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Objetivos e hipótesis del trabajo de investigación
El análisis teórico anterior es el fundamento para plantear los objetivos e hipótesis del trabajo de investigación que se presentará en los siguientes capítulos. En este sentido, la estructuración de todo el documento tiene como objetivo sacar a la luz cómo una Organización No Gubernamental (ONG) le da un sentido práctico al discurso teórico de la Administración Integral de los Recursos Naturales. Esta ONG llamada Centro de Soporte Ecológico (CSE) tiene como premisa rescatar y conservar bosques y cuencas enclavados en la Costa de Oaxaca y al mismo tiempo, crear una estructura socioeconómica que permita a los comuneros establecer intercambios justos con el resto de la sociedad. El trabajo de investigación para contrastar la teoría con la realidad se realizó en tres comunidades de la parte alta de la Costa de Oaxaca: Santa María Xadani, Santa María Petatengo y El Achiote.
El verbo “conocer”, dentro del objetivo general, tiene la función de indicar que este trabajo de investigación no tiene la intención de “medir” la capacidad de aceptación de los proyectos productivos por parte de los campesinos; sino conocer los intrincados procesos comunales que hacen que un proyecto sea aceptado o rechazado y qué es lo que los habitantes internalizan en el momento que sucede la interacción. Se pretende presentar los fundamentos sobre el posible proceso de transformación de los sistemas productivos tradicionales y el impacto que este tiene en la vida social y cultural. Es decir, conocer cómo, cuándo, dónde y porqué las comunidades rechazan o aceptan una propuesta productiva diferente a las que ellas tienen como cotidianas en su vida. De tal manera que pueda teorizarse sobre el proceso de “transformación” –conocer qué tradiciones o costumbres inventan, reinventan, mantienen o abandonan.
En este sentido, se plantearon objetivos específicos que marcaron las pautas a seguir durante la recopilación de la información documental y del trabajo de campo. Cabe mencionar que durante el proceso de revisión bibliográfica se fueron afianzando unas ideas y otras fueron desechadas, de tal manera que hoy se reportan los siguientes objetivos “recreados” a través del trabajo de campo. Se presentan a continuación:
La respuesta para las interrogantes antes presentadas, se planteó en una hipótesis - ver gráfica 2- que afirma que las comunidades son transformadas debido al flujo de programas generados por proyectos que rompen la estructura sociocultural dentro de la comunidad. Regularmente, el flujo de los beneficios de esos proyectos, ha tenido la tendencia de llevar el bienestar a pocos - aquellos que se convierten en mediadores entre su comunidad y los extraños. Estos mediadores son los que se benefician de los programas de capacitación, lo que les trae en consecuencia la seguridad de relaciones más adecuadas con el resto de la sociedad, dejando a los menos capacitados con menos posibilidades, tal vez con migajas, traducidas en entrega de recursos mermados y a destiempo.
Las primeras dos líneas de la hipótesis aseveran que las comunidades rurales sufren una desarticulación en su estructura sociocultural debido a la imposición de proyectos productivos de corte gubernamental, mismos que no creen pertinente tomar en cuenta las formas de vida de los individuos a “rescatar”. Esta omisión, trae en consecuencia una pérdida de valores comunales, los que están intrínsicamente ligados al conocimiento sobre la región que no sólo incluye sus formas tradicionales de vivir, sino su cierta forma de relacionarse con los ecosistemas. En este sentido, lo anterior nos lleva a decir que la desarticulación de sus estructuras socioculturales lleva a la pérdida de valores ecológicos reconocidos dentro de ellas porque la recreación de los valores socioculturales, -modificados de acuerdo a sus tiempos y necesidades – tienen inmersos valores de respeto a todo aquello que les permite construir cotidianamente su proyecto de vida familiar y en consecuencia el proyecto comunal.
Es importante hacer notar que los proyectos de desarrollo tradicionales definen a las comunidades indígenas a partir de las concepciones del capitalismo, colocándolas dentro de la muy reconocida etiqueta de atrasadas, absurdas, por lo tanto impedidas para participar activamente dentro de los mismos. Generalmente, estos proyectos están basados, en metodologías de corte “radiográfico”, donde las variadas formas sociales, económicas y políticas que conforman lo comunal se dejan fuera. Es decir, el análisis de lo comunal no es visto de una manera integral, sino que se acota la información a números, definiciones y diagnósticos particulares que llevan a colocar a esas sociedades en espacios y conceptos poco favorables dentro del mundo capitalista, dentro de lo que se define como moderno, donde los campesinos no están incluidos. Pepin-Lehalleur y Rendón (1983:16) dicen al respecto: Estos proyectos [...] “reducen lo campesino a algo anacrónico, [...] se le[s] encierra en una caracterización formal antes de analizar y cuestionar el sentido de los atributos concretos, dejando fuera de lugar toda pregunta de su historicidad [compartida entre unidades campesinas y, estas, con el resto de la sociedad capitalista]”. Este tipo de acercamiento no permite la participación activa de los miembros de una comunidad porque tiene como base el pensamiento de rescate y de destrucción de todo lo anacrónico que les impida a las comunidades insertarse dentro de la vida moderna del país.
Sucede lo contrario cuando las bases están incluidas desde los inicios de la definición de los proyectos; de esta manera se toma en cuenta la percepción que tienen de su territorio y las formas que interactúan con sus ecosistemas. Con la participación de las bases, se logran entender las concepciones que la sociedad rural tiene sobre su medio; ésto es sustrato para (re)diseñar los proyectos de sistemas productivos sustentables de manera pertinente, y es muy probable que se obtenga el diseño de un proyecto de desarrollo a escala humana (Max-Neef, 1993). Además, provocará que cada protagonista asuma con responsabilidad las actividades que le correspondan dentro del proceso, no por obligación sino porque las conoce. Involucrar de manera activa a los campesinos e indígenas brinda la posibilidad de acercarse a la visión que ellos tienen sobre su entorno ecológico y a las diferentes formas de recreación del mismo dentro de sus patrones socioculturales. Así, se podrán diseñar programas sociocultural y ecológicamente pertinentes con el entorno; ya que de la manera en que percibamos los ecosistemas dependerán las formas productivas y sociales de interrelacionarse con ellos (Lazos y Paré, 2000).