TEXTOS SELECTOS

CURSO DE ECONOM�A SOCIAL

 

R. P. Ch. Antoine

 


 

 

 

Art�culo quinto: LA SOCIOLOG�A Y EL ORGANISMO SOCIAL

Escuela transformista (1).

La teor�a del organismo social se ha desnaturalizado de un modo extra�o por los soci�logos de la Escuela transformista (2). De una analog�a han hecho una realidad; de una vida moral, compuesta de actos libres que concurren a un fin com�n, han hecho un proceso f�sico o fisiol�gico de la competencia de la biolog�a y de la histolog�a. Algunas citas bastar�n para dar a conocer, y al mismo tiempo refutar esas inveris�miles aberraciones del esp�ritu humano.

M. Fouill�e (3) afirma seriamente que todos los cerebros de los ciudadanos de una naci�n constituyen la masa nerviosa de la misma; las familias son los ganglios;. las ciudades, las v�sceras; la capital, el cerebro, que no es m�s que una v�rtebra que ha crecido y llegado a ser dominante; los pensadores y los sabios son las c�lulas perfeccionadas del cerebro.

Ahrens ense�a que el derecho es la red nerviosa de la sociedad (4).

Herbert Spencer ha disecado el cuerpo social y encontrado en �l un aparato productor o digestivo, un aparato de distribuci�n o vascular y un aparato regulador o neuro-motor. El aparato nutritivo es la clase agr�cola e industrial; el aparato vascular la clase mercantil; el aparato neuro-motor es el gobierno (5).

Sch�ffle, en su voluminosa obra sobre la estructura del cuerpo social, describe hasta en sus �ltimos detalles, los elementos histol�gicos, los cinco tejidos fundamentalesr la epidermis, el epitelio, las ap�fisis, las v�rtebras y los sistemas �seo, nervioso y vascular del cuerpo social (6).

Bluntschli ha concluido por descubrir el sexo del Estado; el Estado es masculino. �Sucede lo propio, dice, con el car�cter masculino del Estado moderno, que se le ha reconocido, oponi�ndolo al car�cter preferentemente femenino de la Iglesia. Una comunidad religiosa puede tener todos los dem�s caracteres del Estado, y, sin embargo, no ser� ni querr� ser un Estado, porque no se gobierna conscia y virilmente a s� misma ni se apodera libremente de las cosas de la vida externa; no quiere m�s que servir a Dios y cumplir sus deberes religiosos� (7). El autor a�ade en una nota: �He mostrado con m�s detenimiento en mis estudios psicol�gicos el car�cter m�sculo del Estado. La expresi�n francesa L'Etat c'est l'homme no significa s�lo que el Estado es el hombre (horno, Mensch) en general, sino tambi�n que el Estado representa la naturaleza masculina (vir, Man) en general como la Iglesia la naturaleza femenina.�

En cuanto al origen de las sociedades, se halla sometido a las inmutables leyes de la biolog�a.

�Las sociedades, dice Spencer (8), como los dem�s cuerpos vivientes, comienzan en forma de g�rmenes, y tienen, como punto de partida, masas sumamente tenues en comparaci�n con aquellas a que concluyen porllegar.� M. Fouill�e ha descubierto el tr�nsito de los g�rmenes al estado de sociedad. �Los g�rmenes de los mixomicetas viven, como todo el mundo sabe, al principio en estado de m�nadas ciliadas de forma amboidal que se mueven, se nutren, crecen y se multiplican por esciparidad. He ah�, pues, individuos desde luego independientes; los individuos se unen en seguida para constituir grupos, los grupos se unen a otros y concluyen por constituir un cuerpo variable, de forma que se mueve y se arrastra lentamente. �No es eso un tr�nsito de la independencia a la dependencia mutua, de la vida aislada a la vida colectiva? Y este tr�nsito �no se asemeja a la formaci�n de las sociedades animales y humanas? (9)�. Seg�n Bluntschli, �el nacimiento del Estado se opera mediante una especie de generaci�n espont�nea, bajo la influencia de un Staatstrieb (instinto para el Estado) cong�nito en los individuos� (10). En fin, para M. Tarde la sociedad se forma por una influencia de imitaci�n con sugesti�n rec�proca, un hipnotismo mutuo, una especie de sonambulismo simp�tico (11).

