|
ESTADO DE LA CUESTIÓN
El propósito de este epígrafe es situar la investigación dentro de un conjunto más amplio de desarrollos científicos. Este encuadre es importante, porque, aunque, de un modo algo simplificador, ayuda a la valoración del trabajo realizado y permite apreciar, con una mayor claridad, las principales aportaciones, y novedades que aporta sobre los precedentes.[1] Para poder dar luz sobre estos elementos es necesario comentar los orígenes de la investigación, sus propósitos iniciales y cómo estos se han transformado a lo largo de la realización de la misma.
La preocupación inicial del trabajo era indagar en la relación entre economía y territorio en un caso concreto, la IAA. De este modo, el objetivo inicial era la realización de un análisis que permitiera determinar donde se localizaba y por qué. Este segundo punto, no fue tan sencillo de responder como inicialmente parecía. Las causas que rigen los patrones de distribución espacial de las industrias no son fáciles de determinar. Por otro lado, las indicaciones de la literatura sobre el tema, en especial, las de la teoría neoclásica de la localización eran simples y poco realistas.
En esta línea de pensamiento, se llegó a la conclusión de que los cambios en la distribución de la industria eran indisociables de patrones más amplios de transformación socioeconómica. Por ello, decidió estudiarse el fenómeno, como ya se ha indicado con anterioridad, a partir de una metodología histórico – estructural. En este sentido, la presente investigación, al menos el contenido de los capítulos tercero, cuarto y quinto se encuentra inspirada por obras tales como Anatomy of Job Loss de Doreen Massey y Richard Megan o Spatial Divisions of Labour: Social Structures and the Geography of Production de la primera de ellos. La influencia de estas obras puede verse en el hecho de que, por ejemplo, en la tesis doctoral, se estudian los procesos de localización y sus cambios realizando, para ello, un análisis previo de las dinámicas de acumulación de capital.
Del mismo modo, otro referente muy importante es la obra de Michael Storper y Richard Walker The Capitalist Imperative: Territory, Technology and Industrial Growth. La importancia que se da a los microfundamentos en la presente investigación, y, sobre todo, el énfasis puesto en el análisis de los procesos competitivos, como principal traslación microeconómica de los procesos de acumulación de capital es el resultado más palpable de ello.
También ha sido muy útil, sobre todo, a la hora de caracterizar la situación de partida de la economía andaluza y su proceso histórico de evolución el marco proporcionado por teoría del intercambio desigual (Amin, 1974). En algunos casos concreto, esta había servido de referente en análisis aplicados a la realidad andaluza, como puede ser el caso del trabajo de M. Delgado Marginación y Dependencia de la Economía andaluza (1981), lo que, a su vez, facilitaba su utilización a la hora, sobre todo, de caracterizar una situación de partida, la de la IAA en 1980.
Por tanto, los capítulos que van del tercero al quinto han pretendido sintetizar distintos desarrollos teóricos que, tomando la obra de Marx como referente, han intentado estudiar la dinámica espacial en el capitalismo contemporáneo.
Sin embargo, esta adscripción a autores que, de una u otra forma, reclaman la obra de Marx, no ha evitado que, para la explicación de determinados hechos concretos, se hayan tomado conceptos provenientes de otras tradiciones de pensamiento. Este es, por ejemplo, el caso del “arraigo productivo”[2], que, conceptualizado a partir de las consideraciones de la tradición institucionalista, se toma como uno de los elementos explicativos fundamentales de los procesos que rigen la dinámica territorial de agroalimentario andaluz. (Amin y Thrift, 1994)
En definitiva, el carácter fuertemente estructuralista de los capítulos tercero, cuarto y quinto no impide que, dentro de este marco, se tomen conceptos provenientes de otras tradiciones de pensamiento aunque siempre subordinándolos a la metodología de análisis histórico – estructural utilizada.
No obstante, pese a que el análisis realizado es capaz de describir la dinámica espacial de la IAA e identificar tendencias claras, el mismo plantea una serie de limitaciones que no sería conveniente ignorar[3]. Por ello, autores como Andrew Sayer afirman que investigaciones de este tipo “pueden ser un buen inicio, pero nunca pueden ser el fin”. Por ello, el análisis va a enriquecerse mediante la consideración de una nueva serie de elementos. Esta tarea se aborda, sobre todo, en el sexto capítulo. En él se analiza la actividad agroindustrial en un determinado entorno territorial (el denominado eje transversal). Para proceder a la realización de esta parte del estudio se realiza una triple crítica.
