¿Cómo citar estas
tesis doctorales?

¿Cómo poner un
enlace a esta página?

 



 

Aproximación al concepto del Derecho desde la perspectiva triádica: Descripción de su estructura, su dinámica y su finalidad

Sebastiao Batista
 

Tercera Parte - Aplicación del paradigma triádico al campo del derecho
 

a)     Principios analítico-lógicos.

 

Se consideran analíticos los enunciados que constituyen verdades lógicas, o a ellas reducibles. En realidad, son enunciados verdaderos por el significado de sus términos. Son verdades conceptuales, que se demuestran por procedimientos inductivos o deductivos, utilizados para conocer o razonar; su función consiste en descomponer el total del objeto del conocimiento en sus partes mínimas, o bien, en aplicar a un caso particular un conocimiento o ley general que lo comprende. Por otro lado, las proposiciones lógicas son las que se consideran verdaderas en cualquier circunstancia, y su negación da lugar a una contradicción. Lo lógico es lo aprobado por la razón, como bien inducido, bien deducido o bien pensado. Se trata, por tanto, de una consecuencia de la lógica, o del pensamiento lógico. Así, los principios analítico-lógicos se constituyen de verdades demostrables racionalmente, a través de métodos analíticos y conforme a las leyes y procedimientos lógicos o científicos más aceptables por parte de la comunidad científica. Conforme ya presentado, por medio del paradigma triádico y, como instrumento de investigación, del Ciclo Cibernético de Feedback (CCF), se investigan y establecen los principios lógico-analíticos en la realidad46.

 

Sin embargo, debe considerarse que en una investigación se producen variaciones de resultado según el paradigma que se tome, es decir, el paradigma, método u otro instrumento de referencia que se use en la investigación determina o simplemente matiza el conocimiento producido47. Por otra parte, el método y la racionalidad se hallan estrechamente relacionados entre si, ya que el método es una manera de aplicar la racionalidad, así como ella también se puede considerar un método. Según la etimología, método (del griego méthodos) significa el camino que se debe recorrer para llegar a un punto o resultado, o modo de hacer una cosa. La razón indica el camino. Se trata, pues, de una manera de proceder racionalmente para conseguir un fin determinado48.

 

El método demarca el recorrido en el proceso de investigación; y la racionalidad demarca sus reglas, o lógica, para la ejecución correcta del mismo. En este sentido, la racionalidad puede ser más teórica/abstracta o más práctica/aplicada, dependiendo si es utilizada para justificar adecuadamente determinadas creencias o para adoptar los medios adecuados a la consecución de determinados fines49.

 

Con relación al enunciado, se considera analítico a todo lo que sea una verdad lógica, o que a ella sea reducible, o también aquellos enunciados cuya negación es contradictoria. Según el positivismo lógico, toda verdad a priori es analítica, o tautológica. En Kant, el enunciado o juicio analítico es aquel cuyo predicado está contenido en el sujeto. Su verdad se reconoce a priori, sin recurrir a la experiencia, y se enlaza con él en una relación de identidad50. Para Leibniz, corresponde a lo que se denominó verdad de razón, cuyos enunciados son verdades necesarias, por cuanto su contradictorio - o su negación - es lógicamente imposible.51 La verdad funda su necesidad en el principio de contradicción, o de identidad. Por su parte, Hume denomina a estos enunciados de relaciones de ideas, que son los enunciados cuya verdad se conoce por simple actividad de la mente y son, por tanto, a priori; se fundamentan en el principio de identidad o no contradicción52.

 

Sin embargo, entre el enunciado y la realidad  se ocultan muchas trampas del lenguaje. En realidad, el lenguaje lleva consigo innumerables connotaciones y contradicciones históricas y de subgrupos que necesitan deslindarse. De conformidad con la posición del investigador en su grupo científico, y ante las instituciones, a la comunidad científica y a la sociedad en general, y de estos grupos ante él y sus instituciones de referencia, etc., se establece un discurso específico, que en variados niveles puede ser de confrontación, de cooperación o de conveniencia. Con relación al poder también se establecen distintos discursos, que suelen asumir matiz innovador, conservador o indiferente. O bien, desde cada escenario, y según la escena o los personajes en acción se puede tener diferente percepción de la realidad, que permite variadas análisis reveladoras de distintos principios lógicos, que a su vez exigen diferentes discursos. Sin embargo, en la realidad, es decir, en el plano de los hechos, estos aspectos se revelan complementarios.

