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Dr. Rigoberto Soria Romo
PARTE I LA VÍA DE LOS ESTUDIOS ORGANIZACIONALES HACIA LA ESFERA INSTITUCIONAL
LA CONSTRUCCIÓN DE LA CATEGORÍA ESFERA INSTITUCIONAL
El propósito de este capítulo es construir la categoría esfera institucional bajo la cual se analizará la estructura y funcionamiento del SNCF. Este modelo tiene como su antecedente el desarrollo de los sistemas abiertos aplicados a los estudios organizacionales por lo que se describirá la evolución del pensamiento sobre las organizaciones teniendo como hilo conductor el grado de interacción entre la organización y su entorno.
La perspectiva de los sistemas abiertos es la base de los desarrollos recientes para el estudio de las organizaciones, entre los que destacan los sistemas sociales, los sistemas sociotécnicos, la teoría de la contingencia, el nuevo institucionalismo en sus diferentes vertientes y los diversos modelos para el estudio de las relaciones interorganizacionales.
2.1 El enfoque de los sistemas abiertos
Los desarrollos tempranos de los estudios organizacionales se inscriben en la perspectiva de los sistemas cerrados que conciben a las organizaciones como entidades autosuficientes, sin conexiones con su entorno, concentradas en su estructura y funcionamiento interno, donde se supone que las variables bajo investigación no son afectadas por las fuerzas ambientales. Este es el caso de los enfoques organizacionales experimentales o de laboratorio y de los sistemas racionales en sus primeras formulaciones entre los que destacan los planteados por Taylor, Fayol, y Simon entre otros.
Frente a los límites de esta concepción, surge la perspectiva de los sistemas abiertos que enfatiza la interacción de la organización con su medio ambiente. Este enfoque se inicia con la fusión de conceptos del estructural funcionalismo y la teoría general de sistemas. En esta simbiosis, el estructural funcionalismo enfatiza la similitud entre estructuras biológicas y sociales, al tiempo que las organizaciones formales se presentan como sistemas naturales que comprenden una serie interrelacionada de procesos. Esta fusión da origen a diversas conceptualizaciones de las organizaciones.
La concepción de los sistemas abiertos fue desarrollada inicialmente por Bertalanffy (1950) para la biología y la física, pero argumentando sus posibilidades de extensión a las ciencias sociales al señalar que la correspondencia formal de principios generales, independientemente de la clase de relaciones o fuerzas entre los componentes de un sistema, lleva a la concepción de una Teoría General de Sistemas aplicable tanto a sistemas cerrados como abiertos.
Un sistema abierto establece una relación dinámica con su medio ambiente: recibe insumos, los transforma y exporta productos. En este proceso se genera una permanente construcción y deconstrucción de sus componentes. Los sistemas se encuentran en un estado de equilibrio dinámico (steady state), bajo el cual el sistema no llega a un punto de equilibrio permanente, sino que siempre tiende hacia él. Entre las características de los sistemas abiertos señaladas por Bertalanffy (1950) destacan:
a. Equilibrio dinámico. Es el estado en que un sistema abierto permanece constante como un todo, aunque exista un flujo continuo de sus materiales componentes, independientemente del tiempo.
b. Autorregulación. Después de una perturbación o el impacto de un estímulo, el sistema restablece su equilibrio dinámico. Esta característica se conoce como autorregulación del sistema.
c. Equifinalidad. Un estado final puede ser alcanzado desde diferentes condiciones iniciales, esto es debido al intercambio de estos sistemas con su medio ambiente.
d. Entropía negativa. Los sistemas abiertos al mantenerse en equilibrio dinámico por la importación de materiales ricos en energía libre, pueden evitar el incremento de la entropía. Esto ocasiona que estos sistemas evolucionen espontáneamente hacia estados de mayor heterogeneidad y complejidad.
e. Retroalimentación. Los sistemas abiertos integran mecanismos de realimentación para ajustar su funcionamiento interno con el medio ambiente. Este dispositivo permite el logro de la homeostasis del sistema.
Una vez planteadas las características generales de los sistemas abiertos, su extensión al análisis organizacional fue cuestión de tiempo. Así por ejemplo Waldo (1963: 13) señala que la idea central de esta teoría es que los sistemas tienen cualidades genéricas aplicables a todos los campos, desde la astrofísica hasta las ciencias sociales, pasando por la física nuclear, la biología y la psicología. Éstas y otras disciplinas encuentran materia y significado común en la teoría general de sistemas.