Así, se considera, por un lado, de que la actuación de los individuos, en concreto, de los empresarios está fuertemente condicionada por su entorno social, cultural e institucional. De este modo, no se puede suponer, como tradicionalmente hace la economía convencional, que todos los individuos comparten una misma racionalidad, universalmente válida.[4] La racionalidad de los agentes económicos es, por el contrario, es una racionalidad “situada” en un contexto social y cultural específico y “condicionada” por las características económicas concretas. En este sentido, el capítulo sexto, se inspira en algunos de los desarrollos económicos institucionalista, como Economics and Institutions (1988) o Economía y Evolución (1995) de G.M. Hodgson.
Por tanto, esta sería la segunda crítica, es necesario el análisis de sistemas productivos locales[5] concretos, lo que se entronca con los tradicionales temas de estudio de la escuela de la especialización flexible. Aunque, no por ello se asumen los postulados de estos desarrollos teóricos[6]. Así, se pretende analizar la naturaleza específica de las realidades económico – espaciales estudiadas , la importancia de la historia en su génesis y las relaciones sociales sobre las que se sustentan.[7] , sin para ello, considerar que lo que en lo que ocurre debe “reproducir” de una u otra forma ningún esquema teórico preconcebido. De este modo, se rechaza la aplicabilidad general del concepto de distrito industrial. Por tanto, en realidad el estudio se inspira en los primeros análisis sobre distritos industriales realizados como el de Bagnasco (1977) Tre Italie, pero, al mismo tiempo, se critica la evolución experimentada por la literatura sobre los mismos. Evolución que ha dado lugar a que se desarrolle lo que algunos autores han denominado una “geografía mítica de la acumulación flexible” que ve distritos industriales en todas partes, sobre la base de “vaciar” de contenido el concepto (Amin y Robins, 1994). En este sentido, el presente análisis enlaza con algunos trabajos realizados, desde el campo de la sociología, como, por ejemplo “Discrecionalidad en la gestión de la fuerza de trabajo. Fuenlabrada entre el distrito y el detrito” de Santos et alter (1997/98) en los que se hace un esfuerzo muy importante por deslindar el significado del concepto teórico empleado.
Por último, la investigación aquí presentada también bebe de las fuentes de la sociología, sobre todo, a la hora del diseño de la metodología de investigación. El presente trabajo investiga una construcción social de mercado, que, como tal tiene un nivel de complejidad muy significativo. Esto hace que sea necesario que la investigación sea abordada de forma que se permita alcanzar las finalidades propuestas. En este caso, para ello, se recurre a los desarrollos metodológicos realizados desde el denominado enfoque cualitativo (Delgado, 1995; Ibañez, 1994; Ortí 1994) con la finalidad de que las cuestiones demandadas, en las que, en muchas ocasiones existe un fuerte contenido de “deseabilidad social” no se vean negativamente afectadas por el diseño de metodologías que no tienen presentes estos hechos.
Por tanto, el capitulo seis se sustenta en una triple aproximación crítica. Desde un punto de vista económico, se parte de la crítica de uno de los postulados fundamentales de la disciplina, la del “homo economicus” intentando demostrar que los mecanismos reales de toma de decisiones de los individuos son mucho más complejos que los tradicionalmente considerados por la economía convencional. Desde un punto de vista territorial, el trabajo es simultáneamente una apuesta por la necesidad de estudiar sistemas productivos locales, y una crítica al modo y manera en que estos estudios se han venido desarrollando recientemente. Por último, desde una perspectiva sociológica, el trabajo parte de una crítica al modo tradicional de investigación de realidades sociales (lo que en el interior de la disciplina se conoce como paradigma funcionalista) y la apuesta por nuevas metodologías de investigación mucho más adaptadas al conocimiento de la complejidad que caracteriza al mundo actual. Esta triple crítica no es, por otro lado, sino la consecuencia de tomar un concepto de territorio muy evolucionado que, entiende el mismo como una “construcción social” que va mucho más allá del elemento puramente físico.[8]
Por último, no hay que olvidar que pese a su profunda vocación territorial, el presente análisis se ocupa del análisis de la industria agroalimentaria. El impacto de los procesos de globalización en el sector ha sido analizado en diversos trabajos, entre los que cabe destacar Globalización del sector agrícola y alimentario editado por Alessandro Bonnano o Compsumption in the Age of Affluence: the World of Food de Fine, Heasman y Wrigth.