 

Por otra parte, la deducción de principios lógicos desde perspectivas exclusivas de la realidad social, es decir, la deducción de principios monádicos, es una ilusión, ya que estos no se conforman o bien no se encajan en su complejidad, a menos que se les dé una función complementaria. Por lo menos tres lados, ángulos o perspectivas deben tomarse en cuenta para un acercamiento menos vicioso o distorsionado de la realidad. La semiótica y filosofía modernas han decretado el colapso de los conceptos y la precariedad de la comunicación y su hermenéutica o exégesis53 cuando llevadas sólo en un ámbito; se recomienda, en el ámbito social, modelos y estructuras que comportan, además del uso de referencias lógicas, factores no lógicos y pragmáticos54 en una dinámica compleja ora de confrontación o ora de cooperación entre sus elementos 55.

 

Con relación a la racionalidad, hay dos vías para realizarla. Son la inducción56 y la deducción. La inducción va de los hechos a la ley (es decir, de un conjunto de hechos particulares a una conclusión general). La filosofía clásica opone a esta la deducción, la cual va de lo general a lo particular, extrayendo de principios o premisas generales una conclusión o consecuencia57. Cuando las proposiciones son verificadas y comprobadas partiendo de la realidad hacia categorías más amplias se tiene el método inductivo. En cambio, cuando se afirma una proposición partiendo de proposiciones ya conocidas, sin tener que confrontarla con la realidad, sino derivándola de las ya conocidas, se tiene el método deductivo.

 

Sin embargo, como se sabe, toda percepción de la realidad, o cualquier creación de la mente, se procesa en el plano de la logosfera, conforme la dinámica unitriádica del cerebro en la realización de sus funciones básicas del sentir, pensar y actuar. Así, los principios se moldean, en los límites de las circunstancias de cada tiempo y lugar,  según el proceso unitriádico de la deducción, de la inducción y de la intuición, donde cada un ejerce la mediación con relación a los demás. Se trata de los tres tramos o momentos en los que conforma el CCF, cada uno de ellos con su recorrido y sus reglas de racionalidad, de “re-creación” y de realismo o eficacia en los sistemas sociales. De  toda manera, el resultado será el producto del cuestionar, comprobar, expurgar y “re-crear”, a lo largo del tiempo y en medio a las tensiones del sentimiento, del pensamiento y de la acción.

 

Según Keller, “se establece el carácter analítico a partir de la definición. Analíticas son las afirmaciones que se predican, en conjunto o en particular de una cosa definida, o mejor, según la teoría actual de la predicación, de aquello que cae bajo la definición. En una definición clásica desde el concepto de género y diferencia específica surgen unas afirmaciones por el hecho de que de la especie definida se predica uno de los tres primeros predicables, es decir, la especie o el género o la diferencia específica58.

 

En resumen, los principios analítico-lógicos no se restringen a los métodos de inducción o deducción puramente racionales, sino que hacen parte de un proceso más amplio en el que se compaginan entre otros factores las funciones cerebrales básicas del sentir, del pensar y del actuar; resultan de métodos inherentes a la racionalidad, pero mediados por las emociones y operatividad59; deben resultar del análisis metódico y del razonamiento lógico, entremediados por estos factores. Sus métodos y razonamientos, además de describir la estructura y funcionamiento del objeto, deben llevar en cuenta su entorno.


 

46 Este tipo de conocimiento se puede crear siguiendo el procedimiento del Ciclo Cibernético de Feedback - CCF, especialmente en las funciones del numeral 1 al 4, que van de la factosfera a la simbolosfera lógica; a continuación, del numeral 5 al 6, se recorre el camino de la simbolosfera icónica, imaginaria, creativa; y del numeral 7 al 10 se vuelve a la factosfera, en una espiral que se va rehaciendo y renovando sin fin, o bien según parámetros prestablecidos por la logosfera (Cf. p. 139; Gregori, W. Capital Intelectual e Administração Sistémica – Um manual de jogos de inteligência, mercado e poder, São Paulo 2000a, Pancast Editora., p. 98).