Y, sin embargo, a�n presentaba la biolog�a social un vac�o: el estudio de los microbios sociales, vac�o que acaba de llenarse con un trabajo reciente de Van der Velde y Massart, sobre el parasitismo social. El cuerpo social nutre saprofitos que viven de detritus; tales son, por ejemplo, los que recogen colas de cigarros. Algunos par�sitos sociales producen el fen�meno del mimetismo, que consiste en tomar la librea de otro, como, por ejemplo, los falsos mendigos, las sociedades comerciales que se titulan sociedades cooperativas, etc. �Quer�is conocer la evaluaci�n del parasitismo social? Se os dir� que se ha verificado mediante la dulcificaci�n del predatismo. Tal es el caso de los ladrones de ganado entre los �rabes o de los bandoleros de la Edad Media que se convierten en usureros, banqueros, ladrones tras el mostrador o tambi�n, por perversi�n del mutualismo, como el se�or con sus compa�eros de la Edad Media, convertido en el sweater de Londres con sus miserables explotados, etc�tera (12).

Tales son algunas de las conclusiones de la nueva escuela en sociolog�a. Creemos que bastan para su plena reputaci�n las consideraciones que se han desarrollado en este y en los cap�tulos precedentes.


(1) Las obras de Gumplowicz y de Lubbock. Kidd. IaEvoluci�n social.   Lilienfeld . la Patologie sociale . - Mismer,. Pr�ncipes sociologiques.  Tarde, Lois de l'imitation, l'opposition Universelle.  Vaccaro, Bases sociologiques du droil (*). Worans, Organisme et Soci�t�. Combes de Lestrade, Elements de sociologie.  Balicki, l'Etat comme organisation coercitiva. -- Espinas, los Oriqines de la technologie.  Giddins,, Principios de Sociolog�a (**).

(2) De Vareilles-Sommi�res, Principes fondamentaux, ch. XXV.  Beudant, Droit individuel, ch. III, � 5. --Claudio Jannet, Socialisme d'Etat, p. 141.

(3) La Ciencia social contempor�nea, lib. II (*).

(4) Enciclopedia jur�dica o Exposici�n org�nica.

(5) Inducciones de la Sociolog�a (**).

(6) Bau und Leben des socialen K�rper, Bd. I.

(7) Teor�a general del Estado.

(8) Inducciones de la Sociolog�a.

(9) La Ciencia social contempor�nea, lib. II, cap. VI (*).

(10) Teor�a general del Estado.

(11) Diversos art�culos en la Revue philosophique, 1884, 1890 y 1891.

(12) Parasitisme organique et Parasitisme sociale, por M. M. Van der Velde et Massart. - - De Greef, le Transformisme social.


CAPITULO QUINTO: Justicia y caridad.

La sociedad civil presenta analog�as notables con los cuerpos vivientes. Por esta raz�n puede a justo t�tulo considerarse como un organismo moral. En el cap�tulo precedente hemos aislado las diversas partes org�nicas del cuerpo social: la familia, las asociaciones, las clases, el municipio, el departamento y la provincia. �Qu� falta en nuestra investigaci�n? Hemos disecado la sociedad, pero se nos ha escapado el principio vital. �Cu�l es, pues, la fuerza que une las partes de la sociedad en un cuerpo social, que suelde esos elementos esparcidos en un todo organizado y les d� un fin, una acci�n com�n distinta de la de los miembros aislados? Este principio de unidad es la justicia legal. Para establecer esta verdad es indispensable recordar las nociones fundamentales de la justicia y de la caridad. Dividiremos, pues, la materia de esta lecci�n de la manera siguiente:

1.� La justicia en general; 2.�, las diferentes especies de justicia; 3.�, la justicia legal, lazo de la sociedad; 4.�, la caridad, y 5.�, justicia y caridad.


 

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