En ocasiones, aproximándose más al objeto de estudio de la presente tesis doctoral se ha enfocado el análisis de sector agroalimentario desde una perpectiva territorial. Es el caso de los trabajos M. Delgado y C. Roman “Impactos territoriales de la reestructuración del agroalimentario en Andalucía” o de J. Sanz Cañada Industria agroalimentaria y desarrollo regional. Análisis y toma de decisiones locacionales. Recientemente, trabajando en esta misma línea el grupo AREA ha realizado un trabajo que bajo el título Globalización e industria agroalimentaria en Andalucía ha estudiado la problemática de este sector desde distintas perspectivas, dando una relevancia especial al análisis del mismo desde una perspectiva espacial.
En resumen, la presente investigación pretende ser un paso en más en la línea de estudiar conjuntamente una actividad productiva (la industria agroalimentaria) desde una perspectiva económica y territorial, concretada en un espacio concreto (Andalucía). En este sentido, se reivindica una aproximación histórico – estructural a estos fenómenos, denunciando, al mismo tiempo, algunas de las principales limitaciones de estos análisis y proponiendo posibles vías de superación de las mismas. Este conjunto de elementos es en opinión del autor, la principal aportación de esta tesis doctoral.
[1] Con todo, es inevitable que en este epígrafe se repitan algunos de los argumentos utilizados para describir la metodología de investigación lo que resulta obligado si se tiene presente que ésta se encuentra en buena medida inspirada en los libros y obras que aquí se citan.
[2] Que, como ya se ha indicado, es la traducción del concepto anglosajón del “embeddedness”, utilizado por las aproximaciones institucionalistas.
[3] Son limitaciones de las que ya se ha hablado a la hora de exponer y explicar la metodología de la investigación y que pueden resumirse de la siguiente forma. En este sentido, se trata, en primer lugar, de un análisis realizado con un elevado grado de abstracción, que puede ayudar a describir un proceso, desde una perspectiva académica, pero que se encuentra lejos de la experiencia directa, del “día a día” del sector. Así, refleja una única racionalidad la del investigador, sin entrar a valorar como los agentes implicados perciben sus problemas y reaccionan frente a ellos.
[4] Esta es el conjunto de hipótesis que se concreta en una definición, la de “homo economicus” que presupone la existencia de un modelo de comportamiento humano que toma sus decisiones de una forma absolutamente racional (siendo esta racionalidad igual para todos los individuos) y totalmente egoísta. (Naredo, 1987)
[5] Ya que en ellos es dónde la “racionalidad” en abstracto de los agentes sociales es modulada a partir de la experiencia histórica, de las relaciones de pugna entre distintos grupos sociales, de las principales fuentes de conflictos entre los mismos, de su propio aprendizaje etc.
[6] En primer lugar, porque los municipios estudiados no lo son a partir de una elección arbitraria del autor, sino como consecuencia de la “importancia” que los mismos tienen en la conformación de la actividad agroindustrial de la región. Este papel ha sido puesto de manifiesto en el análisis realizado en los capítulos tercero, cuarto y quinto. En segundo lugar, porque el análisis no se centra en la búsqueda de sistemas de pymes que compiten y colaboran entre sí, sino que enfoca de una forma más amplia la problemática a la que se enfrenta el sector en los municipios considerados.
[7] En general, las aproximaciones endogenistas se basan en el concepto de distrito industrial. Este tuvo, por ello, una rápida aceptación que hizo que se popularizara su uso. De esta forma, sus rasgos distintivos tendieron a atenuarse, y se produjo una apertura del concepto que pasó a ser utilizado de forma muy poco rigurosa. La “difuminación” de los rasgos distintivos de los distritos industriales sirve, en último extremo, para debilitar su carácter de construcciones históricas, sociales y, por tanto, no transplantables. Es decir, esta generalización del concepto significa aumentar la “violencia de la abstracción” (Sayer, 1993). Ya no se explica una realidad sobre la base de los elementos directamente observables en la misma, sino que se hace un esfuerzo por encontrar pautas de funcionamiento comunes en realidades muy diferentes entre sí. Esto, a su vez, tiene una serie de efectos claros sobre las implicaciones de los estudios realizados.
[8] Ver nota 27 del capítulo 1