47 Confrome Heidegger, el método decide de antemano sobre lo que se encuentra de verdadero en las cosas (Heidegger M. La pregunta por la cosa, Buenos Aires 1975Alfa Argentina,  p. 93).

48 La racionalidad se puede entender como las capacidades o facultades que, de acuerdo con la razón, se manifiestan en las creencias, en los saberes y en las acciones humanas. Estas facultades cuando se adecuan al entendimiento, es decir, al conocimiento o al saber, o a la realización de ciertos fines del hombre, producen la racionalidad. Así, se producen la racionalidad lógica, la racionalidad creencial, y la racionalidad práctica. Por otro lado,  bajo el aspecto teórico, la racionalidad se puede entender como el método con que se consigue obtener un máximo de creencias justificadas o apoyadas en razones. (Mosterín, J. Racionalidad y acción humana, Madrid 1978, Alianza, p. 17-18).

49 En la actualidad, según Echeverría, la filosofía de la ciencia pone de relieve el pluralismo de los métodos empleados en las diversas ciencias (Echeverría, J. Filosofía de la ciencia, Madrid 1995, Akal, p. 118).

50 Se entiende, en la concepción de Kant, “por conocimiento a priori el que es absolutamente independiente de toda experiencia, no el que es independiente de esta o aquella experiencia. A él se opone el conocimiento empírico, el que es posible a posteriori, es decir mediante la experiencia”. Sin embargo, entiende que la ciencia debe fundarse en una clase intermedia de juicios: los juicios sintéticos a priori, que son necesarios y universales, a la vez que son enunciados sobre la experiencia. (Kant, I. Crítica de la razón pura, Madrid 1988, Alfaguara, 6ª ed., p. 43/50).

51  Leibniz, G. W. Monadología, Oviedo 1981, Pentalfa Ediciones, p. 103-105.

52 Hume, D. Investigación sobre el conocimiento humano, Madrid 1994, Alianza, 8ª ed., p. 47.

53 En el lenguaje reducido a sus condiciones elementales, conforme Wolff, se supone al menos tres elementos constitutivos: dos interlocutores y aquello de que hablan. Por lo tanto, se debe reconocer, por un lado, una relación de interlocutividad y, por otro, una relación de objetividad. En realidad, se habla de alguna cosa a alguien. Sin embargo, ya que los interlocutores son oponentes, sus discursos no son simplemente diferentes, sino que contradictorios. En suma, en el diálogo ideal, los dos interlocutores pueden hablar sobre todo, pero hablan, de hecho, aunque sobre la misma cosa, poniendo de manifiesto aspectos contradictorios (Wolf, F. Dizer o mundo,  o.c., p. 29-31).

54 Flechtheim indaga “por qué no admitir que el derecho no está solamente al servicio de la libertad, ni del orden, ni siquiera del poder racionalmente legitimado, sino que también ostenta rasgos a todas  luces irracionales (Flechtheim, O.K. “Introducción al planteamiento del problema”, en Teoría Pura del Derecho y Teoría Marxista del Derecho,  Bogotá 1984, Editorial Tamis, p. 7).

55 Según afirma Dreier, “la teoría analítica de la ciencia es unilateral en cuanto se concentra en el análisis lógico-idiomático de la ciencia concebida como sistema descriptivo o expositivo coherente de enunciaciones” (Dreier, R. “Aspectos de una confrontación de teorías”, en Teoría Pura del Derecho y Teoría Marxista del Derecho,  Bogotá 1984, Editorial Tamis, 173).

56 Rusell ,B. Los problemas de la filosofía, Barcelona 1978, Labor, p. 66.

57 Lefebvre, H. Lógica formal Lógica dialéctica, Madrid 1975, Siglo XXI de España Editores, 5ª ed., p. 121.

 

58 Keller, A. Teoría General del Conocimiento, Barcelona 1988, Editorial, p. 41.

59 Según demuestra Damásio, en sus investigaciones de laboratório, la emoción integra los procesos de raciocínio y decisión (Damásio, A. O mistério da consciência - Do corpo e das emoções ao conhecimento de si, São Paulo 2000, Companhia das Letras, ps. 62-63).

 


 Volver al índice de la tesis doctoral Aproximación al concepto del Derecho desde la perspectiva triádica

Volver al menú de Tesis Doctorales

Volver a la Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI


Google

Web www.eumed.net