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La Administración Integral de los Recursos Naturales


La propuesta de la Administración Integral de los Recursos Naturales (AIRN) es derivada de una historia de lucha y reflexión de los pensadores del Sur quienes, como se ha mencionado, han promovido formas alternativas para concretar el discurso sustentable. Las bases de este trabajo son: a) la participación activa de la población local en el diseño e implementación de los planes y programas, de tal manera que ellos mismos generen una capacidad de administración y la recuperación de las instituciones sociales y de la identidad cultural (Barabás y Bartolomé, 1999; Barkin, 1998 y 2001; Regino, 1999); y b) la incorporación racional de la diversidad ecológica en un programa que contribuya a la diversificación de la economía local desde sus bases (Toledo, 2000; Leff, 1998). La estructura teórica de esta estrategia ha sido reconfigurada a través de un continuo proceso de revisión a medida que la investigación para esta tesis avanzaba en las tres comunidades de la Costa de Oaxaca. Compartir el espacio y las ideas, además de las ideas básicas con los campesinos, demostró claramente que la sustentabilidad, por sí misma, no es una idea única, estandarizable en una formula, sino que es el resultado de una integración compleja de pensamientos que son entendidas de manera diferente a medida que las personas asimilan las propuestas dentro de su individual cotidianidad. Estos planteamientos surgen de una estructura teórica, que es traducida en la práctica a medida que cada comunidad o grupo de personas inventa y específica dentro de sus propias reglas para así participar en una estrategia regional, procesos que son transformados en la experiencia diaria.

La manera particular de participar en la sustentabilidad de los habitantes de una región depende, principalmente, de las condiciones locales. Esto no sólo incluye características tangibles como son los recursos naturales y las instituciones locales, sino también de la madeja de relaciones e instituciones que delinean la producción, los mecanismos de la organización local que permiten la toma de decisiones y guían el ejercicio de la autoridad, donde están involucradas las prácticas religiosas. El trabajo de campo que subyace en este documento revela la centralidad de un adecuado balance entre todas esas facetas, si el proyecto sustentable desea caminar más allá del estadio de las buenas intenciones para convertirse en el motor del desarrollo sustentable.

El planteamiento de la Administración Integral de los Recursos Naturales tiene como búsqueda constante que los habitantes recreen, dentro de sus culturas, las propuestas productivas como una alternativa a) para la reconstrucción de su proyecto de vida, b) ecológicamente sustentable para que los “insumos” – léase: recursos naturales - de los sistemas productivos no escaseen y c) complementaria a los sistemas productivos tradicionales que diversifique su economía y para que ellos, sí así lo deciden, puedan continuar con sus tradiciones. Al ir incluyendo, dentro de sus formas de vida, las propuestas integrales, los habitantes evitarían convertirse en refugiados económicos de los centros urbanos nacionales e internacionales; por el contrario, aprenderían a contribuir al desarrollo de su región sin sacrificar su dignidad, evaluando y calibrando las nuevas actividades, al mismo tiempo que desarrollarían nuevas relaciones dentro de su propia cultura y con la otredad dominante. La interiorización de estos procesos les prevendría de unirse a la gran franja de mano de obra barata – una oportunidad transitoria con fecha de caducidad, concentrada en los polos de desarrollo – para convertirse en los protagonistas de su propio desarrollo regional sustentable. Este enfoque pretende encontrar las estrategias adecuadas a sus formas de vivir para que los fortifique y eviten que, como piezas de rompecabezas, vayan llenando las diferentes gamas del paisaje de la pobreza extrema y la degradación ecológica. Los conflictos entre los técnicos y los desposeídos son reducidos, a medida que los extraños reconocen que los locales tienen la primacía sobre el territorio porque llegaron primero. Finalmente, esta estrategia puede contribuir a reducir la violencia legal o movimientos políticos que sólo traen luchas fratricidas, en las que, regularmente, mueren personas y líderes que tratan de defender sus territorios y culturas.

Una de las maneras de evadir conflictos es compartir conocimientos a través de la capacitación en nuevas tecnologías y de la actualización de las tecnologías tradicionales, ambas dentro del contexto local-regional; lo anterior traería, en consecuencia la formación de profesionales y técnicos comunales: Microempresarios, dueños de manera individual o colectiva de los pocos servicios locales y de los productos sustentables que serían ofrecidos al resto de la sociedad. Por lo tanto, las comunidades se beneficiarían a través de sus recursos naturales sin que pongan en riesgo su hábitat, porque al mismo tiempo que ellos toman una porción para alcanzar su bienestar, irían reconstruyendo y conservando los ecosistemas inmersos dentro de su territorio. La idea, en consecuencia, es inducir nuevas formas de apropiación, en las que una parte de los recursos sirvan para alimentar los servicios y sistemas productivos; otra, para que los habitantes continúen, con los usos tradicionales de ellos; y finalmente, la más importante, estaría abocada a la reconstrucción y conservación de la diversidad ecológica erosionada