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Dr. Rigoberto Soria Romo
PARTE I LA VÍA DE LOS ESTUDIOS ORGANIZACIONALES HACIA LA ESFERA INSTITUCIONAL
EL APORTE DEL NUEVO INSTITUCIONALISMO ECONÓMICO
El cambio institucional y sus fuentes
El nuevo institucionalismo económico pretende contestar algunas cuestiones acerca del cambio institucional ¿Cuáles son sus fuentes? ¿Quién o quiénes son sus agentes? ¿Cuál es su naturaleza? ¿En qué dirección se da?
En relación a la primera pregunta, North (1993) señala que la principal fuente del cambio institucional es la modificación de los precios relativos y/o los cambios en gustos y preferencias. Al cambiar los precios relativos o las preferencias se impactan los costos de transacción y los de transformación. Al hacerlo, se afectan las elecciones individuales sobre los bienes a demandar y con esto, el desempeño económico. Esto produce cambios marginales o incrementales en el conjunto de reglas formales e informales.
Posteriormente North introduce el contrato como factor de cambio institucional al señalar:
Un cambio en los precios relativos induce a una o a ambas partes a un cambio, sea político o económico, por considerar que ambas partes o una de ellas podría pasarla mejor con un contrato alterado. Habrá un esfuerzo por negociar el contrato. Sin embargo, debido a que los contratos están encajados en una jerarquía de normas, la renegociación puede no ser posible si no hay una reestructuración en un conjunto más elevado de normas ... En el caso de una norma de conducta, un cambio en los precios relativos o un cambio en los gustos llevará a su erosión gradual y a su sustitución por una norma diferente (North, 1993: 114).
Este autor amplía su posición original al añadir el aprendizaje de individuos y emprendedores en las organizaciones como fuente de cambio institucional en el largo plazo y agrega que la tasa de aprendizaje refleja la intensidad de la competencia entre las organizaciones. Señala que si el grado de monopolio es mayor, menor será el incentivo para aprender. También introduce la variable tiempo que conlleva no sólo las experiencias y el aprendizaje actuales, sino también la cultura acumulada de las generaciones pasadas. Todos estos cambios le llevan a renombrar su enfoque como institucional-cognoscitivo (North, 1994).
North también señala que los agentes del cambio son los entrepreneurs individuales incrustados en las organizaciones al reaccionar ante la estructura de incentivos correspondiente al marco institucional vigente. Dove (2000, 2001) desarrolla este punto al diferenciar entre líderes y emprendedores* o entrepreneurs, que para ella son dos clases diferentes de actores sociales que tienen en común su surgimiento en un ambiente de cambio. Su diferencia consiste en que los líderes se concentran en modelar y orientar el cambio (no necesariamente provocarlo), mientras que los emprendedores generan y aplican ideas innovadoras en un mundo de información imperfecta y costos de transacción, por lo que actúan como agentes del cambio.
Las funciones de estos agentes son complementarias, pues el ambiente de cambio surge de las innovaciones introducidas por un agente emprendedor, ya sea en el sector público o en la sociedad. Y para que estas innovaciones tengan continuidad, necesitan el compromiso de un líder que puede ser el mismo emprendedor que también tiene capacidad de liderazgo, o puede ser otro actor (Dove, 2001).
El NIE considera que el cambio institucional es principalmente incremental, no discontinuo, pues aunque las normas formales pueden cambiar rápidamente, como resultado de decisiones políticas o judiciales, las limitaciones informales personificadas en la cultura, costumbres, tradiciones y códigos de conducta o universos simbólicos en términos de Berger y Luckmann (1968) son mucho más resistentes o impenetrables a las políticas deliberadas (North, 1993: 17). Por lo anterior, el cambio institucional consiste típicamente en ajustes marginales al conjunto de reglas y normas que lo constituyen, aunque no se descarta el cambio discontinuo provocado por revoluciones, conquistas o grandes desastres naturales (North, 1993: 16), aunque éstos no son absolutamente radicales, sino que descansan en las instituciones heredadas.
La dirección del cambio institucional es definida por la interacción entre organizaciones e instituciones. El marco institucional determina los incentivos y oportunidades existentes en una sociedad y corresponde a las organizaciones aprovecharlas o desecharlas y, conforme evolucionan las organizaciones, se modifican las instituciones y el marco institucional (North, 1993: 19). A esto se agrega el proceso de realimentación por medio del cual los humanos perciben y reaccionan a los cambios que se dan en el conjunto de incentivos y oportunidades.
Existe interacción entre el cambio organizacional y el cambio institucional. Dicha interacción puede darse en dos niveles: a) la organización no cambia más allá de los límites institucionales; b) los cambios organizacionales presionan los límites institucionales. En el primer caso es un problema puramente gerencial y el segundo es un problema gerencial e institucional. En el último caso se requieren estrategias simultáneas de desarrollo organizativo e institucional.
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