Tomando como base a Bertalanffy (1950), Emery y Trist (1965) desarrollan un influyente trabajo clasificatorio de los distintos ambientes en que se desenvuelve una organización. Su punto de partida es la diferenciación del equilibrio dinámico, de un estado de equilibrio estático característico de un sistema cerrado. Éste último sigue la segunda ley de la termodinámica, de manera que cuando se logra el equilibrio, el sistema se estabiliza y permanece sin hacer trabajo adicional, mientras que en el equilibrio dinámico de los sistemas abiertos la capacidad de trabajo se mantiene, por lo que la adaptabilidad y por lo tanto la sobrevivencia del sistema se hace posible. Estos autores plantean cuatro tipos de medio ambiente, entornos o contextos.
Contexto plácido aleatorio. Es el tipo más simple de medio ambiente y en él se distribuyen los bienes y males en forma aleatoria y son relativamente no modificables por si mismos. Un ejemplo de este tipo de contexto es el mercado perfecto de la teoría neoclásica, en el que no existe diferencia entre estrategias y tácticas, por lo que la estrategia óptima es la simple táctica de intentar lo mejor con los recursos disponibles.
Contexto plácido agrupado. Es un medio ambiente más complicado, en el cual los bienes y males se agrupan en clusters en lugar de distribuirse al azar. Un ejemplo es el modelo de competencia imperfecta de la economía. La organización aprende a distinguir entre táctica y estrategia ya que su sobrevivencia depende de lo que conoce sobre su entorno. Un objetivo importante es el de la localización óptima, ya que una posición puede ser más rica en recursos que otra. Las organizaciones en este ambiente tienden a crecer en tamaño y a consolidar su jerarquía, con una orientación hacia la centralización, el control y la coordinación.
Contexto perturbado reactivo. La característica dominante de este medio ambiente es la existencia de más de una organización del mismo tipo, por lo que cada una de ellas tiene que tomar en cuenta lo que hacen las otras. En este nivel se diferencian las estrategias, las tácticas y las operaciones. El ejemplo clásico es el mercado oligopólico de la teoría económica.
Contexto turbulento. Es el más complejo de los ambientes. La dinámica surge no sólo de la interacción de sus partes componentes, sino del contexto mismo originado, entre otros factores, por la interdependencia entre la economía y otras fuerzas sociales, por lo que se incrementa el área de incertidumbre y la impredecibilidad de los eventos. Las organizaciones generan una creciente dependencia en los procesos de investigación y desarrollo y la estabilidad de las organizaciones se logra a través de su institucionalización, entendida como la apropiación de los valores organizacionales que los relacionan con la sociedad en su conjunto. De igual forma, el tejido causal del medio ambiente es tratado como un dominio independiente que se conceptualiza en relación con una organización focal (Terreberry, 1968: 58). En un contexto turbulento, el medio ambiente o la trama causal del contexto se integra por otras organizaciones.
Basada en el trabajo de Emery y Trist (1965), Terreberry (1968: 66-69) desarrolla un modelo integrativo bajo los siguientes supuestos: a) los contextos organizacionales son crecientemente turbulentos; b) las organizaciones son cada vez menos autónomas y; c) las organizaciones son cada vez una parte más importante de los medios ambientes de otras organizaciones. Este modelo da por resultado dos planteamientos de gran importancia: a) el cambio organizacional es inducido en gran medida y b) la adaptabilidad de las organizaciones es función de su habilidad para aprender y desempeñarse en un contexto de contingencias ambientales cambiantes.
Uno de los planteamientos más acabados del enfoque de sistemas a la organización y a la administración en los primeros años de la década de los setenta fue el de Kast y Rosenzweig (1973). Estos autores parten de la idea de que toda organización es un subsistema del sistema social, que constituye su medio ambiente, por lo que existe la necesidad de comprender las relaciones de una organización con su contexto, de las que depende su sobrevivencia en última instancia.
Para Kast y Rosenzweig, el medio ambiente de una organización es todo aquello externo a sus límites. Éste se puede subdividir en medio ambiente social o general, que afecta a todas las organizaciones por igual y el medio ambiente específico o de tarea que afecta directamente a la organización en cuestión. El primero se compone de la cultura, la tecnología, la educación, el sistema político, el marco legal, la dotación de recursos naturales, la demografía, la sociedad y la economía. Por su parte el medio ambiente específico o de tarea se define como las fuerzas relevantes para la toma de decisiones y los procesos de transformación de las organizaciones individuales (Kast y Rosenzweig, 1973:136-137). El medio ambiente de tarea es diferente y único para cada organización. Su distinción del medio ambiente social no siempre es clara, ya que algunos elementos son comunes.
La organización es abierta no solo para su entorno sino también internamente, ya que las interacciones entre sus componentes afectan al sistema como un todo. El sistema abierto se adapta a su ambiente por medio del ajuste de las estructuras y procesos de sus componentes internos. En su interacción con el medio ambiente intenta alcanzar un equilibrio dinámico sustentando al mismo tiempo su capacidad para transformar el trabajo y la energía..
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