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Dr. Rigoberto Soria Romo
Parte II El Sistema Nacional de Coordinación Fiscal como objeto de estudio
LOS ANTECEDENTES DEL FEDERALISMO Y LA COORDINACIÓN FISCAL
Situación de la coordinación fiscal a fines de los setenta
La política de la zanahoria y el garrote forzó la coordinación con todos los estados, aunque el sistema no estaba exento de problemas. Entre las principales características del sistema de coordinación fiscal antes de 1980, destacan las siguientes (véase CEPAL, 1985: 50-56; Ortiz, 1998: 74-75).
Cuadro 7
Participaciones totales a estados y municipios como porcentaje del ingreso fiscal total
Año
Monto de participaciones a estados y municipios
(Miles de pesos)
Porcentaje de participaciones a estados y municipios en la recaudación federal total
1975
16, 269
13.14
1976
20, 332
13.48
1977
27, 706
12.71
1978
36, 223
12.46
Fuente: SHCP, La coordinación fiscal en México, 1982.
Si bien las participaciones a estados y municipios crecían en términos nominales y reales para algunos años y éstas constituían una fracción creciente de sus ingresos, su porcentaje respecto a la recaudación total era decreciente, debido a la poca elasticidad de los impuestos federales participables. De esta manera, el conjunto de participaciones llegó a su porcentaje más alto en 1976 (cuadro 7), con relación al ingreso público total (SHCP, 1982: 114). Este fenómeno fue ocasionado por la exclusión, para fines de participación a estados y municipios, de algunos de los tributos más dinámicos como el impuesto sobre la renta para personas físicas y empresas causantes mayores, y los impuestos a la importación y exportación. Estas ausencias ocasionaron que las participaciones crecieran a un ritmo menor que la actividad económica.
Un problema adicional era que los porcentajes de participación a estados y municipios variaban de impuesto a impuesto, tanto en la tasa de aplicación del gravamen como del porcentaje en que se participaba al estado y al municipio. Por ejemplo se aplicaba el 1% en el impuesto sobre producción de hierro, carbón y manganeso y el 50% en el impuesto a la explotación pesquera (Colmenares, 1999: 418). La proliferación de tasas de participación dificultaba el cálculo, liquidación y pago de participaciones; lo que provocaba demoras importantes en su entrega, ya que el proceso normal duraba de tres a seis meses (Hoyo D´addona: 1981) aunque era frecuente su retraso por errores o deficiencias en el trámite.
Por otra parte, los porcentajes de cada impuesto con que participaba la Federación a las entidades fueron establecidos en diferentes épocas. Además, la Federación participaba y pagaba directamente a los municipios, bajo criterios dictados por las legislaturas locales de cada entidad, mismos que eran diferentes para cada uno de los impuestos participables. En algunos casos, como en el de la participación por la exportación de petróleo, se llegaron a pagar participaciones a municipios que no les correspondía, provocando conflictos entre ellos (Ortiz, 1998: 75). Los mecanismos de distribución de participaciones eran muy variados: en ocasiones se hacía en función del consumo, como lo era el caso de la gasolina, y otras veces se participaba a la entidad productora (producción de minerales) y algunas veces se combinaban ambos elementos como en la producción y consumo de cerveza (CEPAL, 1985: 51).
Pero los elementos más importantes que ponían en crisis el sistema de coordinación fiscal fueron las participaciones sobre el petróleo y la manipulación sobre el pago del ISIM, que se tornó en un problema grave, mismo que es ampliamente reseñado por Hoyo D´addona (1981: 19-22).
El criterio para el pago del ISIM, y por ende de las participaciones, era que comerciantes e industriales debían cubrir el impuesto en la entidad donde se “percibiera el ingreso”. Cuando la empresa contaba con un solo establecimiento no había problema, pero si la misma tenía varias unidades de negocios como sucursales, bodegas, centros de producción, centros de distribución, entre otro tipo de establecimientos, la empresa tenía la opción de declarar como “lugar de percepción del ingreso” el sitio donde se levantaba el pedido, se expedía la factura, se efectuaba la entrega material del bien o donde se realizaba el cobro. Todos estos sitios eran permitidos por la ley, por lo que las grandes empresas podían elegir en la práctica la entidad en la cual declarar sus impuestos.
Lo anterior originó un doble juego. Por un lado las tesorerías estatales usaban toda su influencia para que las empresas declararan en sus entidades. Pero como contraparte, las grandes empresas intentaban, y lograban, privilegios y prebendas e inclusive reformas a las leyes que les favorecían a cambio de hacer su pago de impuestos en determinada entidad. Una complicación adicional fue que los estados ‘productores’ entraron en conflicto con los estados ‘consumidores’ y el intento de cambiar las reglas establecidas “llegó a poner en peligro toda la coordinación en el ISIM” (Hoyo D´addona, 1981: 21; CEPAL, 1985: 52).
Cuadro 8
El tamaño de la zanahoria
(Miles de pesos)
Participaciones 1979
Fondo general 1980
% de incremento
Aguascalientes
378
619
63.76
Baja California
1,953
3,197
63.70
Baja California Sur
291
477
63.92
Campeche
392
955
143.62
Coahuila
1,515
2,480
63.70
Colima
276
451
63.41
Chiapas
2,683
4,392
63.70
Chihuahua
1,810
2,964
63.76
Distrito Federal
15,738
25,764
63.71
Durango
597
978
63.82
Guanajuato
1,738
2,846
63.75
Guerrero
959
1,569
63.61
Hidalgo
544
890
63.60
Jalisco
4,238
6,939
63.73
México
7,434
12,171
63.72
Michoacán
1,099
1,799
63.69
Morelos
585
958
63.76
Nayarit
456
746
63.60
Nuevo León
4,114
6,735
63.71
Oaxaca
661
1,082
63.69
Puebla
1,769
2,895
63.65
Querétaro
697
1,118
60.40
Quintana Roo
251
411
63.75
San Luis Potosí
713
1,167
63.67
Sinaloa
1,945
3,184
63.70
Sonora
2,294
3,756
63.73
Tabasco
4,776
7,819
63.71
Tamaulipas
1,763
2,887
63.75
Tlaxcala
262
429
63.74
Veracruz
4,112
6,731
63.69
Yucatán
716
1,094
52.79
Zacatecas
377
616
63.40
Total
67,136
110,119
64.02
Fuente: SHCP, La Coordinación fiscal en México, Subsecretaría de Ingresos, México, 1982.
Los anteriores elementos generaron un sistema complejo, difícil de administrar, que provocaba retrasos en la entrega de las participaciones, además de ser inequitativo y manipulable, y lo más importante, no proporcionaba a los estados y municipios los ingresos suficientes para cumplir sus funciones. Estos elementos apuntaban a un cambio en el SNCF, mismo que se intentó a partir de 1980.
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