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Juan Carlos Martínez Coll
T E R C E R A P A R T E
A P L I C A C I Ó N D E L M O D E L O
11-e. Aplicabilidad del Modelo.
A pesar de estas limitaciones considero que el modelo sigue siendo aplicable a cierto tipo de conflictos. Uno de los supuestos iniciales era que los contendientes pertenecían a la misma especie animal. Si tratamos de definir un supuesto paralelo en el estudio de las relaciones internacionales, tendríamos que realizar previamente una clasificación "linneana" de las especies de países, en las que se podrían utilizar parámetros tales como el sistema político, el modelo económico, el grado de desarrollo, etc. Entonces si podría aplicarse el modelo a las relaciones entre naciones "de la misma especie" y encontrarse una correspondencia histórica a nuestras previsiones.
La existencia de un estado árbitro tampoco impide que se pueda utilizar el modelo para analizar conflictos entre empresas u organismos sujetos a su autoridad. Efectivamente "ni siquiera las instituciones de política económica pueden ser nunca tan perfectas como para desplazar totalmente, incluso en las sociedades humanas, las realidades subyacentes de la economía natural. " (Hirshleifer, 1.977). Por una parte cualquier sistema legal deja siempre unas lagunas, un margen de maniobra, en el que la imaginación de los dirigentes de empresas y organismos con capacidad de diseñar estrategias pueden descubrir nuevas formas de lucha y mecanismos para perjudicar al contrario sin contravenir las leyes. Por otra, cualquier individuo sigue teniendo la capacidad de elegir entre los medios legales e ilegales de adquirir recursos y cualquier individuo o empresa perfectamente cumplidor de la ley, si existiese, podría prever y diseñar una estrategia de respuesta frente a quienes atenten contra sus intereses mediante la violación de las leyes.
Otra limitación práctica a tener en cuenta sobre la aplicación del modelo es la dificultad de estimación de las variables. Para determinar una matriz de pagos concreta, seria necesario cuantificar el valor del beneficio por el que se compite, el coste que se puede ocasionar a un contrincante, el daño o coste que éste nos puede provocar, así como los costes y beneficios en los conflictos propios y de nuestro contrincante con terceros, etc. Por tanto, del modelo tan sólo se pueden extraer sugerencias de comportamiento de carácter general y no indicaciones concretas de qué estrategia elegir en una situación determinada. Los policy makers con capacidad de diseñar estrategias, políticos, empresarios, dirigentes de organizaciones sindicales, etc., saben que deben tomar sus decisiones con información imperfecta. En eso precisamente consiste la dificultad de su trabajo.
Para ellos el modelo ofrece quizá una nueva forma de contemplar problemas habituales y sugiere la necesidad de tener en cuenta nuevas variables.
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