conformidad con las leyes de la honestidad; la economía social es la ciencia de los intereses materiales de la sociedad subordinados a la prosperidad social: domina y sobrepuja a la ciencia y la riqueza, esto es, la economía política incompleta, tal como la entiende la escuela liberal, clásica.
1. 1, Politic., lect. L
2. Henri Saint Marc, Etude sur le enseignement de l'éconovnie politique en Allemagne, p. 7.—Bouglé, Les Sciences sociales en Allemagne.
3. Philippovich, Grundriss der politischen OEconomie, p. 14.Julius Lehr, Grundregri f fe, p. 9.
4. De Pascal. Le Pouvoir social, p. 8. Ott, Traité d'éco nomie sociale, p. 33. Devas. Groundwvorks, introducción.
5. Traité théorique et practique d'économie politinue,t. I, página 11.